La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía.
Me hizo gracia. Pobre Víctor Hugo, es tan típico…
Todo un pensamiento. Un lindo gol… en contra.
Ilustra muy bien lo contrario de lo que pretendía ilustrar.
Efectivamente, monsieur. Es una razón de proporcionalidad. O -como decían los escolásticos- una analogía de proporcionalidad.
«Libertad de amar» es a «adulterio» como «libertad de pensar» es a «herejía».
Efectivamente. Usted lo ha dicho.