La historia es idéntica a una de Buda, sólo que con una araña, a la que un malvado le perdona la vida. El Buda entonces se asoma al pozo del infierno y con un hilo de la tela de la araña iza al condenado.
[La historia de la cebolla] es una cristianización de una enseñanza budista – paradójicamente no demasiado budista. Algo parecido a la vida de san Josafat, «traducción» acristianada en la Edad Media de la vida de Buda.
Creo además que en la historia del Buda queda muy claro el motivo que expresás respecto a por qué el condenado se sacude a los «colgados». Básicamente el apego (egoísmo) y el miedo a que se rompa el hilo de araña, una plástica metáfora del terrible desequilibrio entre las seguridades humanas y la gracia (o el Dharma, o el coso que tuvieran los budistas)
Por su parte, Francisco me recuerda otra leyenda religiosa,
citada en el mismo «Los hermanos Karamazov»:
[La historia de la cebolla] es una cristianización de una enseñanza budista – paradójicamente no demasiado budista. Algo parecido a la vida de san Josafat, «traducción» acristianada en la Edad Media de la vida de Buda.
Creo además que en la historia del Buda queda muy claro el motivo que expresás respecto a por qué el condenado se sacude a los «colgados». Básicamente el apego (egoísmo) y el miedo a que se rompa el hilo de araña, una plástica metáfora del terrible desequilibrio entre las seguridades humanas y la gracia (o el Dharma, o el coso que tuvieran los budistas)
[De LHK]
«Uno de tales poemas [traducidos y copiados en monasterios del S.XVI], sin duda traducido del griego, es «La Virgen
entre los condenados», que nos ofrece escenas de una audacia dantesca. La Virgen visita
el infierno, conducida por el arcángel San Miguel. La Virgen ve a los condenados y sus
tormentos. Le llama la atención una categoría de pecadores muy interesante que está en
un lago de fuego. Algunos se hunden en este lago y no vuelven a aparecer. «Éstos son los
olvidados incluso por Dios»: he aquí una frase profunda y vigorosa. La Virgen,
desconsolada, cae de rodillas ante el trono de Dios y pide gracia para todos los pecadores
sin distinción que ha visto en el infierno. Su diálogo con Dios es interesantísimo. La
Virgen implora, insiste, y cuando Dios le muestra los pies y las manos de su Hijo
horadados por los clavos y le pregunta: « ¿Cómo puedo perdonar a esos verdugos?», la
Virgen ordena a todos los santos, a todos los mártires y a todos los ángeles que se
arrodillen como ella a imploren la gracia para todos los pecadores. Al fin consigue que
cesen los tormentos todos los años desde el Viernes Santo a Pentecostés, y los
condenados dan las gracias a Dios desde las profundidades del infierno y exclaman: «¡Señor,
tu sentencia es justa!»»
[Dice Francisco:] Según el prólogo de un librillo de cuentos rusos que tengo, «Jozhdenie bogoroditsi po mukam» («peregrinación de la Virgen por los caminos del dolor»[?]), texto que ya figura en una lista de libros apócrifos del S.XII, es uno de los más populares hasta el S.XIX entre los escritos rusos de procedencia bizantina. El prólogo incluye un resumen que difiere en la fecha de inicio del descanso anual concedido a los condenados (Jueves Santo), e incluye un detallito: entre los condenados que causan la piedad de la Virgen hay obispos y reyes que no habían cumplido la voluntad divina. Agrega un dato significativo: Alexéi N. Tolstoi (no confundir con León T.)titula su epopeya de la revolución rusa «jozhdenie po mukam», «Peregrinación por los caminos del dolor» (es traducido en castellano como «Camino de abrojos», y también «Tinieblas y amanecer de Rusia»).
[Dice Francisco:] Según el prólogo de un librillo de cuentos rusos que tengo, «Jozhdenie bogoroditsi po mukam» («peregrinación de la Virgen por los caminos del dolor»[?]), texto que ya figura en una lista de libros apócrifos del S.XII, es uno de los más populares hasta el S.XIX entre los escritos rusos de procedencia bizantina. El prólogo incluye un resumen que difiere en la fecha de inicio del descanso anual concedido a los condenados (Jueves Santo), e incluye un detallito: entre los condenados que causan la piedad de la Virgen hay obispos y reyes que no habían cumplido la voluntad divina. Agrega un dato significativo: Alexéi N. Tolstoi (no confundir con León T.)titula su epopeya de la revolución rusa «jozhdenie po mukam», «Peregrinación por los caminos del dolor» (es traducido en castellano como «Camino de abrojos», y también «Tinieblas y amanecer de Rusia»).