Los blogs pueden dar una sensación de comunidad
a algunos católicos que, por distintos motivos,
tenemos dificultades para confraternizar con
los fieles de nuestra parroquia.
Lo cual, pasados ciertos obvios límites, puede jodernos la vida.
Traducción un poco libre, admito (incluyendo la primera persona).
Lo cual, pasados ciertos obvios límites, puede jodernos la vida.
Habría más que decir, para bien y para mal. No sólo apuntando a los blogs y sus efectos, sino a la soledad parroquial de algunos católicos poco gregarios y con demasiado sentido crítico; que, estoy sospechando, no