Febrero 2010 Archives

Aunque Babington tenía serias objeciones contra el drama de la antigua Grecia, apreciaba mucho el de estos días, e hizo votos de asistir a la función, si era posible. Podía faltar a su cita con Mr. Seymour, o podía acudir. La dificultad estribaba en optar por una de las dos alternativas. Todo giraba en torno a cuál podía ser el alcance la pena, en caso de ser descubierto.

Éste era su dilema. Buscó consejo.

–Yo me arriesgaría –dijo Peterson, su amigo del alma.

–Yo no te lo recomendaría –observó Jenkins.

Jenkins era otro amigo del alma, y en cuestión de sabiduría no le iba en zaga a Peterson.

Febrero nos encuentra con otro cuento escolar primerizo, ¡Autor!.

Charteris