¿Quién es Wodehouse?

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Pelham Grenville "Plum" Wodehouse (1881–1975) fue un escritor y humorista inglés que gozó de una enorme popularidad durante su dilatada carrera, y aún hoy es ampliamente leído, en especial en el mundo de habla inglesa. Entre novelas y colecciones de cuentos, Wodehouse escribió más de 90 libros.

A pesar de que la temática de su obra es deliberadamente ligera, Wodehouse ha merecido elogios apasionados de prestigiosos colegas contemporáneos y posteriores, y es generalmente reconocido como uno de los maestros de la prosa inglesa.

Wodehouse desciende de una muy antigua familia de baronets del condado de Norfolk, a menudo miembros del Parlamento Inglés desde 1695. Su padre, Ernest Wodehouse, era juez británico en Hong Kong al nacer el niño, pero éste vio la luz en Guilford, Inglaterra, lugar en el que su madre se econtraba a la sazón. Tras pasar sus tres primeros años de vida en Hong Kong, Wodehouse fue enviado a Inglaterra a cargo de una niñera, y cuando tuvo edad suficiente asistió a sucesivos colegios internados. Durante sus primeros 15 años de vida vio a sus padres sólo durante visitas fugaces que no llegaron a sumar más de seis meses en total. Pasaba sus vacaciones en casa de diversas tías.

En el Dulwich College se reveló como un alumno brillante, tanto en lo referente al estudio como al deporte. Fue prefecto del Colegio, miembro de la Clase VI de Clásicos (reservada a los mejores alumnos), dirigió el periódico estudiantil, actuó en diversas obras dramáticas, fue elegido para el primer equipo de cricket y para el primer equipo de rugby del Colegio, representó a la institución en boxeo y a la residencia a la que pertenecía en atletismo. Wodehouse disfrutó mucho ese período de su vida, como queda reflejado en sus cuentos y novelas de colegio, que cubren la primera etapa de su producción literaria.

Su intención era ingresar a Oxford al salir de Dulwich, pero un vuelco en las finanzas de su familia le impidió concretar ese plan, y se vio obligado a emplearse en las oficinas londinenses del Hong Kong and Shangai Bank (actual HSBC). Durante los dos años que trabajó allí escribió paralelamente artículos y cuentos para diversas publicaciones, en especial la famosa revista Punch.

Antes de ser transferido a una sucursal en ultramar, decidió renunciar al banco y dedicarse exclusivamente al oficio de escritor, aceptando un puesto de periodista en el hoy desaparecido periódico The Globe. Contaba con 27 años cuando aprovechó una estadía en Estados Unidos para presentar material a revistas americanas. Cosmopolitan y Collier le compraron dos cuentos por 500 dólares, una suma mucho mayor de la que estaba acostumbrado a ganar. Eso lo decidió a dejar su puesto en The Globe y quedarse en Nueva York, donde fue colaborador asiduo de Vanity Fair, The Saturday Evening Post, y The Strand. Por esos años trabó amistad con Guy Bolton y Jerome Kern, con los cuales incursionó en el mundo de las comedias musicales, llegando a producir 18 de ellas.

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Guy Bolton, P.G. Wodehouse y Jerome Kern.

Wodehouse dedicó la mayor parte del tiempo de su larga vida a escribir, y a perfeccionar su estilo. Según sus propias palabras, "desde mis más tiernos años siempre quise ser un escritor. Comencé a darle vueltas al asunto a los cinco años; qué estaba haciendo antes de eso no recuerdo, supongo que holgazaneando". A los cinco años escribió un poema que fue publicado más tarde (con errores de ortografía incluidos) en el Captain Magazine de abril de 1907. Su primera contribución paga a una revista fue un artículo llamado Algunos aspectos de la capitanía en el juego, que escribió mientras todavía era alumno del colegio y que le valió además un premio de media guinea.

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Tenía treinta y tres años cuando conoció en Nueva York a la que sería su esposa de toda la vida, Ethel Wayman, con la que se casó ese mismo año (1914). Ethel era viuda y tenía una hija, Leonora, por la que Wodehouse sintió siempre un enorme cariño. La pareja no tuvo hijos propios.

Durante la primera guerra mundial, Wodehouse, residiendo en Nueva York, intentó en más de una oportunidad alistarse en las fuerzas aliadas, pero siempre fue rechazado debido a sus problemas de vista, que ya habían comenzado en las épocas del Dulwich College y lo habían obligado a abandonar la práctica del boxeo.

En 1915 el Saturday Evening Post, que era el semanario más prestigioso de Estados Unidos, publicó en entregas su primera novela realmente exitosa, Something New. Ese hito significó la consolidación económica definitiva de Wodehouse. A partir de allí muchas de sus novelas aparecieron serializadas en revistas americanas y británicas. Something New fue la primera de una celebrada serie que hoy conocemos como novelas de Blandings, ambientadas en la mansión rural del conde Emsworth, el castillo de Blandings.

Ese mismo año Wodehose escribió su primer cuento sobre Jeeves, el inimitable valet del joven Bertie Wooster, sus dos personajes más conocidos y queridos. Hasta 1930 los haría protagonistas de numerosos relatos cortos, que fueron apareciendo compilados en cuatro colecciones (1919, 1923, 1925, 1930). En 1934 publicó la primera novela de Bertie y Jeeves, Thank you, Jeeves. A partir de ese momento ambos protagonizarían ocho novelas más, que fueron apareciendo periódicamente durante toda la vida de Wodehouse.

En 1939 la Universidad de Oxford le confirió el Doctorado Honorario en Letras, y en el discurso en latín llevado a cabo en el Shedonian Theatre el orador, Cyril Bailey, se las compuso para capturar en ese idioma el estilo de la obra de Wodehouse, haciendo referencia al personaje de Augustus Fink-Nottle y sus salamandras. Fue la última visita de Wodehouse a su madre patria.

Durante la década del treinta Wodehouse viajaba constantemente entre América e Inglaterra ocupándose de las representaciones teatrales de sus comedias y las ediciones de sus novelas. También había tomado una residencia en Le Touquet, Francia, donde pasaba la mayor parte de sus estadías europeas. La invasión de Francia durante la segunda guerra mundial (1940) lo sorprendió allí, y fue tomado prisionero junto con otros muchos civiles que habían desestimado el consejo de evacuar el lugar y embarcarse rumbo a Inglaterra. Wodehouse había colaborado entreteniendo a las tropas británicas destacadas allí, no había querido abandonarlas, y tampoco estaba dispuesto a someter a sus queridas mascotas a la cuarentena que implicaba el viaje a Inglaterra.

Durante su cautiverio, primero en Bélgica y luego en la Alta Silesia, Wodehouse divertía a sus compañeros prisioneros y a los oficiales alemanes con relatos de la vida que estaban llevando. Mientras tanto, sus admiradores americanos elevaron una petición para que los alemanes dejaran a Wodehouse en libertad. La oficina de Asuntos Exteriores de Alemania resolvió manejar la situación de acuerdo a su política de mantener en lo posible a los Estados Unidos fuera de la guerra, y, accediendo a la petición, convenció a Wodehouse de que emitiese una breve serie de programas radiales para ser emitidos en América y tranquilizar a sus seguidores, contando las historias de su estadía en el campo de prisioneros. El Ministerio de Propaganda, sin embargo, advirtiendo que las burlas que Wodehouse hacía de la oficialidad alemana eran de hecho benévolas y pintaban una vida mucho menos inhumana de lo que en Inglaterra se comentaba sobre los campos de concentración alemanes, confiscó las cintas y las emitió radialmente a Inglaterra para contrarrestar esa imagen.

El episodio despertó indignación en Gran Bretaña, donde muchos interpretaron que Wodehouse estaba colaborando con el enemigo. Fue acusado de traición, y algunas bibliotecas prohibieron sus libros. Un grupo de intelectuales salió al cruce de las acusaciones, entre ellos notablemente Evelyn Waugh y George Orwell. Terminada la guerra, el servicio secreto inglés llevó a cabo una investigación y determinó que el escritor había obrado de buena fe. Wodehouse, por su parte, no regresó jamás a Inglaterra, y en 1955 se hizo ciudadano norteamericano.

En 1945 su hijastra Leonora, que le había dado dos nietos (actuales Lady Hornby y Sir Edward Cazalet), había fallecido imprevistamente en la mesa de operaciones de un hospital de Londres, mientras Wodehouse y su esposa estaban confinados en el continente por la guerra.

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Foto de Wodehouse tomada una semana antes de su muerte.

El resto de su vida la pasó Wodehouse apaciblemente instalado en Nueva York durante los inviernos, y en Long Island durante los veranos, junto a Ethel y sus numerosos perros y gatos, llevando una existencia retirada. No dejó nunca de escribir y publicar.

La muerte lo sorprendió en el hospital, donde se había llevado la novela en la que estaba trabajando, bautizada posteriormente Atardecer en Blandings. Tenía 93 años. Unos meses antes la reina lo había nombrado caballero del Imperio Británico (KBE).

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