Grande como antaño

De un carta de Simone Weil a su hermano Andre:
Te agradezco que me digas que el futuro necesita de mí; pero, tal como yo lo veo, el futuro no tiene más necesidad de mí que yo lo tengo de él. Si tuviera la máquina de viajar en el tiempo, no la volvería hacia el futuro, sino hacia el pasado. Y ni siquiera me detendría en los griegos; iría por lo menos hasta la época egeo-cretense. Pero este solo pensamiento me hace el mismo efecto que hace el relato de un milagro a un hombre perdido en el desierto. Me produce sed. Más vale no pensar en esto, puesto que este minúsculo planeta en que estamos encerrados sólo volverá a ser fecundo, grande y variado, como antaño lo fue, mucho tiempo después de que nosotros hayamos desaparecido. Si es que vuelve.

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