Calambures involuntarios

Un lector (cura él) me hace notar que la respuesta a la oración de los fieles que decíamos el otro día suena feo también porque se presta a una lectura equívoca: «Haznos auténticos» puede entenderse —en el español de por acá, sobre todo— como «Asnos auténticos».

Lamento no haberlo advertido; quizás entonces podría haber respondido con alguna convicción («Roguemos por las comisiones litúrgicas […]» «Asnos auténticos»).

Recuerda algunas confusiones de los cantos de misa que ya hemos traído acá:

«Vine a alabar a Dios»
«Vine a lavar a Dios»

«Tú llámame a servir»
«Tu llama me hace hervir».

Calambures, que les dicen. Involuntarios, en este caso.
Y descubro que el primer verso de la primera égloga de Garcilaso, nada menos, contiene uno:
«El dulce lamentar de dos pastores»
«El dulce lamen tarde dos pastores»
Parece que es un clásico, yo no lo conocía. Supongo que también es involuntario.

Deja un comentario

Para comentar en el blog hay que autenticarse con cuenta de Google (Gmail), Twitter, Facebook, Windows Live (Hotmail) (o Disqus, o wordpress.com). También recibo comentarios por mail, a hjg.com.ar@gmail.com.