Nuevas ideas para periodistas ambiciosos

Ya saben mis lectores que yo trato de escaparle a los «temas de actualidad», sobre todo si hay política de por medio. Pero esto del obispo castrense tiene su lado cómico, y también es ilustrativo de la realidad argentina. O sea: es una buena caricatura.
Los argentinos ya están al tanto (mal o bien); tal vez les sirva a los de afuera para conocer un poco nuestra situación… (aunque para eso debería hacer un brevísimo resumen histórico-político del país… tal vez mañana).

Repasemos. El 17 de febrero, Monseñor Baseotto, obispo castrense, escribe una carta (pública) al ministro de salud de la Argentina. El tal ministro es un entusiasta propulsador de la moral sexual progresista, por llamarla de alguna manera; aborto incluido. El obispo es más bien conservador y no muy político. El párrafo de la carta en cuestión dice literalmente (pueden ver el original completo):
La multiplicación de los abortos que usted propicia con fármacos conocidos como abortivos es apología del delito de homicidio… Cuando usted repartió públicamente profilácticos a los jóvenes, recordaba el texto del Evangelio donde nuestro Señor afirma que “los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar”…
Se refiere, claro, a la conocida frase de Jesús que figura en los tres sinópticos. No me parece que sea gran cosa la carta (en realidad, no me gusta mucho) y quizás la cita sea poco inteligible para los destinatarios. Pero cualquiera que lea la carta puede entender que la acusación de «escandalizador» se refiere al papel de «educador sexual» que el gobierno pretende arrogarse (tipificado, y no es mala tipificación, en la imagen de «repartidor de profilácticos»), no en la legalización del aborto [*]. Se trata de que, para el obispo (y para mí) la «educación sexual» entendida al modo que la entienden los ideólogos de este gobierno no está muy lejos de la «corrupción de menores» (no pretendo que otros estén de acuerdo… sí puedo pretender que sigan el razonamiento!); y antes que corromper a un niño más te valdría (es decir, te sería preferible, por el bien de tu propia alma) que te colgaran una piedra al cuello y te tiraran al mar. Por ahí, es de creer, apunta la hipérbole de Jesús.
Pero… aunque parezca increíble, el gobierno y los medios decidieron que el obispo proponía tirar al ministro al mar por su posición abortista, y que encima la imagen era una alusión macabra a los «vuelos de la muerte» (esto forma parte de la mitología política argentina, a explicar otro día; baste por ahora saber que durante una dictadura militar se ejecutó a detenidos arrojándolos desde aviones al Río de la Plata…). En realidad, como verán, nadie se animó a decir que el obispo pensaba en eso; pero bueno, lo pensamos nosotros (los que enseñamos a pensar), y basta. El gobierno protestó ante el Vaticano, y ante la falta de respuesta (mejor dicho, ante el apoyo) decidió -en nuestro mejor estilo presidencial- «despedirlo».

Es fascinante repasar algunos titulares de los diarios más vendidos, y más «moderados» de nuestro país (pueden imaginarse los más panfletarios). En aproximado orden cronológico; nótese cómo progresa la fidelidad en la cita y la interpretación:
    Primer tiempo:
  • Clarin – 19-2 El obispo castrense dijo que el ministro de Salud merecería ser «tirado al mar».

  • Clarín 20-2 Pampuro citó al obispo que quiere tirar un ministro al mar – «… unas declaraciones que, lejos de llevar un mensaje de paz y armonía a las Fuerzas Armadas, incentivan los desencuentros con alegorías poco felices y connotaciones muy fuertes para los argentinos»

  • Clarín 22-2 El obispo castrense dijo que habría que «tirar al mar» al ministro de Salud por sus opiniones sobre el aborto.

  • La Nación 23-2 El obispo castrense había criticado duramente al ministro de Salud, Ginés González García, por su postura en favor de la despenalización del aborto; «Hay que colgarle una piedra al cuello y tirarlo al mar«, fue la frase que disparó la polémica.

  • Clarín 24-2 Kirchner le pide a Juan Pablo II que eche al obispo castrense – Monseñor Baseotto se enfrentó duramente con el ministro de Salud por su opinión sobre el aborto. Y dio a entender que había que tirar al funcionario al mar. Ayer intentó una disculpa, pero ésta llegó tarde.


  • Intermedio
    En el medio de la movida, la DAIA (organización judía) no quiso dejar de participar: Ahora que lo dicen este Baseotto a nosotros tampoco nos gusta; allá por 1986… sí, hay que echarlo, estamos con el gobierno. Y esta perla, también muy representativa: piden que remuevan al obispo culpándolo de tener «una ideología nefasta», y unas líneas antes lo habían acusado de exhibir «una personalidad incapaz de aceptar ideologías diferentes».

    Segundo tiempo:
  • Clarín 18-3 … Hizo una cita bíblica: «los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar». La familiaridad [sic] con los métodos de desaparición de la última dictadura provocó escozor. Kirchner no demoró en pedir su separación.

  • Clarín 19-3 El Gobierno retiró el aval y despojó de sus atribuciones al obispo castrense Antonio Baseotto, lo que lo deja virtualmente fuera del cargo. El religioso había recomendado tirar al mar al ministro de Salud.

  • La Nación 18-3 Fernández, en tanto, atribuyó la decisión de Kirchner a las declaraciones de Baseotto que, dijo, «se convirtieron en alegorías con connotaciones muy fuertes [sic] porque básicamente sus expresiones recordaron que se debía hacer algo muy parecido a lo que ocurrió en los años negros de la Argentina cuando se hacían los ´vuelos de la muerte´». Baseotto había declarado, en medio de una polémica sobre el aborto, que al ministro de Salud, Ginés González García, había que “atarle una piedra al cuello y tirarlo al río.

¿Por qué detenernos acá? Vamos por más. Para periodistas ambiciosos que —buscando atraerse la atención de sus lectores, alentar la pasión anticlerical y ganarse el favor de los que mandan— les esté faltando imaginación, acá les proponemos nuevas versiones:
  • «En sus polémicas declaraciones, monseñor Baseotto había declarado que al ministro había que «atarle una piedra al cuello y tirarlo al Río de la Plata«»


  • «…monseñor Baseotto espetó que «a este ministro hay que hacerle unos zapatos de cemento, subirlo al avión, picanearlo y tirarlo al Río de la Plata»»

  • «El epicospado propone torturar al ministro de salud y hacerlo desaparecer, arrojándolo al río desde un avión»

  • «La Iglesia argentina enseña que es justo y cristiano matar a los que quieren despenalizar el aborto, tirándolos desde un avión».

  • «La Iglesia cambia sus métodos: en lugar de quemar en la hoguera a los que piensan diferente, ahora quieren tirarlos al río con una piedra al cuello» (éste bien puede hacer ganar un ascenso en Página 12; no me agradezcan).


[* Curiosamente, la primera nota de Clarín entendió bien ese punto]

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