Con una ayudita de los difuntos

Ya que estamos con esto:
Una vez leí a alguien (quién ? dónde ? no me acuerdo) que recomendaba la oración a los muertos como la mejor arma contra la lujuria (o la concupiscencia ? bueno, es más o menos lo mismo; las tentaciones de la carne, digamos).

Curioso que la idea me resulte tan sugestiva —y hasta convincente— cuando ni el autor daba razones o experiencias, ni yo me animaría a darlas.

Un efecto inmanente —en el mejor de los casos—, dirá algún pedante escéptico.
No sé, miren… ; no sé.

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