La hipérbole

Hay un chistecito conocido —bastante tonto, y encima requiere algo de matemática—. Jesús estaba hablando a sus discípulos, y dijo :
—»Y es igual a equis al cuadrado».
Pedro empezó
«—Maestro, no entendemos…«, pero Andrés lo reprendió por lo bajo
«—No seas bruto, Simón: ¿no ves que es una parábola?».

Esta bien. Pero el estilo de Jesús no era sólo parabólico: también en ocasiones era hiperbólico [*] (el camello que debe pasar por el ojo de la aguja…).

Y creo yo que tenemos un poco relegada la hipérbole, esa especie de exageración aparente. Parece que hoy sólo los niños tuvieran la necesaria libertad de espíritu para gustarla.
Sin embargo, como decía el mismo Leon Bloy (tipo hiperbólico, si los hay; y tan ignorado hoy día -sobre todo en el mundo anglo-americano-, acaso un poco por eso), para hacer ver algunas cosas -el mal, sobre todo- hay que pintarlas grandes. Exagerarlas. Para verlas uno mismo, incluso.
Y no es una estrategia de sofista, no son mentiritas para seducir.
Es cuestión de perspectiva correcta, nomás.

[*] Y, ya estirando un poco demasiado el juego de palabras, podemos completar las cónicas: puede también decirse que a veces era elíptico… y quizás también circular.

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