Rasgos paulinos

Nuevo blog de un converso amigo con credo propio (que suscribo, por cierto). Promete. Veremos.

Otro amigo (también católico, pero no converso) me decía hace poco que los conversos tienden tendemos a un discurso «paulino»… la referencia constante (explícita o no) a la propia conversión, la evocación arrepentida de aquellos tiempos de ceguera, etc.
En el peor de los casos, esto podría resultar en una especie de impudicia religiosa, en presuntuosidad, en egolatría.
En el mejor de los casos, esto podría resultar en… en San Pablo, sin ir más lejos.
Quien, sin ir más lejos, escribió esto que se leyó hoy en misa:
…Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio! […] ¿No saben que en el estadio todos corren, pero uno solo gana el premio? Corran, entonces, de manera que lo ganen. Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible.
Así, yo corro, pero no sin saber adonde; peleo, no como el que da golpes en el aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo tengo sometido, no sea que, después de haber predicado a los demás, yo mismo quede descalificado.

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