Los rumores sobre mi muerte…

Lo cuenta el padre Huc en la penúltima página de su «Viaje por la China». Los misioneros habían llegado por fin a Cantón y pidieron al cónsul francés periódicos de Europa (llevaban más de tres años sin noticias). Y se toparon con la noticia de su martirio. Un artículo relataba con lujo de detalles cómo los misioneros habían sido colgados de las colas de caballos y arrastrados hasta morir. Dice el padre Huc:
…Como es fácil suponer, semejante artículo nos dejó un poco sorprendidos, y nos creímos en el derecho de negar su completa exactitud…
Lo cual, como bien dice acá, prefigura la famosa frase de Mark Twain.

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