Artículo 1:
La totalidad de las criaturas, ¿existió o no existió
siempre?
lat
Objeciones por las que parece que la totalidad de las criaturas, que
llamamos mundo, no empezó a existir, sino que existió desde la
eternidad:
1. Todo lo que ha comenzado a existir, antes de existir tenía la
posibilidad de existir, porque, de lo contrario, sería imposible que
existiera. Por lo tanto, si el mundo comenzó a existir es posible que
existiera antes de existir. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de
existir es la materia, que está en potencia para existir por la forma
y para no existir por la privación de la forma. Por lo tanto, si el
mundo comenzó a existir, antes de él había materia. Pero no puede
haber materia sin forma. La materia del mundo junto con la forma es lo
que constituye el mundo. Consecuentemente, habría mundo antes de que
comenzara a existir. Esto es imposible.
2. Nada que tiene capacidad para existir siempre, puede a
veces existir y a veces no existir, porque, por naturaleza, cada ser
existe en tanto en cuanto que puede. Pero todo lo incorruptible tiene
capacidad para existir siempre, pues no está determinado por la
duración. Por lo tanto, nada incorruptible a veces existe y a veces no
existe. Pero todo lo que empieza a existir a veces existe y a veces no
existe. Por consiguiente nada incorruptible empieza a existir. Pero
hay muchas cosas incorruptibles en el mundo, como los cuerpos celestes
y todas las sustancias intelectuales. Por lo tanto el mundo no empezó
a existir.
3. Nada ingénito empieza a existir. Pero el Filósofo en
I Physic. demuestra que la materia es ingénita. Y
en I De caelo et mundo, que el cielo es
ingénito. Por lo tanto, la totalidad de las cosas no empezó a
existir.
4. El vacío es un lugar donde no hay cuerpo, pero puede
haberlo. Si el mundo comenzó a existir donde ahora está la masa del
mundo, antes no hubo ninguna masa, de lo contrario tampoco la habría
ahora. Por lo tanto, antes del mundo había vacío. Esto es
imposible.
5. Más todavía. Nada empieza a moverse nuevamente sin que se dé un
nuevo cambio en el motor. Pero lo que se cambia se mueve. Por lo
tanto, antes de que todo movimiento empiece a ser nuevo, había algún
movimiento y, consecuentemente, siempre hubo algún movimiento. También
hubo siempre algún motor, porque no es posible el movimiento sin
motor.
6. Todo motor es natural o voluntario. Ninguno empieza a
mover sin algún movimiento previo. Pues la naturaleza siempre obra del
mismo modo. Por lo tanto, el agente natural no empieza a mover con un
movimiento nuevo sin que haya algún cambio anteriormente en el motor.
Del mismo modo, la voluntad puede cambiar la realización de lo que se
propone sin que haya cambio por su parte. Pero no puede posponer dicha
ejecución sin imaginar algún cambio, al menos temporal. Ejemplo: El
que quiere hacer una cosa mañana y no hoy, espera que mañana se dé
alguna circunstancia que no se da hoy. O, por lo menos, espera que
pase el hoy y llegue mañana. Esto no se da sin que se produzca algún
cambio, porque el tiempo es la medida del movimiento. Por lo tanto,
hay que concluir que, antes de todo movimiento que se realiza de
nuevo, hay otro movimiento que lo precede. Así resulta lo mismo que
antes.
7. Lo que está siempre en el principio y siempre en el fin,
no puede ni empezar ni acabar, porque lo que empieza no está en su
final y lo que acaba no está en su comienzo. Pero el tiempo está
siempre en su principio y en su final, porque no hay más tiempo que el
ahora, que es el final del pasado y el comienzo del futuro. Por lo tanto, el tiempo no puede ni empezar ni
acabar, y, por ello, tampoco lo puede hacer el movimiento, que es
medido por el tiempo.
8. Digamos también. Dios es anterior al mundo sólo por naturaleza o
por duración. Si lo es sólo por naturaleza, por ser Dios eterno,
también el mundo existirá desde la eternidad. Si lo es por duración,
tanto el antes como el después constituyen el tiempo. Por lo tanto,
hubo tiempo antes de existir el mundo. Esto es imposible.
9. Establecida una causa suficiente, se desprende el
efecto. Pues la causa a la que no sigue el efecto es una causa
imperfecta que necesita de algo para que se desprenda de ella un
efecto. Pero Dios es causa suficiente del mundo. Causa final debido a
su bondad. Causa ejemplar, debido a su sabiduría. Causa efectiva,
debido a su poder, tal como se demostró anteriormente (
q.44 a.1.3.4).
Por lo tanto, al existir Dios desde la eternidad, también desde la
eternidad ha existido el mundo.
10. A una acción eterna, efecto eterno. Pero la acción de
Dios es su misma sustancia, que es eterna. Por lo tanto, el mundo es
eterno.
Contra esto: está lo que se dice en Jn 17,5: Glorifícame, Padre,
junto a ti mismo, con la misma gloria que tuve antes de que existiera
el mundo. Y en Prov 8,22: El Señor me colocó al comienzo de
sus caminos antes de que existiera cualquier cosa.
Respondo: Fuera de Dios nada existe desde la
eternidad. Sostener esto no es contradictorio. Pues quedó demostrado
anteriormente (
q.19 a.4) que la voluntad de Dios es causa de las
cosas. Por lo tanto, en la medida en que alguna cosa es necesaria, lo
es en cuanto que Dios lo quiere, puesto que la necesidad de un efecto
depende de la necesidad de la causa, tal como se dice en V
Metaphys. También se demostró anteriormente (
q.19 a.3), que, en términos absolutos, no es necesario que Dios quiera algo
fuera de sí mismo. Por lo tanto, no es necesario que Dios quiera que
el mundo existiera siempre. Pues el mundo existe en tanto en cuanto
que Dios quiera que exista, porque la existencia del mundo depende de
la voluntad de Dios como causa. Por consiguiente, no es necesario que
el mundo haya existido siempre. De ahí que tampoco se pueda demostrar
su existencia eterna.
Los argumentos que ofrece Aristóteles no son absolutos, sino
relativos, esto es, para rebatir los argumentos de los antiguos, que
sostenían ciertos modos, del todo inadmisibles, del comienzo del
mundo. Esto es así por tres razones: 1) Primera, porque tanto en VIII Physic. como
en I De caelo, ya anticipa ciertas opiniones
como la de Anaxágoras, Empédocles y Platón contra las que aduce
argumentos contradictorios. 2) Segunda, porque siempre que se
habla de este asunto trae a colación testimonios de los antiguos. Esto
no es propio del que demuestra algo, sino del que persuade con
probabilidades. 3) Tercera, porque, como dice expresamente en I
Topic., hay ciertos problemas
dialécticos para los que no tenemos argumentos demostrativos, como, por ejemplo, si el mundo es eterno.
A las objeciones:
1. Antes que el mundo existiera es
posible que existiera, pero no por alguna potencia
pasiva, la materia, sino por la potencia activa de Dios. También se
dice que algo es absolutamente posible no por alguna potencia, sino
por la exclusiva relación de términos que no implican contradicción.
Así, posible se opone a imposible como nos consta por el Filósofo en
V Metaphys.
2. Lo que tiene capacidad para
existir siempre, no es posible que a veces exista y a veces no exista.
Sin embargo, antes de tener tal capacidad, no existía. Este argumento
sostenido por Aristóteles en I De caelo, no
lleva a la conclusión absoluta de que lo incorruptible no haya
empezado a existir, sino que no empezó a existir según el modo natural
como comienza a existir lo generable y corruptible.
3. Aristóteles en I
Physic. demuestra que la materia es ingénita porque
no tiene un sujeto del cual sea hecha. En I
De caelo et mundo, demuestra que el cielo es ingénito porque no
tiene un contrario del que se origine. De todo eso no se concluye más
que la materia y el cielo no empezaron por generación, como sostenían
algunos, en especial sobre el cielo. Nosotros, en cambio, sostenemos
que la materia y el cielo han sido hechos por creación, tal como
dijimos (
q.45 a.2).
4. Para el concepto de vacío no es
suficiente que no haya nada, sino que se requiere la existencia
de algún espacio con capacidad, en el que no haya nada, como nos
consta por Aristóteles en IV Physic. Nosotros
sostenemos que antes que el mundo existiera, no había ni lugar ni
espacio.
5. El primer motor permaneció
siempre inmóvil. Pero no el primer móvil que empezó a existir después
de no haber existido. Sin embargo, esto no se dio por un cambio, sino
por creación, que no es cambio, como dijimos anteriormente (
q.45 a.2 ad 2). De donde se deduce que el argumento que ofrece Aristóteles en
VIII
Physic. va contra aquellos que sostenían la
existencia de seres móviles eternos, pero no el movimiento eterno. Así
pensaban Anaxágoras y Empédocles. Nosotros sostenemos que desde que
empezó a haber seres móviles, siempre hubo movimiento.
6. El primer agente es agente
voluntario. Y aunque eternamente haya tenido la voluntad de producir
algún efecto, no por eso ha producido algún efecto eterno. Tampoco es
necesario que se presuponga algún cambio ni siquiera con respecto a la
representación del tiempo. Pues es necesario concebir de un modo
distinto el agente particular, que presupone algo y
causa algo, y el agente universal, que lo produce todo. Pues así como
el agente particular produce la forma, presupone la materia. De ahí
que sea necesario que la forma, mantenga cierta proporción con la
materia. Por lo cual, se supone razonablemente que aplica la forma a
tal materia y no a otra, en virtud de la diferencia que hay entre una
materia y otra. Pero esto no es aplicable razonablemente a Dios, que
produce a la vez la forma y la materia, sino que es aplicable en
cuanto que produce la materia adaptada a la forma y al fin. El agente
particular supone el tiempo como también la materia. De ahí que haya
que tener presente que el agente obra en un tiempo posterior y no en
el anterior, debido a que concebimos el tiempo a partir de la
sucesión. Pero con respecto al agente universal, que produce el ser y
el tiempo, no hay que suponer que obre ahora y no antes a partir de la
concepción del tiempo, como si necesitara el tiempo, pues actuó cuando
quiso y cuando lo creyó conveniente para demostrar su poder. Con más
evidencia se llega al conocimiento del poder divino creador si se
piensa que el mundo no ha existido siempre a que haya existido
siempre. Pues es evidente que todo aquello que no ha existido siempre
ha tenido causa. Pero no resulta ya tan evidente en aquello que
siempre existió.
7. Tal como se dice en IV Physic., el antes y el después se dan en el tiempo
como lo anterior y lo posterior se dan en el movimiento. Por lo tanto,
el principio y el final hay que concebirlos en el tiempo y en el
movimiento. Supuesta la eternidad del movimiento, es necesario que
cualquier momento en el movimiento sea tomado como principio y como
final; lo cual no sucedería si el movimiento tuviera comienzo. Lo
mismo hay que decir del ahora del tiempo. De este modo resulta
evidente que aquel argumento que habla del ahora que siempre es
principio y final del tiempo, presupone la eternidad del tiempo y del
movimiento. De ahí que Aristóteles presente este argumento en VIII Physic. contra aquellos que sostenían la eternidad
del tiempo, pero negaban la eternidad del movimiento.
8. Dios es anterior al mundo en
duración. Pero ahí este antes no indica anterioridad temporal,
sino que se refiere a la eternidad. También puede decirse que indica
la eternidad del tiempo pensado, pero no realmente existente. Así,
como cuando se dice que sobre el cielo no hay nada, este sobre
indica sólo un lugar imaginado, en cuanto que es posible imaginar que
a las dimensiones de los cuerpos celestes se le añadan
otras.
9. Así como el efecto sigue a la
causa por naturaleza en cuanto al modo de su forma, así también el
efecto de la causa que actúa voluntariamente, se desprende de ella en
conformidad con la forma preconcebida y determinada, como se deduce de
lo dicho anteriormente (
q.19 a.4;
q.41 a.2). Así pues, aun cuando Dios
desde la eternidad haya sido causa suficiente del mundo, sin embargo,
no es necesario que se suponga que el mundo ha sido producido por Dios
a no ser en cuanto que ha sido predeterminado por su voluntad. Esto
es, que el mundo haya empezado a existir después de que no existiera
para que así proclamara de forma más clara a su Autor.
10. Establecida una acción, se
sigue el efecto en conformidad con la exigencia de la forma que es
principio de la acción. En los agentes voluntarios, lo que ha sido
preconcebido y determinado se toma como forma que es principio de la
acción. Así, pues, de la acción eterna de Dios no se deduce un efecto
eterno, sino tal como Dios lo quiso, es decir, que empezara a existir
después de no existir.
Artículo 2:
El inicio del mundo, ¿es o no es artículo de fe?
lat
Objeciones por las que parece que el inicio del mundo no es un
artículo de fe, sino una conclusión demostrable:
1. Todo lo hecho tiene principio de su duración. Pero se puede
demostrar con rigor que Dios es la causa efectiva del mundo. Esto
también lo sostuvieron los filósofos más acreditados. Por lo tanto,
puede demostrarse con rigor que el mundo ha comenzado a
existir.
2. Si es necesario afirmar que el mundo ha sido hecho por
Dios, o lo hizo a partir de la nada, o lo hizo a partir de algo. Pero
no puede ser a partir de algo, porque entonces la materia del mundo
sería anterior al mundo. Contra esto argumentó Aristóteles sosteniendo
que el cielo es ingénito (
a.1). Por lo tanto, es necesario decir que
el mundo ha sido hecho a partir de la nada. Y, así, tiene existencia
después de no tenerla. Por ende, es necesario afirmar que empezó a
existir.
3. Todo lo que opera por el entendimiento, opera
partiendo de algún principio, como resulta claro en las obras
artísticas. Pero Dios obra por el entendimiento. Por consiguiente,
obra partiendo de algún principio. Así, pues, el mundo, que es efecto
suyo, no existió siempre.
4. Es evidente que hay algunas artes y regiones habitadas
que han empezado en un tiempo determinado. Pero esto no sería así si
el mundo hubiera existido siempre. Por lo tanto, es evidente que el
mundo no ha existido siempre.
5. Más todavía. Es cierto que nada puede igualarse a Dios. Pero si el
mundo hubiese existido siempre, se igualaría a Dios en la duración.
Por ello, es cierto que el mundo no ha existido siempre.
6. Si el mundo existió siempre, una infinidad de días ha
precedido al de hoy. Pero no se puede ir más allá del infinito. Por lo
mismo, hubiera sido imposible llegar al día de hoy. Esto es
evidentemente falso.
7. Si el mundo fue eterno, también la generación fue desde
la eternidad. Por lo tanto, ha habido una serie infinita en la
generación humana. Pero tal como se dice en II Physic., el padre es la causa eficiente del hijo. Por ende, en las causas eficientes hay que proceder hasta el infinito. Esto no es admitido en II Metaphys.
8. Si siempre existió el mundo y la generación, infinitos
hombres nos han precedido. Pero el alma del hombre es inmortal. Por lo
tanto, ahora existirían realmente infinitas almas humanas. Esto es
imposible. Por eso, puede demostrarse que el mundo ha empezado en
algún momento y, por lo tanto, no es sólo materia de
fe.
Contra esto: los artículos de fe no pueden ser demostrados con rigor
porque la fe trata de lo que no se ve, como se dice en Heb 11,1. Pero
es artículo de fe que Dios es el creador del mundo, así como que el
mundo ha empezado a existir. Decimos: Creo en un
solo Dios, etc. Y también Gregorio en la homilía I. In Ez. dice que Moisés habló proféticamente del
pasado cuando dijo: En el principio creó Dios el cielo y la
tierra, ahí esta Incluida la novedad del mundo. Por lo tanto, la
novedad del mundo se conoce sólo por revelación y no puede demostrarse
con rigor.
Respondo: Que el mundo no ha existido siempre
lo sabemos sólo por la fe y no puede ser demostrado con rigor,
siguiendo lo que sobre el misterio de la Trinidad hemos dicho
anteriormente (
q.32 a.1). Esto es así porque la novedad del mundo no
puede ser demostrada a partir del mismo mundo. Pues el principio de la
demostración es
aquello que es. Ahora bien,
cada cosa considerada en cuanto a su especie, abstrae del aquí y
ahora, por lo cual se dice que
lo universal está en todas partes y
siempre. De ahí que no pueda ser demostrado que el
hombre, el cielo o la tierra no hayan existido siempre. Lo
mismo puede decirse por parte de la causa agente que
obra voluntariamente. Pues no puede investigarse con la razón la
voluntad de Dios a no ser sobre aquello que es absolutamente necesario
que Dios quiera. Ahí no está incluido, tal como hemos dicho (
q.19 a.3), lo que Dios quiere de las criaturas.
Sin embargo, la voluntad divina puede manifestarse por revelación al
hombre, y ahí se fundamenta nuestra fe. Por lo tanto, que el mundo
empezara a existir es creíble, pero no demostrable o cognoscible. Es
útil que se tenga esto presente a fin de que, presumiendo de poder
demostrar las cosas que son de fe, alguien presente argumentos no
necesarios y que provoquen risa en los no creyentes, pues podrían
pensar que son razones por las que nosotros aceptamos las cosas que
son de fe.
A las objeciones:
1. Tal como dice Agustín en XI
De civ. Dei: Entre los filósofos que sostenían la
eternidad del mundo, hubo una doble opinión. Pues algunos sostuvieron
que la sustancia del mundo no existe por Dios. Esto es un error
intolerable y necesariamente hay que rechazarlo. Otros sostuvieron que
el mundo era eterno, pero afirmando al mismo tiempo que había sido
hecho por Dios.
Estos no querían admitir principio de duración para
el mundo, pero admitían principio de creación, de modo que se está
haciendo siempre de una manera apenas comprensible. En X
De
civ. Dei, se nos relata cómo entendían esto. De la
siguiente manera.
Decían que así como si el pie estuviera desde la
eternidad siempre sobre el polvo, siempre habría tenido debajo de él
una huella, la cual nadie dudaría que había sido marcada por el que
pisaba aquello; así también el mundo ha existido siempre porque existe
siempre el que lo ha hecho. Para entender este razonamiento hay
que tener presente que la causa eficiente que obra por el movimiento,
precede a su efecto en el tiempo, porque el efecto no se da más que al
final de la acción y es necesario que todo agente sea el principio de
la acción. Pero si la acción es instantánea y no sucesiva, no es
necesario que el agente preceda en duración a lo que hace. Es lo que
ocurre con la luz. De ahí que digan que no es necesario que Dios
preceda al mundo en duración aun cuando sea la causa activa del mundo,
porque la creación por la que se produjo el mundo no es un cambio
sucesivo, tal como se dijo (
q.45 a.2 ad 3).
2. Los que admitieran que el mundo
es eterno, dirían que el mundo ha sido hecho por Dios a partir de la
nada, no en el sentido que ha sido hecho después de la nada, tal como
nosotros entendemos la palabra creación; sino porque no ha sido
hecho de algo. Algunos, tal como nos consta por Avicena en su Metafísica, no rechazan este sentido de
creación.
3. Aquel es el argumento de
Anaxágoras que figura en III
Physic., pero no
concluye necesariamente a no ser que se trate del entendimiento que,
por un proceso discursivo, averigua lo que hay que hacer, y esto es
parecido al movimiento. Así es como actúa el entendimiento humano,
pero no el divino, como quedó demostrado (
q.14 a.7).
4. Los que sostienen la eternidad
del mundo, sostienen también que ha habido alguna región que haya
pasado indefinidamente de inhabitable a habitable, y viceversa.
También sostienen que las artes han sido inventadas y que han
desaparecido por infinitos procesos accidentales. Por eso Aristóteles
en el libro Meteor., dice que es ridículo
intentar fundamentar alguna opinión sobre la novedad del mundo en su
totalidad a partir de estos cambios.
5. Aun cuando el mundo hubiera
existido siempre, sin embargo, no se igualaría a Dios en la eternidad,
tal como dice Boecio al final del De Consol.
Porque la existencia divina es una existencia total y simultánea sin
sucesión. Esto no se da en el mundo.
6. Todo tránsito se entiende como el
paso de un término a otro. Pero cualquier día pasado que se tome desde
él hasta el día de hoy hay un número limitado de días
que pudieron ser vividos. Aquella objeción sería
viable si entre ambos términos hubiera medios infinitos.
7. En las causas eficientes, es
imposible proceder hasta el infinito, pues se
multiplicarían indefinidamente las causas requeridas para la
producción de algún efecto. Ejemplo: Que la piedra sea movida por el
bastón, éste por la mano, y así indefinidamente. Pero no es imposible
que accidentalmente unas causas dependan de otras indefinidamente, de
modo que todas las causas que se multiplican indefinidamente equivalen
a una sola cosa. Ejemplo: El carpintero utiliza accidentalmente muchos
martillos porque se van rompiendo uno tras otro. En este caso, resulta
claro que es sólo accidental usar un martillo después de otro. Lo
mismo sucede cuando un hombre engendra a otro después de que él ha
sido engendrado, ya que engendra en cuanto que es hombre y no en
cuanto que es hijo de otro hombre. Todos los hombres que engendran
tienen un mismo rango en la escala de las causas eficientes. Esto es,
son agentes particulares. Por lo tanto, no es imposible que el hombre
engendre al hombre indefinidamente. Esto sería imposible si la
generación de tal hombre dependiera de otro hombre, y de uno de los
elementos, y del sol, y así hasta el infinito.
8. Los que sostienen la eternidad
del mundo, rechazan de múltiples formas este argumento. Pues algunos
no creen imposible que existan almas infinitas en acto. Esto es lo que
sostiene Algazel en
Metaphys. al decir que esto
sería algo accidental. Pero esto ya ha sido rechazado anteriormente
(
q.7 a.4). Otros, en cambio, sostienen que el alma se corrompe
juntamente con el cuerpo. Otros, que de todas las almas sólo permanece
una. Otros, como nos dice Agustín, que existe una
especie de circunvolución de las almas, de modo que, separadas de los
cuerpos, después de un cierto tiempo vuelven nuevamente a los cuerpos.
De todo esto trataremos más adelante (
q.75 a.6;
q.76 a.2;
q.118 a.6).
Sin embargo, hay que tener presente que este argumento tiene un
sentido especial. Pues se puede pensar que el mundo, o al menos
algunas criaturas, como los ángeles, son eternos. Aunque no lo sea el
hombre. Nosotros estamos estudiando el problema en sentido global,
intentando responder si alguna criatura ha existido desde la
eternidad.
Artículo 3:
La creación de las cosas, ¿fue o no fue al principio del
tiempo?
lat
Objeciones por las que parece que la creación de las cosas no fue al
principio del tiempo:
1. Lo que no existe en el tiempo no existe en algún tiempo concreto.
Pero la creación no se dio en el tiempo, pues por la creación se
produjo la sustancia de las cosas; y el tiempo no mide la sustancia de
las cosas, en especial de las incorporales. Por lo tanto, la creación
no fue al principio del tiempo.
2. El Filósofo prueba que
todo lo que se hizo estuvo haciéndose. De este modo, todo lo que se
hace tiene un antes y un después. Pero al principio del tiempo, por
ser indivisible, no hay antes ni después. Por lo tanto, como quiera
que ser creado es un modo de ser hecho, parece que las cosas no fueron
creadas al principio del tiempo.
3. También el mismo tiempo ha sido creado. Pero el
tiempo no puede ser creado al principio del tiempo, puesto que el
tiempo es divisible y el principio del tiempo indivisible. Por lo
tanto, la creación no fue al principio del tiempo.
Contra esto: está lo que se dice en Gen 1,1: Al principio creó Dios
el cielo y la tierra.
Respondo: El texto de Gen 1: Al principio
creó Dios el cielo y la tierra, hay que exponerlo de tres modos a
fin de excluir tres errores. Pues algunos sostuvieron que el mundo
existió siempre y que el tiempo no tuvo principio. Para rechazar esto
se dice: Al principio, esto es, del tiempo.
Otros sostuvieron dos principios de creación, uno para las cosas
buenas, otro para las malas. Para rechazar esto, se dice: Al
principio, esto es, en el Hijo. Pues así como el ser principio
efectivo se apropia al Padre por el poder, así también el principio
ejemplar se apropia al Hijo por la sabiduría. Tal como se dice en el
Sal 103,24: Todo lo hiciste en sabiduría. Y así se comprende
que Dios ha hecho todas las cosas en el principio, es decir, en el
Hijo, siguiendo aquello del Apóstol en Col 1,16: En El mismo,
esto es, en el Hijo, fueron creadas todas las
cosas. Otros sostuvieron que las cosas corporales
fueron creadas por Dios a través de criaturas espirituales. Para
rechazar esto, se dice: En el principio creó Dios el cielo y la
tierra, esto es, antes de cualquier cosa. Se dice que son cuatro
las cosas creadas por Dios simultáneamente: El cielo empíreo, la
materia corporal (conocida con el nombre de tierra), el tiempo
y la naturaleza angélica.
A las objeciones:
1. No se dice que las cosas hayan
sido creadas al principio del tiempo en el sentido de que dicho
principio del tiempo sea la medida de la creación, sino porque
simultáneamente con el tiempo fueron creados el cielo y la
tierra.
2. El texto del Filósofo está
referido al ser hecho, que se lleva a cabo por el movimiento o que es
final del movimiento. Porque, como quiera que en todo movimiento puede
indicarse un antes y un después, previo a cualquier momento en un
movimiento concreto, esto es, mientras se está moviendo o haciendo
algo, puede entenderse un antes y un después previo a lo que está en
el principio del movimiento o en su final. Pero la creación no es
movimiento ni final de ningún movimiento, como se dijo anteriormente
(
q.45 a.2 ad 3). Por lo tanto, lo que se crea no se estaba
creando.
3. Nada se hace más que en cuanto
que existe. Nada es temporal más que el ahora. Por lo tanto,
nada puede ser hecho a no ser en un ahora concreto. No porque
en el mismo primer ahora haya tiempo, sino porque por él
empieza el tiempo.