Artículo 1:
¿Es o no es necesario que todo ser haya sido creado por
Dios?
lat
Objeciones por las que parece que no es necesario que todo ser haya
sido creado por Dios.
1. Nada impide que algo exista sin aquello que no le es esencial,
como el hombre sin la blancura. Ahora bien, la relación de dependencia
entre lo causado y la causa no parece ser esencial en los seres;
porque sin dicha relación pueden concebirse algunos de ellos. Luego
sin ella pueden existir. Por lo tanto, nada impide que algunos seres
no hayan sido creados por Dios.
2. Para lo que algo necesita la causa eficiente es para
existir. Luego lo que no puede no existir no necesita causa eficiente.
Pero nada necesario puede no existir; porque lo que es necesario que
exista no puede no existir. Así, pues, como quiera que hay muchas
cosas que son necesarias en la realidad, parece que no todos los seres
hayan sido creados por Dios.
3. Todo lo que tiene causa puede demostrarse a través de
ella. Pero en las matemáticas no hay demostración por la causa agente,
como dice el Filósofo en III Metaphys. Así, pues,
no todos los seres proceden de Dios como de su causa.
Contra esto: está lo que dice en Rom 11,36: De El, por El y en El
existe todo.
Respondo: Es necesario afirmar que todo lo que
existe de algún modo existe por Dios. Porque si se encuentra algo por
participación en un ser, necesariamente ha de ser causado en él por
aquel a quien esto le corresponde esencialmente, como se encandece el hierro por el fuego. Se ha demostrado
anteriormente (
q.3 a.4), al tratar sobre la
simplicidad divina, que Dios es por esencia el ser subsistente, y
también se ha demostrado que el ser subsistente no puede ser más que
uno, pues si la blancura fuese subsistente no podría haber más que una
sola, pues se convierte en múltiple en razón de los sujetos en los
cuales es recibida. Por lo tanto, es necesario que todas las cosas,
menos Dios, no sean su propio ser, sino que participen del ser, y, por
lo tanto, es necesario que todos los seres, que son más o menos
perfectos en razón de esta diversa participación, tengan por causa un
primer ser que es del todo perfecto. Por eso Platón
dijo que es necesario presuponer la unidad antes que la
multitud. Y Aristóteles en II
Metaphys., dice
que lo que es ser en grado sumo y verdadero también en grado sumo es
causa de todo ser y de todo lo verdadero; así como lo que es caliente
en grado sumo es causa de todo lo caliente.
A las objeciones:
1. Aunque la relación con la causa
no entre en la definición del ser que es causado, esta relación, sin
embargo, es una consecuencia necesaria de lo que es esencial a lo
causado. Porque de ser ente por participación se
deduce que ha de ser causado por otro. Por lo tanto, dicho ser no
puede existir sin ser causado del mismo modo que tampoco puede existir
el hombre sin ser capaz de reír. No obstante, porque el ser causado no
pertenece en modo alguno a la razón de ser en cuanto tal, por eso
mismo encontramos que hay algún ser que no es causado.
2. Por esto mismo algunos opinaron
que lo que es necesario no tiene causa, como se dice en VIII Physic. Pero esto es evidentemente falso en las
ciencias demostrativas, en las cuales los principios necesarios son
causa de las conclusiones también necesarias. De este modo,
Aristóteles en V Metaphys. dice que hay ciertas
cosas necesarias que tienen causa de su necesidad. Por lo tanto, no
sólo por eso se requiere que haya una causa agente, es decir, porque
el efecto pueda no existir, sino porque el efecto no existiría si no
existiera la causa. Esta condicional es verdadera tanto
si el antecedente y el consecuente son posibles como si son
imposibles.
3. El objeto de las matemáticas es
tenido como abstracto en nuestro modo de concebirlo, y,
sin embargo, no es abstracto en su existencia. Ahora bien, el tener
causa eficiente es algo que le corresponde a un ser en tanto y en cuanto existe. Así, pues, aun cuando el objeto de las matemáticas tenga causa agente, sin embargo, no caen bajo el análisis del matemático en cuanto que tienen causa agente. De este modo, en las ciencias matemáticas no se demuestra nada por la causa agente.
Artículo 2:
La materia prima, ¿es o no es creada por Dios?
lat
Objeciones por las que parece que la materia prima no es creada por
Dios:
1. Todo lo hecho está compuesto de sujeto y de algo más, como se dice
en I Physic. Pero no hay algo que sea sujeto de
la materia prima. Por lo tanto, la materia prima no puede haber sido
hecha por Dios.
2. La acción y la pasión se oponen entre sí. Pero como el
primer principio activo es Dios, así también el primer principio
pasivo es la materia. Por lo tanto, Dios y la materia prima son dos
principios que se oponen entre sí, de los cuales ninguno procede del
otro.
3. Todo agente hace algo semejante a sí mismo; de este
modo, como todo agente obra en tanto y en cuanto está en acto, se sigue que todo lo hecho de algún modo está en acto. Pero la materia prima, en cuanto tal, está sólo en potencia. Por lo tanto, va contra la naturaleza misma de la materia prima ser hecha.
Contra esto: está lo que dice Agustín en XII Confess.: Señor, dos cosas hiciste. Una cerca de Ti (esto es, el ángel), otra cerca de la nada (esto es, la materia prima).
Respondo: Los antiguos filósofos poco a poco, y
a tientas, fueron entrando en el conocimiento de la
verdad. Pues desde el principio, tal vez por su
primitiva rudeza, no pensaron que hubiera otros seres fuera de los
cuerpos sensibles. Algunos, que admitían el
movimiento, no consideraron el movimiento más que a
partir de algunos accidentes como la vaporización y la
densidad, la unión y la separación.
Suponían que la sustancia de los cuerpos no había sido
creada, e indicaban algunas causas de estos cambios
accidentales, como, por ejemplo, la amistad, la discordia, el entendimiento, o cosas parecidas.
Posteriormente, otros distinguieron, por el entendimiento, entre
forma sustancial y materia, la cual la suponían increada; y observaron también que en los cuerpos hay cambios según sus formas esenciales. Estos cambios los atribuyeron a causas más universales, como el círculo oblicuo, según Aristóteles; o las ideas, según Platón.
Pero hay que tener presente que la materia se contrae por la forma en
una especie determinada; así como la sustancia de cualquier especie se
contrae a un modo particular de existir por los accidentes que se le
añaden, como hombre se limita por blanco. Así, pues,
ambos consideraron el ser bajo un aspecto particular, bien en cuanto
es este ser o en cuanto es tal ser. De este modo
asignaron a las cosas causas agentes particulares.
Otros progresaron más hasta considerar
el ser en cuanto ser; y consideraron la causa de las cosas no en
cuanto que son éstas o aquéllas, sino en cuanto que son seres. Así
pues, lo que es causa de las cosas en cuanto que son seres, es
necesario que sea causa de las cosas, no sólo en cuanto que son tales
cosas por las formas accidentales ni tampoco en cuanto que son estas
cosas por las formas sustanciales, sino también en
cuanto todo aquello que pertenece a su ser en el modo
que sea. Así, es necesario sostener que también la materia prima fue
creada por la causa universal de todos los seres.
A las objeciones:
1. El Filósofo en I Physic. está hablando del ser hecho en particular,
que consiste en pasar de una forma a otra, tanto si ésta es accidental
como si es sustancial; ahora nosotros estamos hablando aquí de las
cosas en cuanto que emanan del principio universal del
ser. De la emanación de esta causa no queda excluida
tampoco la materia, aun cuando lo esté del sentido dicho
anteriormente.
2. La pasión es efecto de la
acción. Por lo tanto, es razonable que el primer principio pasivo sea
efecto del primer principio activo, pues todo lo imperfecto es causado
por lo perfecto. Es necesario que el primer principio sea del todo
perfecto, como dice Aristóteles en XII Metaphys.
3. Aquel argumento no demuestra
que la materia no haya sido creada, sino que no ha sido creada sin
forma. Pues, aun cuando todo lo creado esté en acto, sin embargo, no
es acto puro. Por eso es necesario que también aquello
que se refiere a la potencia sea creado si todo lo que pertenece al
ser es creado.
Artículo 3:
La causa ejemplar, ¿es o no es algo además de Dios?
lat
Objeciones por las que parece que la causa ejemplar es algo además de
Dios:
1. Lo imitado tiene semejanza con el ejemplar. Pero las criaturas
distan mucho de la semejanza divina. Por lo tanto, Dios no es su causa
ejemplar.
2. Todo lo que existe por participación, se reduce a algo
que existe por sí mismo, como todo lo ígneo se reduce al fuego, como
ya se dijo (
a.1). Ahora bien, todo lo que hay en las cosas sensibles
existe por participación de alguna especie solamente; y esto resulta
evidente por el hecho de que en ninguna cosa sensible se encuentra
solamente lo que pertenece al concepto de la especie, sino que a los
principios de la especie se le añaden los principios individuales.
Así, pues, es necesario admitir que estas especies existen por sí
mismas como el hombre
por sí mismo y el caballo
por si
mismo, etc. Estas cosas son llamadas ejemplares. Por lo tanto, las
cosas ejemplares son algo real fuera de Dios.
3. Las ciencias y las definiciones son de las mismas
especies, no en cuanto que están en lo particular, porque a lo
particular no pertenece ni la ciencia ni la definición. Por lo tanto,
hay algunos seres o especies que no se dan en lo singular. Estas
especies son llamadas ejemplares. Por lo tanto, hay que concluir lo
mismo que antes.
4. Esto mismo parece ser lo que dice Dionisio en c.5 De Div. Nom.: Ser subsistente absolutamente es
anterior a ser vida subsistente y anterior a ser sabiduría
subsistente.
Contra esto: está el hecho de que lo ejemplar es lo mismo que la idea.
Pero las ideas, según lo que dice Agustín en el libro Octoginta
trium quaest., son las formas principales
contenidas en el entendimiento divino. Por lo tanto, los
ejemplares de las cosas no están fuera de Dios.
Respondo: Dios es la primera causa ejemplar de
todas las cosas. Para demostrarlo, hay que tener
presente que la producción de cualquier cosa requiere un ejemplar con
el objetivo de que el efecto tenga una determinada forma; pues el
artista crea en la materia una determinada forma según el ejemplar
establecido, tanto si este ejemplar está delante de sus ojos como si,
con anterioridad, lo ha concebido en su mente. Ahora bien, es evidente
que las cosas naturales tienen determinadas formas, y esta
determinación de las formas es necesario que sea reducida a su primer
principio, esto es, a la sabiduría divina, que estableció el orden del
universo, que consiste en la diversificación de las cosas. Así, es
necesario decir que en la sabiduría divina están las razones de todas
las cosas, las cuales anteriormente (
q.15 a.1) han sido llamadas
ideas, esto es, las formas ejemplares que hay en la mente divina,
las cuales, aun cuando se multipliquen respecto a las cosas, sin
embargo, realmente no son algo distinto de la esencia divina, si bien
su semejanza puede ser participada por muchos de muchas maneras. Así,
pues, el mismo Dios es el primer ejemplar de todo. Puede afirmarse
también que algunas de las criaturas son ejemplares de otras en cuanto
que hay algunas hechas a la semejanza de otras, bien porque sean de la
misma especie, bien por alguna analogía en la imitación.
A las objeciones:
1. Aun cuando las criaturas no
lleguen a asemejarse a Dios por naturaleza con semejanza de especie,
como el hombre se asemeja al hombre que le engendra, sin embargo, sí
llegan a asemejarse a El en la representación que de ellas hay en la
mente, como la casa que ha sido edificada se parece a la casa que hay
en la mente del arquitecto.
2. Es propio del hombre que tenga
materia, y así no puede encontrarse un hombre que no
tenga materia. Así, pues, aun cuando este hombre sea una participación
de su especie, con todo, no puede ser reducido a algo existente por sí
mismo en la misma especie, sino a una especie que le supera, como
pueden ser las sustancias separadas. Lo mismo cabe decir de otras
cosas sensibles.
3. Aun cuando la ciencia y la
definición tienen por objeto los seres universales, no es necesario
que las cosas tengan el mismo modo en la existencia que el que tienen
en el entendimiento cuando son conocidas, pues nosotros, por la
capacidad del entendimiento agente, abstraemos las especies
universales de lo particular. Sin embargo, no es necesario que lo
universal subsista fuera de lo particular como su ejemplar.
4. Como dice Dionisio en c.11 De
Div. Nom., las frases vida por sí misma
y sabiduría por sí misma, unas veces indican al mismo Dios y
otras veces a las virtudes que hay en las cosas; pero nunca indican
realidades subsistentes, tal como sostuvieron los antiguos.
Artículo 4:
Dios, ¿es o no es la causa final de todo?
lat
Objeciones por las que parece que Dios no es la causa final de
todo.
1. Obrar por un fin parece que es algo propio del que necesita tal
fin. Pero Dios nada necesita. Por lo tanto, no le corresponde obrar
por un fin.
2. El fin de la generación y la forma generada y el agente,
no se dan en el mismo número, como se dice en II Physic., porque el fin de la generación es la
forma de lo engendrado. Pero Dios es el agente de todo. Por lo tanto,
no es causa final de todo.
3. Todos desean el fin. Pero no todos desean a Dios,
porque tampoco todos le conocen. Por lo tanto, Dios no es el fin de
todo.
4. La causa final es la primera de las causas. Así, pues,
si Dios es causa agente y causa final, se concluye que
en El hay antes y después. Esto es imposible.
Contra esto: está lo que dice en Prov 16,4: El Señor lo ha hecho todo
por sí mismo.
Respondo: Todo agente obra por un fin, en caso
contrario no se seguiría de su acción un determinado fin, a no ser
casualmente. Ahora bien, uno mismo es el fin del agente y del paciente
en cuanto tales, pero de forma distinta, pues uno y lo mismo es lo que
el agente intenta transmitir y lo que el paciente intenta recibir. Sin
embargo, hay algunos agentes que obran y reciben la acción al mismo
tiempo y éstos son agentes imperfectos, a los que les corresponde que,
aun cuando actúen, intenten conseguir algo. Pero al primer agente, que
es exclusivamente activo, no le corresponde actuar para adquirir algún
fin, sino que tan sólo intenta comunicar su perfección, que es su
bondad. En cambio, todas las criaturas intentan
alcanzar su perfección que consiste en asemejarse a la perfección y
bondad divinas. Por lo tanto, la bondad divina es el fin de todas las
cosas.
A las objeciones:
1. Obrar movidos por la necesidad
no es más que algo propio de seres imperfectos, hechos para obrar y
recibir. Pero esto no le corresponde a Dios. Por eso, sólo El es
liberal en grado sumo, porque no actúa por utilidad, sino sólo por su
bondad.
2. La forma de lo generado no es
fin de la generación sino sólo en cuanto que hay una semejanza con la
forma que el que genera intenta comunicar. De no ser así, la forma de
lo generado superaría al que genera, porque el fin es siempre más
sublime que los medios que llevan al fin.
3. Todos los seres desean a Dios
como fin desde el momento en que desean algún bien, tanto si lo desean
con el apetito inteligible como con el sensible, como con el natural,
que no tiene conocimiento. Porque nada tiene razón de bien ni de
deseable más que en cuanto participa de la semejanza de
Dios.
4. Como quiera que Dios es la causa
eficiente, ejemplar y final de todas las cosas, y la materia procede
de El, se sigue que realmente hay un solo primer
principio de todas las cosas. Sin embargo, nada impide que en él se
estudien cosas bajo diversos aspectos, según el orden que se dé en
nuestro modo de entender.