Vigilias

Amy Welborn comenta -y linkea- algo sobre la celebración de la Vigilia Pascual por allá; en particular, sobre el largo, que algunos encuentran excesivo. Claro que eso varía entre lugares -y entre parroquias. Yo, que descubrí la belleza de esa liturgia después de mi conversión, he tenido (al parecer) bastante suerte: siempre me han tocado celebraciones bien hechas, y con lo que parece una longitud razonable… unas dos horas, creo; con todas las lecturas bíblicas, por suerte. Siempre me encantó eso de arrancar -después del pregón pascual- con el Génesis, recorriendo toda la historia del asunto; y la letanía de los santos, que me emociona especialmente (hay unos cuantos amigos personales ahí); y por supuesto, el efecto de la iglesia a oscuras que se va iluminando… Una maravilla, y casi un milagro que algo semejante esté vivo en estos tiempos. (Lo cual se extiende a todos los oficios de la semana santa… El viernes santo, con las oraciones más fuertes del año, también es asombroso).
En cuanto al sermón de la Vigilia que me tocó esta vez… bueno, no diremos que fue muy largo (el defecto más corriente, según coincide la mayoría) pero… no sé si será que yo fui esperando encontrar el párroco de otras veces (parece que lo rajaron; ya se sabe que el juicio de los obispos argentinos sobre lo que es un buen cura no suele coincidir con el mío)… la cuestión es que, si no llegó a arruinarme la vigilia, sí pareció esforzarse bastante. ¿Exagero? Bueno, traten uds. de explicar cómo puede un párroco decir un sermón de Vigilia Pascual que no se refiere ni tangencialmente a la celebración, cómo puede ignorar todas las lecturas bíblicas (siete, nada menos) para traer a colación en cambio el episodio de la mujer que, de entre la multitud, logró tocar el manto de Jesús (a propósito de que en la iglesia éramos una «multitud»; concepto que contrapuso al de «comunidad»; y bla bla bla) y ni una palabra de la Pascua y la Resurreción (¿me habré quedado dormido y me perdí algo?). Incomprensible.

Para sacar regustitos amargos por el estilo, acá va la homilía del Papa

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