Otros tradicionalismos

Una tradición procedente de la más remota antigüedad, y transmitida a la posteridad bajo el velo del mito, nos dice que los astros son los dioses, y que la divinidad abraza toda la naturaleza; todo lo demás no es más que una relación fabulosa, imaginada para persuadir al vulgo y para el servicio de las leyes y de los intereses comunes. Así se da a los dioses la forma humana; se les representa bajo la figura de ciertos animales, y se crean mil invenciones del mismo género que se relacionan con estas fábulas. Pero si de esta relación se separa el principio mismo, y sólo se considera esta idea: que todas las esencias primeras son dioses, entonces se verá que es ésta una tradición verdaderamente divina. Una explicación que no carece de verosimilitud es que las diversas artes y la filosofía fueron descubiertas muchas veces y muchas veces perdidas, lo cual es muy posible, y que estas creencias son, por decirlo así, despojos de la sabiduría antigua conservados hasta nuestro tiempo. Bajo estas reservas aceptamos las opiniones de nuestros padres y la tradición de las primeras edades.
Lo dice Aristóteles, en la Metafísica ; y lo cita Etienne Gilson, quien acota: «Si se recuerda, al leer estas líneas que, en el siglo XIX, pensadores católicos combatieron sistemáticamente el tradicionalismo en nombre de la tradición aristotélica, no podrá uno dejar de experimentar una cierta incomodidad».
Chupate esa mandarina.

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