Paso

El domingo vi la tapa en los kioscos y casi automáticamente (recaí en el viejo vicio del ajedrez hace poco; ya estaremos saliendo, si me ayudan) se me ocurrió la obvia contra-metáfora. Y como ya hemos aprendido a recurrir a Google para desinflar toda ilusión de originalidad, buscamos y encontramos que la metáfora ya había sido usada, pero espantosamente mal:
En ajedrez, cuando un jugador se ve amenazado por una disyuntiva deplorable, se dice que está en Zugzwang. Es el caso, por ejemplo, del caballo que amenaza a dos torres. Ante la desagradable necesidad de quedarse sin una de ellas, el Zugzwang te obliga a decidir cuál es la pérdida que menos daño hace.
No. De ningunísima manera, mi estimado escritor-policial-uruguayo- radicado-en-Cuba-que-confía-en-la-lucidez- augural-del-Presidente-Chávez; permita una corrección de un hermano rioplatense que de política solo sabe que no sabe nada, pero que de ajedrez sabe que sabe un poco más que usted:
Se llama Zugzwang la situación (rara y paradojal; y por lo mismo, con cierto atractivo estético) en la que al ajedrecista al que le toca jugar la obligación de mover lo perjudica, pues cualquier jugada le resulta peor que la opciòn de «pasar«.
Pero -y esa es la gracia, le garanto-, en ajedrez está prohibido pasar. En otros juegos, no.

En fin: otra metáfora estropeada.

(El gráfico ilustra un caso extremo -y paradigmático- de un zugzwang mutuo: el que tiene el turno de mover, pierde)

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