Intenciones de éxito

La misa de domingo de mi parroquia no suele depararme mayores sorpresas en lo que al desempeño litúrgico se refiere (con perdón), ni para bien ni para mal. Tiemblo, sí, un poco, cuando llega el momento de «la oración de los fieles«; siempre me pregunto de dónde salen esas intenciones, quién las redacta o revisa… Por alguna razón, en mi parroquia casi siempre suele colarse alguna intención … «ideologizada» (uds me entienden; invocaciones a la deidad Latinoamérica y esas cosas).
Las soporto como puedo (y me uno si puedo), pero una del domingo pasado («… para que la Madre Tierra llegue a pertenecer a los que la cuidan y la trabajan ….«) fue un poco demasiado para mí. Hasta amagué, más tarde, a acercarme a las lectoras, para preguntarles la fuente… pero supongo que ni hubieran entendido de qué les estaba hablando; me parece que a las lectoras de misa, muy entusiastas ellas, jamás se les ocurriría hacer un juicio de valor sobre lo que leen. Acaso sea una virtud, vaya a saber.

Al irme, vi unas de esas nefastas hojitas de «El domingo» (editorial San Pablo) y me llevé una, con la vaga esperanza de encontrar ahí un listado de intenciones. Pero no, claro; no incluyen intenciones, sólo las lecturas y algunos textos olvidables. Menos olvidable, la propaganda de un libro (editorial San Pablo, claro) que encontré al final de la dichosa hojita: «El mito del éxito«, de un tal Ulrich Kohlmeier. «Mito»… en el buen sentido de la palabra, por lo que parece:
El mito del éxito propone una amplia variedad de ideas y estrategias para alcanzar el anhelado bienestar, la felicidad, la paz interior, el equilibrio, la conciencia de sí… El lector puede extraer de este texto aquello que necesita y le resulte de utilidad para trabajar sobre su libertad personal.
Este libro fue escrito para las personas que no están satisfechas con su situación actual y se preguntan qué pueden hacer para mejorarla de modo profundo y duradero, elevando su calidad de vida privada y profesional; y para todos aquéllos que estando satisfechos con su condición personal del momento, aspiran a obtener nuevos impulsos para avanzar hacia una meta futura.
El autor, calificado en industria y comercio, diplomado en administración comercial, estudió economía de empresa en Gotinga y Economía en Adelaide, Australia. Después de desempeñar, durante varios años, cargos directivos en las esferas de estrategia y control en Chile, Ecuador y Alemania, actualmente, es asesor en administración, estrategia y desarrollo empresario.
Edificante, en verdad.
Ya quisiera uno -pobre cristiano, en plena cuaresma- sentirse «satisfecho con su condición personal del momento»; y aun así sentir tantas ansias de perfección como para «aspirar a obtener nuevos impulsos para avanzar hacia una meta futura».

No hay nada que hacerle; esta gente la tiene clara. Yo no sabría combinar con tanta soltura la liturgia de misa, los reclamos de justicia social y la edición de empresarios alemanes exitosos.
Me saco el sombrero.


PS: Acabo de encontrar ahora más material ; otro libro del tal Ulrich … en la misma exitosa y católica editorial. Y aunque me cuesta horrores poner un link a ese sitio, esto no tiene desperdicio.
«El libro es como un buen supermercado: Le ofrece un amplio surtido de valiosos y prácticos consejos en forma de destellos de pensamientos que usted puede seleccionar y utilizar según sus necesidades y deseos:
– La vida es muy seria para ser tomada en serio. En serio!
– No existe el fracaso, sólo los resultados inesperados.
– El propósito de la vida es una vida de propósitos.
– La emoción es como la electricidad; muy poco funciona sin ella… »

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