Teoría sureña

Ya que recuerdan hoy a Manzi, y «Sur», tiro acá una vieja teoría mía sobre un verso de la letra. No creo ya demasiado en ella, y la dejo acá para que se las arregle sola, a ver si sobrevive al frío de la indiferencia o -mejor- a la aplastante refutación de esos eruditos tangueros que nunca faltan.

Veamos.
Leamos estos versos, con atención y -cosa difícil para un argentino- como si fuera la primera vez:
Sur…
Paredón y después
Sur…
Una luz de almacén
Ya nunca me verá como me viera
Recostado en la vidriera
Esperándote
Ya nunca alumbrará con las estrellas
Nuestra marcha sin querellas
Por las noches de Pompeya
Las calles y la luna suburbana
Y mi amor en tu ventana
Todo ha muerto, ya lo sé.
Los lectores atentos ya me estarán corrigiendo: el quinto verso está mal, es «ya nunca me verás como me vieras«.
Y más de uno agregará : no es «alumbrará«, sino «alumbraré«.

Pues bien, esa es mi teoría. Que la versión «correcta», la que pensó Manzi, es la que está arriba, y que el «nunca me verás» es un error, una deformación que se terminó imponiendo. Y que se impuso con motivos, claro: el verbo en segunda persona queda más redondo, y el endecasílabo gana en sonoridad y -digamos- inevitabilidad, y ya es un lugar común de nuestra cultura popular.
Bien.
Pero díganme uds si «mi» versión no es la que pide la lógica de la letra.
Relean. En mi versión, es la luz del almacén la que «nunca me verá como me viera», esperando a la mujer que alude la segunda persona. Es lógico. Y es la luz la que además «ya nunca alumbrará, con las estrellas, nuestra marcha…».
La versión establecida, en cambio, hace agua por todos lados. No tiene mucho sentido decirle a la mujer recordada «ya nunca me verás como me vieras… esperándote» (sí tiene sentido decirlo de la luz del almacén); la imagen no cierra. Y sobre todo, lo que sigue: al dejar de hablar de la luz de almacén, hay que decir «ya nunca alumbraré con las estrellas…?» ¿pero qué cuernos quiere decir eso? No tiene sentido.
Me dirán que la poesía tiene su propia lógica. Bueno, creo que eso puedo entenderlo; pero lo cierto es que ni siquiera en clave poética me parece consistente…
Me dirán que no hay rastros de «mi» versión; y que el mismo Rivero la cantaba así. Pero es claro que, en mi teoría, el verso erróneo se habría impuesto de entrada.
Ahora, si alguien si alguien puede refutarme trayéndome un manuscrito de Manzi, sería otra cosa. Pero ni aún así me consideraría derrotado, vea. El mismo Manzi pudo haberse equivocado al escribirlo, qué tanto…

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