“Buscar”

«El hombre se fatiga en buscar sin jamás descubrir nada» Ecl 8,17, pero Jesús proclama: «El que busca, halla» Mt 7,8. En el fondo de toda su inquietud, el hombre busca siempre a Dios (I), pero con frecuencia se extravía su busca y debe volver a enderezarla (II). Entonces descubre que si va así en busca de Dios, es que Dios le busca el primero (III).

I. BUSCAR A DIOS: DEL SENTIDO CULTUAL AL SENTIDO INTERIOR

En los orígenes «buscar a Dios» o «buscar su palabra» es consultar a Dios. Antes de tomar una grave decisión 1Re 22,5-8, para resolver un litigio Ex 18,15s o para orientarse en una situación crítica 2Sa 21,1 2Re 3,11 8,8 22,18, se acude a la tienda de la reunión Ex 33,7 o al templo Dt 12,5 y se interroga a Yahveh, generalmente por intermedio de un sacerdote Num 5,11 o de un profeta Ex 18,15 1Re 22,7 Num 23,3.

Este procedimiento pudiera no ser más que una precaución supersticiosa, una manera de hacer entrar a Dios en el propio juego. Que también pudo ser desinteresado y expresar un verdadero amor de Dios, lo prueba el lenguaje de la Biblia. Lo que busca el que aspira a «habitar la casa de Yahveh todos los días de (su) vida» es «gustar la suavidad de Yahveh», es «buscar su rostro» Sal 27,4.8. Sin duda se trata de participar en la liturgia del santuario Sal 24,6 Zac 8,21, pero en losfastos y en la emoción del culto, el israelita fiel trata de «ver la bondad de Yahveh» Sal 27,13. Este deseo de la presencia divina impele a los exiliados a regresar de Babilonia Jer 50,4 y a reconstruir el templo 1Par 22,19 28,8s. Finalmente, buscar a Dios es tributarle el culto auténtico y abolir el de los falsos dioses Dt 4,29. Según este criterio juzgará el cronista a los reyes de Israel 2Par 14,3 31,21.

Pero desechar a los falsos dioses supone conversión; es el tema constante de los profetas. No hav busca de Dios sin busca del derecho y de la justicia. Amós identifica: «Buscadme y viviréis; no busquéis a Bethel» Am 5,4s con: «Buscad el bien y no el mal para que viváis... Aborreced el mal y amad el bien y haced que reine el derecho en la puerta» 5,14s. Igualmente Oseas: «Sembrad en justicia... es tiempo de buscar a Yahveh» Os 10,12 Sof 2,3. Para «buscar a Yahveh en tanto se deja hallar» es preciso «que el malvado abandone su vía y el criminal sus pensamientos» Is 55,6, hay que «buscarlo de todo corazón» Dt 4,29 Jer 29,13. Jesús no se expresa de otra manera: «Buscad primero el reino de Dios y su justicia» Mt 6,33.

II. VERDADERA Y FALSA BÚSQUEDA

Pero hay no pocas formas vanas de buscar a Dios. Los hay que van a consultar a Baal 2Re 1,2 o a mediadores prohibidos: adivinos Lev 19,31, muertos Dt 18,11, nigromantes 1Sa 28,7, aparecidos Is 8,19. Y los hay que «día tras día buscan (a Yahveh)... como si fueran una nación que practica la justicia» Is 58, y no le hallan, estando separados de él por sus iniquidades 59,2.

La verdadera búsqueda de Dios se hace en la simplicidad del corazón Sab 1,1, en la humildad y en la pobreza Sof 2,3 Sal 22,27, en elalma contrita y el espíritu humillado Dan 3,39ss. Entonces Dios, que es «bueno para el alma que le busca» Lam 3,25, se deja hallar Jer 29,14, y «los humildes, los buscadores de Dios, exultan» Sal 69,33.

Jesucristo, que revela los pensamientos íntimos de los corazones Lc 2,35, opera la división entre la verdadera y la falsa búsqueda de Dios. Muchos le- buscan Mc 1,37, aun entre sus allegados Mc 3,32, sin poderle hallar Jn 7,34 8,21, porque sólo esperan de él su propio provecho Jn 6,26 y no buscan la gloria que viene sólo de Dios Jn 5,44.

Ahora bien, Jesucristo «no busca su voluntad, sino la voluntad del que le ha enviado» Jn 5,30 8,50. Por eso, para «ganar a Cristo» y «alcanzarle» Flp 3,8.12, hay que renunciar a buscar la propia justicia Rom 10,3 y dejarse alcanzar por él en la fe Flp 3,12.

III. DIOS EN BUSCA DEL HOMBRE

Buscar a Dios es descubrir finalmente que él, habiéndonos amado el primero 1Jn 4,19, se puso en nuestra búsqueda, que nos atrae para conducirnos a su Hijo Jn 6,44. En esta iniciativa de la gracia de Dios no hay que ver solamente una preocupación por hacer respetar un derecho soberano. Toda la Biblia muestra que esta prioridad es la del amor, que el buscar al hombre es el movimiento profundo del corazón de Dios. Mientras Israel lo olvida para correr tras sus amantes, Dios medita siempre «seducir» al infiel y «hablar a su corazón» Os 2,15s. Mientras que de todos los pastores de Israel ninguno se pone en busca del rebaño disperso Ez 34,5s, Dios mismo anuncia su designio: él irá a reunir el rebaño y a «buscar a la oveja perdida» 34,12.16. En el tiempo mismo de las infidelidades de su pueblo, el Cantar canta este juego de un Dios apasionado en su búsqueda Cant 3,1-4 5,6 6,3.

El Hijo de Dios reveló hasta dónde llega esta pasión: «El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» Lc 19,10; y Jesús, en el momento de abandonar a los suyos piensa en el instante en que vendrá a buscarlos de nuevo para llevarlos consigo «a fin de que donde yo estoy estéis vosotros también» Jn 14,3.

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hjg.com.ar - Última actualización: 14-junio-2009
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