Artículo 1:
¿Fue la circuncisión una preparación y figura del
bautismo?
lat
Objeciones por las que parece que la circuncisión no fue preparación
y figura del bautismo.
1. Toda figura tiene una cierta semejanza con la cosa representada en
ella. Pero la circuncisión no tiene ninguna semejanza con el bautismo.
Luego parece que no fue preparación y figura del bautismo.
2. Hablando de los antiguos padres dice el Apóstol en 1 Cor
10,2 que todos fueron bautizados en la nube y en el mar, y no
que fueran bautizados en la circuncisión. Luego la protección de la
columna de nube y el paso del mar Rojo fueron con más razón
preparación y figura del bautismo que la circuncisión.
3. Más arriba se dijo (
q.38 a.1.3) que el bautismo de
Juan fue una preparación para el bautismo de Cristo. Luego si la
circuncisión fue preparación y figura del bautismo de Cristo, parece
que el bautismo de Juan fue superfluo. Pero esta afirmación es
inadmisible. Luego la circuncisión no fue preparación y figura del
bautismo.
Contra esto: dice el Apóstol en Col 2,11-12: Fuisteis circuncidados
con una circuncisión no hecha con mano de hombre, mutilando vuestros
cuerpos de carne, sino con la circuncisión de Jesucristo sepultándoos
con él en el bautismo.
Respondo: Al bautismo se le llama sacramento
de la fe' en cuanto que en el bautismo se hace una profesión de fe
y por el bautismo queda el hombre congregado a la comunidad de los
fieles. Ahora bien, nuestra fe y la de los antiguos padres es la
misma, según las palabras del Apóstol en 2 Cor 4,13: Creemos con el
mismo espíritu de fe. Pero la circuncisión era una profesión de
fe, de tal modo que por la circuncisión los antiguos quedaban
integrados en la comunidad de los fieles. Luego es manifiesto que la
circuncisión fue preparación del bautismo y figura del mismo en cuanto
que a los antiguos padres todas las cosas les sucedían en
figura del futuro, como se dice en 1 Cor 10,11, de la misma manera
que también su fe era acerca del futuro.
A las objeciones:
1. La circuncisión tenía semejanza
con el bautismo en lo que se refiere al efecto espiritual del
bautismo, pues así como por la circuncisión se cortaba una pequeña
membrana de la carne, así por el bautismo el hombre corta con los
comportamientos carnales.
2. La protección de la columna de
nube y el paso del mar Rojo fueron efectivamente figuras de nuestro
bautismo, en el que renacemos por el agua, significada en el mar Rojo,
y por el Espíritu Santo, significado en la columna de
nube. Estas cosas, sin embargo, no llevaban consigo una profesión de
fe, como la llevaba la circuncisión. Por eso, estas dos cosas eran
solamente figuras, no sacramentos. Pero la circuncisión era un
sacramento y una preparación para el bautismo, aunque, en lo referente
a los elementos externos, le prefiguraba de un modo menos claro que la
nube y el mar. De ahí que el Apóstol haga mención más bien de estas
cosas que de la circuncisión.
3. El bautismo de Juan fue una
preparación para el bautismo de Cristo en lo que se refiere al modo de
practicarlo. Pero la circuncisión fue una preparación en lo que se
refiere a la profesión de fe, que, como se ha dicho (c.), se requiere
en el bautismo.
Artículo 2:
¿Fue convenientemente instituido el rito de la circuncisión?
lat
Objeciones por las que parece que la circuncisión no fue un rito
convenientemente instituido.
1. Como acabamos de decir (
a.1), la circuncisión llevaba consigo una
profesión de fe. Ahora bien, desde el pecado del primer hombre nadie
se ha salvado nunca más que por la fe en la pasión de Cristo, según
las palabras de Rom 3,25:
A quien Dios ha designado como sacrificio
de propiciación mediante la fe en su sangre. Luego la circuncisión
debió instituirse inmediatamente después del pecado del primer hombre,
y no en tiempo de Abrahán.
2. En la circuncisión el hombre prometía observar la ley
antigua, como en el bautismo promete observar la ley nueva. Por lo que
el Apóstol dice en Gal 5,3: Declaro a todo hombre que se circuncida
que queda obligado a observar toda la ley. Pero la observancia de
la ley no fue dada en tiempo de Abrahán, sino en el de Moisés. Luego
no fue conveniente instituir la circuncisión en tiempo de
Abrahán.
3. La circuncisión fue figura y preparación para el
bautismo. Pero el bautismo se ofrece a todos los hombres, conforme a
las palabras de Mt 28,19: Id y enseñad a todas las gentes,
bautizándolas. Luego la circuncisión no debió instituirse para
observancia sólo del pueblo judío, sino para observancia de todos los
pueblos.
4. La circuncisión carnal debe responder a la
espiritual, como la figura a lo representado en ella. Pero la
circuncisión espiritual, que tiene lugar a través de Cristo, se aplica
indiferentemente a ambos sexos, porque en Cristo Jesús no hay
hombre ni mujer, como se dice en Col 3,11. Luego no fue
convenientemente instituida la circuncisión, que se aplica únicamente
a los varones.
Contra esto: la circuncisión, como se dice en Gen 17,10, fue instituida
por Dios, cuyas obras son perfectas (Dt 32,4).
Respondo: Como acabamos de decir (
a.1), la
circuncisión era una preparación para el bautismo en cuanto que
llevaba consigo una profesión de fe en Cristo, una fe que nosotros
confesamos en el bautismo. Ahora bien, entre los antiguos padres,
Abrahán fue el primero en recibir la promesa del futuro nacimiento de
Cristo cuando se le dijo, según Gen 22,18:
Por tu descendencia se
bendecirán todas las naciones de la tierra. Y, por mandato del
Señor, él fue también el primero en apartarse del trato con los
infieles, cuando se le dijo:
Sal de tu tierra y de tu patria.
Por lo que se ve la conveniencia de que la circuncisión fuese
instituida en tiempo de Abrahán.
A las objeciones:
1. Inmediatamente después del
pecado del primer hombre, por la ciencia de las cosas divinas con que
éste había sido instruido, la fe y la razón natural conservaban
todavía tanto vigor en el hombre, que no se requería la prescripción
de signos de fe y salvación, sino que cada cual manifestaba su fe con
los signos que él quería. Pero en los tiempos de Abrahán la fe había
ya disminuido, y muchos se habían desviado hacia la idolatría. También
se había oscurecido la razón natural por la concupiscencia de la carne
hasta llegar al pecado contra la naturaleza. Por lo que fue
conveniente la institución de la circuncisión entonces, y no antes,
como una profesión de fe y como un remedio contra la concupiscencia de
la carne.
2. La observancia de la ley no
podía imponerse más que a un pueblo ya constituido,
puesto que la ley, como se dijo ya en la
Segunda Parte (
1-2 q.90 a.2), está destinada al bien común. Ahora bien, el pueblo de los
fieles tenía que reunirse en torno a algún signo sensible, que siempre
es necesario para que los hombres se reúnan, de cualquier religión que
sean, como dice San Agustín en
Contra Faustum.
Por eso es razonable que se instituyese la circuncisión antes que la
ley. Pero los Patriarcas que vivieron antes de la ley instruyeron a
sus familiares en las cosas divinas por medio de exhortaciones
personales. Por lo que el mismo Señor dice de Abrahán:
Sé bien que
mandará a sus hijos y a su casa para que, después de él, guarden los
caminos de Yavé.
3. El bautismo contiene en sí la
perfección de la salvación, para la cual Dios llama a todos los
hombres, según las palabras de 1 Tim 2,4: Dios quiere que todos los
hombres se salven. Por eso el bautismo se ofrece a todos los
pueblos. Pero la circuncisión no contenía la perfección de la
salvación, sino que la significaba, como que se había de realizar por
Cristo, que había de nacer del pueblo judío. Por lo que sólo a ese
pueblo se le dio la circuncisión.
4. La circuncisión fue instituida
como signo de la fe de Abrahán, que creyó que había de ser padre del
Cristo que se le había prometido (Rom 4,11). Por eso la circuncisión
se hace sólo a los varones. Además, el pecado original, contra el que
especialmente estaba destinada la circuncisión, procede del padre, no
de la madre, como se dijo en la
Segunda Parte (
1-2 q.81 a.5).
Sin embargo, el bautismo contiene la virtud de Cristo, que es causa
universal de salvación para todos y
perdón de todos los
pecados.
Artículo 3:
¿Fue conveniente el rito de la circuncisión?
lat
Objeciones por las que parece que el rito de la circuncisión no fue
conveniente (Gen 17,10).
1. Como acabamos de decir (
a.1.2), la circuncisión es una profesión
de fe. Pero la fe reside en la facultad cognoscitiva, cuyas
operaciones se manifiestan sobre todo en la cabeza. Luego el signo de
la circuncisión debería haberse realizado más bien en la cabeza que en
el miembro genital.
2. Para la administración de los sacramentos utilizamos las
cosas que son de uso más frecuente, como son el agua para lavar y el
pan para alimentar. Pero para cortar utilizamos más comúnmente
cuchillos de hierro que de piedra. Luego la circuncisión no debería
hacerse con un cuchillo de piedra.
3. Dice San Beda que tanto el bautismo como
la circuncisión fueron instituidos para remedio del pecado original.
Pero actualmente el bautismo no se demora hasta el octavo día por el
peligro de condenación que corren los niños a causa del pecado
original, si mueren sin el bautismo. Y, a veces, por el contrario, se
retrasa el bautismo más de ocho días. Luego tampoco para la
circuncisión debió determinarse el día octavo, sino que algunas veces
debería adelantarse, y otras, retrasarse (Jos 5,4).
En cambio comentando las palabras de Rom 4,11, recibió el signo de
la circuncisión, la Glosa'' justifica el rito de la
circuncisión.
Respondo: Como se ha dicho ya (
a.2), la
circuncisión es un signo de fe instituido por Dios,
cuya sabiduría
no tiene límites (Sal 146,5). Ahora bien, determinar los signos
convenientes es obra de la sabiduría. Luego hay que conceder que el
rito de la circuncisión era conveniente.
A las objeciones:
1. Era justo que la circuncisión se
hiciese en el miembro genital. Primero, porque era signo de la fe, por
la que Abrahán creyó que había de nacer de su semen (Rom 4,11).
Segundo, porque era para remedio del pecado original, que se transmite
con el acto de la generación. Tercero, porque estaba destinado a
mitigar la concupiscencia de la carne, la cual tiene más vigor en esos
miembros por la intensidad del deleite venéreo.
2. El cuchillo de piedra no era
imprescindible para la circuncisión. De hecho, no hay un precepto
divino que determine este instrumento, ni los judíos lo utilizaban
comúnmente para circuncidar, ni ahora tampoco lo
emplean. Se lee, sin embargo, que algunas circuncisiones famosas se
hicieron con cuchillo de piedra, como la que se narra en Ex 4,25,
según la cual Séfora, con un cuchillo de pedernal, circuncidó
el prepucio de su hijo; y en Jos 5,2 se dice: Hazte cuchillos de
pedernal y circuncida por segunda vez a los hijos de Israel. Con
esto se significaba la circuncisión espiritual, que sería realizada
por Cristo, de quien se dice en 1 Cor 10,4: Y la roca era
Cristo.
3. Para la circuncisión fue
determinado el día octavo, sea por el misterio contenido en él: ya que
en la octava edad, la edad de la resurrección, como en
el octavo día, Cristo completará la circuncisión espiritual liberando
a los elegidos no sólo de la culpa, sino también de la pena; sea
también por la delicadeza del niño antes del octavo día. De hecho,
también de los animales se preceptúa en el Lev 22,27:
Cuando nazca
un ternero, un cordero o un cabrito quedará siete días con su madre; a
partir del día octavo en adelante será grato como ofrenda para el Señor.
El precepto de circuncidar el octavo día, aunque fuese sábado, era
tan obligatorio que los que no lo cumplían pecaban, según se dice en
Jn 7,23: Se circuncida a un hombre en sábado para no quebrantar la
ley de Moisés. Pero este cumplimiento no era necesario para la
validez del sacramento, ya que quienes omitían la circuncisión el día
octavo podían hacerlo después.
Sin embargo, hay algunos que dicen que en peligro de
muerte, se podía circuncidar antes del octavo día. Pero esto no consta
ni en textos de la Sagrada Escritura ni en las costumbres de los
judíos. Luego es mejor decir con Hugo de San Víctor que
ninguna clase de necesidad autorizaba a circuncidar antes de los ocho
días. Por eso, comentando las palabras de Prov 4,3: yo era hijo
único ante los ojos de mi madre, dice la Glosa que no se contaba el otro hijo de Betsabé porque, habiendo muerto antes de los ocho días, no se le había dado un nombre y, por tanto, tampoco fue circuncidado. Cf. 2 Re 17,27; 12,18.
Artículo 4:
¿Confería la circuncisión la gracia santificante?
lat
Objeciones por las que parece que la circuncisión no confería la
gracia santificante.
1. Dice el Apóstol en Gal 2,21: Si por la ley se obtiene la
justificación, Cristo hubiese muerto en vano, o sea, sin
motivo. Pero la circuncisión implicaba la obligación de
cumplir la ley, según se advierte en Gal 5,3: Advierto a todo
hombre que se circuncida que queda obligado a cumplir la ley.
Luego si la justicia viene de la circuncisión, Cristo murió en
vano, o sea, sin motivo. Pero esto es inadmisible. Luego la
circuncisión no confería la gracia que purifica del
pecado.
2. Antes de ser instituida la circuncisión, bastaba la fe
para obtener la justificación. De hecho, dice San Gregorio en Moral.: Lo que hace en nosotros el agua del
bautismo, lo hacía la sola fe para los antiguos en los niños. Pero
la fe no disminuye su eficacia con el precepto de la circuncisión.
Luego la sola fe justificaba a los niños, y no la circuncisión.
3. Se lee en Jos 5,5-6 que
el pueblo que nació en el
desierto durante los cincuenta años no fue circuncidado. Luego si
la circuncisión borraba el pecado original, todos los que murieron en
el desierto, tanto niños como adultos, se condenaron. Y esta objeción
vale también para los niños que morían antes de los ocho días, ya que,
como acabamos de decir (
a.3 ad 3), la circuncisión no debía
anticiparse a esa fecha.
4. Nada hay que impida la entrada en el reino de los
cielos más que el pecado. Pero a los circuncisos antes de la pasión
les estaba impedida la entrada en el reino de los cielos. Luego la
circuncisión no justificaba a los hombres del pecado.
5. El pecado original no se perdona sin el perdón también
del pecado personal, porque, como dice San Agustín,
es impío esperar de Dios un perdón a medias. Pero en ninguna
parte se lee que la circuncisión perdonase el pecado
personal. Luego tampoco perdonaba el original.
Contra esto: dice San Agustín en Ad Valeríum contra
Julianum: Desde que en el pueblo de Dios se
instituyó la circuncisión, que era el «signo de la justificación por
la fe», servía para perdonar el pecado original a los niños, como
también el bautismo comenzó a producir la renovación del hombre
desde el instante en que fue instituido.
Respondo: Comúnmente, todos están de acuerdo en
afirmar que la circuncisión perdonaba el pecado original. Algunos
afirman, sin embargo, que no confería la gracia, sino que sólo borraba
el pecado. Esta es la opinión del Maestro en /
dist., IV Sent.,
y en la
Glosa a Rom 4,11. Pero esto es
imposible, porque la culpa solamente se perdona por la gracia, según
las palabras de Rom 3,24:
Justificados gratuitamente por su gracia,
etc.
Por eso otros dijeron que la circuncisión confería la
gracia para perdonar la culpa, pero no para producir efectos
positivos, para no verse obligados a decir que la gracia otorgada en
la circuncisión era suficiente para cumplir los preceptos de la ley,
con lo que hubiese sido superfiua la venida de Cristo. Pero tampoco se
puede mantener esta opinión. Primero, porque la circuncisión concedía
a los niños la posibilidad de alcanzar a su debido tiempo la gloria,
que es el último efecto positivo de la gracia. Segundo, porque en el
orden de la causa formal, los efectos positivos preceden naturalmente
a los negativos —aunque en el orden de la causa material suceda lo
contrario—, ya que la forma no excluye la privación más que
informando al sujeto.
Por eso otros han dicho que la circuncisión confería
la gracia con el efecto positivo de hacer al hombre digno de la vida
eterna, pero no con todos los efectos, puesto que no era suficiente
para reprimir la concupiscencia y para mover al cumplimiento de los
preceptos de la ley. Y éste fue mi parecer en algún
tiempo. Pero, bien considerada la cosa, se ve que
tampoco esto es acertado. Porque la más mínima gracia es suficiente
para resistir a cualquier concupiscencia y para evitar todo pecado
mortal, que se comete en la transgresión de los preceptos de la ley,
ya que un mínimo de caridad ama más a Dios que el deseo de millones
de oro y plata (Sal 118,72).
Por eso se debe concluir que la circuncisión transmitía la gracia con
todos los efectos de la misma, pero de diverso modo que el bautismo.
Porque el bautismo confiere la gracia por su propia virtud, una virtud
que el sacramento tiene como instrumento de la ya realizada pasión de
Cristo. Mientras que la circuncisión confería la gracia como signo que
era de la fe en la pasión futura de Cristo, de tal manera que el
hombre que recibía la circuncisión manifestaba que abrazaba esta fe:
el adulto, por sí mismo; los niños, por otro. Por eso dice el Apóstol
en Rom 4,11 que Abrahán recibió el signo de la circuncisión como
sello de la justicia de la fe, porque la justificación venía de la
fe significada, y no de la circuncisión significante. Y puesto que el
bautismo, no así la circuncisión, actúa como instrumento de la pasión
de Cristo, el bautismo imprime carácter, por el que el hombre es
incorporado a Cristo, y confiere una gracia más abundante que la
circuncisión, ya que es mayor el efecto de una realidad ya presente
que el de una realidad esperada.
A las objeciones:
1. Esa razón sería válida si la
justificación de la circuncisión no viniese a través de la fe en la
pasión de Cristo.
2. Antes de instituir la
circuncisión, lo que justificaba tanto a los niños como a los adultos
era la fe en el Cristo futuro. Y una vez que fue instituida, lo mismo.
Pero antes, no se requería un signo manifestativo de esa fe, porque
los hombres fieles aún no habían comenzado a formar comunidad
separadamente de los infieles para dar culto al único Dios. Es
probable, no obstante, que los padres fieles dirigiesen a Dios algunas
plegarlas en favor de sus hijos recién nacidos,
sobre todo cuando estuviesen en peligro de muerte, o que tuvieran para
ellos alguna bendición, que viniese a ser como un signo de la fe. De
la misma manera que los adultos ofrecían preces y sacrificios por
ellos mismos.
3. El pueblo estaba excusado de
observar en el desierto el precepto de la circuncisión, ya porque
desconocían cuándo deberían levantar el campamento, ya porque, como
dice San Juan Damasceno, no necesitaban tener otro signo de
distinción mientras vivían separados de los otros pueblos. Pero, como
dice San Agustín, pecaban de desobediencia quienes
incumpliesen el precepto por desprecio.
Sin embargo, parece que no murió ningún incircunciso en el desierto,
porque se dice en el Sal 104,37: No había entre sus tribus un
enfermo, sino que, a lo que parece, sólo murieron en el desierto
los que habían sido circuncidados en Egipto. Pero si hubo
incircuncisos que muriesen allí, para ellos vale la explicación dada
para los muchos que murieron antes de que fuese instituida la
circuncisión. Y esta explicación vale también para los niños que
morían antes del octavo día en la época de la ley.
4. La circuncisión borraba el
pecado original en lo que afectaba a la persona, pero permanecía el
impedimento de entrar en el reino de los cielos para toda la
naturaleza, impedimento que fue removido por la pasión de Cristo. Por
eso el bautismo, antes de la pasión de Cristo, no introducía en el
reino. Mientras que la circuncisión, si tuviera lugar después de la
pasión de Cristo, sí introduciría en el reino.
5. A la quinta hay que decir Cuando los adultos se
circuncidaban conseguían la remisión no sólo del pecado original, sino
también de los pecados personales. Sin embargo, no quedaban libres de
toda la deuda de la pena, como en el bautismo, ya que en éste se
confiere una gracia más abundante.