Artículo 1:
¿Consisten en el medio las virtudes morales?
lat
Objeciones por las que parece que la virtud moral no consiste en el
medio.
1. Ser lo último contradice a la razón de medio. Pero a la virtud le
es esencial ser lo último, pues, en el libro I De
caelo, se dice que la virtud es lo último de la
potencia. Luego la virtud no consiste en el medio.
2. Lo que es máximo no es medio. Pero ciertas virtudes morales
tienden a lo máximo, como la magnanimidad, que versa sobre los máximos
honores, y la magnificencia, versa sobre los máximos dispendios, según
se dice en el libro IV Ethic. Luego no toda
virtud moral consiste en el medio.
3. Si consistir en el medio es esencial a la virtud moral, se sigue
necesariamente que la virtud moral no se perfecciona, sino que más
bien se corrompe al tender al extremo. Pero ciertas virtudes morales
se perfeccionan por tender al extremo, como la virginidad, que se
abstiene de todo placer venéreo, alcanzando así el extremo, y es la
castidad más perfecta; y dar todo a los pobres es la más perfecta
misericordia o liberalidad. Luego no parece esencial a la virtud estar
en el medio.
Contra esto: dice el Filósofo, en el libro II Ethic., que la virtud moral es un hábito electivo que consiste en el medio.
Respondo: Según consta por lo dicho
anteriormente (
q.55 a.3), de la razón de virtud es ordenar al hombre
al bien. Y lo propio de la virtud moral es perfeccionar la parte
apetitiva del alma en una determinada materia. Ahora bien, la medida y
la regla del movimiento del apetito hacia el objeto apetecible es la
misma razón. Consistiendo, pues, el bien de cualquier cosa medida y
regulada en que se conforme a su regla, como el bien de las obras de
arte está en que se conformen con la regla del arte; mientras que su
mal está, consiguientemente, en que disienta de su regla o medida, lo
cual sucede, o bien porque excede la medida, o bien porque no la
alcanza, como se ve claramente en todas las cosas reguladas y medidas;
resulta claro que el bien de la virtud moral consiste en la adecuación
a la medida de la razón. Ahora bien, es evidente que el medio entre el
exceso y el defecto es la igualdad o conformidad. Por lo tanto,
resulta manifiesto que la virtud moral consiste en el
medio.
A las objeciones:
1. La virtud moral recibe la bondad
de la regla de la razón, pero tiene por materia las pasiones o las
operaciones. Si se compara, pues, la virtud moral a la razón,
entonces, por parte de lo que tiene de razón, consiste
esencialmente en uno de los extremos, que es la conformidad, mientras
que el exceso y el defecto constituyen el otro extremo, que es la
disconformidad. Pero si se considera la virtud moral por parte de su
materia, entonces tiene razón de medio, en cuanto que reduce la pasión
a la regla de la razón. De ahí que diga el Filósofo, en el libro II Ethic., que la virtud, según la sustancia,
consiste en el medio, en cuanto que la regla de la virtud se
aplica a la materia propia; pero según lo que tiene de óptimo y de
bien, esto es, según la conformidad a la razón, consiste en el
extremo.
2. El medio y los extremos en las
acciones y en las pasiones se consideran según las diversas
circunstancias. Por eso nada impide que en una virtud se dé un extremo
según una circunstancia, que, sin embargo, es medio según otras
circunstancias en conformidad con la razón. Así ocurre en la
magnificencia y en la magnanimidad. Pues si se considera la cantidad
absoluta de aquello a lo que tienden el magnífico y el magnánimo, se
tendrá por extremo y máximo; pero si se considera eso mismo en
comparación con otras circunstancias, así tiene razón de medio, porque
estas virtudes tienden a eso máximo conforme a la regla de la razón,
esto es, donde se debe, cuando se debe y por lo cual se debe. Pero hay
exceso si se tiende a eso máximo cuando no se debe, o donde no se
debe, por lo que no se debe; y hay defecto en no tender a eso máximo
donde se debe, y cuando se debe. Y eso es lo que dice el Filósofo, en
el libro IV Ethic., que el magnánimo es
extremo en la cantidad, pero es medio en hacerlo como es
debido.
3. Lo que se dice de la
magnanimidad se ha de decir con la misma razón de la virginidad y de
la pobreza. En efecto, la virginidad se abstiene de todos los placeres
sexuales, y la pobreza renuncia a todas las riquezas por lo que se
debe y según se debe, esto es, de acuerdo con el mandato de Dios y en
orden a la vida eterna. Ahora bien, si eso se hace indebidamente, esto
es, por alguna superstición ilícita o incluso por vana gloria, será
superfluo; y si no se hace cuando se debe o como se debe, será un
vicio por defecto, como sucede en quienes quebrantan el voto de
virginidad o de pobreza.
Artículo 2:
El medio de la virtud moral, ¿es el medio de la cosa o el medio de la
razón?
lat
Objeciones por las que parece que el medio de la virtud moral no es
el medio de la razón, sino el medio de la cosa.
1. El bien de la virtud moral consiste en guardar el medio. Pero el
bien, según se dice en el libro VI Metaphys.,
está en las cosas mismas. Luego el medio de la virtud moral es el
medio de la cosa.
2. La razón es una facultad aprehensiva. Pero la virtud moral no
consiste en el medio de las aprehensiones, sino más bien en el medio
de las operaciones y de las pasiones. Luego el medio de la virtud
moral no es el medio de la razón, sino el medio de la
cosa.
3. El medio que se toma según la proporción aritmética o geométrica
es el medio de la cosa. Pero tal es el medio de la justicia, según se
dice en el libro V Ethic. Luego el medio de la
virtud moral no es el medio de la razón, sino el medio de la
cosa.
Contra esto: dice el Filósofo, en el libro II Ethic., que la virtud moral consiste en el medio relativo a nosotros, determinado por la razón.
Respondo: El medio de la razón puede entenderse
de dos modos. Uno, en cuanto que el medio existe en el acto mismo de
la razón, como si el mismo acto de razón se redujese al medio. Y en
este sentido, como la virtud moral no perfecciona el acto de la razón,
sino el acto de la facultad apetitiva, el medio de la
virtud moral no es el medio de la razón. De otro modo puede entenderse
el medio de la razón aquello que establece la razón en una determinada
materia. Y en este sentido todo medio de la virtud moral es el medio
de la razón, porque, según queda dicho (
a.1), se dice que la virtud
moral consiste en el medio por la conformidad a la razón
recta.
Pero a veces ocurre que el medio de la razón es también el medio de
la cosa; y entonces es necesario que el medio de la virtud moral sea
el medio de la cosa, como es el caso de la justicia. Otras veces, en
cambio, el medio de la razón no es el medio de la cosa, sino que se
toma en comparación a nosotros; y tal es el medio en todas las demás
virtudes morales. La razón de ello es que la justicia versa sobre las
operaciones, que se realizan en las cosas exteriores, en las cuales lo
recto debe establecerse absolutamente y en sí mismo, según se ha dicho
anteriormente (q.60 a.2); y por eso el medio de la razón en la
justicia se identifica con el medio de la cosa, en cuanto que la
justicia da a cada uno lo que se le debe, ni más ni menos. Pero las
demás virtudes morales se refieren a las pasiones interiores, en las
cuales lo recto no puede establecerse del mismo modo, debido a que los
hombres son distintos en cuanto a las pasiones, y por eso es necesario
que la rectitud de la razón se aplique a las pasiones con respecto a
nosotros, que estamos afectados por las pasiones.
A las objeciones: Por lo dicho ya, resulta clara la respuesta a las objeciones. Pues las dos primeras razones proceden
de entender el medio de la razón en el sentido de encontrarse en el
mismo acto de la razón. La tercera procede de fijarse sólo en el medio
de la justicia.
Artículo 3:
¿Consisten en el medio las virtudes intelectuales?
lat
Objeciones por las que parece que las virtudes intelectuales no
consisten en el medio.
1. Las virtudes morales consisten en el medio, en cuanto que se
conforman a la regla de la razón. Pero las virtudes intelectuales
están en la misma razón, y así no parece que tengan una regla
superior. Luego las virtudes intelectuales no consisten en el
medio.
2. El medio de la virtud moral lo determina la virtud intelectual,
pues según se dice en el libro II Ethic., la
virtud consiste en el medio determinado por la razón a juicio del
sabio. Por tanto, si la virtud intelectual también consiste en el
medio, es necesario que le señale el medio otra virtud, y así habrá un
proceso infinito en las virtudes.
3. El medio se da propiamente entre los contrarios, según consta por
el Filósofo en el libro X Metaphys. Pero no
parece que en el entendimiento haya lugar a contrariedad alguna, ya
que incluso los mismos contrarios, en cuanto que están en el
entendimiento, no son contrarios, sino que son entendidos a la vez,
como lo blanco y lo negro, lo sano y lo enfermo. Luego en las virtudes
intelectuales no hay medio.
Contra esto: el arte es una virtud intelectual, según se dice en el
libro VI Ethic.; y, sin embargo, hay algún
medio en el arte, como se dice en el libro II Ethic. Luego también la virtud intelectual consiste en el medio.
Respondo: El bien de una cosa consiste en el
medio, en cuanto que se conforma a la regla o medida
que puede ser traspasada o no alcanzada, según queda
dicho (
a.1). Ahora bien, la virtud intelectual se ordena al bien, lo
mismo que la virtud moral, conforme se ha dicho anteriormente (
q.56 a.3). Por consiguiente, el bien de la virtud intelectual tiene razón
de medio en cuanto que dice relación a una medida. Pero el bien de la
virtud intelectual es la verdad: la verdad absolutamente considerada,
si se trata de una virtud especulativa, según se dice en el libro
VI
Ethic.; o la verdad en conformidad con el
apetito recto, si se trata de una virtud práctica.
La verdad de nuestro entendimiento absolutamente considerada está
como medida por la cosa, pues la cosa es la medida de nuestro
entendimiento, según se dice en el libro X Metaphys., ya que del hecho de que la cosa es o no es, hay verdad en la opinión y en la frase. Así, pues, el bien de la virtud intelectual especulativa consiste en cierto medio, por conformidad con la cosa misma, en cuanto que dice ser lo que es, o no ser lo que no es, en lo que consiste la razón de verdad. El exceso consiste en la afirmación falsa, en la que se dice ser lo que no es; y el defecto está en la falsa negación, en la que se dice no ser lo que es.
A su vez, la verdad de la virtud intelectual práctica, si se compara
con la cosa, tiene razón de algo medido. Y en este sentido, el medio
se entiende del mismo modo por conformidad a la cosa tanto en las
virtudes intelectuales prácticas como en las especulativas. Pero
respecto del apetito tiene razón de regla y medida. Por tanto, es el
mismo el medio de la virtud moral y el de la prudencia, a saber, la
rectitud de la razón, pero a la prudencia pertenece como a regulante y
mensurante, mientras que a la virtud moral pertenece como mensurada y
regulada. De modo parecido, el exceso y el defecto se toma de diverso
modo en uno y otro caso.
A las objeciones:
1. También la virtud intelectual
tiene su medida, según queda dicho, y en relación con esta
medida se entiende el medio en ella.
2. No es necesario proceder hasta
el infinito en las virtudes, porque la medida y regla de la virtud
intelectual no es otro género de virtud, sino la cosa
misma.
3. Las cosas contrarias mismas no
tienen contrariedad en el alma, porque una es la razón de conocer la
otra. Sin embargo, en el entendimiento se da la contrariedad de la
afirmación y de la negación, que son contrarias, según se dice al
final del libro Peri Hermeneias. Pues, aunque
ser y no ser no sean opuestos contrarios, sino contradictorios, si se
atiende a su significación por parte de las cosas, ya que uno es el
ser y el otro es el puro no ser; sin embargo, referidos al acto del
alma, ambos significan algo positivo. Por tanto, ser y no ser es algo
contradictorio, pero el juicio con que opinamos que el bien es
bien es contrario al juicio con que opinamos que el bien no es
bien. Y entre estos contrarios está el medio de la virtud
intelectual.
Artículo 4:
¿Consisten en el medio las virtudes teológicas?
lat
Objeciones por las que parece que las virtudes teológicas consisten
en el medio.
1. El bien de las demás virtudes consiste en el medio. Pero la virtud
teológica excede en bondad a las demás virtudes. Luego, con más razón,
la virtud teológica consiste en el medio.
2. El medio de la virtud moral se toma de que el apetito es regulado
por la razón, mientras que el medio de la virtud intelectual se toma
de que nuestro entendimiento tiene por medida la cosa. Pero la virtud
teológica perfecciona tanto al entendimiento como al apetito, según se
ha dicho anteriormente (
q.62 a.3). Luego también la virtud teológica
consiste en el medio.
3. La esperanza, que es virtud teológica, está en el medio entre la
desesperación y la presunción. De modo parecido, también la fe se
mantiene en medio de herejías contrarias, como dice Boecio
en el libro De duabus naturis,
pues el confesar que en Cristo hay una persona y dos naturalezas está
en el medio entre la herejía de Nestorio, que dice que en Cristo hay.
dos personas y dos naturalezas, y la herejía de Eutiques, que dice que
sólo hay una persona y una naturaleza. Luego la virtud teológica
consiste en el medio.
Contra esto: en todos los órdenes en que la virtud consiste en el
medio, se puede pecar tanto por exceso como por defecto. Pero con
respecto a Dios, que es el objeto de la virtud teológica, no se puede
pecar por exceso, pues en Eclo 43,33, se dice: Cuando alabáis al
Señor, alzad la voz cuanto podáis, que está muy por encima de vuestras
alabanzas. Luego la virtud teológica no consiste en el
medio.
Respondo: Según queda dicho (
a.1), el medio de
la virtud se toma por la conformidad con su regla o medida, en cuanto
que se la puede traspasar o no alcanzar. Pues bien, respecto de la
virtud teológica se puede hablar de una doble medida. Una, en cuanto a
la razón misma de virtud; y así la medida y la regla de la virtud
teológica es el mismo Dios, pues nuestra fe tiene por regla la verdad
divina; la caridad, la divina bondad; y la esperanza, la magnitud de
su omnipotencia y misericordia. Y ésta es una medida que excede toda
facultad humana. Por eso nunca puede el hombre amar a Dios tanto
cuanto debe ser amado; ni puede creer y esperar tanto en El cuanto
debe. Luego mucho menos puede haber en eso exceso. Y así el bien de
tal virtud no consiste en el medio, sino que es tanto mejor cuanto más
se acerca al summum.
Pero otra regla o medida de la virtud teológica se toma de parte
nuestra, porque, si bien no podemos acercarnos a Dios cuanto debemos,
sin embargo, debemos acercarnos a El, creyendo, esperando y amando, a
la medida de nuestra condición. De ahí que accidentalmente, por
nuestra parte, se puedan atender medio y extremos en la virtud
teológica.
A las objeciones:
1. El bien de las virtudes
intelectuales y morales consiste en el medio en conformidad con una
regla o medida que puede ser traspasada, lo cual no ocurre en las
virtudes teológicas por parte de ellas, según queda dicho.
2. Las virtudes intelectuales y
morales perfeccionan nuestro entendimiento y apetito en orden a una
medida y regla creadas, mientras que las virtudes teológicas los
perfeccionan en orden a una medida y regla increada. No vale, pues, la
comparación.
3. La esperanza media entre la
presunción y la desesperación por parte nuestra, a saber, en cuanto
que se dice que uno presume por esperar de Dios un bien que excede su
condición, o no espera lo que podría esperar según su condición. Pero
no puede haber exceso de esperanza por parte de Dios, cuya bondad es
infinita. De modo parecido también la fe está entre herejías
contrarias, no en comparación a su objeto, que es Dios, a quien nadie
puede creer demasiado, sino en cuanto que la opinión misma del hombre
media entre opiniones contrarias, según consta por lo dicho
anteriormente (
a.3 ad 3).