Artículo 1:
¿Hay o no hay ideas?
lat
Objeciones por las que parece que no hay ideas:
1. En el c.7 De Div. Nom., Dionisio dice que
Dios no conoce las cosas por las ideas. Pero las ideas no tienen más
objetivo que el de que, por ellas, sean conocidas las cosas. Luego no
hay ideas.
2. Como ya se dijo (
q.14 a.5), Dios lo conoce todo en sí
mismo. Pero a sí mismo no se conoce por ideas. Luego tampoco así
conoce lo demás.
3. La idea es considerada como principio para conocer y
actuar. Pero la esencia divina es suficiente principio para conocerlo
todo y para hacerlo todo. Luego no hay necesidad de
ideas.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el libro Octoginta trium
quaest.: Es tanta la fuerza existente en las
cosas, que, sin entenderlas, nadie puede ser sabio.
Respondo: Es necesario que haya ideas en la
mente divina. Pues
idea, palabra griega, en latín se dice
forma; de ahí que por las ideas se entiendan las formas de otras
cosas existentes fuera de estas mismas cosas. La forma de una cosa
existente fuera de esta misma cosa puede tener dos funciones:
una, que sea ejemplar de aquello que se llama forma;
otra,
que sea principio de conocimiento de sí misma, en cuanto que las
formas de lo cognoscible están en quien conoce. En los dos casos es
necesario que haya ideas. Se demuestra de la siguiente
manera.
En todas aquellas cosas que no son engendradas por casualidad, es
necesario que la forma sea el fin del engendro de cada una. Además, el
que actúa no lo hace por la forma, a no ser que la imagen de la forma
esté en él. Y esto puede suceder de dos maneras. Pues en algunos
agentes preexiste la forma de actuar como ser natural, como en los que
actúan por naturaleza. Ejemplo: El hombre engendra al hombre; el
fuego, al fuego. Pero en algunos, la forma preexiste como ser
inteligible, como en los que actúan por conocimiento. Ejemplo: La
imagen de la casa preexiste en la mente del constructor. Y esto puede
ser llamado idea de la casa, porque el constructor intenta asemejar la
casa a la forma que concibió en la mente.
Así, pues, como el mundo no existe por casualidad, sino que ha sido
hecho por Dios por conocimiento, como se verá más adelante (q.19 a.4; q.44 a.3), es necesario que en la mente divina esté la forma a cuya
semejanza se hizo el mundo. Y en esto consiste la idea.
A las objeciones:
1. Dios no conoce las cosas por alguna
idea que exista fuera de El. Y así, también Aristóteles
desaprueba la opinión que Platón tenía de las ideas, pues éste las
ponía como existentes por sí mismas, no en el entendimiento.
2. Aun cuando Dios conoce y conoce
lo demás por su esencia, sin embargo, su esencia es principio
operativo de lo demás, no de sí mismo; por eso tiene sentido de idea
si se la compara a otras cosas, no si se la compara al mismo
Dios.
3. Dios por su esencia es
semejanza de todo. Por eso en Dios la idea no es más que la misma
esencia divina.
Artículo 2:
¿Hay o no hay muchas ideas?
lat
Objeciones por las que parece que no hay muchas ideas:
1. En Dios la idea es su esencia. Pero la esencia de Dios no es más
que una. Luego no hay más que una idea.
2. Como la idea es principio para conocer y actuar, así
también lo es el arte y la sabiduría. Pero en Dios no hay muchas artes
y sabidurías. Luego tampoco hay muchas ideas.
3. Si se dice que las ideas se multiplican con respecto
a la diversidad de criaturas, se replica: La pluralidad de ideas
existe desde la eternidad. Luego si las ideas son muchas, las
criaturas son temporales; por lo tanto, lo temporal será causa de lo
eterno.
4. Estas relaciones o son reales sólo en las criaturas, o
también lo son en Dios. Si lo son sólo en las criaturas, como las
criaturas no son eternas, tampoco lo será la pluralidad de ideas, si
es que se multiplican sólo por estas relaciones. Por otra parte, si
existen realmente en Dios, se sigue que en Dios hay otra pluralidad
además de las Personas. Y esto va contra el Damasceno
cuando dice que en Dios todo es uno menos el engendro, la
generación y la procesión. Así pues, no hay muchas
ideas.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el libro Octoginta trium
quaest.: Las ideas son ciertas formas
principales o razones de las cosas, estables e inmutables porque no
han sido formadas, siendo por ello eternas e inmodificables,
contenidas en la inteligencia divina. Pero aun cuando no nacen ni
mueren, sin embargo, se dice que por ellas se forma todo lo que puede
nacer y morir, todo lo que nace y muere.
Respondo: Es necesario que haya muchas ideas.
Para demostrarlo, hay que tener presente que, en cualquier efecto,
aquello que es el último fin, propiamente es lo intentado por el
agente principal; como la disciplina del ejército por el jefe. Por el
Filósofo en XII
Metaphys. nos consta que lo mejor
que hay en las cosas es el bien del orden en el universo. Así pues, el
orden en el universo es propiamente lo intentado por Dios, y no algo
fortuito cuyo origen estaría en sucesivos agentes. Pues algunos han
dicho que Dios creó sólo la primera criatura, y que ésta creó la
segunda, y así sucesivamente hasta llegar a la multitud existente.
Según esta opinión, Dios no tendría más idea que la de la primera
criatura. Pero si el mismo orden del universo ha sido creado en sí
mismo por El, y por El intentado, es necesario que tenga la idea de
dicho orden del universo. Pues no se puede tener idea de un todo si no
se tiene de los distintos elementos que constituyen dicho todo.
Ejemplo: El constructor no puede concebir la idea de casa si no
hubiera concebido la idea de cada una de las partes. Por lo tanto, es
necesario que en la mente divina esté la razón de ser de todo. Por eso
dice Agustín en el libro
Octoginta trium quaest.:
Cada cosa ha sido creada con su propia razón de ser por Dios.
Así, pues, hay en la mente divina muchas ideas.
Que esto no es contrario a la simplicidad divina es fácil de ver si
se tiene presente que la idea de lo hecho está en la mente del que lo
hace como algo que se conoce; pero no como la especie por la que se
conoce, pues esto último es la forma que da acto al entendimiento.
Ejemplo: En la mente del constructor, la forma de la casa es algo que
ha sido concebido y a tal semejanza construye la casa
materialmente.
Y no es contrario a la simplicidad divina que conozca muchas cosas.
Sí lo sería si su entendimiento estuviera formado por muchas ideas.
Por eso, en la mente divina hay muchas ideas que están como conocidas.
Esto se puede ver de la siguiente manera. El mismo conoce
perfectamente su esencia; por lo tanto, la conoce de cualquier modo
como pueda ser conocida. Puede ser conocida no sólo como es en sí
misma, sino en cuanto que es participable según algún modo de
semejanza por las criaturas. Cada criatura tiene su propia especie por
la que de algún modo participa de la semejanza de la esencia divina.
Así, pues, como Dios conoce su esencia como imitable por tal criatura,
la conoce como idea y razón de tal criatura. Y lo mismo hay que decir
de todo lo demás. De este modo resulta evidente que Dios conoce muchas
razones propias de muchas cosas, es decir, en El hay muchas
ideas.
A las objeciones:
1. La idea no indica la esencia
divina en cuanto esencia, sino en cuanto semejanza o razón de ser de
esta o aquella cosa. Por eso, que haya muchas razones conocidas desde
una sola esencia es lo mismo que decir que hay muchas
ideas.
2. La sabiduría y el arte en Dios
indican aquello por lo que El conoce; pero la idea indica aquello que
conoce. Dios en uno conoce a muchos; y no sólo según lo que son en sí
mismo, sino también en cuanto conocidos; lo cual significa conocer
muchas razones de las cosas. Ejemplo: El arquitecto, cuando conoce la
forma de una casa construida, se dice que conoce la casa; cuando
conoce la forma de la casa en cuanto algo especulado, porque sabe que
la conoce, se dice que conoce la idea o razón de la
casa.
Dios no sólo conoce muchas cosas por su esencia, sino que también
sabe que las conoce. Y esto es conocer muchas razones de las cosas; o
que en su entendimiento hay muchas ideas conocidas.
3. Todas estas relaciones, por las
que se multiplican las ideas, no son causadas por las cosas, sino por
el entendimiento divino cuando da la semejanza de su esencia a las
cosas.
4. Las relaciones que multiplican
las ideas no están en las cosas creadas, sino en Dios. Sin embargo, no
son relaciones reales como aquellas por las que se distinguen las
Personas, sino relaciones conocidas por Dios.
Artículo 3:
Las cosas que Dios conoce de todo, ¿son o no son en El
ideas?
lat
Objeciones por las que parece que no todo lo que Dios conoce es idea
en El:
1. La idea de mal no está en Dios; de lo contrario el mal estaría en
Dios. Pero los males son conocidos por Dios. Luego las cosas que Dios
conoce de todo no son ideas.
2. Como ya se dijo (
q.14 a.9), Dios conoce lo que no existe,
lo que no fue y lo que nunca será. Pero de todo esto no hay ideas,
porque Dionisio dice en el c.5
De Div. Nom.:
Los ejemplares son las voluntades divinas determinantes y efectivas de
las cosas. Luego no todas las cosas que Dios conoce de todo son
ideas en El.
3. Dios conoce la materia prima a la que no le puede
corresponder ninguna idea, pues no tiene ninguna forma. Luego lo mismo
que antes.
4. Consta que Dios conoce no sólo la especie, sino
también los géneros, las particularidades y los accidentes. Pero de
todo esto no hay ideas, según la postura de Platón, el
primero que introdujo las ideas, como dice
Agustín. Luego no de todo lo conocido por Dios hay
ideas en El.
Contra esto: como nos consta por Agustín, las ideas son
razones existentes en la mente divina. Pero Dios tiene razones propias
de todo lo que conoce. Luego tiene idea de todo lo que
conoce.
Respondo: El doble carácter de las ideas
establecido por Platón, esto es, como principio de
conocimiento y generación de las cosas, hay que situarlo en la mente
divina. En cuanto principio efectivo, puede ser llamado ejemplar; y pertenece al conocimiento práctico. En cuanto
principio cognoscitivo, propiamente se llama razón; y también
puede pertenecer al conocimiento especulativo. En cuanto ejemplar,
está relacionado con todo lo que Dios hace en cualquier tiempo. En
cuanto principio cognoscitivo está relacionado con todo lo conocido
por Dios, incluso aunque nunca fuera hecho; y relacionado también con
todo lo que es conocido por Dios según su propia razón y por
especulación.
A las objeciones:
1. El mal es conocido por Dios no
por su razón propia, sino por razón del bien. Por eso en Dios no hay
idea del mal, ni como ejemplar ni como razón.
2. De todo lo que no existe, ni
fue, ni será, Dios no tiene un conocimiento práctico, sino sólo
virtual. Y de todo esto en Dios no hay idea como ejemplar, sino sólo
como razón.
3. Según algunos,
Platón estableció la materia no creada; así, no estableció que la idea
fuera materia, sino concausa. Pero como nosotros admitimos que la
materia ha sido creada por Dios, aunque nunca sin la forma, en Dios
hay cierta idea de la materia, pero no distinta de la idea del
compuesto, ya que la materia en sí misma ni existe ni es
cognoscible.
4. Los géneros no pueden tener una
idea distinta de la idea de especie, si se toma la idea como ejemplar,
porque el género nunca se da sin la especie. Lo mismo puede decirse de
los accidentes, que son inseparables del sujeto. A los accidentes ya
hechos simultáneos con el sujeto, les corresponde una idea especial.
Ejemplo: el constructor, por la forma que tiene de la casa, hace todos
los accidentes que desde el principio le corresponden a la casa. Todos
aquellos accidentes que se le dan posteriormente a la casa ya hecha,
como la pintura o algún otro, los da respondiendo a alguna otra forma.
En cambio, según Platón, los individuos no tenían más idea que la idea
de especie, bien porque los singulares se individualizan por la
materia, para él increada y concausa de la idea, como son
interpretados algunos, bien porque lo que la naturaleza se propone son
las especies, y si produce individuos es para que por ellos se salven
las especies. Pero la providencia divina no sólo llega a las especies,
sino también a los individuos, como se dirá más adelante (
q.22 a.2).