Artículo 1:
¿Es o no es correcto definir la eternidad como la posesión total,
simultánea y completa de la vida interminable?
lat
Objeciones por las que parece que no es correcto definir la eternidad
como lo hace Boecio en V De consolatione al
decir: la eternidad es la posesión total, simultánea y completa
de la vida interminable.
1. Lo interminable tiene sentido negativo. Pero lo negativo no es
aplicable más que a lo deficiente. A la eternidad no le corresponde lo
deficiente. Luego en la definición de eternidad no debe entrar el
término interminable.
2. Más aún. La eternidad tiene cierto sentido de duración. La
duración afecta más al ser que a la vida. Luego en la definición de
eternidad no debe entrar el término vida, sino, más bien, el
término ser.
3. Se llama todo a lo que tiene partes. La eternidad,
por ser simple, no admite partes. Luego no es correcto decir total.
4. Muchos días y muchos tiempos no pueden existir
simultáneamente; pues se dice en Miq 5,2: Su origen está en el
principio, en los días eternos; y en Rom 16,25: Siguiendo la
revelación de los misterios guardados en el silencio desde los tiempos
eternos. Luego la eternidad no es total y simultánea.
5. Y también. Todo y completo es lo mismo. Así, pues,
establecido el total sobra añadir completa.
6. La posesión no cuadra con la duración. Pero eternidad
implica cierta duración. Luego la eternidad no es posesión.
Respondo: Así como llegamos al conocimiento de
lo simple partiendo de lo compuesto, así también llegamos al
conocimiento de eternidad partiendo del tiempo, que no es más que el
número de movimiento según el antes y el después. Como en todo movimiento hay sucesión, y una de sus
partes viene después de la otra, contando el antes y el después del
movimiento, conseguimos la noción de tiempo, que no es más que el
número de lo anterior y de lo posterior en el movimiento. En cambio,
en lo que carece de movimiento no es posible distinguir un antes y un
después, ya que siempre está del mismo modo. Así, pues, como el
concepto de tiempo consiste en la numeración de lo anterior y de lo
posterior en el movimiento, así el concepto de eternidad consiste en
la concepción de la uniformidad de lo que está absolutamente exento de
movimiento. Además, se dice que son cronometrables aquellas cosas que
en el tiempo tienen principio y fin, como consta en el IV Physic. Esto es así porque en todo lo que se mueve
hay algún principio y algún final; mientras que en lo completamente
inmutable, como no hay sucesión, tampoco puede haber principio ni fin.
Así, pues, entendemos la eternidad partiendo de dos aspectos. El
primero, referido a lo que se da en la eternidad y que es
interminable, esto es, carente de principio y de fin (a lo cual se
refiere el término). El segundo, referido a la misma eternidad
como carente de sucesión, esto es, siendo toda ella
simultaneidad.
A las objeciones:
1. Es costumbre definir lo simple
por negación. Ejemplo: El punto es aquello que no tiene partes.
Y esto es así no porque la negación sea esencial a lo simple, sino
porque nuestro entendimiento, que primero comprehende lo compuesto, no
puede llegar al conocimiento de lo simple más que siguiendo un proceso
de eliminación de lo compuesto.
2. Lo que es verdaderamente eterno
no sólo es ser, sino viviente; y el mismo vivir comprende en cierto
modo la acción, no así el ser. De esta manera, la amplitud de la
duración más bien parece que deba tomarse de la acción más que del
ser. De ahí que el tiempo sea el número del movimiento.
3. La eternidad es llamada total no porque tenga partes, sino porque nada le
falta.
4. Así como a Dios, que es
incorpóreo, en la Escritura se le aplican metafóricamente
nombres de las cosas materiales, así a la eternidad,
que es totalidad simultánea, se le aplican nombres de las realidades
temporales sucesivas.
5. En el tiempo hay que considerar
dos aspectos. Uno, el tiempo en sí mismo, que es sucesivo. Otro, el ahora del tiempo que es incompleto. A la eternidad
se la llama totalidad simultánea para eliminar el tiempo; y
completa para excluir el ahora del tiempo.
6. Lo que se posee, se tiene
firmemente y seguro. Para designar la inmutabilidad e indefectibilidad
de la eternidad, se usa la palabra posesión.
Artículo 2:
Dios, ¿es o no es eterno?
lat
Objeciones por las que parece que Dios no es eterno:
1. Nada de lo hecho es atribuible a Dios. Pero la eternidad es algo
hecho. Dice Boecio: El ahora que fluye hace el
tiempo; el ahora que permanece hace la eternidad. Y Agustín en el
libro Octoginta trium quaest.: Dios es el
autor de la eternidad. Luego Dios no es eterno.
2. Lo que es anterior y posterior a la eternidad no puede
ser medido por la eternidad. Pero Dios es anterior a la eternidad, tal
como se dice en el libro De Causis; y posterior
a la eternidad, como se dice en Ex 15,18: El Señor reinará
eternamente y aún más. Luego a Dios no le corresponde ser
eterno.
3. La eternidad es una cierta medida. Pero a Dios no le
corresponde ser medido. Luego no le compete ser eterno.
4. En la eternidad no hay presente, pasado ni futuro, ya
que es totalidad simultánea, como quedó dicho (
a.1). Pero en la
Escritura se dicen de Dios cosas en presente, pasado y futuro. Luego
Dios no es eterno.
Contra esto: está lo que dice Atanasio: El Eterno Padre, el Eterno Hijo, el Eterno Espíritu
Santo.
Respondo: El concepto de eternidad
se deriva de la inmutabilidad, como el de tiempo del movimiento, según
ha quedado dicho (
a.1). Como quiera que Dios es lo más inmutable, a El
le corresponde en grado máximo ser eterno. No sólo es eterno, sino que
es su misma eternidad. Por otra parte, ninguna otra cosa es su propia
duración, porque ninguna es su propio ser. Dios es su mismo ser
uniforme. Por lo cual, lo mismo que es su esencia, así también es su
eternidad.
A las objeciones:
1. Según nuestro modo de entender,
el ahora permanente hace eternidad. Del mismo modo que nuestra
noción de tiempo la provoca nuestra percepción del fluir del ahora, la
noción de eternidad la provoca nuestra idea del ahora permanente. Lo
que dice Agustín, Dios es autor de la eternidad,
debe entenderse de la eternidad participada. De hecho, Dios comunicó a
algunos su eternidad como también su inmutabilidad.
2. La respuesta a esta objeción
resulta evidente después de lo dicho. Pues, decir que Dios existe
antes de la eternidad, se entiende que se trata de la eternidad
participada en las criaturas inmateriales. De ahí que en el mismo
texto se diga que la inteligencia se equipara a la
eternidad. Lo que dice en el Éxodo (16,18): El Señor reinará
eternamente y aún más, según otra versión, allí eterno es igual
a siglo. Por eso se dice que reinará aún más porque su reino
dura más que cualquier siglo, es decir, más que cualquier duración
establecida. El siglo no es más que el período de
duración de una cosa, como se dice en el libro I De
caelo. También se dice que reinará eternamente y
aún más, porque, de existir algo que siempre hubiese sido, como el
movimiento del cielo según algunos filósofos, sin
embargo, Dios reinará aún más en cuanto que su reino es totalidad
simultánea.
3. La eternidad no es más que el
mismo Dios. Y no se dice que Dios sea eterno porque de algún modo sea
mensurable, sino que se toma el concepto de medida sólo por nuestro
modo de entender.
4. Los tiempos de los verbos son
aplicados a Dios en cuanto que su eternidad incluye todos los tiempos,
no porque El varíe por el presente, el pasado o el
futuro.
Artículo 3:
Ser eterno, ¿es o no es propio de Dios?
lat
Objeciones por las que parece que ser eterno no es propio sólo de
Dios:
1. Se dice en el libro de Dan 12,3: Quienes preparan a los pueblos
en la justicia serán como estrellas en perennes eternidades. No
habría muchas eternidades si sólo Dios fuese eterno. Así, pues, no
sólo Dios es eterno.
2. Se dice en Mt 25,41: ¡Malditos, id al fuego
eterno! Así, pues, no sólo Dios es eterno.
3. Todo lo necesario es eterno. Pero muchas cosas son
necesarias, como todos los principios de demostración y todas las
proposiciones demostrativas. Luego no sólo Dios es
eterno.
Contra esto: está lo que dice Jerónimo a Marcelo: Sólo Dios no tiene principio. Todo lo que tiene principio no es
eterno. Luego sólo Dios es eterno.
Respondo: Verdadera y propiamente sólo en Dios
está la eternidad. Porque, tal como se dijo (
a.1), la eternidad deriva
de la inmutabilidad, y sólo Dios es completamente inmutable, como
quedó demostrado (
q.9 a.2). Sin embargo, en la medida en que algunos
participan de su inmutabilidad participan también de su eternidad. Por
otra parte, hay seres que obtienen de Dios la inmutabilidad, pues no
dejarán de existir. Así, Eclo 1,4 dice que la tierra
permanece
eternamente. Hay algunas cosas que, por su duración, la Escritura
también las llama eternas aunque sean corruptibles. Así, el Sal 75,5
dice:
montes eternos; y en Dt 33,15:
collados eternos.
Otros participan en mayor grado del concepto de eternidad por ser
inmutables en cuanto al ser y también en cuanto a la operación, como
ocurre en los ángeles y en los santos que ya gozan de la Palabra,
porque por lo que respecta a la contemplación de la Palabra, en los
santos no hay
pensamientos cambiables, como dice Agustín en XV
De Trin. De ahí que, de quienes contemplan a
Dios, se diga que tienen la vida eterna, siguiendo aquello de Jn
17,3:
Esta es la vida eterna, que conozcan,
etcétera.
A las objeciones:
1. Se dice que hay muchas
eternidades porque son muchos los que participan de la eternidad por
la misma contemplación de Dios.
2. El fuego del infierno es
llamado eterno como sinónimo de interminable. Sin embargo, puede haber
cambio en las penas de los condenados, según aquello de Job 24,19:
Pasarán de aguas de nieve a un calor inmenso. De ahí que en el
infierno no haya auténtica eternidad, sino tiempo más largo, según
aquello del Sal 80,16: Su tiempo durará por los
siglos.
3. Necesario expresa un modo de la
verdad. Y lo verdadero está en el entendimiento, como dice el Filósofo
en VI Metaphys. Así, pues, según eso, lo
verdadero y lo necesario es eterno porque se da en el único
entendimiento eterno, que es el divino. Pero de ahí no se deduce que,
fuera de Dios, haya algo eterno.
Artículo 4:
¿Hay o no hay diferencia entre tiempo y eternidad?
lat
Objeciones por las que parece que la eternidad no es distinta del
tiempo:
1. Es imposible que puedan aplicarse simultáneamente dos medidas de
duración, a no ser que una sea parte de la otra. De hecho no hay
simultáneamente dos días o dos horas; pero el día y la hora son
simultáneos, porque la hora es parte del día. Pero la eternidad y el
tiempo son simultáneos, pues ambos son cierta medida de duración. Como
quiera que la eternidad no es parte del tiempo porque la eternidad
incluye y sobrepasa el tiempo, parece que el tiempo es parte de la
eternidad y no algo distinto de la eternidad.
2. Según el Filósofo en el IV Physic., el ahora del tiempo permanece idéntico mientras dura. Pero
esto parece ser lo constitutivo del concepto de eternidad, que es la
identidad indivisible en el transcurrir del tiempo. Luego la eternidad
es el ahora del tiempo. Pero el ahora del tiempo no es
algo sustancialmente distinto del tiempo. Luego la eternidad no es
sustancialmente distinta del tiempo.
3. Así como la medida del primer movimiento es la medida
de todos los movimientos, como se dice en IV Physic., parece que la medida del primer ser es la medida de todo ser. Pero la eternidad es la medida del primer ser, que es el ser divino. Luego la eternidad es la medida de todo ser. Pero el ser de las cosas corruptibles se mide con el tiempo. Luego el tiempo o es la eternidad o algo de la eternidad.
Contra esto: está el hecho de que la eternidad es totalidad simultánea.
En el tiempo se da lo anterior y lo posterior. Luego el tiempo y la
eternidad no son lo mismo.
Respondo: Es evidente que el tiempo y la
eternidad no son lo mismo. El fundamento de su diversidad consiste
para algunos en que la eternidad no tiene ni principio
ni fin, mientras que el tiempo sí tiene principio y fin. Pero es ésta
una diferencia accidental, no esencial. Porque, aun considerando que
el tiempo no hubiese tenido principio ni fuera a tener fin, como
sostienen quienes tienen por eterno el movimiento del
cielo, aún se mantendría la diferencia entre eternidad y tiempo, como
dice Boecio en el libro De consolat., porque la
eternidad es totalidad simultánea, cosa que no le corresponde al
tiempo; puesto que la eternidad es la medida del existir permanente,
mientras que el tiempo lo es del movimiento. Sin embargo, si la
anterior diferencia la aplicamos a lo medido, pero no a las medidas,
nos encontramos con otra fuerza argumental; pues con el tiempo se mide
sólo lo que en el tiempo tiene principio y fin, como se dice en el
IV Physic. De ahí que, si el movimiento del
cielo durara siempre, el tiempo no se mediría por su duración total,
pues lo infinito no es medible; pero sí podría medirse alguna rotación
que en el tiempo tiene principio y fin. Sin embargo, puede haber otra
razón argumental por parte de estas medidas, si se toma el fin y el
principio en cuanto potencia. Porque, aun considerando que el tiempo
siempre dure, sin embargo es posible señalar en el tiempo el principio
y el fin siempre que tomemos alguna de sus partes, como, por ejemplo,
decimos principio y fin del día o del año. Y esto no es aplicable a la
eternidad. Sin embargo, estas diferencias presuponen lo que es la
diferencia en sí misma, es decir, que la eternidad es totalidad
simultánea y el tiempo no.
A las objeciones:
1. Aquel argumento tendría razón de
ser si el tiempo y la eternidad fueran medidas del mismo género. Pero
es falso si se analiza a partir de lo medido por el tiempo y lo medido
por la eternidad.
2. El ahora del tiempo es
el mismo sujeto en todo el tiempo, pero lo captamos como
diferente. Pues, así como el tiempo responde al
movimiento, el ahora del tiempo responde al móvil. El móvil es
siempre el mismo a lo largo del tiempo, pero unas veces captado
estando aquí, y otras allí. Esta alternancia es el movimiento. Algo
parecido le sucede al ahora, pero atendiendo a la razón de la
alternancia, que es el tiempo. La eternidad, en cambio, permanece la
misma como sujeto y como realidad entendida. De ahí que la eternidad
no sea lo mismo que el ahora del tiempo.
3. Así como la eternidad es la
medida propia del mismo ser, el tiempo lo es del movimiento. Por eso,
cuanto más apartado está algo de la permanencia en el ser, viéndose
sometida al cambio, tanto más apartada estará de la eternidad y
sometida al tiempo. Por lo tanto, el ser de lo corruptible, que es
variable, no puede ser medido por la eternidad, sino por el tiempo, ya
que el tiempo mide no sólo lo que varía realmente, sino todo lo que es
variable. De ahí que no sólo mida el movimiento, sino también lo
estable, que, al fin y al cabo, es el estado de aquello que ha nacido
para estar en movimiento y no se mueve.
Artículo 5:
Sobre la diferencia entre evo y tiempo
lat
Objeciones por las que parece que el evo no es distinto del
tiempo:
1. Dice Agustín en el VIII Super Gen. ad litt.: Dios mueve la criatura espiritual en el tiempo. Pero se dice
que el evo es la medida de las sustancias espirituales. Luego no hay
diferencia entre tiempo y evo.
2. Es propio del tiempo tener antes y después. Es propio de
la eternidad ser totalidad simultánea, como se dijo (
a.1). Pero el evo
no es la eternidad. Pues se dice en Eclo 1,1 que la sabiduría
es
anterior al evo. Luego no es totalidad simultánea, sino que tiene
antes y después lo mismo que el tiempo.
3. Si en el evo no hay antes y después, en el evo no hay
pasado, presente ni futuro. Como quiera que es imposible que el evo no
se diera en el pasado, es imposible que tampoco se dé en el futuro.
Esto es falso, pues Dios puede reducirlo a nada.
4. Como quiera que la duración del evo es infinita en
cuanto al después, si el evo es totalidad simultánea se sigue que algo
creado es infinito en acto. Esto es imposible. Así, pues, no hay
diferencia entre evo y tiempo.
Contra esto: está lo que dice Boecio: Tú sacas el
tiempo del evo.
Respondo: El evo se diferencia del tiempo y de
la eternidad como un medio entre ambos. Hay algunos que
establecen la diferencia diciendo: la eternidad no tiene ni principio
ni fin; el evo tiene principio, pero no fin; el tiempo tiene principio
y fin. Pero se trata de una diferencia accidental, como quedó dicho
(
a.4). Porque si el evo fue y siempre será, según dicen
algunos, o dejara de ser porque Dios puede
determinarlo, aun así se distinguiría la perpetuidad del tiempo y de
la eternidad.
Otros sitúan la diferencia de estas tres cosas
diciendo que la eternidad no tiene antes ni después; el tiempo tiene
antes y después con novedad y antigüedad; el evo tiene antes y después
sin novedad ni antigüedad. Pero esta distribución es contradictoria,
resultando evidente si se le aplica la misma medida de la novedad y la
antigüedad. Porque así como el antes y el después no son simultáneos,
si el evo tiene antes y después es necesario que, concluida una parte
del evo, sea sustituida por otra parte y, de este modo, se introduce
la novedad en el evo como sucede en el tiempo. Si esta diferencia, en
vez de aplicarla a la medida la aplicamos a lo medido, los
inconvenientes permanecen. Pues si las cosas temporales envejecen con
el tiempo, la razón está en que son mutables; y precisamente por la
mutabilidad de lo medido hay antes y después en la
medida. Esto se observa en el IV Physic. Por lo tanto, si el mismo evo no está
sometido a la novedad o antigüedad, la razón se encontrará en el hecho
de ser intransmutable; por eso en su medida no habrá antes y
después.
Consecuentemente, hay que decir: como quiera que la eternidad es la
medida del ser permanente, cuanto más se aleja algo de la permanencia
del ser, tanto más se aleja de la eternidad. Hay ciertas cosas que se
alejan tanto de la permanencia del ser, que su ser está sometido al
cambio, o es el mismo cambio. Por eso son medidos con el tiempo. Esto
es lo propio de todo movimiento y también lo propio de todos los seres
corruptibles.
Por otra parte, hay seres que se alejan mucho menos de la permanencia
en el ser, porque su ser no está sometido al cambio, ni es el mismo
cambio; sin embargo, de algún modo tienen el cambio, bien en acto,
bien en potencia. Esto es lo propio de los cuerpos celestes cuyo ser
sustancial es intransmutable. Sin embargo, su ser intransmutable está
sometido a la ocupación de un lugar.
Algo parecido pasa con los ángeles, que tienen ser intransmutable
sometido a la mutabilidad de la elección, algo propio de su
naturaleza. Por eso, pueden cambiar con respecto a su elección,
pensamiento, afecto y lugar. Y pueden ser medidos por el evo, que es
el medio entre la eternidad y el tiempo. En cambio, el ser medido por
la eternidad no es mutable ni está sometido a la mutabilidad. Así,
pues, el tiempo tiene antes y después; el evo no tiene antes ni
después, pero le son aplicables; la eternidad no tiene antes ni
después ni le son aplicables.
A las objeciones:
1. Las criaturas espirituales,
vistas desde la sucesión que se da en sus afectos y pensamientos, son
medidas por el tiempo. De ahí que Agustín siga diciendo
que moverse en el tiempo es moverse en el afecto. Y en cuanto a su ser
natural, su medida es el evo. En cuanto a su visión de la gloria,
participan de la eternidad.
2. El evo es totalidad simultánea,
sin embargo no es eternidad, porque está sometida al antes y al
después.
3. Los ángeles, en cuanto tales,
no están sometidos al pasado y al futuro, sino sólo por cambios
accidentales. Cuando decimos que un ángel fue o será, esto es una
diferencia introducida por nuestro entendimiento, que aprehende el ser
de los ángeles comparándolo a lo sometido al tiempo. Sin embargo,
cuando decimos que un ángel es o fue, estamos suponiendo algo opuesto
no sometido al poder divino. Por otra parte, cuando decimos que será,
no se supone nada.
De ahí que, como quiera que tanto el ser como el no ser del ángel
está sometido al poder divino, desde cualquier punto de vista Dios
puede hacer que el ser del ángel no exista en el futuro. Sin embargo,
no puede hacer que no sea mientras existe, o que no fue mientras
existió.
4. La duración del evo es infinita
porque no acaba en el tiempo. Además, no hay inconveniente en que
exista algo creado infinito si no existe limitado por
algo.
Artículo 6:
¿Hay o no hay un solo evo?
lat
Objeciones por las que parece que no hay un solo evo:
1. Se dice en los apócrifos de Esdras (III Esd 4,40): La majestad
y el poder de todos los evos depende de ti, Señor.
2. Más aún. A diversidad de géneros, diversidad de medidas.
Pero hay realidades perpetuas que son del género corporal, como los
cuerpos celestes; otras son sustancias espirituales, como los ángeles.
Luego no hay un solo evo.
3. Como el evo es una duración, el evo tiene una
duración. Pero no todos los seres perpetuos tienen la misma duración;
porque unos empiezan a existir después de otros, cosa que resulta
evidente sobre todo en las almas humanas. Por lo tanto, no hay un solo
evo.
4. Las cosas que no son dependientes recíprocamente no
parecen tener la misma medida de duración. Pues el hecho de que todos
los seres temporales parezcan tener el mismo tiempo responde a que el
primer movimiento medido por el tiempo, de alguna manera es la causa
de todos los demás movimientos. Pero los seres perpetuos no son
dependientes recíprocamente —un ángel no es causa de otro—. Luego no
hay un solo evo.
Contra esto: el evo es más simple que el tiempo y está más cercano a la
eternidad. Y si no hay más que un tiempo, con mayor motivo no hay más
que un solo evo.
Respondo: Sobre el particular hay una doble
opinión. Unos dicen que hay un solo evo;
otros, que hay muchos evos. Para saber qué opinión es
la más aceptable, ambas tienen que ser consideradas desde la unidad
del tiempo, pues llegamos al conocimiento de lo espiritual a través de
lo corporal. Unos dicen que todo lo temporal está
sometido a la misma medida del tiempo, por lo cual hay un número para
todo lo que se enumera, pues, como dice el Filósofo,
el tiempo es número. Pero esta razón no es suficiente; porque el
tiempo no es número como algo abstraído de lo enumerado, sino como
algo existente en lo enumerado. En caso contrario no sería continuo,
pues diez barras de pan tienen continuidad, pero no por el número,
sino por lo enumerado. De ahí que el número que se da en lo enumerado
no sea el mismo en todos, sino distinto en lo que no es
idéntico.
Otros consideran la causa de la unidad del tiempo
desde la unidad de la eternidad. Así, todas las duraciones son una si
se considera su principio; pero en realidad son muchas si se considera
la diversidad existente recibida por la duración que les imprime el
influjo del primer principio.
Otros consideran la causa de la unidad del tiempo
desde la materia prima, que es el primer sujeto del movimiento cuya
medida es el tiempo.
Estas tres consideraciones resultan insuficientes al parecer, porque
todo aquello cuya unidad depende de su sujeto o de su principio,
máxime si éste es lejano, no es una unidad absoluta, sino sólo en
cierto modo. La razón de la unidad del tiempo es la unidad del primer
motor, que, por ser absolutamente simple, es la medida de todos los
demás, como se dice en X Metaphys. De este modo,
el tiempo se relaciona con aquel movimiento no sólo como la medida con
lo medido, sino como el accidente con el sujeto, y así recibe de él la
unidad.
Con otros movimientos su relación es igual a la existente entre
medida y medido, por lo cual, al multiplicarse aquellos, no lo hace
éste, ya que una medida independiente de lo medido puede medir muchas
cosas. Aceptado esto, hay que tener presente que, con respecto a las
sustancias espirituales, hubo una doble opinión. Algunos, como
Orígenes, dijeron que todas procedían de Dios con
cierta igualdad; otros, que sólo algunas. Otros, por
su parte, dijeron que todas las sustancias espirituales procedían de
Dios en cierto grado y orden. Este parece ser el sentir de Dionisio
cuando dice, en el c.10 De Cael Hier. que entre
las sustancias espirituales están las primeras, las intermedias y las
últimas. Esto se da en el mismo orden de los ángeles. Así, pues, según
la primera opinión, hay que decir que hay muchos evos, puesto que hay
muchos seres perpetuos primeros, ya que son iguales. Según la segunda
opinión, hay que decir que sólo hay un evo, porque si cada cosa se
mide por lo más simple en su género, el ser de todo evo se medirá por
el del primer ser perpetuo, que tanto más simple será cuanto más
anterior sea. Este es el parecer expresado en X Metaphys. Como quiera que esta
segunda opinión parece ser la más verdadera, como se demostrará más
adelante (q.47 a.2; q.50 a.4), en la presente cuestión sostenemos que
hay un solo evo.
A las objeciones:
1. Algunas veces, evo ha sido
tomado como sinónimo de siglo, que es un período de duración de alguna
cosa. Así se dice muchos evos como muchos siglos.
2. Los cuerpos celestes se
distinguen de los espirituales en el género de su naturaleza; y
coinciden en que su ser es intransmutable. De este modo son medidos
por el evo.
3. Tampoco las cosas temporales
empiezan todas simultáneamente; sin embargo, para todas ellas hay un
solo tiempo, pues su unidad proviene del primer ser que el tiempo
mida. Del mismo modo, todos los seres perpetuos tienen el mismo evo
que les concede el primero, aunque no todos empiezan
simultáneamente.
4. Para que determinadas cosas sean
medidas por una en concreto, no se precisa que ésta sea causa de
aquéllas, sino que sea más simple.