Artículo 1:
De si está correctamente descrita la obra del quinto
día
lat
Objeciones por las que parece que dicha obra no ha sido descrita
correctamente:
1. Las aguas producen aquello para lo cual basta su propio poder.
Pero el poder del agua no es suficiente para producir todos los peces
y aves, pues observamos que muchos de ellos son engendrados
seminalmente. Por lo tanto, no es correcto decir: Produzcan las
aguas animales que vivan en ellas y aves que vuelen sobre la
tierra.
2. Más aún. Los peces y las aves no son sólo producidos a
partir del agua, sino que observamos que, en su composición, hay más
tierra que agua. Porque sus cuerpos, por naturaleza, se mueven por la
tierra y en ella se establecen. Por lo tanto, no es correcto decir que
los peces y las aves son producidos a partir del agua.
3. Así como los peces se mueven en el agua, las aves lo
hacen en el aire. Por lo tanto, si los peces son producidos a partir
del agua, las aves no deberían ser producidas a partir del agua, sino
del aire.
4. No todos los peces se mueven por el agua, pues algunos,
por tener pies, como las focas, se arrastran por la tierra. Por lo
tanto, no está descrita suficientemente la producción de peces
diciendo: Produzcan las aguas animales que vivan en
ellas.
5. Los animales terrestres son más perfectos que las aves
y los peces. Esto resulta claro al tener miembros más diferenciados y
una generación más perfecta, pues engendran animales, mientras que los
peces y las aves engendran huevos. Y lo más perfecto es anterior en el
orden natural. Por lo tanto, los peces y las aves no debieron ser
hechos en el quinto día antes de los animales terrestres.
Contra esto: es suficiente con la autoridad de la Escritura (Gén
1,20ss.).
Respondo: Como se dijo anteriormente (
q.70 a.1), hay correspondencia de orden entre la obra de ornamentación y la
de diversificación. Por eso, así como entre los tres días de
diversificación señalados, el de en medio, es decir, el segundo, está
dedicado a la diversificación del cuerpo medio, esto es, las aguas,
así también entre los tres días señalados para la obra de
ornamentación, el de en medio, es decir, el quinto, está dedicado a la
ornamentación del cuerpo medio, esto es, a la producción de aves y de
peces.
Por eso, así como Moisés en el cuarto día nombra los astros luminosos
y la luz, para que el cuarto día se corresponda con el primero, en el
que se había dicho que fue hecha la luz, así también, en este quinto
día menciona las aguas y el firmamento, para que el quinto día se
corresponda con el segundo.
Pero hay que tener presente que, así como sobre la producción de las
plantas la opinión de Agustín es distinta de la de los demás, así
ocurre también sobre la producción de peces y de aves. Pues los
demás dicen que los peces y las aves fueron producidos
en acto en el quinto día, mientras que Agustín, en V Super Gen. ad
litt. sostiene que la naturaleza de las aguas
produjo, en el quinto día, peces y aves potencialmente.
A las objeciones:
1. Avicena sostuvo
que todos los animales pueden generarse a partir de alguna mezcla de
los elementos, no seminalmente y por vía natural. Pero esto parece
poco correcto. Porque la naturaleza se encamina hacia sus efectos con
medios concretos; por eso, aquellos seres cuya generación natural es
seminal, no pueden generarse naturalmente sin
seminación. De este modo, hay que decir que, en la generación natural
de los animales, el principio activo es la fuerza formativa que está
en el semen, para aquellos que se generan por seminación. Para
aquellos que se generan a partir de la putrefacción, el lugar de su
fuerza formativa está en el cuerpo celeste. El
principio material de la generación de ambos animales es alguno de los
elementos o un derivado de los elementos.
En la primera institución de las cosas, el principio activo fue la
palabra de Dios, que, a partir de la materia fundamental, produjo animales en acto, según algunos santos; en potencia, según Agustín. No porque el agua o la
tierra contengan la capacidad de producir todos los animales, como
sostuvo Avicena, sino porque esto mismo que, a partir
de la materia fundamental, por la fuerza seminal o estelar, pueden
producir los animales, es debido a la capacidad concedida a los
elementos en su misma constitución original.
2. Los cuerpos de las aves y de
los peces pueden ser considerados en un doble aspecto. 1) Primero, en
cuanto tales. En este sentido es necesario que en ellos domine el
elemento terrestre, porque para que en el cuerpo del animal haya una
adecuada mezcla, es necesario que cuantitativamente abunde el elemento
menos activo, o sea, la tierra. 2) Segundo, en cuanto
al movimiento. En este sentido, y considerando que nacen para
desenvolverse con unos determinados movimientos, tienen cierta
afinidad con los cuerpos en medio de los que se mueven. En este
sentido describe el texto su origen.
3. El aire, por ser insensible, no
es enumerado solo, sino juntamente con los otros cuerpos; bien sea con
el agua, por lo que respecta a la parte inferior que se ve densificada
por la evaporación, bien sea con el cielo, por lo que respecta a la
parte superior. Las aves se mueven en la parte inferior del aire, y
así se dice que vuelan bajo el firmamento del cielo, incluso si
por firmamento se entiende el aire nubiloso. En este sentido se
atribuye a las aguas la producción de las aves.
4. La naturaleza pasa de un extremo
a otro por el medio. Por esto, entre los animales terrestres y los
acuáticos, los hay anfibios, y son enumerados con aquellos con los que
más semejanza mantienen y por tal semejanza, no por las diferencias
que mantienen con los otros. Sin embargo, para que fueran incluidos
entre los peces todos aquellos que tienen algo específico, después de
decir: Produzcan las aguas animales que vivan en ellas,
añadió: Creó Dios grandes cetáceos.
5. La producción de estos animales
está regida más por el orden de los cuerpos a los que sirven de
ornamentación que por su propia categoría. Sin embargo, el itinerario
de generación va de los imperfectos a los más perfectos.