Artículo 1:
La criatura corporal, ¿ha sido o no ha sido hecha por
Dios?
lat
Objeciones por las que parece que la criatura corporal no existe por
Dios:
1. Se dice en Ecl 3,14: Supe que todo lo hecho por Dios permanece
para siempre. Pero los cuerpos visibles no permanecen para
siempre; pues se dice en 2 Cor 4,18: Lo que se ve es temporal; lo
que no se ve, eterno. Por lo tanto, Dios no hizo los cuerpos
visibles.
2. Se dice en Gén 1,31: Vio Dios todo lo que había hecho;
y era bueno. Pero las criaturas corporales son malas. Pues
comprobamos que muchas son dañinas, como muchas clases de serpientes,
o la sequía provocada por el sol, y otras. También algo que produce
daño es llamado malo. Por lo tanto, las criaturas corporales no han
sido hechas por Dios.
3. Lo hecho por Dios no aleja de El, sino que conduce a
El. Pero las criaturas corporales alejan de Dios. Por eso dice el
Apóstol en 2 Cor 4,18: No nos detenemos a considerar lo que se
ve. Por lo tanto, las criaturas corporales no han sido hechas por
Dios.
Contra esto: está lo que se dice en el Sal 145,6: Quien hizo el cielo
y la tierra y el mar y todo lo que hay en ellos.
Respondo: Algunos herejes
sostienen que todas las cosas visibles no han sido
hechas por el buen Dios, sino por un principio malo. Como fundamento
de su error toman lo que dice el Apóstol en 2 Cor 4,4:
El dios de
este mundo cegó las mentes de los infieles.
Pero sostener esto es completamente imposible. Pues si las cosas,
entre sí diversas, coinciden en algo, es necesario que haya alguna
causa de tal coincidencia, ya que las cosas diversas no coinciden
entre sí por sí mismas. Por eso, cuando entre cosas diversas se
encuentra algo común, es necesario que este algo tenga alguna causa.
Ejemplo: Los diversos cuerpos calientes tienen calor por el fuego.
Todas las cosas, por muy diversas que sean,
coinciden en algo común a todas: el ser. Por lo tanto, es
necesario que haya un principio del ser por el que tengan ser las
cosas, incluso las más diversas, tanto si son invisibles y
espirituales como si son visibles y corporales. Por
otra parte, se dice que el diablo es dios de este mundo no
porque lo haya creado, sino porque quienes viven mundanamente le
sirven. En este sentido dice el Apóstol en Flp 3,19: Su dios es el
vientre.
A las objeciones:
1. Todas las criaturas de Dios en
algún aspecto permanecen para siempre, al menos en la
materia, porque las criaturas nunca vuelven a ser nada
aunque sean corruptibles. Pero cuanto más se acercan las criaturas a
Dios, que es inmutable, tanto más inmutables son. Pues las criaturas
corruptibles permanecen para siempre en la materia, pero cambian en la
forma sustancial. Por su parte, las criaturas incorruptibles
permanecen en la sustancia, pero cambian en algo; por ejemplo, de
lugar, como los cuerpos celestes; o de afectos, como las criaturas
espirituales. Con respecto a lo que dice el Apóstol: lo que se ve
es temporal, aunque sea verdad en cuanto a las cosas consideradas
en sí mismas, pues toda criatura visible está sometida al tiempo, bien
por su ser, bien por su movimiento, sin embargo, el Apóstol se está
refiriendo a lo invisible como premio del hombre. Pues los premios dados
al hombre y que están en las cosas visibles, son caducos; mientras que
los que están en las cosas invisibles, son eternos. Por eso antes
había dicho (2 Cor 4,17): Esta pesadumbre actúa en nosotros para la
gloria eterna.
2. La criatura corporal, por
naturaleza es buena; pero no se trata de un bien
universal, sino particular y reducido, por lo que se origina en ella
cierta contrariedad por la que una se opone a otra aunque en sí mismas
ambas sean buenas.
Algunos, considerando las cosas no en sí mismas, sino por lo que les
reportan, las que les resultan nocivas las llaman, sin más, malas. Y
no se detienen a pensar que lo nocivo en algo para unos es beneficioso
para otros o también para ellos mismos en algo. Esto no sería así si
las cosas corporales en sí mismas fueran malas y nocivas.
3. Las criaturas por sí mismas no
alejan de Dios, sino que conducen a El; porque, como se dice en Rom
1,20: Lo invisible de Dios nos es conocido a través de lo que ha
sido hecho. Pero que alejen de Dios se debe a aquellos que hacen
un torpe uso de ellas. Por eso se dice en Sal 14,11: Las criaturas
son el grillete de los torpes. Pero incluso esto demuestra que son
hechas por Dios. Pues no apartan de Dios a los torpes, sino que los
atraen a sí mismas por algo bueno que hay en ellas y que tienen por
Dios.
Artículo 2:
La criatura corporal, ¿ha sido o no ha sido hecha en razón de la
bondad de Dios?
lat
Objeciones por las que parece que la criatura corporal no ha sido
hecha en razón de la bondad de Dios:
1. Se dice en Sab 1,14: Dios lo creó todo para que existiese.
Por lo tanto, todo ha sido creado por su propia existencia y no en
razón de la bondad de Dios.
2. El bien tiene razón de fin. Luego lo que en la criatura
es mejor es fin de lo que no es tan bueno. Por otra parte, la criatura
espiritual se compara a lo corporal como lo mejor a lo bueno. Por lo
tanto, la criatura corporal lo es por la espiritual, y no en razón de
la bondad de Dios.
3. La justicia distribuye de forma desigual entre lo que
es desigual. Pero Dios es justo. Por lo tanto, ante toda desigualdad
creada por Dios hay una desigualdad no creada por Dios. Pero toda
desigualdad no creada por Dios no puede existir más que a partir del
libre albedrío. Luego toda desigualdad es consecuencia de los diversos
motivos del libre albedrío. Por otra parte, las
criaturas corporales son desiguales con respecto a las espirituales.
Por lo tanto, las criaturas corporales han sido hechas en razón de
algunos motivos del libre albedrío y no en razón de la bondad de
Dios.
Contra esto: está lo que se dice en Prov 16,4: El Señor lo hizo todo
en razón de sí mismo.
Respondo: Orígenes sostuvo que la
criatura racional no ha sido hecha a partir de la primera intención de
Dios, sino para castigo del pecado de la criatura espiritual. Pues
sostuvo también que al principio hizo sólo las criaturas
espirituales todas iguales. De las cuales, por el libre albedrío,
algunas se adhirieron a Dios, y según la intensidad de su adhesión
alcanzaron un mayor o menor grado, si bien permaneciendo en su
simplicidad. Otras, en cambio, alejadas de Dios, se adhirieron a
diversos cuerpos según el grado de alejamiento de Dios.
Esta postura es errónea. Primero, porque contradice la
Escritura, la cual, después de narrar (Gén 1) la producción de cada
especie de las criaturas corporales, añade: Vio Dios que era
bueno. Como si dijera que cada cosa ha sido hecha así porque su
mismo ser es bueno. Según la opinión de Orígenes, la criatura corporal
ha sido hecha no porque su mismo existir sea bueno, sino para castigar
el mal de otro. Segundo, porque se deduciría que la disposición
que ahora hay del mundo corporal es fortuita. Pues, si el sol tal como
es ha sido hecho para castigar algún pecado de la criatura espiritual,
si varias criaturas espirituales hubiesen cometido el mismo pecado que
dio ocasión a que, como castigo, fuera hecho el sol, se concluiría que
habría varios soles en el mundo. Lo mismo puede decirse
de otras cosas. Todo esto es completamente improcedente.
Excluida, pues, esta opinión por errónea, hay que tener presente que
todo el universo está hecho con todas las criaturas como el todo con
las partes. Si queremos indicar el fin de algún todo y de sus partes,
nos encontramos: 1) En primer lugar, que cada parte lo es por sus
actos, como el ojo para ver. 2) En segundo lugar, encontramos que lo
menos noble se ordena a lo más noble; como el sentido al entendimiento
y el pulmón al corazón. 3) En tercer lugar, encontramos que todas las
partes tienden a la perfección del todo, como la materia a la forma,
pues las partes son como la materia del todo. Al margen de todo
esto, todo el hombre está ordenado a un fin extrínseco
a él, como puede ser el disfrutar de Dios.
Así, pues, en el universo cada criatura está ordenada a su propio
acto y a su perfección. Las criaturas menos nobles a las más nobles;
como las inferiores al hombre. Cada criatura tiende a la
perfección del universo. Y todo el universo, con cada una de sus
partes, está ordenado a Dios como a su fin en cuanto que en el
universo, y por cierta imitación, está reflejada la bondad divina para
la gloria de Dios; si bien las criaturas racionales de un modo
especial tienen por fin a Dios, al que pueden alcanzar obrando,
conociendo y amando. Queda patente que la bondad divina es el fin de
todos los seres corporales.
A las objeciones:
1. En una criatura, por el mismo
hecho de existir, está reflejado el ser divino y su bondad. De este
modo, el que Dios lo creara todo para que existiera, no excluye que lo
creara en razón de su bondad.
2. El fin próximo no excluye el
fin último. Por eso, el hecho que la criatura corporal fuera creada en
cierto modo en razón de la criatura espiritual, no excluye que fuera
creada en razón de su bondad.
3. La igualdad de la justicia se
concreta en la distribución. Pues justo se llama a lo distribuido por
igual entre iguales. Pero esto no es aplicable a la primera
institución de las cosas. Pues, así como el constructor coloca no
injustamente las piedras de un mismo género en las distintas partes de
un edificio no teniendo presente la diversidad de las piedras, sino la
perfección de todo el edificio, perfección que no se daría si las
piedras no fueran colocadas variadamente, así también Dios, para que
hubiera armonía en el universo, al principio instituyó la variedad y
desigualdad de las criaturas, siguiendo el criterio de su sabiduría,
sin injusticia, y, sin embargo, sin contar con la presupuesta
diversidad de méritos.
Artículo 3:
La criatura corporal, ¿ha sido o no ha sido hecha por Dios a través
de los ángeles?
lat
Objeciones por las que parece que la criatura corporal ha sido hecha
por Dios a través de los ángeles:
1. Así como todas las cosas están regidas por la sabiduría divina,
así también todo ha sido hecho por la sabiduría de Dios. Dice el Sal
103,24: Todo lo hiciste con sabiduría. Pero, tal como se dice
al comienzo de la Metaphys.: Ordenar es de
sabios. Por eso, en el gobierno de las cosas, y en un cierto
orden, las inferiores son regidas por las superiores, tal como dice
Agustín en el III De Trin. Por lo tanto, en la
producción de las cosas hubo tal orden, que la criatura corporal, por
inferior, fue producida por la criatura espiritual, por
superior.
2. La diversidad de efectos manifiesta la
diversidad de causas. Porque la misma causa siempre hace el mismo
efecto. Por lo tanto, si todas las criaturas, tanto espirituales como
corporales, han sido producidas directamente por Dios, no habría
diversidad alguna entre las criaturas, ni una estaría más lejos de
Dios que otra. Y esto es falso, pues por estar lejos de Dios
algunas criaturas son corruptibles, dice el Filósofo.
3. Para producir un efecto finito no se precisa un poder
infinito. Pero todo cuerpo es finito. Luego pudo ser producido, y de
hecho lo fue, por el poder finito de la criatura espiritual, en las
que no hay diferencia entre ser y poder; de modo especial porque no se
le deniega, a no ser, quizás, por la culpa, ninguna dignidad que le
corresponda por naturaleza.
Contra esto: está lo que se dice en Gén 1,1: En el principio creó
Dios el cielo y la tierra, es decir, lo corporal. Por lo tanto, la
criatura corporal ha sido producida directamente por
Dios.
Respondo: Algunos sostuvieron que
las cosas procedían de Dios gradualmente, esto es: De El procedía
directamente una criatura; y ésta produjo otra; y así hasta llegar a
la criatura corpórea. Pero esta postura es insostenible. Porque la
producción de la primera criatura corporal fue por creación por la
cual fue producida la misma materia. Pues en el hacerse, lo imperfecto
precede a lo perfecto. Por lo tanto, es imposible que algo haya sido
creado a no ser sólo por Dios.
Para demostrarlo, hay que tener presente que cuanto más superior es
una causa tanto más abarca su causalidad. Siempre, lo
que en las cosas es más fundamental, está más extendido que lo que las
informa o restringe; como existir más que vivir, vivir más que
entender, la materia más que la forma. Luego, cuanto más fundamental
es algo, tanto más directamente procede de la causa superior. Y, por
lo tanto, lo que es el primer fundamento de todo, pertenece
propiamente a la causalidad de la causa suprema. Así, pues, ninguna
causa segunda puede producir algo que no presuponga, en lo producido,
algo causado por la causa superior. La creación es la producción de
algo en toda su sustancia sin presuponer nada increado o
creado por alguien. Así, hay que concluir que nadie puede crear algo.
Sólo Dios, que es la primera causa, puede hacerlo. Fue así como
Moisés, viendo que todo había sido creado directamente por Dios, dijo:
En el principio creó Dios el cielo y la tierra.
A las objeciones:
1. En la producción de las
criaturas hay un orden, pero no consistente en que una criatura sea
creada por otra (esto es imposible), sino el orden resultante de los
diversos grados entre las criaturas que han sido constituidas por la
sabiduría divina.
2. Como se demostró anteriormente
(
q.15 a.2), el mismo único Dios, sin detrimento de su simplicidad,
conoce la diversidad de las cosas. Y así también, según
la diversidad conocida, causa, por su sabiduría, cosas diversas. Es
como el artista que, concibiendo diversas formas, produce diversas
obras de arte.
3. El poder del que actúa no se
mide sólo por lo hecho, sino también por el modo de hacerlo; porque
una misma cosa es hecha de forma distinta por una fuerza mayor y por
una menor. Producir algo sin presuponer la existencia de algo, es
propio del poder infinito; y no puede corresponderle a ninguna
criatura.
Artículo 4:
Las formas de los cuerpos, ¿son o no son producidas por los
ángeles?
lat
Objeciones por las que parece que las formas de los cuerpos son
producidas por los ángeles:
1. Dice Boecio en el libro De Trin.: De las
formas inmateriales vienen las formas que están en la materia. Las
formas inmateriales son sustancias espirituales; y las formas que
están en la materia son las formas de los cuerpos. Luego las formas de
los cuerpos vienen de las sustancias espirituales.
2. Todo lo que es por participación se reduce a lo que es
por esencia. Pero las sustancias espirituales por su esencia son
formas; las criaturas corporales participan de las formas. Luego las
formas de las cosas corporales derivan de las sustancias
espirituales.
3. Las sustancias espirituales tienen más capacidad
causal que los cuerpos celestes. Pero los cuerpos celestes causan
formas en los cuerpos de aquí abajo; por eso son llamados causa de
generación y de corrupción. Luego con mucha más razón las formas que
están en la materia derivan de las sustancias espirituales.
Contra esto: está lo que dice Agustín en el III De
Trin.: No hay que pensar que esta materia
corporal está sometida al arbitrio de los ángeles, sino a Dios. Se
dice que la materia corporal está sometida al arbitrio de aquel de quien se recibe
la especie. Por lo tanto, las formas corporales no son causadas por
los ángeles, sino por Dios.
Respondo: Algunos sostuvieron que todas las
formas corporales derivan de las sustancias espirituales que nosotros
llamamos ángeles. Y lo sostuvieron por un doble motivo. Pues Platón
estableció que las formas presentes en la materia corporal se derivan
y constituyen por participación de las formas subsistentes sin
materia. Sostenía que había un hombre inmaterial subsistente, lo mismo
un caballo y otros seres, a partir de los cuales se constituían los
seres sensibles singulares, quedando en la materia corporal una
determinada impresión de aquellas formas del mundo de las ideas, por
medio de la asimilación que él denominaba
participación. Así, los platónicos, según el orden de las formas
establecían el orden de las sustancias del mundo de las ideas.
Ejemplo: Una sustancia del mundo de las ideas es la sustancia de
caballo y causa de todos los caballos. Por encima de esta sustancia
hay una vida del mundo de las ideas, que llamaban vida en cuanto tal y
causa de toda vida; por encima de todo, otra forma que denominaban el
mismo ser y causa de todo ser.
Por otra parte, Avicena y algunos otros, no sostuvieron que las formas en cuanto tales subsistan en la
materia, sino sólo en el entendimiento. Y decían que todas las formas
que hay en la materia corporal proceden de las formas presentes en el
entendimiento de las criaturas espirituales (ellos las denominaban
Inteligencia; nosotros, ángeles), como las formas de las obras
de arte proceden de las formas presentes en la mente del
artista.
A esto mismo parecen volver algunos herejes modernos
cuando sostienen que Dios lo creó todo, pero que la materia corporal
ha sido formada y distribuida en varias especies por el
diablo.
Todas estas opiniones parecen tener la misma raíz. Pues buscaban la
causa de las formas como si las mismas formas se hicieran en cuanto
tales. Pero, como prueba Aristóteles en VII Metaphys., lo que propiamente es producido es lo compuesto; y las formas de las cosas corruptibles existen y dejan de existir no porque ellas mismas se generen o corrompan, sino por la generación o corrupción de los compuestos; porque tampoco las formas tienen ser, sino que por ellas lo tienen los compuestos. Pues a algo le corresponde ser hecho tal como le corresponde existir. De este modo, como el semejante procede de su semejante, no hay que buscar alguna forma inmaterial como causa de las formas corporales, sino algún compuesto, como, por ejemplo, este fuego es producido por este fuego. Así, pues, las formas corporales son causadas no como influidas por alguna forma inmaterial, sino como la materia pasa de la potencia al acto por algún agente compuesto. Pero como el agente compuesto, que es un cuerpo, es movido por la sustancia espiritual creada, como dice Agustín en III De Trin., se deduce también, y yendo más lejos, que las formas corporales derivan de las sustancias espirituales no en cuanto que éstas den las formas, sino en cuanto que impulsan hacia ellas. Y, yendo más lejos todavía, también las especies del entendimiento angélico, que son como las razones seminales de las formas corporales, son reducidas a Dios como primera causa.
Por otra parte, en la producción de la criatura corporal no se
considera ningún paso de la potencia al acto. De este modo, las formas
corporales que, en la primera producción, tuvieron cuerpo, fueron
producidas directamente por Dios, a cuyo único arbitrio está sometida
la materia como a su propia causa. Para indicar esto, Moisés, antes de
relatar cada obra escribe: Dijo Dios: Hágase esto o aquello;
ahí está incluido también que fueron hechas por la Palabra de Dios, de
quien procede, según Agustín, toda forma, engranaje
y armonía de las partes.
A las objeciones:
1. Por formas inmateriales Boecio
entiende las razones de las cosas que están en la mente divina; como
dice también el Apóstol en Hb 11,3: Por la fe creemos que los
mundos han sido dispuestos por la palabra de Dios, de forma que en lo
invisible se origina lo visible. Sin embargo, si por formas
inmateriales entiende los ángeles, hay que decir que de ellos proceden
no por influjo, sino por impulso las formas que están en la
materia.
2. Las formas participadas en la
materia no se reducen a algunas formas de la misma especie y
subsistentes por sí mismas como sostenían los platónicos; sino a las
formas inteligibles o entendimientos angélicos de los que proceden por
impulso. O, yendo más lejos, se reducen a las razones del
entendimiento divino, por las que las razones seminales de las formas
están impresas en las cosas creadas; a fin de que por el movimiento
puedan estar en acto.
3. Los cuerpos celestes causan
formas en los de aquí abajo, pero no por influjo, sino por
impulso.