Artículo 1:
Los ángeles, ¿lo conocen o no lo conocen todo por su
sustancia?
lat
Objeciones por las que parece que los ángeles lo conocen todo por su
sustancia:
1. Dionisio, en el c.7 De Div. Nom., dice: Los ángeles saben lo que hay en la tierra según la naturaleza propia de
su mente. Pero la naturaleza del ángel es su esencia. Por lo
tanto, el ángel conoce por su esencia.
2. Según el Filósofo en XII Metaphys. y
en III De anima, en los seres que no tienen materia,
el entendimiento es lo mismo que lo entendido. Pero lo entendido
se identifica con el que entiende en razón de aquello por lo que es
entendido. Por lo tanto, en los seres que no tienen materia, como los
ángeles, aquello por lo que entienden es la misma sustancia del que
entiende.
3. Todo lo que está en otro tiene el modo de ser de
aquello en que se encuentra. Pero el ángel tiene naturaleza
intelectual. Por lo tanto, todo lo que hay en él tiene modo de ser
inteligible. Pero en él están todas las cosas, porque las inferiores
están en los seres superiores esencialmente; y las superiores están en
las inferiores por participación. Así, dice Dionisio en el c.4 De
Div. Nom.: Dios lo reúne todo en todos. Es
decir: Todas las cosas en todos los seres. Por lo tanto, el ángel lo
conoce todo en su propia sustancia.
Contra esto: está lo que dice Dionisio en el mismo capítulo: Los ángeles son iluminados por las razones de las cosas. Por lo tanto, conocen por las razones de las cosas y no por la propia sustancia.
Respondo: Aquello por lo que el entendimiento
entiende es para el entendimiento que entiende como su forma, porque
la forma es aquello por lo que el agente actúa. Pero para que una
potencia esté totalmente actualizada por una forma, es necesario que la
forma contenga todo aquello a lo que alcanza la potencia. Aquí radica
el que en los seres corruptibles la forma no actualice completamente la
potencia de la materia, ya que ésta se extiende a más de lo que
contiene la forma de este o de aquel ser. Pero la potencia intelectiva
del ángel se extiende a todas las cosas, porque el objeto del
entendimiento es el ser o la verdad universal. Sin embargo, la esencia
del ángel no comprehende en sí mismo todas las cosas, pues se trata de
una esencia determinada para el género y la especie. Comprehenderlo
todo en sí mismo absoluta y perfectamente es propio de la esencia
divina, infinita. Por lo tanto, sólo Dios lo conoce todo por su
esencia. En cambio, el ángel por su esencia no puede conocerlo todo,
sino que, para conocer algo, necesita que su entendimiento sea
enriquecido con algunas especies.
A las objeciones:
1. Cuando se dice que el ángel
conoce las cosas según su naturaleza, la partícula según no
determina el medio del conocimiento, ya que éste es la imagen de lo
conocido, sino la facultad cognoscitiva que le corresponde al ángel
según su naturaleza.
2. El sentido en acto sea lo
sensible en acto, como se dice en III De anima,
no quiere decir que la facultad sensitiva sea la imagen sensible que
hay en el sentido, sino que de ambos, como de acto y potencia, se hace
una sola cosa. Que el entendimiento en acto sea lo entendido
en acto, no es porque la sustancia del entendimiento
sea la imagen por la que entiende, sino porque aquella imagen es su
forma. Por lo tanto, decir: En las cosas que no
tienen materia el entendimiento es lo mismo que lo entendido,
equivale a decir: El entendimiento en acto es lo entendido en
acto. Lo entendido en acto lo es precisamente por ser
inmaterial.
3. Lo que es inferior al ángel y
lo que le es superior, está en cierto modo en su sustancia, pero no
perfectamente y según su razón propia, puesto que la esencia del
ángel, por ser finita, se distingue por su razón propia de la de los
otros seres; sino que está según cierta razón común. En cambio, en la
esencia de Dios están todas las cosas de modo perfecto y por su razón
propia, como en la primera y universal fuerza operativa, de la cual
procede cuanto hay en los seres, sea propio o común. De aquí que Dios
tenga conocimiento propio de todas las cosas por su esencia; pero no
el ángel, que sólo tiene un conocimiento general.
Artículo 2:
Los ángeles, ¿conocen o no conocen por las especies tomadas de las
cosas?
lat
Objeciones por las que parece que los ángeles conocen por las
especies tomadas de las cosas:
1. Todo lo que es entendido lo es porque hay una imagen suya en quien
entiende. Pero la semejanza de algo que está en otro, o bien está allí
de modo ejemplar, de forma que aquella semejanza sea la causa del
objeto; o a modo de imagen, y, por lo tanto, causada por él. Es
necesario que toda la ciencia del ser que entiende, o sea la causa de
lo entendido o esté causada por él. Pero la ciencia de los ángeles no
es la causa de los seres de la naturaleza, pues sólo lo es la ciencia
divina. Por lo tanto, es necesario que las especies por las que conoce
el entendimiento angélico sean tomadas de las cosas.
2. La luz angélica es más potente que la del entendimiento
agente en nuestra alma. Pero la luz del entendimiento agente abstrae
de las imágenes las especies inteligibles. Por lo tanto, la luz del
entendimiento agente puede abstraer especies de lo sensible. Así, nada
impide decir que el ángel entiende por medio de especies tomadas de
las cosas.
3. Las especies que están en el entendimiento, lo mismo
se refieren a lo presente que a lo lejano, con tal que sean tomadas de
lo sensible. Por lo tanto, si el ángel no conoce por las especies
tomadas de las cosas, su conocimiento se extiende indistintamente a lo
próximo y a lo lejano. Por lo tanto, es inútil su movimiento
local.
Contra esto: está lo que dice Dionisio en el c.7 De Div.
Nom.: El conocimiento que los ángeles tienen de
Dios no lo toman de lo divisible ni de lo sensible.
Respondo: Las especies por las que los ángeles
entienden no están tomadas de lo sensible, sino que les son
connaturales. Es necesario saber que hay distinción y orden entre las
sustancias espirituales, como hay orden y distinción entre las
corporales. En éstas sucede que los cuerpos supremos tienen la
potencia de su naturaleza totalmente colmada por la forma; mientras
que en los cuerpos de aquí abajo, la potencia no está totalmente
colmada por la forma, sino que, por la acción de algún agente, unas
veces adquieren una forma, y, otras veces, otra.
Asimismo, las sustancias intelectuales inferiores, esto es, las almas
humanas, tienen la potencia intelectual naturalmente incompleta; y se
va completando gradualmente conforme toman las especies inteligibles
de las cosas. Pero la potencia intelectual de las sustancias
espirituales superiores, o sea, la de los ángeles, por naturaleza está
repleta de especies inteligibles, por cuanto que poseen especies
inteligibles connaturales para entender todo lo que naturalmente
pueden conocer.
Esto mismo se puede comprobar examinando el modo de ser de estas
sustancias. Las espirituales inferiores, esto es, las almas, tienen un
ser afín con el cuerpo, en cuanto son formas de los
cuerpos. Así, por su mismo modo de ser les
corresponde obtener de los cuerpos y por los cuerpos su perfección
intelectual, pues, de no ser así, en vano se unirían a los cuerpos. En
cambio, las sustancias superiores, esto es, los ángeles, están
totalmente desligadas de los cuerpos, ya que subsisten de modo
inmaterial y en estado inteligible. De aquí que obtengan su perfección
intelectual de un efluvio inteligible por el que recibieron de Dios,
junto con su naturaleza intelectual, las especies de las cosas
conocidas. Por eso, Agustín, en II Super Gen. ad
litt., dice: Las otras cosas que están por
debajo de los ángeles fueron creadas de tal manera que, primero fueron
hechas en el conocimiento de la criatura racional y, después, en su
género propio.
A las objeciones:
1. En la mente de los ángeles están
las semejanzas de las criaturas, pero no tomadas de ellas, sino de
Dios, que es la causa de las criaturas y en quien primeramente existen
las semejanzas de las cosas. Por eso Agustín dice en el mismo
libro: Así como la razón, por la que es producida
la criatura, antes está en la Palabra de Dios que en la criatura
producida, así también el conocimiento de esta razón se produce
primero en la criatura racional y después viene la producción de la
criatura.
2. Para ir de un extremo a otro
hay que pasar por el medio. Pero la forma de la imaginación, que, si
bien no tiene materia, está, sin embargo, sometida a las condiciones
materiales, es algo intermedio entre el ser de la forma que hay en la
materia y el de la forma que tiene el entendimento abstraída de la
materia y de las condiciones materiales. Por eso, cualquiera que sea
el poder del entendimiento angélico, no puede hacer que las formas
materiales pasen al estado inteligible si primero no las hace pasar al
estado de formas imaginarias. Y esto es imposible porque carece de
imaginación, como dijimos (
q.54 a.5). Pero, incluso admitiendo que
pudiese abstraer especies inteligibles de las cosas materiales, no lo
haría; porque, teniendo como tiene especies inteligibles connaturales,
no las necesita.
3. El conocimiento del ángel
alcanza indistintamente lo próximo y lo lejano localmente. Y, sin
embargo, no por esto es inútil su movimiento local, puesto que no se
mueve para adquirir conocimientos, sino para hacer algo en algún
lugar.
Artículo 3:
Los ángeles superiores, ¿conocen o no conocen por especies más
universales que los ángeles inferiores?
lat
Objeciones por las que parece que los ángeles superiores no conocen
por especies más universales que los ángeles inferiores:
1. Lo universal parece ser aquello que es abstraído de lo particular.
Pero los ángeles no entienden por especies abstraídas de las cosas.
Por lo tanto, no puede decirse que las especies del entendimiento
angélico sean más o menos universales.
2. Lo que se conoce en particular, se conoce más
perfectamente que lo conocido en general, porque conocer algo en
general, en cierto modo, está entre la potencia y el acto. Por lo
tanto, si los ángeles superiores conocen por formas más universales
que los inferiores, se sigue que tienen una ciencia más imperfecta.
Esto es inadmisible.
3. Una misma cosa no puede ser la razón propia de
muchas. Pero si el ángel conoce por una sola forma universal las
diversas cosas que el inferior conoce por muchas formas particulares,
se sigue que el ángel inferior usa la misma forma universal para
conocer cosas diversas. Por lo tanto, no podrá tener conocimiento
propio de unas y de otras. Esto es inadmisible.
Contra esto: está lo que dice Dionisio en el c.12 Ángel, hier.: Los ángeles superiores participan de la ciencia
más en universal que los inferiores. Y en el libro De
Causis se dice que los ángeles superiores tienen
formas más universales.
Respondo: El hecho de que entre los seres haya
algunos que son superiores a otros, se debe a que aquéllos están más
próximos y son más semejantes al ser primero, Dios. Pero en Dios toda
la plenitud del conocimiento intelectual está contenida en un solo
principio, esto es, la esencia divina, por la que Dios conoce todas
las cosas. Pero esta plenitud intelectual, en los entendimientos
creados, es inferior y menos simple. Por eso, es necesario que lo que
Dios conoce por una sola forma, los seres inferiores lo conozcan por
muchas; y tantas más cuanto mayor sea la inferioridad de su
entendimiento.
Así, pues, cuanto más elevado sea el ángel, con tantas menos especies
puede entender la universalidad de lo inteligible, y es necesario que
éstas sean más universales en el sentido de que cada una se extienda a
más cosas. Un ejemplo aproximado de esto lo podemos encontrar en
nosotros mismos. Hay quienes no pueden captar la verdad intelectual a
no ser que se les explique con todos sus pormenores; esto es así por
la debilidad de su entendimiento. En cambio, hay quienes, por tener un
entendimiento más vigoroso, con pocos principios captan
mucho.
A las objeciones:
1. El universal es abstraído de
los singulares debido a que el entendimiento que lo conoce toma sus
conocimientos de las cosas, es en él accidental. Por lo tanto, si
existiera un entendimiento que no tomase sus conocimientos de las
cosas, el universal conocido no sería el resultado de una abstracción,
sino que, en cierto modo, sería anterior a las mismas cosas, bien en
el orden causal, que es como están las razones universales de las
cosas en la Palabra de Dios; bien, al menos, en el orden de la
naturaleza, que es como están las razones universales de las cosas en
el entendimiento angélico.
2. Conocer algo en general, puede
entenderse de dos maneras. 1) Una, por parte de lo conocido,
esto es, cuando solamente se conoce la naturaleza universal del
objeto. En este caso, el conocimiento es imperfecto. Así, conocería
imperfectamente al hombre quien sólo supiera que es animal. 2) Otra, por parte del medio de conocer. En este caso conocer una
cosa en universal es más perfecto. Pues más perfecto es el
entendimiento que puede conocer muchas cosas que quien no
puede.
3. Una misma cosa no puede ser la
razón propia y adecuada de muchas. Pero, si es excelente, puede
tomarse como razón propia y como semejanza de cosas distintas.
Ejemplo: Así como en el hombre hay una prudencia universal que se
extiende a todos los actos de las virtudes y que puede tomarse como
razón propia y como semejanza de la prudencia particular que tiene,
como el león para la grandeza, o la zorra para la astucia; así
también, la esencia divina, debido a su excelencia, se considera como
la razón propia de todas las cosas, puesto que en ella está todo lo
que se requiere para que todas se asemejen según sus razones propias.
Esto mismo ha de decirse de la razón universal que hay en la mente del
ángel, es decir, que en virtud de su excelencia, muchas cosas pueden
ser conocidas por medio de ella con conocimiento propio.