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Rehuyendo los dominios de Herodes, y enemistado con los fariseos,
Jesús emprende un largo viaje misionero.
En la región de Tiro y Sidón, accede
al ruego de la cananea: ("También los perros comen las migajas...")
(Mayo 29).
En Decápolis,
cura con saliva a un sordomudo.
De vuelta en Galilea,
cura a muchos enfermos y realiza la
segunda multiplicación de panes. Los farisos le
piden una señal: sólo se les dará la señal de Jonás; previene entonces
a sus discípulos contra
el fermento de los fariseos. En Betsaida,
cura a un ciego
(Jun 29)
y siguen viaje hacia el norte. En Cesárea de Filipo,
Pedro profesa su fe en Cristo, el Hijo de Dios y recibe
la promesa de las llaves; enseguida,
predice su Pasión y Pedro se escandaliza.
Días después, tiene lugar
la Transfiguración en el Monte de Jesús, ante Pedro, Santiago y Juan
(Jul 29).
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# | Viaje largo: Tiro, Sidón, Decápolis | |||
![]() | El ruego de la cananea: "También los perros comen las migajas..." | |||
![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() 15:22 En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio, gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente endemoniada.» 15:23 Pero él no le respondió palabra. Sus discípulos, acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros.» 15:24 Respondió él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel.» 15:25 Ella, no obstante, vino a postrarse ante él y le dijo: «¡Señor, socórreme!» 15:26 El respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» 15:27 «Sí, Señor - repuso ella -, pero también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos.» 15:28 Entonces Jesús le respondió: «Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas.» Y desde aquel momento quedó curada su hija. ![]() |
![]() ![]() 7:25 sino que, en seguida, habiendo oído hablar de él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies. 7:26 Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio. 7:27 El le decía: «Espera que primero se sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos.» 7:28 Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen bajo la mesa migajas de los niños.» 7:29 El, entonces, le dijo: «Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.» 7:30 Volvió a su casa y encontró que la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido. |
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![]() | Curación con saliva de un sordomudo | |||
![]() ![]() ![]() | 7:31![]() 7:32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 7:33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. 7:34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: «Effatá», que quiere decir: «¡Abrete!» 7:35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente. 7:36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 7:37 Y se maravillaban sobremanera y decían «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.» ![]() |
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![]() | De vuelta en Galilea: Curación de muchos enfermos | |||
![]() | ![]() ![]() 15:30 Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y él los curó. 15:31 De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel. |
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![]() | Segunda multiplicación de panes | |||
![]() ![]() ![]() | 15:32![]() 15:33 Le dicen los discípulos: «¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una multitud tan grande?» 15:34 Díceles Jesús: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos dijeron: «Siete, y unos pocos pececillos.» 15:35 El mandó a la gente acomodarse en el suelo. 15:36 Tomó luego los siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dándolos a los discípulos, y los discípulos a la gente. 15:37 Comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas. 15:38 Y los que habían comido eran 4.000 hombres, sin contar mujeres y niños. 15:39 Despidiendo luego a la muchedumbre, subió a la barca, y se fue al término de Magadán. |
![]() ![]() 8:2 «Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. 8:3 Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos.» 8:4 Sus discípulos le respondieron: «¿Cómo podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?» 8:5 El les preguntaba: «¿Cuántos panes tenéis?» Ellos le respondieron: «Siete.» 8:6 Entonces él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran, y ellos los sirvieron a la gente. 8:7 Tenían también unos pocos pececillos. Y, pronunciando la bendición sobre ellos, mandó que también los sirvieran. 8:8 Comieron y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes siete espuertas. 8:9 Fueron unos 4.000; y Jesús los despidió. 8:10 ![]() |
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![]() | La generación mala pide una señal | |||
![]() | 16:1![]() 16:2 Mas él les respondió: «Al atardecer decís: "Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego", 16:3 y a la mañana:' Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío." ¡Conque sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos! 16:4 ¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás.» Y dejándolos, se fue. |
8:11![]() 8:12 Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará, a esta generación ninguna señal.» 8:13 Y, dejándolos, se embarcó de nuevo, y se fue a la orilla opuesta. |
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![]() | El fermento de los fariseos | |||
![]() ![]() ![]() | 16:5![]() 16:6 Jesús les dijo: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.» 16:7 Ellos hablaban entre sí diciendo: «Es que no hemos traído panes.» 16:8 Mas Jesús, dándose cuenta, dijo: «Hombres de poca fe, ¿por qué estáis hablando entre vosotros de que no tenéis panes? 16:9 ¿Aún no comprendéis, ni os acordáis de los cinco panes de los 5.000 hombres, y cuántos canastos recogisteis? 16:10 ¿Ni de los siete panes de los 4.000, y cuántas espuertas recogisteis? 16:11 ¿Cómo no entendéis que no me refería a los panes? Guardaos, sí, de la levadura de los fariseos y saduceos.» 16:12 Entonces comprendieron que no había querido decir que se guardasen de la levadura de los panes, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos. ![]() |
8:14![]() 8:15 El les hacía esta advertencia: «Abrid los ojos y guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes.» 8:16 Ellos hablaban entre sí que no tenían panes. 8:17 Dándose cuenta, les dice: «¿Por qué estáis hablando de que no tenéis panes? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Es que tenéis la mente embotada? 8:18 ¿Teniendo ojos no véis y teniendo oídos no oís? ¿No os acordáis de 8:19 cuando partí los cinco panes para los 5.000? ¿Cuántos canastos llenos de trozos recogisteis?» «Doce», le dicen. 8:20 «Y cuando partí los siete entre los 4.000, ¿cuántas espuertas llenas de trozos recogisteis?» Le dicen: «Siete.» 8:21 Y continuó: «¿Aún no entendéis?» |
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![]() | Curación del ciego de Betsaida | |||
![]() ![]() ![]() | 8:22![]() 8:23 Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?» 8:24 El, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan.» 8:25 Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas. 8:26 Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.» |
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![]() | Confesión de Pedro y su primado | |||
![]() ![]() ![]() | ![]() ![]() 16:14 Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas.» 16:15 Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» 16:16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» 16:17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 16:18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 16:19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.» 16:20 ![]() |
8:27![]() 8:28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.» 8:29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.» 8:30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él. |
![]() ![]() 9:19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» 9:20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» 9:21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. |
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![]() | Primera predicción de la Pasión | |||
16:21![]() 16:22 ![]() 16:23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres! |
8:31![]() 8:32 Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro, se puso a reprenderle. 8:33 Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: «¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.» |
9:22![]() |
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![]() | Seguir a Cristo con la cruz; anuncio del reino próximo | |||
16:24![]() 16:25 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. 16:26 ![]() 16:27 «Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. 16:28 Yo os aseguro: entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre venir en su Reino.» |
8:34![]() 8:35 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. 8:36 Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? 8:37 Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? 8:38 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.» 9:1 ![]() |
9:23![]() 9:24 Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará. 9:25 Pues, ¿de qué le sirve al hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina? 9:26 Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria, en la de su Padre y en la de los santos ángeles. 9:27 «Pues de verdad os digo que hay algunos, entre los aquí presentes, que no gustarán la muerte hasta que vean el Reino de Dios.» |
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![]() | La Transfiguración | |||
![]() ![]() ![]() | 17:1![]() 17:2 Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. 17:3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. 17:4 Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» 17:5 ![]() 17:6 Al oír esto los discípulos cayeron rostro en tierra llenos de miedo. 17:7 Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y dijo: «Levantaos, no tengáis miedo.» 17:8 Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús solo. |
9:2![]() 9:3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. 9:4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 9:5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»; 9:6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -. 9:7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» 9:8 ![]() |
9:28![]() 9:29 Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, 9:30 y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; 9:31 los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén. 9:32 ![]() 9:33 Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías», sin saber lo que decía. 9:34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. 9:35 Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» 9:36 Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. ![]() |
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![]() | Retorno del profeta Elías | |||
17:9![]() 17:10 ![]() 17:11 Respondió él: «Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. 17:12 Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.» 17:13 Entonces los discípulos comprendieron que se refería a Juan el Bautista. |
9:9![]() 9:10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.» 9:11 Y le preguntaban: «¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?» 9:12 El les contestó: «Elías vendrá primero y restablecerá todo; mas, ¿cómo está escrito del Hijo del hombre que sufrirá mucho y que será despreciado? 9:13 ![]() |
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![]() | Curación de un niño poseído "Creo, ayuda a mi poca fe" | |||
![]() ![]() ![]() | 17:14![]() 17:15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. 17:16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.» 17:17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá! 17:18 ![]() 17:19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle? 17:20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Desplázate de aquí allá", y se desplazará, y nada os será imposible. 17:21 ![]() |
9:14![]() 9:15 Toda la gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. 9:16 El les preguntó: «¿De qué discutís con ellos?» 9:17 Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo 9:18 y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y le deja rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido.» 9:19 El les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!» 9:20 Y se lo trajeron. Apenas el espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se revolcaba echando espumarajos. 9:21 Entonces él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo hace que le viene sucediendo esto?» Le dijo: «Desde niño. 9:22 Y muchas veces le ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros.» 9:23 Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!» 9:24 Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!» 9:25 Viendo Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole: «Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él.» 9:26 Y el espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. 9:27 Pero Jesús, tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. 9:28 Cuando Jesús entró en casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?» 9:29 ![]() |
![]() ![]() 9:38 En esto, un hombre de entre la gente empezó a gritar: «Maestro, te suplico que mires a mi hijo, porque es el único que tengo, 9:39 y he aquí que un espíritu se apodera de él y de pronto empieza a dar gritos, le hace retorcerse echando espuma, y difícilmente se aparta de él, dejándole quebrantado. 9:40 He pedido a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido.» 9:41 Respondió Jesús: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros y habré de soportaros? ¡Trae acá a tu hijo!» 9:42 Cuando se acercaba, el demonio le arrojó por tierra y le agitó violentamente; pero Jesús increpó al espíritu inmundo, curó al niño y lo devolvió a su padre; |
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![]() | Nueva predicción de la Pasión | |||
![]() | 17:22![]() 17:23 ![]() |
9:30![]() 9:31 porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará.» 9:32 Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle. ![]() |
9:43![]() 9:44 ![]() 9:45 Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto. ![]() |
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![]() | El pago del impuesto | |||
![]() | 17:24![]() 17:25 Dice él: «Sí.» Y cuando llegó a casa, se anticipó Jesús a decirle: «¿Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?» 17:26 Al contestar él: «De los extraños», Jesús le dijo: «Por tanto, libres están los hijos. 17:27 Sin embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estáter. Tómalo y dáselo por mí y por ti.» |
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![]() | El escándalo | |||
![]() ![]() ![]() | 18:1![]() 18:2 El llamó a un niño, le puso en medio de ellos 18:3 y dijo: «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. 18:4 Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos. 18:5 «Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe. 18:6 Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar. 18:7 ![]() 18:8 «Si, pues, tu mano o tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida manco o cojo que, con las dos manos o los dos pies, ser arrojado en el fuego eterno. 18:9 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te vale entrar en la Vida con un solo ojo que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna del fuego. 18:10 ![]() 18:11 Porque el Hijo del Hombre ha venido a salvar lo que se había perdido. 18:12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? 18:13 Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las 99 no descarriadas. 18:14 De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre del cielo que se pierda uno solo de estos pequeños. ![]() ![]() 10:41 «Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. 10:42 «Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa.» ![]() |
![]() ![]() 9:34 Ellos callaron, pues por el camino habían discutido entre sí quién era el mayor. 9:35 Entonces se sentó, llamó a los Doce, y les dijo: «Si uno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos.» 9:36 Y tomando un niño, le puso en medio de ellos, le estrechó entre sus brazos y les dijo: 9:37 ![]() 9:38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros.» 9:39 Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. 9:40 Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros.» 9:41 «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa.» 9:42 ![]() 9:43 Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. 9:44 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; 9:45 Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. 9:46 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; 9:47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, 9:48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; 9:49 pues todos han de ser salados con fuego. ![]() |
![]() ![]() 9:47 Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, 9:48 y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor.» 9:49 Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros.» 9:50 Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros.» ![]() ![]() ![]() 17:2 Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños. |
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![]() | La corrección y el perdón fraterno "Lo que atéis en la tierra ...." | |||
![]() ![]() ![]() | 18:15![]() 18:16 Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. 18:17 Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. 18:18 ![]() 18:19 «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. 18:20 Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» 18:21 ![]() 18:22 Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» |
17:3![]() 17:4 Y si peca contra ti siete veces al día, y siete veces se vuelve a ti, diciendo: "Me arrepiento", le perdonarás.» ![]() |
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![]() | Parábola del siervo sin misericordia | |||
![]() ![]() ![]() | 18:23![]() 18:24 Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. 18:25 Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. 18:26 Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré." 18:27 Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. 18:28 Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes." 18:29 Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré." 18:30 Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. 18:31 Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. 18:32 Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. 18:33 ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?" 18:34 Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. 18:35 Esto mismo hará con vosotros mi Padre del cielo, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.» ![]() |