Los hijos de Israel, de seminómadas que eran, en la tierra prometida se convirtieron en campesinos, cultivando los cereales y la viña. La vendimia, como la siega es signo y fuente de alegría; pero también puede simbolizar la desgracia.
1. Bendición divina.
La fiesta de la recolección Ex 23,16 34,22 venida a ser fiesta de los tabernáculos Dt 16,13, «la fiesta» por excelencia 1Re 8,2.65 sin duda por ser la más popular, no tiene la menor relación con el culto de Baco, pero tiene probablemente su origen en la fiesta cananea de la vendimia Jue 9,27. Israel, reconociendo en la cosecha de la uva la bendición divina, da por ello gracias a Dios en medio da regocijos populares: danzas Jue 21,19ss, gritos de los trabajadores en las viñas y en el lagar Is 16,10 Jer 48,33, alegría que procura el vino nuevo Sal 4,8 y quizás hasta embriaguez 1Sa 1,14s. Esto, para los fieles de la alianza; pero para los infieles, maldición: la viña es devastada Os 2,14 Is 7,23, ya no hay cosecha Dt 28,39, la viña «languidece» Is 24,7, hombres y mujeres se lamentan en lugar de danzar Is 32,10-13 Jl 1.5; en el soberbio Moab ya no hay alegría ni gritos de júbilo Is 16,9s Jer 48,32s. Pero cuando el pueblo haya expiado sus faltas ya no hará la langosta estéril la viña Mal 3,11, los viñedos volverán a estar florecientes Jer 31,12 Ag 2,19 y darán de nuevo un vino de calidad superior Os 14,8. En una palabra, la vendimia expresa excelentemente el gozo de la era mesiánica Am 9,13 Ez 28,26 Jl 2,24 Is 25,6.
2. Símbolo del castigo divino.
Como la recolección que supone trilla y avienta, simboliza el castigo del pecador endurecido, lo mismo se aplica a la vendimia respecto a los infieles, puesto que va precedida del despojo de los pámpanos y de la pisa de las uvas en el lagar. Para castigar Dios al pueblo que le ha renegado invita al invasor a racimar lo que queda de Israel Jer 6,9; él mismo pisa en el lagar a la virgen, hija de Judá Lam 1,15. Cogida de la uva, selección de los racimos, lagar pisado, tales imágenes ilustran también el castigo de las naciones, particularmente el de Edom, que no socorrió a Judá cuando la toma de Jerusalén: vendrán vendimiadores que no dejarán nada para racimar Jer 49,9 Abd 5s; Yahveh pisará a Edom en el lagar y la sangre que salpicará manchará de púrpura sus vestidos Is 63-1-6. La imagen de la vendimia simboliza por tanto fácilmente el juicio de Dios. Así, para desgracia de las naciones les hará Yahveh beber su copa embriagadora Jer 25,15-30; o, según el Apocalipsis, un ángel, armado de hoz, vendimiará los racimos y volcará todo en el inmenso lagar de la ira de Dios Ap 14,17ss 19,15.