“Siervo de Yahveh”

El nombre de «siervo de Yahveh» es en la Biblia un título honorífico. Yahveh llama «mi siervo» al que destina a colaborar en su designio.

Para cumplir o realizar este designio envía a su Hijo, siervo de Dios por excelencia; este título expresa incluso el aspecto más misterioso de su misión redentora: Cristo, en efecto, por su sacrificio expía la negativa de servir que es el pecado y une a todos los hombres en el mismo servicio de Dios.

I. LOS SERVIDORES DE DIOS Y EL PUEBLO DE LA ALIANZA

El título de siervo de Dios se da a hombres cuya misión concierne siempre al pueblo elegido; dado con frecuencia a Moisés, mediador de la alianza Ex 14,31 Num 12,7 Dt 34,5 1Re 8,56, y a David, tipo del rey mesiánico 2Sa 7,8 1Re 8,24s Sal 78,70 Jer 33,26, designa también a los patriarcas Abraham Gen 26,24, Isaac Gen 24,14, Jacob Ex 32,13 Ez 37,25, luego a Josué que conduce al pueblo a la tierra Jos 24,29; se aplica a los profetas que tienen misión de mantener la alianza (Elías: 1Re 18,36; «mis servidores los profetas»: Am 3,7 Jer 7,25 2Re 17,23), así como a los sacerdotes que celebran el culto divino en nombre del pueblo-sacerdote Sal 134,1 Ex 19,5s. La elección de todos estos servidores está finalmente destinada a hacer al pueblo fiel al servicio que Dios aguarda de él Sal 105,6ss.26.45, como lo son los ángeles, servidores de las voluntades divinas Sal 103,20s.

II. DE LOS SERVIDORES INFIELES AL SIERVO FIEL

Ahora bien, desde los primeros tiempos el pueblo elegido es infiel a su vocación de servidor, indócil a los servidores de Dios Dt 9,24 Jer 7,25; por eso es castigado con el exilio por medio de un rey pagano, Nabucodonosor, que en este sentido es servidor de Dios Jer 27,6. Pero Dios, que no quiere la muerte, sino la vida del pecador, se escoge un resto que será fiel bajo el reinado de su siervo, el nuevo David Ez 34,23s 37,24s. A este resto van dirigidos los oráculos del Libro de la Consolación Is 40-55.

1. El servidor infiel.

El profeta que desarrolla en este libro el tema de Israel, servidor de Dios, lo entrelaza con el tema de Sión, esposa de Dios. Esta esposa ha sido abandonada porque sus hijos han sido infieles Is 50,1; Israel, rebelde desde el seno materno 48,8, es por su culpa un servidor perezoso, sordo y ciego 42,18s.24 43,8.22s 30,9ss; Dios, sin embargo, lejos de olvidar a este servidor escogido, le perdona 44,21s y va a salvarlo gratuitamente 41,8ss por medio del rey pagano Ciro, su pastor, su ungido, su amigo 44,28 45,1 48.14. Parece incluso que el rey libertador es el servidor cuyo elogio se hace en 42,1-7; más tarde este canto, releído sin tener en cuenta el contexto, se aplicó al siervo Israel, cuya vocación, misión y sacrificio son el objeto de otros tres cantos 49,1-6 50,4-9 52,13-53,12. Esta interpretación es ya la de los LXX y será seguida por Mateo Mt 12,18-21. En todo caso, gracias a Ciro, Israel, servidor infiel y liberado, testimonia entre las naciones la impotencia de los ídolos de Babilonia, frente al único Dios verdadero y salvador 43,10ss 45.

2. El siervo fiel.

Ahora bien, de este testigo pasivo quiere Dios hacer un siervo fiel que por su testimonio aporte a las naciones la luz de la salvación. El final del libro Is 49-55, que expone este designio, está dominado por la fisonomía misteriosa de un profeta al que Dios da el nombre de su siervo 49,3.6 52,13. Así como el patriarca Jacob es inseparable del pueblo que lleva su nombre y en el que él continúa viviendo, así este siervo, que tiene los rasgos, purificados, de Jeremías 49,1 50,7 53,7 Jer 1,5 15,20 11,19, es inseparable de este «Israel» cuyo nombre lleva, de este resto «en el que Dios será glorificado» Is 49,3; es, sin embargo, distinto de este Israel en la medida en que tiene la misión de reunirlo 49,5s y de instruirlo 50,4-10. Su paciencia 50,6 y su humildad 53,7 lo hacen capaz de ofrecer su vida y de realizar por su sufrimiento el designio de Yahveh 53,4ss.10: justificar a los pecadores de todas las naciones 53,8.11ss. Por este sacrificio es consolada Siótl, la esposa estéril se une de nuevo a Dios con una alianza eterna y viene a ser la madre fecunda de todos los servidores de Dios Is 54,1-55,4.

Al retorno del exilio parece Israel haber olvidado las perspectivas universales de la salvación, cuyo artífice debía ser el siervo por medio de su sufrimiento. Y el profeta, que tiene la vocación de anunciar a los exilados la gloria de la nueva Jerusalén, no hace ya alusión a la expiación del siervo Is 61,1ss. Entonces el título de «servidor» es dado por Dios a Zorobabel Ag 2,23, «germen» que Dios suscita en el linaje de David Zac 3,8 Jer 23,5. En cuanto a los servidores de Dios, el gozo que aguardan Is 65,13s.17s será sin duda el fin de sus sufrimientos; pero este gozo no se presenta ya como fruto de una ofrenda que transforma la muerte en sacrificio y hace brotar de él la vida 53,10s.

1. Jesús hace suya la misión del siervo; señor manso y humilde de corazón Mt 11,29 que anuncia la salvación a los pobres Lc 4,18s, está en medio de sus discípulos «como el que sirve» Lc 22,27, él que es su señor y su maestro Jn 13,12-15 y va hasta el extremo de las exigencias del amor en que se inspira este servicio Jn 13,1 15,13 dando su vida por la redención de la multitud de los pecadores Mc 10,43ss Mt 20,26ss; por eso, tratado como un malvado Lc 22,37, muere en la cruz Mc 14,24 Mt 26,28 sabiendo que resucitará, según lo que está escrito del Hijo del hombre Mc 8,31 p 9,31 p Lc 18,31ss p 24,44 Is 53,10ss. Si es, pues, el mesías esperado, el Hijo del hombre, no por eso viene para restablecer un reino temporal, sino para entrar en su gloria e introducir en ella a su pueblo pasando por la muerte del siervo.

2. La predicación apostólica aplicó a Jesús el título de siervo para anunciar el misterio de su muerte Act 3,1-3s.18 4,27s, fuente de bendición y de luz para las naciones Act 3,25s 26,23. Jesús, cordero inmolado injustamente como el siervo Act 8,32s, salvó a sus ovejas descarriadas; las llagas de su cuerpo curaron las almas de los pecadores 1Pe 2,21-25. Para Mateo es Jesús el siervo que anuncia la justicia a las naciones y cuyo nombre es su esperanza Mt 12,18-21=Is 42,1-4. Finalmente, un himno permite a Pablo presentar el misterio de Cristo y de su caridad en un poderoso compendio: proclama que Cristo entró en la gloria adoptando la condición de siervo y muriendo en cruz para obedecer a Dios, su Padre Flp 2,5-11; la profecía del siervo anunciaba, pues, el sacrificio redentor del Hijo de Dios hecho hombre. Por eso el nombre del santo siervo de Dios, Jesús, crucificado y resucitado es la única fuente de salvación Act 4,10ss.29ss.

3. Los servidores de Dios son ahora ya los servidores de Cristo Rom 1,1 Gal 1,10 Flp 1,1 Tit 1,1. Así como el Señor tomó por madre a la que se decía su sierva Lc 1,38.43.48, así también hace de sus servidores sus amigos Jn 15,15 e hijos de su Padre 20,17. Por lo demás deben, como su maestro, pasar por el mismo camino del sufrimiento 15,20; triunfando de la prueba es como los servidores de Dios entrarán en la gloria del reino Ap 7,3.14s 22,3ss.

hjg.com.ar - Última actualización: 14-junio-2009
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