Artículo 1:
Dios, ¿es o no es perfecto?
lat
Objeciones por las que parece que a Dios no le corresponde ser
perfecto:
1. Perfecto es sinónimo de totalmente arrecho. Pero ser hecho no es propio de Dios. Por lo tanto, tampoco ser perfecto.
2. Dios es el primer principio de las cosas. Pero los
principios de las cosas parecen ser imperfectos, como la semilla que
es principio de las plantas y de los animales. Por lo tanto, Dios es
imperfecto.
3. Quedó demostrado (
q.3 a.4) que la esencia de Dios es
su mismo ser. Pero el mismo ser parece que es muy imperfecto, ya que
es muy común y está sometido a múltiples adiciones. Por lo tanto, Dios
es imperfecto.
Contra esto: está lo que se dice en Mt 5,48: Sed perfectos como es
perfecto vuestro Padre del cielo.
Respondo: Tal como nos cuenta el Filósofo en
XII Metaphys., algunos filósofos antiguos, como
los pitagóricos y Espeusipo, no atribuyeron al primer
principio lo óptimo y lo más perfecto. El porqué de esto radica en que
los filósofos antiguos tan sólo tenían presente el principio material;
y el principio material es el más imperfecto. Como quiera que la
materia en cuanto tal está en potencia, es necesario que el primer
principio esté en potencia en grado sumo; y así también sea en grado
sumo imperfecto. En cambio, Dios es tenido como primer principio, pero
no material, sino como causa eficiente; y por eso es
necesario que sea perfecto en grado sumo. Pues así como la materia en
cuanto tal está en potencia, del mismo modo el agente en cuanto tal
está en acto. De ahí que el primer principio activo precisa en grado
sumo estar en acto; y consecuentemente también en grado sumo ser
perfecto. Pues se dice que algo es perfecto en cuanto que está en
acto. Se llama perfecto a lo que, de cuanto requiere su perfección,
nada le falta.
A las objeciones:
1. Expresamos lo
sublime de Dios balbuciendo como podemos;
porque lo que no es hecho, propiamente no puede decirse perfecto. Pero como quiera que en las cosas que se hacen se
dice que algo es perfecto cuando pasa de la potencia al acto, se hizo
uso del término perfecto para significar todo aquello que no
tiene deficiencia al estar en acto, tanto si ya ha sido hecho como si
no.
2. El principio material, que para
nosotros es imperfecto, no puede ser en absoluto el primero, sino que
está precedido de otro perfecto. Ejemplo: La semilla, aun cuando sea
el principio del animal nacido de semen, sin embargo, anterior a ella
está el animal o la planta de la que se sacó. Pues se precisa que
antes de lo que está en potencia, algo esté en acto; ya que un ser en
potencia no pasa a ser en acto si no es por otro ser en
acto.
3. El mismo ser es lo más perfecto
de todas las cosas, pues se compara a todas las cosas como acto. Ya
que nada tiene actualidad sino en cuanto que es. De ahí que el mismo
ser sea actualidad de todas las cosas y también de todas las formas.
De hecho no se compara a las otras cosas como el recipiente a lo
recibido, sino en especial como lo recibido al recipiente. Pues cuando
digo ser del hombre, o del caballo, o de otra cosa, este mismo
ser es considerado como formal y recibido, no como algo al que le
compete ser.
Artículo 2:
En Dios, ¿están o no están las perfecciones de todas las
cosas?
lat
Objeciones por las que parece que en Dios no están las perfecciones
de todas las cosas:
1. Como quedó demostrado (
q.3 a.7), Dios es simple. Pero las
perfecciones de las cosas son muchas y diversas. Por lo tanto, en Dios
no están las perfecciones de todas las cosas.
2. Cosas opuestas no se dan en uno mismo. Pero las
perfecciones de las cosas son opuestas; cada una de las especies está
determinada por sus diferencias específicas; y las diferencias en las
que se divide un género formando las especies, son opuestas. Como
quiera que en uno mismo no pueden darse a un tiempo cosas opuestas,
parece que todas las perfecciones de las cosas no están en
Dios
3. El viviente es más perfecto que el que es; y el
sabio lo es más que el viviente, pues vivir es más perfecto que
ser, y saber lo es más que vivir. Pero la esencia de Dios es su
mismo ser. Por lo tanto, no posee la perfección de la vida y la
sabiduría y otras perfecciones similares.
Contra esto: está lo que dice Dionisio en el c.5 De Div.
Nom.: En uno solo (Dios) se contiene
todo.
Respondo: En Dios están las perfecciones de
todas las cosas. Y se dice que es absolutamente perfecto porque no le
falta ninguna grandeza que se encuentra en cualquier género, como dice
el comentarista en V
Metaphys. Y esto puede ser
considerado desde dos puntos de vista.
1) El primero, teniendo presente que todo lo que de una
perfección está en el efecto, también tiene que estarlo en la causa
efectiva; o, si el agente es unívoco, por razón de su misma
naturaleza. Así, el ser humano engendra otro ser humano. O, de modo
más sobresaliente, si el agente es equívoco. Así, en el sol está la
semejanza de todo aquello que es engendrado por la fuerza del sol.
Resulta evidente que el efecto preexiste virtualmente en la causa
agente; preexistir virtualmente en la causa agente no es preexistir de
un modo más imperfecto, sino, al contrario, más perfecto. Sin embargo,
preexistir en la potencia de la causa material es una forma más
imperfecta de preexistir, ya que la materia, en cuanto tal, es
imperfecta; en cambio, el agente, en cuanto tal, es perfecto. Así,
pues, como quiera que Dios es la primera causa
eficiente de las cosas, es necesario que las cosas preexistan en Dios
de un modo más sobresaliente. Idéntica razón expresa Dionisio en el
c.5 De Div. Nom., al decir de Dios: No es
esto, ni aquello, sino todo como causa de todo.
2) El segundo, deducible de lo que se demostró (q.3 a.4),
porque Dios es el mismo ser que subsiste por sí mismo, por lo cual es
necesario que contenga toda la perfección del ser. Pues resulta
evidente que, si algo caliente no tiene toda la perfección del calor,
esto es así porque no participa del calor perfectamente; pero si el
calor fuera subsistente por sí mismo, nada le faltaría de la
perfección del ser. Por tanto, si Dios es el mismo ser subsistente, no
puede faltarle nada de la perfección del ser. Las perfecciones de
todas las cosas pertenecen a la perfección del ser; pues son perfectos
en tanto en cuanto tienen de algún modo ser. De ahí se sigue que
-ninguna perfección de las cosas le falta a Dios. Idéntica razón
expresa Dionisio en el c.5 De Div. Nom. al decir
de Dios: No existe de un modo cualquiera, sino absolutamente;
concentrando en sí mismo todo el ser de forma ilimitada e
invariable. Y después añade: porque el mismo es el ser en lo
que subsiste.
A las objeciones:
1. Escribe Dionisio en el c.5 De
Div. Nom.: Así como el sol concentra en sí mismo
uniformemente las múltiples y variadas sustancias y cualidades del
mundo sensible siendo uno y sin dejar de brillar, con mayor motivo es
necesario que todas las cosas preexistan en unión natural en la causa
de todas. Así, las cosas que son diversas y opuestas en sí mismas,
preexisten en Dios como uno sin destruir la simplicidad
divina.
2. En lo dicho está incluida la
respuesta.
3. En el mismo
capítulo, Dionisio dice que, aun cuando por las
distinciones del entendimiento se puede estimar que el ser sea más
perfecto que la vida, y la sabiduría más perfecta que la misma vida,
sin embargo, el viviente es más perfecto que el simple ser, pues el
viviente también es ser; y el sabio es ser y viviente. Así, pues,
aunque el ser no incluye en sí al viviente y al sabio, puesto que no
es necesario que lo que participa el ser lo participe en todos sus
grados; sin embargo, el mismo Dios abarca la vida y la sabiduría,
porque ninguna de las perfecciones del ser le puede faltar a quien es
el ser subsistente por sí mismo.
Artículo 3:
¿Puede o no puede alguna criatura ser semejante a
Dios?
lat
Objeciones por las que parece que ninguna criatura puede ser
semejante a Dios.
1. Se dice en el Sal 85,8: No hay, Señor, en los dioses
semejante a Ti. Pero, de entre todas las criaturas, las más
sublimes son llamadas, por participación, dioses. Por lo tanto,
mucho menos las otras criaturas pueden ser llamadas semejantes a
Dios.
2. La semejanza es una cierta comparación. Pero no hay
comparación entre cosas de distinto género; luego tampoco hay
semejanza. Ejemplo: No decimos que lo dulce sea semejante a lo blanco.
Pero ninguna criatura es del mismo género de Dios, puesto que Dios no
tiene género, como quedó demostrado (
q.3 a.5). Por lo tanto, ninguna
criatura es semejante a Dios.
3. Son llamadas semejantes aquellas cosas que coinciden
en la forma. Pero nada coincide con Dios en la forma, puesto que
ninguna esencia es su misma existencia, sólo la de
Dios. Por lo tanto, ninguna criatura puede ser
semejante a Dios.
4. Entre cosas semejantes la semejanza es mutua, pues
entre semejantes hay semejanza. Así, pues, si alguna criatura es
semejante a Dios, Dios sería semejante a alguna criatura. Lo cual va
contra lo que dice Is 40,18: ¿A quién hicisteis semejante a
Dios?
Contra esto: está lo que dice Gén 1,26: Hagamos al hombre a imagen y
semejanza nuestra. Y 1 Jn 3,2: Cuando aparezca, seremos
semejantes a El.
Respondo: Como quiera que la semejanza responde
a la correspondencia o comunicación en la forma, al haber muchos modos
de comunicación en la forma, la semejanza será múltiple. 1) Son
llamadas semejantes aquellas cosas que se comunican en la misma forma
por la misma razón y en el mismo modo. Y éstas no sólo son semejantes,
sino iguales en su semejanza. Ejemplo: Dos cosas blancas son
semejantes en la blancura. Esta es la semejanza más
perfecta.
2) Son llamadas semejantes también aquellas cosas que se comunican en
la misma forma, por la misma razón, pero no en el mismo modo, sino más
o menos. Ejemplo: Lo menos blanco es semejante a lo más blanco. Esta
es una semejanza imperfecta.
3) En tercer lugar, son llamadas semejantes aquellas cosas que se
comunican en la misma forma, pero no por la misma razón. Esto resulta
evidente en los agentes no unívocos. Pues, como quiera que todo agente
hace algo semejante a sí mismo en cuanto agente, y todo lo hace según
su forma, es necesario que en el efecto haya alguna semejanza de la
forma del agente. Así, pues, si el agente pertenece a la misma especie
de su efecto, habrá semejanza de forma entre el que hace y lo hecho
por la misma razón de la especie. Ejemplo: El ser humano engendra un
ser humano. En cambio, si el agente no pertenece a la misma especie,
habrá semejanza, pero no por la misma razón de la especie. Ejemplo:
Las cosas que son generadas por la fuerza del sol, tienen alguna
semejanza con el sol, pero no porque reciban la forma del sol por la
semejanza en la especie, sino por la semejanza en el
género.
Así, pues, si hay algún agente que no pertenezca a ningún género, sus
efectos tendrán todavía una semejanza más remota con la forma del
agente. Sin embargo no participarán de la semejanza de la forma del
agente por razón de la misma especie o del mismo género, sino por una
cierta analogía, como el mismo ser es común a todos. De este modo,
todas las cosas, que proceden de Dios, se asemejan a Él en cuanto
seres como al principio primero y absoluto de todo ser.
A las objeciones:
1. Escribe Dionisio en el c.9 De
Div. Nom. a propósito de la Sagrada Escritura
cuando dice que algo no es semejante a Dios: No se opone a la
semejanza con El. Pues una misma cosa es semejante y desemejante a
Dios. Semejante en cuanto que le imita en la medida en que puede
imitarse lo que no es totalmente imitable; desemejante en cuanto que
se distinguen de su propia causa. Y esto no sólo por intensidad o
disminución, como lo menos blanco y lo más blanco; sino porque no hay
correspondencia ni en la especie ni en el género.
2. Dios no es comparable a las
criaturas como se comparan las cosas de género distinto, sino como
algo que no pertenece a ningún género y que es principio de todos los
géneros.
3. No se dice que la criatura sea
semejante a Dios por su correspondencia en la misma forma por razón
del género o de la especie; sino sólo por analogía, es decir, en
cuanto que Dios es el ser por esencia, y todos los demás lo son por
participación.
4. Aun cuando de algún modo se
concede que la criatura sea semejante a Dios, sin embargo, de ningún
modo puede admitirse que Dios sea semejante a la criatura; pues, como
dice Dionisio en el c.9 De Div. Nom.: Entre
las cosas que son de un mismo orden hay semejanza mutua, pero no como
entre la causa y lo causado; pues decimos que la imagen es
semejante al hombre, no al revés. Así es como puede decirse de algún
modo que la criatura es semejante a Dios; no, sin embargo, que Dios
sea semejante a la criatura.