Preguntas 86-88: Los primeros cristianos y los judíos
¿Qué relación tuvieron los primeros cristianos y los judíos? ¿Cómo fue que se separaron? ¿Hubo alguna persecución de los cristianos por parte de los judíos?
Bueno, por supuesto que todos los primeros cristianos eran judíos. Jesús y los primeros que creyeron en él también eran judíos. Y esto ayuda a explicar la falta de un anteproyecto para la Iglesia. No hacía falta crear nuevas estructuras porque el judaísmo tenía ya las suyas; tenía su sacerdocio, sus sacrificios, su liturgia, sus festividades, su administración. Jesús no tenía que pensar en nada de esto, mientras hubiera una apertura a la reforma espiritual exigida por la proclamación del Reino.
En el libro de los Hechos (3, 1; 5, 12) se nos dice que Pedro y Juan, y algunos más de entre los Doce, es decir, las figuras destacadas de los primeros tiempos, acudían al templo a las horas de oración. Se nos dice que su fe en Jesús no originaba ningún conflicto con el culto del templo. Mc 12, 29 presenta a Jesús enseñando un elemento esencial para acoger el reino de Dios con la oración: «Escucha, oh Israel, el Señor nuestro Dios, es el único Señor», el Shema, la oración judía más fundamental. Un himno como el Benedictas (Lc 1, 68-79) tiene la estructura y estilo de los himnos judíos correspondientes al período del nuevo testamento, excepto en cuanto a su sentido de que ya se ha realizado la intervención divina, que los cristianos creían que ya se había producido en Jesús. Podrían aducirse muchos más ejemplos del judaísmo de los primeros cristianos.
A esa pregunta no se puede contestar fácilmente; y ello se debe a que sólo oímos a una de las partes. No existe ninguna obra judía de aquella época que describa las relaciones de los judíos que no creyeron en Jesús con aquellos otros que sí creyeron. Incluso las noticias judías posteriores, que se remontan muy probablemente a los siglos II y III, se refieren a esta cuestión sólo de forma confusa e indirecta. Si trabajamos con referencias cristianas, combinándolas con el sentido común, la contestación más apropiada es la de que la separación de los cristianos del judaísmo se produjo en distintas áreas y en tiempos distintos, con distintos matices y por distintos motivos.
Un factor que indudablemente influyó en algunas zonas fue la mezcla de un gran número de cristianos gentiles con cristianos judíos. Las sinagogas, formadas en su mayoría por judíos que no creían en Jesús, se habrían sentido muy incómodas si se hubieran presentado en ellas gentiles reclamando formar parte de Israel por creer en Jesús. En otros lugares, la totalidad de las sinagogas judías podrían haber llegado a creer en Jesús; o aquellos que se hacían cristianos podrían haber formado su propia sinagoga. Durante algún tiempo, las sinagogas que no eran cristianas quizás no se sintieron capaces de tomar medidas contra tales sinagogas cristianas. Eso podría significar que algunas sinagogas cristianas habrían seguido pensando, durante algún tiempo, que no habían sido rechazadas formalmente por el judaísmo.
Asimismo, la intensidad proselitista en la proclamación del evangelio pudo también ser otro factor. En el caso de que los judíos que empezaban a creer en Jesús hubieran continuado evangelizando decididamente a los judíos que no creían en él, se hubiera creado una división en la sinagoga que habría acabado fácilmente en expulsión. Otro factor podría haber sido la forma en que los cristianos creyentes expresaban su valoración de Jesús, es decir, su lenguaje cristológico. En mi opinión, según el cuarto evangelio, donde los cristianos confesaban a Jesús como Dios (Jn 20, 28), los dirigentes de la sinagoga, al parecer, reaccionaron pronta y enérgicamente contra los creyentes cristianos. Los cristianos joanneos eran agresivos en su argumentación y se les hacía responsables de convertir a un simple hombre en alguien igual a Dios (5, 18; 10, 33). Aunque el judaísmo no era una religión ligada fuertemente a un credo, a duras penas podía aceptar que frecuentaran la sinagoga quienes veneraban a dos dioses; y la proclamación cristiana del Verbo como Dios se entendía como una especie de diteísmo.
Ciertamente se dan también otros factores, pero los que acabo de describir, pudieron haber precipitado, en ciertas áreas, la separación de los cristianos del judaísmo e incluso el que se les expulsara de las sinagogas (Jn 9, 22.34; 16, 2), mientras que en otras zonas, con una situación social más pacífica, se puede haber visto a los judíos cristianos asistiendo todavía a la sinagoga sin contratiempos de importancia. A partir de los años 50, y quizás hasta avanzado ya el siglo II (entre los años 125-150), se fue prolongando el proceso de separación, hasta que finalmente, en la propia comprensión de cada grupo, se acabó viendo que los cristianos y los judíos representaban distintas religiones.
Tengo que volver a recordarles al respecto que sobre este tema, en la práctica, sólo disponemos de testimonios cristianos. Pudiera ser que lo que una de las partes consideraba persecución, la otra lo viera como simple corrección pedagógica. Pablo en Gál 1, 13-14 afirma que él mismo persiguió a los cristianos, y eso podría haber ocurrido, a principios de los años 30, en Jerusalén o Damasco. Los evangelios predicen que los que crean en Jesús serán arrastrados ante las autoridades de la sinagoga y apaleados (Mt 10, 17; 23, 34; Lc 12, 11) y eso se habría considerado una persecución. Juan no sólo describe la expulsión de los cristianos de la sinagoga, sino también que dar muerte a los cristianos por parte de los judíos se iba a interpretar como un servicio a Dios (16, 2-3). ¿Significa eso una eliminación física por parte de las autoridades judías? (En 2 Cor 11, 24 dice Pablo que recibió 39 azotes por parte de los judíos, que era un castigo decretado por la sinagoga). ¿O significa que las autoridades judías denunciaban a los cristianos ante las autoridades romanas para que éstas luego les castigara? La contestación depende probablemente de si las autoridades de la sinagoga expulsaban a los cristianos e identificaba a los expulsados como no judíos. Roma podría interesarse por este grupo de gente expulsada para enterarse si eran ateos y peligrosos; así, los expulsados, al verse privados de la protección de su identidad judía, podrían ser ejecutados por los romanos. Según mi opinión, es probable que directa o indirectamente las autoridades de las sinagogas persiguieran rigurosamente a los cristianos en unas zonas determinadas, pero no en otras.