1. Doblar la rodilla ante alguien es expresar simbólicamente que uno no se considera su igual, confesar su inferioridad, marcar su sumisión. Así, al paso de Amán deben todos doblar la rodilla y prosternarse Est 3,2. Este gesto puede adoptar un matiz religioso, por ejemplo, ante Elías, hombre de Dios 2Re 1,13. Los primeros cristianos debieron reconocer un verdadero gesto de adoración Mt 8,2 en la actitud del leproso que «dobla la rodilla» Mc 1,40 o que «se postra de hinojos» Lc 5,12, y una parodia sacrílega en las burlas de los soldados Mt 27,29 p. Este gesto significa explícitamente una adoración a los ojos de «los que no doblaron la rodilla ante Baal» 1Re 19,18=Rom 11,4, o cuando Yahveh quiere que le sea reservado a él solo Is 45,23 Mt 4,9. Finalmente, el cristiano sabe que al nombre de Jesús toda rodilla debe doblarse Flp 2,10 a fin de reconocer que Jesús es Señor.
2. La oración de rodillas, forma más sencilla de la postración completa, caracteriza una actitud interior diferente de la que se tiene en la posición sentada o de pie. La oración que entonces se hace no tiene nada de discurso, de exhortación ni de bendición: es una imploración a veces muda, una súplica profunda. Tres casos de tal oración, oficial o privada, se refieren en el AT. Al final de la dedicación del templo se vuelve Salomón hacia la asamblea que está de pie, la bendice y le dirige un pequeño discurso 1Re 8,14-21; luego se vuelve hacia el altar y durante su larga oración 8.22-53 permanece «arrodillado con las manos extendidas hacia el cielo» 8.54; finalmente se levanta, se queda de pie y bendice al pueblo exhortándolo 8,55-61. Varios siglos después Esdras, a la noticia de ios matrimonios contraídos por los judíos con extranjeras, permanece «sentado, abrumado hasta la oración del atardecer»; entonces «salí de mi postración, caí de rodillas extendiendo las manos hacia el cielo y dije...» Esd 9,4s una oración a la que se unió el pueblo con lágrimas 10,1. Finalmente Daniel, solo en su cuarto alto, «tres veces al día se ponía de rodillas orando y confesando a Dios: así lo había hecho siempre» Dan 6,11.
En cuanto a Jesús, sólo se le ve arrodillarse para la oración de la agonía Lc 22,41, «caído en tierra» Mc 14,35, «el rostro contra la tierra» Mt 26,39. Pero san Lucas señala expresamente que en circunstancias solemnes se hace la oración de rodillas: Esteban, en el momento en que perdona a sus verdugos Act 7,60, Pedro antes de resucitar a Tabita 9,40, Pablo después de su larga alocución de adiós a los ancianos de Efeso 20,36, y todos los cristianos a una sobre la playa en el momento de la separación 21,5. Orar de rodillas es una postura normal en la oración para expresar la súplica en la adoración Ef 3,14.