Alabanza a Dios y compasión por las criaturas.
Es el mismo movimiento del corazón.
Pero ¿cómo es esto posible, cuando resulta evidente que hay contradicción entre ambas cosas?
Dar gracias a Dios por su gran gloria y tener piedad de las criaturas por su miseria. Tener piedad de Cristo, que padeció sed y hambre y sufrió el cansancio.
Gratitud a Dios y compasión por toda criatura.
Alabanza a Dios y misericordia de toda criatura.
Una criatura no puede legítimamente ser el objeto de otro amor que no sea la misericordia. Ni Dios el objeto de otro amor que no sea la alabanza...
Compasión por toda criatura, porque está lejos del Bien. Infinitamente lejos. Abandonada.
Dios abandona todo nuestro ser -carne, sangre, sensibilidad, inteligencia, amor...- a la necesidad despiadada de la materia y a la crueldad del demonio, salvo la parte eterna y sobrenatural del alma.
La creación es abandono. Al crear lo que no es Él, Dios lo ha abandonado necesariamente.
Sólo conserva bajo su guarda lo que en la creación es Él -la parte increada de toda criatura-.
Esto es : la Vida, la Luz, el Verbo. Es la presencia del Hijo único de Dios en este mundo.
Consentir a este orden es suficiente.
¿Cómo se une este consentimiento a la compasión? ¿Cómo es un acto de amor único, cuando parece irreconciliable ?
Sabiduría, enséñame esto.
Dios está ausente del mundo, salvo en la existencia en este mundo de aquellos en quienes está vivo su amor. Por ello tienen que estar presentes en el mundo por la misericordia. Su misericordia es la presencia visible de Dios en este mundo.
Cuando nos falta la misericordia, separamos violentamente a una criatura de Dios.
Por la misericordia podemos poner en comunicación con Dios la parte creada, temporal, de una criatura.
Es una maravilla análoga al acto mismo de la creación.
La crueldad de los judíos y los romanos tuvo tanto poder sobre Cristo que por el efecto de ella se sintió abandonado de Dios.
La misericordia llena el abismo que la creación ha abierto entre Dios y la criatura.
Es el arco iris.
La misericordia debe tener la misma dimensión que el acto creador. Ninguna criatura puede quedar excluida de ella.
No amarse a sí mismo más que con un amor de compasión.
Todas las cosas creadas son objetos de compasión, porque pasan.
Todas las cosas creadas son objetos de compasión, porque son limitadas.
La compasión dirigida hacia uno mismo es la humildad.
La humildad es la única forma permitida de amor a sí mismo.
Alabanza a Dios, compasión por las criaturas, humildad para sí mismo.
Sin la humildad, todas las virtudes son finitas. Sólo la humildad las hace infinitas.