Yo trabajo, Teresa, y tú con este
trabajo mío, teje la victoria
piedra filosofal, Circe celeste
haz oro de mi escoria.
Si es verdad que Él nació, vistió mi veste
mortal, penó por ti, nos dio su gloria;
antes que acabe mi mortal historia
¡ay! hagamos por Él algo que cueste...
Teresa de Jesús ... hermana mía...
no merezco llamarme de Cepeda,
sé por lo menos mi adoptiva tía.
Y en ésta de la vida extraña rueda
sé tú la espola de la hilandería
y yo el gusano lánguido de seda ...
Y trabajemos mientras es de día
yo todo. . . casi todo lo que pueda
y todo lo demás, su señoría...
Caí en el mar, enséñame a nadar
mas no como he nadado hasta el momento
treinta años hablar solo ante un altar
se agota mi discurso y argumento
rompe,- oh Señor, a hablar.
Tú que hiciste la lengua rompe a hablar
y haz verdadero el fabuloso cuento
de que en la gota está incluido el mar
y hay entre Dios y el hombre parlamento
y en la gota está el mar...
Teresa lo enseñó, mi dulce hermana
necesito sacar la lotería
haz que se abra de golpe una ventana
en el alcázar de reina María
y una luz superior a la del día
rompa en mi noche fria y africana ...
Parece un cuento la esperanza mía.
Acordaos, oh Reina sin pecado
que en el mundo jamás se oyó decir
que ninguno después de requerir
vuestro socorro, fuera abandonado.
Desta confianza tímida animado
también yo traigo al trono de zafir
triste pasado, incierto porvenir
huérfano corazón desamparado.
Virgen madre de vírgenes y mía
no desechéis mis súplicas, clemente
pía y dulce Maria.
Antes bien, inclinando amablemente
materno oído a la boca bravía
romped de un golpe fabulosamente
las cadenas de mi melancolía,
El santo que murió sin hacer nada
y que a su madre no miraba fijo
raza de Borgias, del seiscientos hijo,
pero más hijo de la Inmaculada ...
Hoy ante su sepulcro su mirada
el gran secreto virginal me dijo
el de su santidad arcano artijo
vacua al impío, y al vulgar cerrada.
Dios, de la tierra y de la mar violenta
hace el ornato inmenso y lo sustenta
y ad modum laborantis lo trabaja
con una voz y un dedo solamente ...
Pero su corazón atentamente
al interior del doble mundo baja
y, lento orfebre, laboriosamente
la oculta perla y el diamante cuaja.
Voy a saltar. . . -dijiste tú: no cejes.
Voy a saltar, oh Ángel del arcano.
Voy a saltar, tú tómame la mano,
Sea bendito el riesgo. No te alejes ...
Salté ... siento el vacío y que los flejes
crujen del alma fuera de lo humano.
Siento el vacío y el abismo insano.
Sea el riesgo bendito. No me dejes.
Toco en firme otra vez... Otra vez siento
viento humano orear el pensamiento
y el color de la tierra que solía ...
Y la ilusión, color de tierra impura,
por el temor podada, y la aventura ...
pero tú no me sueltes todavía ...
Ángel de arcano y de melancolía
Brevario Romano, Lección IV, día 17 de junio.
Madre, en honor de tu virginidad
dejo de la mujer el regio don
en honor de tu limpia concepción
cedo el derecho a mi sexualidad.
Cedo el derecho a la felicidad
de ver la novia henchido el corazón
desceñir para el novio el cinturón
pálida y roja rosa de ansiedad.
Noche de novios que se goza y pasa
pero era triaca de mi cruel dolor
mujer, de olvido saludable taza
compro contigo una más alta flor
el abrazo que al tuyo sobrepasa
en la inmortalidad del Buen Amor.
No sé lo que es. Es cien veces mejor.
Cristo en cruz, siento un bien casi infinito
en el cuerpo nupcial de la mujer
este milagro de beldad gratuito
yo ¿cuándo lo he podido merecer?
Tú te hiciste por mí como un maldito.
Oh pobre Dios de carne en cruz ayer
el éxtasis carnal sin conocer
Tú impusiste a tu carne un inaudito
padecer.
¡Oh abrazo abierto para ser clavado!
vesme aquí como Tú inmovilizado.
Es mi noche nupcial, la inmensa y muda
felicidad... Yo beso tu costado
y con el gusto de tu sangre cruda
huyo del paraíso que me has dado ...
¡Cuida mi virgen hermanita viuda!
Yo he sido el pobre bajo la escalera
veintiaños. Hice un hecho de osadía.
Oh Dios, te di más dé lo que debía
en locura amorosa y altanera.
Holocausto viviente día a día
que un dardo de dolencia trasverbera
loco te di lo que bien mío era
la carne virgen de la esposa mía.
Pobrecita, Sin venia y sin derecho
yo la inmolé a tu abierto corazón.
Oh Dios, ¿qué te parece lo que he hecho?
Pero Tú fuiste el fuerte galardón
Tú la elevaste al nido de tu pecho.
Hoy muero. Ella no sabe. Éste es mi techo.
Yo soy nada. ¿Qué importa mi pasión?
He comido tu pan
he bebido tu vino
una noche de afán
sin gula y sin camino
Tu pan era tan fofo corno el pan ordinario
tu vino era tan soso como el vino diario.
Sin embargo me alcé
a tantear la huella
una noche de fe
sin la menor estrella.
¡Oh Lejanísimo!
sin una sola estrella.
¿Dónde está Dios? Por ái. Está en los justos
y está en los pecadores
en los templos vetustos
y en la efímera pompa de unas flores.
Para que no lo adores
semanalmente sólo, a plazos justos
está en la noche insomne de disgustos
y en la aurora de férvidos colores.
Escondido en el fondo de tu fuerte
paciencia o tozudez y en esa frágil
tenue esperanza de vencer la muerte
y en esa atada inteligencia ágil
reina cautiva que conoce cierto
que hay una puerta y -no sé dónde- un Puerto.
No gastes al tuntún más estampillas
-aquí llamadas sellos
ni tinta papel pluma sobre y fósforo
oh amador del silencio.
No gastes tu literatura
con quien no entras en entendimiento.
A los que oír no quieren no les grites
ni discutas con los que tienen miedo
de la verdad, que la verdad es cosa
tan escasa y valiosa en estos
bienaventurados
tiempos
que no hay que desperdiciarla
con los a ella poco abiertos
con los que no la hambrean día y noche
con fauces de silencio
con los que no sabían -ni sabrán
que tenías corazón en el pecho.
Déjalos,
el mundo es grande y Dios es nuevo.
Algo tendrás que hacer ¡oh duro! antes
de morir cuando no te has muerto ...
Déjales la satisfacción cumplida
de saber que eso
no ha sido
culpa de ellos
déjalos que se pierdan de tu vista
y de tu recuerdo
piérdete de una vez y, para siempre
en el silencio
honra a tu Dios con la total ofrenda
del tranquilo silencio
encláustrate en el claustro que ya sabes
interno
y haz en ti
el silencio
también -y ante todo
paradentro.
No envidies más a los felices
a los que saben con sus anestésicos
pasar al lado del humano dolor,
mecanizados y siniestros
suscitando despegos a su paso
o haciendo iniquidades sin saberlo
y se van de este mundo, como dicen
las mamás a los niños al mecerlos:
-si eres malo ninguno te querrá-
sin que nadie quiera quererlos.
Y tú te irás y falta poco y quiera
Dios que sin hacer daño ni siquiera
a un perro.
Surgen tantos recuerdos de mi infancia
que temo
no ande la muerte cerca
-digo temo por no decir espero-
Cacé ayer una cigarra
en un pino
como en aquellos tiempos
cuando niño solito y algo chúcaro
andaba al sol y al céfiro
como en el montecito
de mi pueblo
o cuando bandeaba
de oído y sin solfeo
la marcha número uno de Spreáffico
clarinete primero
en los días de campo
del colegio
y veo el rostro de mi madre
y el día en que besé a mi padre muerto
y me asaltan congojas infantiles
del niño que en lo oscuro tiene miedo
y un ansia inexplicable
de echarme en un regazo inmenso...
Bien: éstos son romanticismos
y no son ni siquiera versos
¿Existirá el regazo? Es muy probable
yo así lo creo.
Nunca lo he visto y
tengo sueño.
¿Sueño? Y aún a ratos
tengo
lo que es más raro
sueños ...
Pedí y esperé el morir
mas fue esperanza de pobre
y sigue la vida, sobre
el deseo de vivir.. .
No por exceso de luz
sino por falta extremada
llego al Nada Nada Nada
sin ser San Juan de la Cruz.
De todo lo que pedí
en mi vida a Dios orando
fui escuchado sólo cuando
pedí cosas contra mí.
Nací ya con la cadena
perpetua y ya condenado
a verme en punta acabado
antes de mediar faena
Pero si ése es el camino
del que no hace, mas consiente
me haré santo solamente
con aceptar mi destino.
El del mancebo que mudo
de una sábana cubierto
vio a Cristo que iba a ser muerto
la tiró y huyó desnudo.
Hoy Cristo sale a morir
para atestiguarlo, pues,
sigue mi vida, después
del deseo de vivir.
Estoy contento con mi mal destino
y ésta del corazón tan mala estrella
que sin embargo alumbra mi camino
y siempre indica una inmediata huella
esperando el bajel que nunca vino
y la visión maravillosa y bella
que nunca vino, pero con su vino
de mi borracho afán fue la botella,
estoy contento al fin. Mis compañeros
de colegio han triunfado, mis iguales
y menores también. Yo no soy fuerte.
Yo desgarrado voy por mis senderos
por mis raros senderos espirales
junto a los precipicios de la muerte.. .
Y estoy contento con mi mala suerte
Para llegar de Dios a ver la cara
debe romperse antes el espejo:
la luz de la creación es su reflejo
pero es luz reflejada poco clara.
Antes debe caer la luna avara
engañador espejo circunflejo
debe llegar la noche con su dejo
de silencio total y muerte rara.
El sol es soledad; su pura llama
insoportable a la rnortal mirada
pide ciegos; romper debe la trama.
Quien quiera ver detrás... detrás no hay nada
vacío, horror, enigma y criptograma
la tiniebla increada.. .
Asimilable sólo a la purgada
oscura luz de la razón que ama,
-Pobre hoja seca ¿dónde vas en vuelo
de mariposa enferma y desvaída
entre la niebla y luz descolorida
del sol de otoño y desteñido cielo?
¿Dónde vas, hoja frágil, no nacida
ni para el alto azul ni el bajo suelo
ni para demasiada dicha o duelo,
hoja que va como se va mi vida?
-Yo qué sé? De la flor vuelo a la fosa
del suelo al astro al lodo o al vergel
presa de un aspirar que no reposa
donde va toda cosa
en ignoto tropel ...
Voy donde va la hoja de la rosa
voy donde va la hoja del laurel ...
El Colón al revés que me deshaga
y en vez de darme un nuevo continente
sepa abolir un viejo de mi mente
mundo atroz de recuerdos que me estraga.
¿Dónde está el almirante de rezaga
que orce mi nave atrás contracorriente
y que oriente sus velas a la fuente
de mi niñez maravillosa y maga?
Soy el cansado rey de un mundo enorme
que escapa a mi gobierno hoy codicioso
de un olvidar que es ciencia y no ignorancia
y busco al almirante que me informe
en ruta de retorno y de reposo
a hallar en retroceso nostalgioso
l'ínsula olor a menta de mi infancia.
Más arriba de las nubes
más arriba de los vientos
y de los querubes
y los firmamentos
más allá de la centella
más allá del éter mismo
y del sol, la gran estrella
y la noche, el hondo abismo
fui a buscar al Dios que amaba
y la voz del que buscaba
más allá del hondo abismo
dijo: "Yo también estaba
dentro de ti mismo".
"Del rey consigue más con sólo un beso
la novia
que el pobre jardinero con el peso
de un año de trabajo que lo agobia"...
Mas para eso
es menester que quede siempre novia;
la corona de novia
deshojándose, adiós el embeleso.
Pero yo pienso
que la boca que besa
trabaja más que un cómitre en cadenas
porque es promesa
de más de un año de trabajo inmenso
y del amor los frutos y las penas,
Oh mi Dios, yo te di más que mi vida
sería tiempo de dejarme en paz
dame tu vida y cúrame mi herida
o no me pidas nunca nada más.
Me lanzaste a la mar desconocida
y aunque pudiera, yo no vuelvo atrás
en mitad de la ruta indefinida
lancé por borda brújula y compás.
El ciclón del velamen hizo riza.
Todo esto debería ya cansarme.
El puro mar y cielo se eterniza ...
De mi antiguo vigor no hay ni un adarme
la provisión se agota a toda prisa
ya no afronto el ciclón con la sonrisa. . .
Ya no te falta más sino tragarme.
Como un petrel que sobre la erizada
superficie del mar plúmbea y movida
volando sin cesar toda la vida
y con las olas por precaria almohada
la su indígena playa ya olvidada
toda esperanza de volver perdida
así boga mi alma mal dormida
sobre una eterna soledad salada.
Sólo un oscuro instinto la encamina
un increíble esfuerzo la sostiene
un fuego la alimenta y determina
el aire la mantiene
hacia el bajel azul de un rey que viene
hacia un sueño de amor inmenso y lene
y una ignota golconda diamantina.
De mi vida los días que perdí
pasaron, hoy, escuálido escuadrón
de desertores, ante mi razón
con sus banderas rotas ¡ay de mí!
Sombra de un sueño solamente fui
y es de deseos grandes un montón
todo el tesoro de mi corazón
sin nada entero que dejar aquí.
Con la memoria del anciano y los
moribundos, mi vida hoy repasé
el debe y el haber, ambos a dos
inexorablemente, y sólo hallé
cenizas y aire, desengaño atroz.
Tomé el mísero polvo y lo aventé
en la estrellada noche de la fe
diciendo al cielo: "He soportado a Dios".
¿Qué se me importa a mí de mí?
Me importa el nombre del Mayor Artista
y la gloria de Dios, Sumo Poyecta...
Si muero miserablemente aquí
hay una falla en su creación perfecta-
mente vista
por lo cual moriré en forma correcta.
O resucitaré como un patí
en el río del Rey de Reconquista.
Señor ¿piensas que puedo sin contigo
vivir en el desierto del deber?
Yo no puedo vivir sin un amigo
y soy sediento peor que una mujer.
Pronta es mi voluntad, siempre lo digo
y es tuyo mi querer, pero en mi ser
ocupa una región el enemigo
y una cosa es querer y otra es poder.
Tiemblo de mí en el tiempo y la galbana
de tu ausencia; estoy muerto, me has herido
demasiado, golpeado demasiado,
Plomo en el ala y en la testa cana
plomo, haré un disparate maldecido
si faltas demasiado de mi lado...
Señor, si al fin voy a morir mañana.. .
Me asaltan pesadillas en que veo
la maldad de los hombres que me invita
a la maldad; que en mí es una infinita
pereza del amor y del deseo.
Cierto. La vida es pobre. El tiempo es feo
y un aliento diabólico palpita
sobre esta pobre humanidad cainita
que adora un dios en el que yo descreo . .
Mas en noche oscurísima persisto
y doy señal de bulto encadenado
y existe la Deidad que nadie ha visto
que pisa el gran lagar ensangrentado
y a quien doy testimonio, porque existo ...
y hemos de ver aún lo que hace Cristo
que se esconde, pero es resucitado.
Un día me enterrarán ...
¡Qué tranquilos que estarán!
Y yo más tranquilo
montado en un refucilo
más allá de Aldebarán
y ellos aquí ¿qué dirán?
Pues nunca me han conocido
dirán las mismas tonteras
con que en vida me han herido
y otras de muchas maneras
y yo estaré en el Reino del Olvido
libre de todas mis canseras.
O mejor no dirán nada
¿para qué quieres que digan?
a tu alma cauterizada
¿qué hay, que los de la manada
la maldigan o bendigan?
"El hombre que hacía daño
ya no existe -es decir, yo
el ermitaño
ingente silencio extraño
desapareció".
"Lo atropelló un camión
¿por qué entró en la ciudad?
salió de la soledad
a buscar la ración
en vez de hacer oración
a la suma deidad.
La verdad
es que era un animal sin corazón
un ente sin razón
hijo de la casualidad...".
Yo llevaré mi secreto
a entregarlo a Dios intacto
mi vida como un soneto
de pie forzado completo
habré trabajado exacto.
Y mi alma que el dolor
purificó de vileza
irá ensoñada de amor
irreal, como una flor
sin pies y pura cabeza,
Me sacudiré mis penas
de haber vivido con santos
topos unos y otros hienas.
"¡Ay - Jesús!" a manos llenas
Mas "Toma - hijo", no tantos.
Y mi enorme soledad
hallará su compañía ...
Oh días, marchad, marchad ...
Sólo hacer una bondad
o una mitad cada día.
Pongo en papel celofán
mi corazón con sigilo
mañana me enterrarán
¡Qué tranquilos que estarán!
Y yo estaré más tranquilo.
Hay casos en que el mismo Dios parece
que no puede salir y está envarado
y hay casos que parece que obedece
Dios a una ley que Él mismo se habrá dado...
Y hay veces que parece que perece
todo un mundo, y un hombre ¿qué es al lado?
y un hombre entonces se empeñó , y ofrece
sostén de Dios el costillar cansado.
Como a Jesús el ángel en el Huerto
sostiene un hombre a Dios y así confiesa
si no su gloria, su existencia cierto.
Está en silencio inmóvil, pero reza
camina y habla pero como muerto
todos se ríen, todo apoyo cesa...
Y él como el estilita en el desierto,
aguanta el cielo sobre su cabeza.
Luz de la luz y rosa de la rosa
foco y fuente de todo lo que es vida
que pretendo apresar con mi atrevida
torre de silogismos rigurosa,
Tripersonal natura misteriosa
inaccesible intelectual guarida
de quien el hombre sueña y el suicida
muere, y el cosmos vive, el ángel goza ...
En piedra de razón, luz de sagrario
y cemento de humano pensamiento
de mi summa el andamio extraordinario
he levantado en inaudito intento...
Quiero que un soplo tuyo lo haga viento
lo haga música mística tu aliento
y un rayo lo haga polvo de incensario.
Primavera de fresas y cerezos
y azul mirado en arboral trasluz
humus vital que cambio por los tiesos
sílex del monte en que murió Jesús.
Los cálidos jugosos embelesos
humanos, cambio por granito y luz
del sol los duros devorantes besos
dame y antojos de morir en cruz.
Señor, de tus dulzuras
no sé; si existen, dalas a las puras
monjitas y leprosos; dame a mí ...
en cumbres rudas de nevado campo
del acero el honor, del arma el lampo,
la gloria antigua de morir en campo
y de morir, si puede ser, por Tí.
Días de tedio inerte y de derrota
y de la frente hundida y pies en fango
en que agobiada la conciencia apenas
puede sufrir a Dios más bien que amarlo.
Ay esperanza, que te fuiste lejos
y el hilo en que me tienes es delgado
suspendido -¿hasta cuándo?- tenazmente
sobre el abierto vórtice... ¿Hasta cuándo?
Saber lo que es morir y lo que sienten
el leproso, la coima y el forzado. ..
Quizá Dios quiera que mañana sirva
mi experiencia del potro y del ergástulo.
Pero entretanto sobre mí el inmenso
decaimiento del que pugna en vano
desolación de ser muy débil para
o matar el deseo o realizarlo.
Mas Dios es grande y mis caminos locos
quien los permite puede enderezarlos
y yo no sé por dónde; pero un día
en Él darán por un portillo arcano.
Mas Dios es Dios, y a mí me falta todo
porque me falta el solo necesario
y no me falta nada más que el único,
y lo imposible, inútil, sobrehumano.
Y la fe oscura dice: "Pero ¿cómo?"
y la esperanza Ansiosa: "Pero ¿cuándo?".
El doctor Piccard era un belga
era un belga y nada más
que se subió a la estratosfera
y entero consiguió bajar.
Su piso era la ley de Mariotte
su tierra era la ley de Dumas
su sostén una idea de Lavoisier
acerca la presión del gas.
Se perdió en el azul del cielo
un puntito en la inmensidad
y después ni siquiera un punto:
allá va ya no se ve más.
Yo no sé cómo no hubo miedo
suspenso sin dónde apoyar
no sé como vencía el miedo
el intrépido profesor Piceard.
Yo soy menos que un belga y suizo
y un finés y un negro bozal
que me subí a la teología
y a la mística transcendental,
Mi piso es una idea de San Agustín
mi sostén es una idea de Santo Tomás
y mi tierra una idea de San Ignacio
acerca la Divinidad.
En platónica estratosfera
para poder libre bogar
tiremos el lastre de todas las cosas
que hacen al hombre caminar.
Yo no sé cómo no tengo miedo
colgado sin dónde apoyar
sin motor volando y sin cielo
sin tierra y sin Divinidad.
Cuántos caminos solo, oh alma mía,
solo y tal vez peor;
cuántas cuestas que hacer a pie sin guía
y cuánta fruta moridera en flor.
En mí. Aún. Cuántos aún risibles
caminos sin saber adónde van.
Cuántas cosas en mi alma no decibles
o que si digo malentenderán.
Vivir solo y jugar al tennis solo
y asina preparándose a emprender
aquella gran expedición al polo
y el mortal salto de la stratosfer.
Sólo el santo y el bestia, prescindiendo
pueden vivir, de la socialidad
Ay de aquél que en su gruta está eligiendo
entre la ciencia y la mediocridad,
En gruta solo y no es que lo haya optado,
alguien en este pico lo situó
entre la piedra cabra, el cielo alzado
o como un Robinsón que naufragó.
Jugando siempre al yo-quiero-y-no-puedo
y aire muy mucho puro a respirar
cantando sólo por matar el miedo
dentro la noche oscura junto al llar...
Y válgale que aún puede cantar.
Yo soy como un inválido que a sí mismo se cuida,
no por amor explícito de Dios o de la vida
ni por sentirse a gusto ni tampoco tranquilo
al ligarse una venda o hacer un té de tilo;
sino por una especie de terca persistencia
afincada en los mismos huesos, médula y panza
que tiene más carácter de instinto que de ciencia
y está más dentro y honda que la misma esperanza,
inaccesible a la conciencia.
Yo soy como un enfermo que no tiene enfermera
ni nadie que desee se sane y no se muera,
que se impone la utópica tarea de curarse
como un quehacer cualquiera por no desesperarse;
y en su ser desdoblándose, bifurcado binomio,
hecho a la vez la víctima y el buen samaritano
ofrece a Dios en doble gesto de nosocomio
el dolor de su cuerpo y el celo de su mano,
muy probable los dos en vano.
Soy como un elefante que ha caído en la trampa
y entre los crudos troncos quiebra su blanca guampa
o como el triste preso que en su evasión se emperra
con una frágil cuerda de reloj como sierra.
De intentonas frustradas ya ha perdido la cuenta
sabe lo que hará siempre, no lo que va a pasar
y maniáticamente mil y mil veces tienta
y a cada desengaño su corazón revienta
con el ruido y la fuerza de un bandazo de mar
mandado por lejana tormenta.
Soy como un ave albatros que no tiene un bauprés
ni encuentra tierra alguna donde posar los pies
entre el cielo cerrado y el mar abajo hirviente
que no la dejan mucho que anide ni que asiente
volando en línea recta sin dejarse caer
de mientras por lo menos no se quiebren sus alas
vencedor imposible no se deja vencer
y prosigue su viaje sin término ni escala
hacia un mañana sin ayer.