Y los que habían sido enviados eran de los fariseos. Y le preguntaron y le dijeron: "¿Pues por qué bautizas si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?" Juan les respondió, y dijo: "Yo bautizo en agua; mas en medio de vosotros estuvo a quien vosotros no conocéis. Este es el que ha de venir en pos de mí, que ha sido engendrado antes de mí: del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato". Esto aconteció en Betania, de la otra parte del Jordán, en donde estaba Juan bautizando. (vv. 24-28)
Orígenes,
ut sup
Habiendo respondido a los sacerdotes y a los levitas, fue preguntado por los fariseos. "Y los que habían sido enviados, eran de los fariseos". Digo que éste es el tercer testimonio, como puede deducirse de sus palabras. Véase también cómo los sacerdotes y los levitas preguntan con mansedumbre: "Tú, ¿quién eres?". No se arrogan nada digno de censura en aquella pregunta, sino que obran cual corresponde a verdaderos ministros de Dios. Mas los fariseos, divididos e inoportunos, según indica su nombre, dirigen al Bautista palabras mal sonantes y ofensivas. Por esto sigue: "Y le dijeron: ¿pues por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?" No querían averiguar la verdad, sino impedirle que bautizase. Pero después, no sé por qué razón, se deciden a bautizarse y volvieron a San Juan. La solución de esto, que los fariseos, a pesar de que no creían, viniesen a bautizarse con hipocresía, parece que consiste en que temían al pueblo.
Crisóstomo,
in Ioannem, hom. 15
O acaso los mismos sacerdotes y levitas eran también de los fariseos, y como no pudieron doblegarlo con halagos, intentan arrojar sobre él una acusación, obligándole a decir lo que no era. Por esto sigue: "Y le preguntaron y le dijeron: ¿pues por qué bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías ni el profeta?". Les parecía que rayaba en la audacia el bautizar sin ser el Cristo, ni su precursor, ni su anunciador, esto es, su profeta.
San Gregorio,
in Evang. hom. 7
Pero cuando un santo cualquiera es preguntado con mal fin, no sale de su expresión de bondad. Por esto San Juan responde a las palabras de envidia con las predicaciones de vida. Por esto sigue: "Y Juan les respondió y dijo: yo bautizo en agua".
Orígenes,
ut sup
Y a aquellas palabras: "¿Por qué bautizas?", no convenía contestar otra cosa que indicar que su bautismo era carnal, o manifestar que era material.
San Gregorio,
ut sup
San Juan no bautizaba en espíritu sino en agua, porque no podía perdonar los pecados. Lavaba con agua los cuerpos de los que se bautizaban, pero no purificaba sus almas por medio del perdón. ¿Y para qué bautiza si no perdona los pecados por medio del bautismo? Porque, cumpliendo en todo el orden y oficio de precursor de Aquel que venía -esto es, a cuyo nacimiento se había adelantado naciendo-, debía adelantarse también al Señor, que había de bautizar, bautizando él. Y el que se había hecho precursor de Jesucristo por medio de la predicación también había de ser su precursor bautizando, para imitarle en el sacramento, puesto que con ello anunciaba que éste era uno de los misterios de nuestra redención, y que estaba en medio de los hombres Aquél que aún no era conocido. Por esto sigue: "Mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis", porque como el Señor aparece en carne, es visible en cuanto al cuerpo pero invisible en cuanto a la majestad.
Crisóstomo,
ut sup
Dijo esto porque era conveniente que el Salvador se confundiese con el pueblo, como uno de tantos, para dar ejemplo de humildad en todas partes. Y cuando dice: "A quien vosotros no conocéis", habla de un conocimiento cierto y seguro de quién es y de dónde viene.
San Agustín,
in Ioannem, tract. 4
Apareció humilde y por lo mismo es antorcha encendida.
Teofilacto
El Señor estaba en medio de los fariseos, pero le desconocían. Porque como ellos creían saber las Escrituras, por cuanto en ellas era anunciado el Señor, se encontraba en medio de ellos (esto es en sus conciencias) pero no lo conocían, porque no entendían las Escrituras. Además estaba en medio de ellos porque era mediador entre Dios y los hombres, por cuya razón Cristo Jesús se encontraba en medio de los fariseos esforzándose por unirlos con Dios, pero ellos no le conocían.
Orígenes
Una vez contestado: "Yo bautizo en agua" a aquella pregunta: "¿Por qué bautizas?", a las palabras: "¿Si tú no eres el Cristo?", el precursor ofrece su contestación pregonando la excelencia de la esencia de Jesucristo. Y dice que es tan grande el poder que tiene, que es invisible en cuanto a su divinidad, a pesar de que está presente a todos y se encuentra difundido por todo el orbe, lo que se da a entender por lo que dijo: "En medio de vosotros estuvo". Pues Este se encuentra en todo el mecanismo del universo, y lo penetra todo de tal modo que las cosas que nacen, nacen por El, puesto que todo fue hecho por El. Y esto es lo que da a conocer claramente a los que le preguntan: "¿Por qué bautizas?" O cuando dice: "En medio de vosotros estuvo", debe entenderse esto respecto de nosotros los hombres. Porque como somos racionales, existe en medio de nosotros, por lo mismo que el asiento principal del alma, el corazón, está situado en la parte media del cuerpo. Los que llevan al Verbo en su interior, ignorando su naturaleza, ni de dónde viene, ni cómo se encuentra en ellos, éstos desconocen que tienen el Verbo dentro de sí mismos, lo cual ya conoció San Juan. Por lo que, reprendiendo a los fariseos, les dice: "A quien vosotros no conocéis". Como los fariseos esperaban que no se tardaría la venida del Cristo y no podían elevarse a tan alto concepto acerca de El, creyendo sólo que sería un hombre santo, San Juan reprende su ignorancia, porque desconocen su excelencia. Dice: "Estuvo", porque está el Padre, que existe de una manera invariable e impermutable. Está también su Verbo, para salvar continuamente y aun cuando ha tomado carne y se encuentra entre los hombres de una manera invisible y no es conocido por ellos. Y para que alguno no crea que el que es invisible, cuando viene para todos los hombres o para todo el universo, es otro distinto del que se ha humanado y aparecido en la tierra, añade: "Este es el que ha de venir en pos de mí". Esto es, que habrá de aparecer después de mí. Y no tiene aquí la misma significación la palabra
en pos que cuando Jesús nos invita a que vengamos en pos de El. Allí se nos manda que le sigamos, para que siguiendo sus pasos podamos llegar hasta el Padre; aquí se manifiesta lo que de esto se sigue, según las enseñanzas del Bautista. Vino con el fin de que todos crean por él, preparados para que puedan llegar sin mayor dificultad al Verbo perfecto. Dice además: "Este es el que ha de venir en pos de mí".
Crisóstomo,
in Ioannem, hom. 15
Como si dijese (San Juan) no creáis que todo consiste en mi bautismo, porque si mi bautismo fuese perfecto, no vendría otro después de mí a dar otro bautismo; mas todo esto es preparación de aquél, y pasará en breve como la sombra y la imagen; pero conviene que el que impone la verdad venga después de mí. Y si este bautismo fuera perfecto, nunca hubiese sido necesario un segundo. Y por esto añade: "El que ha sido engendrado antes de mí" es digno de mayor honor y de mayor respeto.
San Gregorio,
ut sup
Al decir: "Ha sido hecho antes que yo" da a entender que había sido antepuesto a él. Viene después de mí, porque ha nacido después. Y ha sido engendrado antes de mí, porque es superior a mí.
Crisóstomo,
ut sup
Y para que no se crea que su respectiva excelencia es comparable, y para manifestar mejor la diferencia, añade: "Del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado". Como diciendo: en tanto es superior a mí yo no soy digno de contarme ni aun entre sus servidores más humildes, porque soltar el calzado es lo último que puede hacer el que sirve.
San Agustín,
ut sup
Por lo que si se hubiera juzgado digno de soltar la correa de su calzado, no hubiera aparecido más humilde.
San Gregorio,
in Evang. hom. 7
Fue costumbre entre los antiguos que si alguno no quería casarse con alguna de las que le correspondían, debía soltarle el calzado a aquél que le fuese destinado en razón de verdadero parentesco. Y al aparecer Jesucristo entre los hombres, ¿qué otra cosa es más que el esposo que se presenta a la Iglesia santa? Por lo tanto San Juan se considera como indigno de soltar la correa de su calzado, como diciendo terminantemente: no puedo descubrir los vestigios del Redentor, porque el nombre de esposo no me lo merezco, y por ello no lo usurpo. Lo cual también puede entenderse de otro modo. ¿No sabemos todos que el calzado se hace con pieles de animales muertos? Pero habiendo venido el Señor por medio de la Encarnación, aparece como calzado, porque tomó sobre su divinidad la sustancia mortecina de nuestra corrupción. Y la correa de su calzado es la ligadura del misterio. San Juan, pues, no se atreve a soltar la correa de su calzado porque no puede penetrar el misterio de su Encarnación, como si dijese claramente: ¿Qué de particular tiene que sea mayor que yo, si considero que aun cuando ha nacido después que yo, no comprendo el misterio de su nacimiento?
Orígenes,
in Ioannem, tom. 6
Hay alguno que ha dicho, y no sin razón, que esto debe entenderse así: No soy yo de tanto mérito para considerar su existencia de tan elevado origen y creer que ha recibido la carne como un calzado sólo por causa mía.
Crisóstomo,
in Ioannem, hom. 16
Y como San Juan predicaba a todos con oportuna libertad lo que se refería a Jesucristo, el Evangelista dice aquí el lugar donde lo hacía, añadiendo: "Esto aconteció en Betania, de la otra parte del Jordán, en donde estaba Juan bautizando". Porque no predicaba a Jesucristo ni en la casa ni en la esquina, sino al otro lado del Jordán, en medio de la multitud y estando presentes los que había bautizado. Algunos ejemplares dicen en Betábora
1, porque Betania no estaba al otro lado del Jordán, ni en el desierto, sino cerca de Jerusalén.
Glosa
Pero hay dos Betanias: una al otro lado del Jordán y otra a la parte acá, no muy distante de Jerusalén, en donde Lázaro fue resucitado.
Crisóstomo,
ut sup
También se fija en esto por otra causa. Porque no refería cosas antiguas sino las que habían ocurrido poco tiempo antes, por lo que cita como testigos a los que estaban presentes y habían visto aquello que se refería, haciendo la demostración hasta de los lugares.
Alcuino
Mas Betania quiere decir casa de obediencia, por medio de la que se manifiesta que todos deben obediencia a la fe para venir al bautismo.
Orígenes
Y Betábora quiere decir "casa de preparación", y conviene con el bautismo de San Juan, que servía para preparar al Señor un pueblo perfecto. Jordán quiere decir "la bajada de aquéllos". ¿Y quién será este río, sino nuestro Salvador, por medio del cual deben purificarse los que entran en este mundo, no porque Este sea quien baje, sino el género humano? Este río separa las gracias concedidas por Moisés de las concedidas por Jesucristo. Los manantiales de Este alegran la ciudad de Dios. Además, así como el caimán nada en el río de Egipto, así el Señor se oculta en este río. Mas el Padre está en el Hijo, y los que marchan a donde El se encuentra para lavarse dejan el oprobio de Egipto y se preparan a recibir la heredad eterna. Además se purifican de la lepra y son capaces de merecer las dos gracias, estando dispuestos para recibir las del Espíritu Santo. Porque este Espíritu nunca había bajado en forma de paloma sobre el otro río. San Juan bautizaba al otro lado del Jordán, como precursor del que había de venir a llamar no a los inocentes sino a los pecadores (o sea el precursor de Aquél que vino a llamar a los pecadores y no a los inocentes).
Notas
1.
Betábara. Aldea transjordánica donde, según algunos manuscritos de algunos Padres, bautizaba Juan. Es distinta de la tierra de Lázaro, Marta y María.