Entonces los soldados del presidente tomando a Jesús para llevarle al pretorio, hicieron formar alrededor de El toda la cohorte. Y desnudándole, le vistieron un manto de grana. Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza y una caña en su mano derecha. Y doblando ante El la rodilla, le escarnecían, diciendo: "Dios te salve, rey de los judíos". Y escupiéndole, tomaron una caña y le herían en la cabeza. (vv. 27-30)
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3,9
Después de la acusación de Jesucristo consecuente es que nos ocupemos de su pasión, que San Mateo empieza así: "Entonces los soldados del presidente, tomando a Jesús para llevarle al pretorio, convocaron a El toda la cohorte".
San Jerónimo
Como Jesús era llamado rey de los judíos, y los escribas y los sacerdotes le acusaban de que quería usurpar el dominio de todo Israel, los soldados se burlan de El, desnudándole de sus antiguos vestidos, vistiéndole un manto de grana en lugar de la borla roja que usaban los antiguos reyes. Y en vez de diadema ponen sobre su cabeza una corona de espinas; en vez del cetro real, le dan una caña, y le adoran como a rey, y esto es lo que añade: "Y desnudándole, le vistieron de un manto de grana", etc.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3,9
En esto se comprende, cómo dijo San Marcos, que fue vestido de púrpura. En vez de púrpura real, debe entenderse que fue cubierto por sus enemigos con una clámide de grana, cuando se burlaban de El. Porque hay cierta púrpura roja que se parece mucho a la grana. Es posible también que San Marcos, al hablar de púrpura, se refiera al color de la clámide, si bien ésta fue de grana.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 87,1
¿Qué cuidado debe darnos lo demás, si sufrimos afrentas de otro, después que Jesús las ha sufrido por nosotros? Porque lo que en Jesucristo sucedía era el extremo de la afrenta. No padecía las injurias en una sola parte de su cuerpo, sino todo El, la cabeza con la corona, los cañazos y los golpes; la cara, porque era escupida; las mejillas, que eran heridas por bofetadas, y todo su cuerpo por los azotes, pues había sido desnudado, y por la envoltura de la clámide, y por la burlesca adoración que le prestaban; sus manos eran ofendidas por la caña que le dieron en vez de cetro. Como si temiesen dejar de hacer algo de lo que pudiera ofenderle.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 3,9
Parece que San Mateo habla de todo esto como recopilando, y no porque entonces fuese cuando Pilato lo entregó para crucificarle. Pues San Juan, antes de decir que Pilato entregaba al Señor para que le crucificasen, cita todo lo que pasó.
San Jerónimo
Pero nosotros todo esto lo entendemos en sentido espiritual. Pues así como Caifás, dijo: "Conviene que un solo hombre muera por todos" ( Jn 18,14), sin saber lo que decía, del mismo modo todo lo que éstos hicieron, aunque con otra intención, nos da, sin embargo, a conocer estos misterios, a los que creemos. En el manto de púrpura, se representa las cruentas ofrendas de los gentiles; en la corona de espinas, que se ha levantado la antigua maldición; con la caña, que han sido muertos los animales nocivos; y que tenía la caña en la mano, para escribir el sacrilegio de los judíos.
San Hilario, in Matthaeum, 33
El Señor, después de haber tomado sobre sí todas las enfermedades de nuestro cuerpo, nos demuestra con el color de la púrpura la sangre derramada por los mártires que habían de merecer con El el reino de los cielos. Y también es coronado de espinas, esto es, de los pecados de las naciones que como aguijones forman la corona de la victoria de Cristo. Con la caña que empuña su mano, conforta la debilidad y la frivolidad de las naciones, y es golpeada con ella su cabeza, para que la debilidad de los gentiles, sostenida por la mano de Jesucristo, descanse también en Dios Padre (que es su cabeza).
Orígenes, in Matthaeum, 35
También puede decirse que la caña fue un misterio, porque antes que creyéramos confiábamos en el báculo de caña de los egipcios o de cualquiera otro pueblo enemigo de Dios. Y esta caña es la que aceptó para triunfar con ella en el árbol de la cruz. Hieren además con esta caña la cabeza de Jesucristo porque el poder enemigo dirige constantemente sus tiros contra Dios Padre, cabeza del Salvador.
Remigio
Por manto de púrpura debe entenderse la carne de nuestro Señor, la que se llama roja por la efusión de su sangre; por corona de espinas, el haber tomado sobre sí todos nuestros pecados, porque apareció en semejanza de carne de pecado.
Rábano
Hieren la cabeza del Señor con una caña aquéllos que contradicen su divinidad, esforzándose en probar su error con la autoridad de la Sagrada Escritura (que está escrita con la caña). Escupen en su cara, los que rechazan con palabras execrables la presencia de su gracia, y niegan que Jesús ha venido en carne mortal. Adoran falsamente aquéllos que creen en El, pero le desprecian con sus perversas costumbres.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 2,51
Cuando, pues, en la pasión despojaron al Señor de su propio vestido, y le vistieron de burla, son significados los herejes, que dicen que no tuvo verdadero cuerpo, sino ficticio.