Y subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y les dijo: "Ved que subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes, y a los escribas, y le condenarán a muerte. Y le entregarán a los gentiles para que le escarnezcan, y azoten y crucifiquen; mas al tercero día resucitará". (vv. 17-19)
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 65,1
El Señor no subió inmediatamente a Jerusalén después de su vuelta de Galilea, sino que antes hizo milagros, refutó a los fariseos e instruyó a sus discípulos en la perfección de la vida y sobre su recompensa. Pero ahora, al entrar en Jerusalén, les vuelve a hablar sobre su pasión y por eso se dice: "Y subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los doce", etc.
Orígenes,
homilia 11 in Matthaeum
Aún estaba Judas entre esos doce, porque probablemente aún era digno de oír lo que había de padecer el Maestro.
Pseudo-Crisóstomo,
opus imperfectum in Matthaeum, hom. 35
La salvación del género humano pendía de la muerte de Cristo y por ninguna otra cosa debemos dar tantas gracias a Dios como por la muerte del Señor. El anuncia aparte a sus discípulos el misterio de su muerte, porque siempre el mejor tesoro se encierra en los mejores vasos. Si otros hubieran oído hablar de la pasión del Señor, probablemente se hubieran asustado; si eran hombres, por la debilidad de su fe; y si eran mujeres, por su condición compasiva hubieran derramado abundantes lágrimas.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 65,1
Ya el Señor había hablado de este misterio en presencia de muchos, pero de una manera encubierta, como cuando dijo, por ejemplo: "Destruid este templo"(
Jn 2,19) y: "Señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás" (
Mt 12,39). Mas a sus discípulos se lo dijo bien claro en las palabras: "Ved que subimos a Jerusalén", etc.
Pseudo-Crisóstomo,
opus imperfectum in Matthaeum, hom. 35
En la palabra "ved" manifiesta el Señor la intención de que sus discípulos conservaran en sus corazones el recuerdo de su presencia. Y dice: "Subimos", que equivale a decir: Ved cómo voy voluntariamente a la muerte. En consecuencia, cuando me viereis pendientes de la Cruz, reflexionad que Yo no soy un simple hombre. Porque, aunque la muerte es patrimonio del hombre, sin embargo, no es propio del hombre el querer morir.
Orígenes,
homilia 11 in Matthaeum
De estas palabras del Señor debemos concluir que, aun cuando conozcamos muchas veces el ataque de las tentaciones que nos amenazan, no debemos huir, sino salir al frente de ellas, pero como nos aconseja el Señor: "Si os persiguieren en una ciudad, id a otra" (
Mt 10,23). Sólo la sabiduría de Cristo conoce el momento en que debemos huir y el momento en que debemos hacer frente al peligro.
San Jerónimo
Muchas veces el Señor había hablado con sus discípulos acerca de su pasión. Pero como era fácil que entre tantas cuestiones que había tratado no recordaran lo que habían oído sobre este punto, al ir a Jerusalén y llevando en su compañía a los apóstoles, los prepara para la tentación, a fin de que no se escandalicen cuando llegue la persecución y vean la ignominia de la cruz.
Pseudo-Crisóstomo,
opus imperfectum in Matthaeum, hom. 35
Porque nos es más ligera la tribulación cuando nos sobreviene después de esperarla, que cuando nos acomete de improviso.
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 65,1
Y el Señor les anuncia su pasión para que estén persuadidos de que El ya la sabía de antemano y que la aceptaba voluntariamente. Al principio sólo les predice su muerte y cuando los vio suficientemente preparados, les manifiesta que será entregado a los gentiles.
Rábano
Porque Judas entregó al Señor a los judíos y éstos le entregaron a los gentiles, es decir, a Pilatos y al poder romano. El Señor no aceptó las riquezas del mundo, sino sus tormentos, a fin de enseñarnos que los que hemos caído por el placer, debemos volver a levantarnos mediante el dolor.
1 Por eso sigue: "Para que le escarnezcan, le azoten y le crucifiquen".
San Agustín,
de civitate Dei, 18,43
El Señor nos manifiesta por su pasión lo que debemos sufrir por la verdad y por su resurrección lo que debemos esperar en la eternidad. Por eso dice: "El tercero día resucitará".
San Juan Crisóstomo,
homiliae in Matthaeum, hom. 65,1
¿Dijo el Señor estas palabras para suavizar la tristeza con la esperanza de la resurrección? Por lo cual añade: "El tercero día resucitará".
San Agustín,
de Trinitate, 4,3
Porque una sola muerte, esto es, la del Salvador, según el cuerpo, fue nuestra salvación con respecto a nuestra doble muerte, es decir, en cuanto a la muerte de nuestra alma y en cuanto a la de nuestro cuerpo; y una sola resurrección nos proporcionó a nosotros dos resurrecciones
2. Esta relación del uno al dos nace del misterio tres, que está compuesto de uno y de dos.
Orígenes,
homilia 11 in Matthaeum
Al oír las cosas tristes que había de sufrir Cristo, los discípulos que recordaban lo que el Señor dijo a Pedro, no dijeron ni hicieron nada para que no se les contestara con palabras parecidas o peores. También ahora los escribas que creen conocer las Sagradas Escrituras condenan a muerte a Jesús, lo azotan con sus palabras y lo crucifican en el mismo hecho de querer que su doctrina desaparezca. Pero El, después de haber desaparecido un momento, se levanta y se aparece a aquellos que recibieron el don de poderle distinguir.
Notas
1.
La vida cristiana no es sólo sufrimientos y pesares, sino asumir el valor redentor del sufrimiento y de la cruz como camino ineludible para el cristiano.
2.
Quien resucita es el ser humano en su unidad integral.