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... habéis oído hablar de ese loco que encendió un farol en pleno día y corrió al mercado gritando sin parar:
—¡Busco a Dios!, ¡Busco a Dios!.
Como precisamente estaban allí reunidos muchos que no creían en Dios, sus gritos provocaron enormes risotadas. "¿Es que se te ha perdido?", decía uno. "¿Se ha extraviado como un niño pequeño?", decía otro. "¿O se ha escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se habrá embarcado? ¿Habrá emigrado?" — así gritaban y reían alborozados.
Pero el loco saltó en medio de ellos y los atravesó con su mirada.
— ¿Que a dónde se ha ido Dios? -exclamó-, os lo voy a decir.
Lo hemos matado: ¡vosotros y yo! Todos somos asesinos.
Pero ¿cómo hemos podido hacerlo? ¿Cómo hemos podido bebernos el mar?
¿Quién nos prestó la esponja para borrar el horizonte?
¿Qué hicimos cuando arrancamos la tierra de su sol?
¿Hacia dónde caminará ahora?
¿Hacia dónde iremos nosotros? ¿Lejos de todos los soles?
¿No nos caemos continuamente?
¿Hacia delante, hacia atrás, hacia los lados, hacia todas partes?
¿Acaso hay todavía un arriba y un abajo?
¿No erramos como a través de una nada infinita?
¿No nos roza el soplo del espacio vacío?
¿No hace más frío?
¿No viene de continuo la noche y cada vez más noche?
¿No tenemos que encender faroles a mediodía?
¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios?
¿No nos llega todavía ningún olor de la putrefacción divina?
También los dioses se pudren!
Dios ha muerto!
Y nosotros lo hemos matado!
¿Cómo podremos consolarnos, asesinos entre los asesinos?
Lo más sagrado y poderoso que poseía hasta ahora el mundo se ha desangrado bajo nuestros cuchillos.
¿Quién nos lavará esa sangre?
¿Con qué agua podremos purificarnos?
¿Qué ritos expiatorios, qué juegos sagrados tendremos que inventar?
¿No es la grandeza de este acto demasiado grande para nosotros?
¿No tendremos que volvernos nosotros mismos dioses para parecer dignos de ella? ...
F. Nietzsche (La Gaya Ciencia - 1886)
- ...Por esto se introdujo en la Iglesia la hermosa y saludable costumbre de cantar diariamente este cántico de María
[el Magnificat] en la salmodia de la alabanza vespertina, ya que así el recuerdo frecuente de la encarnación del Señor enardece la devoción de los fieles y la meditación repetida de los ejemplos de la Madre de Dios los corrobora en la solidez de la virtud.
Y ello precisamente en la hora de Vísperas, para que nuestra mente, fatigada y tensa por el trabajo y las múltiples preocupaciones del día, al llegar el tiempo del reposo, vuelva a encontrar el recogimiento y la paz del espíritu.
Una foto del vacío: las notas que dedica Clarín (el mayor diario argentino) a los programas de tv. Y no se trata del contenido de esas notas[*], sino al hecho mismo: que se considere (que diario y lectores consideren) que la vida de la televisión forma parte de esas cosas que a uno le debe interesar conocer ... por no decir "vivir".
Hasta se han ganado una sección propia. Titulares (de tapa, en la edición de Internet) de los últimos cuatro días, sin sacar ni poner nada:
- "Susana Giménez", por Telefé-
Sarcástico y veloz, Charly García trastornó a Susana
-
"Videomatch", por Telefé -
Ballenas, loros y perritos: los nuevos humoristas del show de Tinelli
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"Punto doc", por América -
Paseos diferenciados: Lewin, a la Costanera; Tognetti, a un basural
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Rating -
Imbatibles, los Midachi otra vez le ganaron a “Videomatch”
-
"CQC", por Canal 13 -
Un notero y un jubilado, a los besos con las conejitas de Playboy
- "Indomables", por América Marziotta "jugó" para la tribuna masculina: le tocó la cola a la vedette Ritó
"Tenemos que hacernos / un mundo mejor / porque este está enfermo / y nosotros no", cantaba Miguel Cantilo hace veinte años (y yo lo coreaba, ay de mí).
[*] El contenido no deja de ser gracioso, a veces, y en cierta clave.
El de hoy,
con Charly García "más lúcido que nunca" (!)
deslumbrando con su ingeniosidad a la diva Susana Giménez,
es extraordinario:
Sarcástico y veloz, Charly García trastornó a Susana ...
Charly llegó a encontrarse con la “Su” transportado por una limousine. “No viajo en otra cosa”, comentó después. [...]
"Sí, me gusta ejecutar años" fue una de las frases mortales.. [...]
el excéntrico Charly, lejos de ser tímido o complaciente, no dejó pasar ningún dato inexacto: "no fue a los cinco, fue a los cuatro, Susana" le aclaró socarronamente y largó su primera caracajada estereofónica....[...]
“Y qué iba a estudiar... ¿Bandana?” aclaró él, poniendo un poco de sentido común y de onda a tanto cuento conocido. [...]
"Qué suerte tuviste, che", la volvió a gastar García y arrancó su segunda carcajada de la noche. [...]
Charly, haciendo honor a su fama de loco "lindo", contestó acorde: "Los canapés". Susana, ya desesperada, atinó a confesar "es que a veces es tan rápido que no le cazo la onda..." Ni hacía falta aclararlo.
-
... cerca del final
del libro,
Kierkegaard discute la situación que, a sus ojos, es la última prueba
del amor: la obra de amor que consiste en recordar a un muerto.
(Es muy probable que acá K. se está refiriendo a su propia devoción
al padre muerto).
En esta situación, explica, uno puede comprobar claramente el carácter de nuestro amor.
El muerto no puede exigirte ni suplicarte amor, no puede clamar pidiendo atención.
El muerto no puede recompensarte, de modo que no hay sospechas de un interés oculto en tal amor.
Por otro lado, si el amor se apaga, no podemos recurrir a la excusa de que el ser amado ha cambiado ; los muertos no cambian; entonces, si la relación amorosa ha cambiado, el que ha cambiado ha sido uno.
Hasta un relator de fútbol puede sentir la necesidad de ser un poquito sofisticado, alguna que otra vez. Y entonces, en lugar de decir "River gana dos a cero" , dice "River gana dos por cero". No sé quién habrá sido el inventor de esa afectación.
Y lástima que -por alguna regla no escrita ni enunciada pero por todos conocida- los resultados siempre se enuncian con la marca mayor en primer lugar ("2 a 0, nunca 0 a 2); sería divertido que alguna vez dijera: "River pierde dos por tres".
Son dos certezas (dentro del ámbito de la fe).
Ahora bien, se trata de dos certezas que pueden
enlazarse, una de la otra.
En los dos sentidos:
1. Puesto que Dios quiere mi salvación, debo obedecerlo
( obedecerlo para salvar mi alma).
O bien:
2.Puesto que debo cumplir su voluntad,
entonces, debo procurar mi salvación ( salvar mi alma para obedecerlo).
La segunda es más pura ... (dice Simone Weil).
Naturalmente, esto está muy cerca (incluso en sus cuadernos) de su otra anotación "Si mi salvación eterna estuviera sobre esta mesa como si fuera un objeto, y no tuviera más que extender la mano para tomarla... yo no lo haría sin haber recibido la orden"... y que a su vez es una especie de respuesta -inesperada- al último párrafo de la ética de Spinoza.
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...Lo que constituye la prodigiosa fortuna política del marxismo es ante todo esta yuxtaposición entre dos doctrinas pobres, sumarias e incompatibles entre sí.
La humanidad siempre ha hecho reposar en Dios la esperanza de saciar su sed de justicia. Desde que Dios estaba ausente de las almas había que perder esta esperanza, o basarla en la materia. Se precisa un aliado todopoderoso; si no es el espíritu, será la materia.
Se trata simplemente de dos expresiones distintas del mismo pensamiento fundamental. Sólo que la segunda expresión es defectuosa.
Es una religión mal construida. Pero es una religión. No es asombroso pues que el marxismo haya tenido siempre un carácter religioso. Tiene de común con las formas de vida religiosa más ásperamente combatidas por Marx un gran número de cosas, y especialmente el haber sido con frecuencia utilizada, para citar la fórmula de Marx, como opio del pueblo. Pero es una religión sin mística en el verdadero sentido de esta palabra.
No sólo el materialismo en general, sino la especie de materialismo propia de Marx debía asegurarle una vasta influencia. El siglo XIX creyó que la producción industrial era la clave del progreso humano. Era la tesis de los economistas, el pensamiento que permitía a los industriales matar de agotamiento a generaciones de niños sin el menor remordimiento. Marx simplemente tomó esta idea y la transportó al campo revolucionario, preparando así una especie muy particular de revolucionarios burgueses.
Pero estaba reservado a nuestra época el utilizar las obras de Marx al máximo. Pues la doctrina idealista, utópica, que contiene es preciosa para levantar a las masas, para impulsarlos a llevar un partido al poder, para mantener a la juventud en el estado de entusiasmo permanente necesario a todo régimen totalitario.
Y al mismo tiempo la otra doctrina, la doctrina materialista que congela todas las aspiraciones humanas con el frío metálico de la fuerza, proporciona a un estado totalitario un gran número de excelentes respuestas para las tímidas aspiraciones del pueblo.
En general, la yuxtaposición de un idealismo y de un materialismo igualmente sumarios y burdos es el carácter espiritual,
por decirlo así, de nuestra época.
El vicio de tal pensamiento no es la combinación del materialismo y el idealismo, pues deben estar combinados. Es situar esta combinación demasiado bajo; pues su unidad reside en un lugar que se encuentra por encima del cielo, fuera de este mundo....
Simone Weil
Una pasada por los blogs católicoyanquis:
- Una manera fácil de generar muchos comentarios
es preguntar: "Qué sentimientos nos inspiran ellos a nosotros ?"
Porque, o bien el lector es uno de nosotros y tiene sus
sentimientos hacia ellos, o bien es uno de ellos
y tiene ciertos sentimientos hacia nosotros, o no es de ninguno
y tiene sentimientos hacia ambos; y todo de esto de Internet
no tiene mucho sentido si uno no entiende cuánto tiene que ver
con la oportunidad de expresar sentimientos..."
Hoy (me entero ahora mismo, después de escribir lo anterior) nos informa que su viaje -hace tiempo está recorriendo iglesias... no sólo en el sentido físico...- ha encontrado un puerto -al menos por ahora- en la iglesia luterana.
"De todos modos, estoy más bien acampando que edificando una casa: todavía no estoy segura sobre el cristianismo en general, y además no sé mucho sobre el luteranismo".
Esperamos que le vaya bien, en el sentido más pleno de la expresión.
Para uno es una alegría y un consuelo; como la que se siente al ver niños jugando, pero más alto y mejor; o, para poner un ejemplo en el otro extremo: como el de presentir lejanamente la felicidad de Dios, y alegrarse de eso.
Y cuando salen los objetores a objetar que
"Yo contra las monjas no tengo nada; pero que trabajen, que ayuden
a los enfermos, que hagan algo; monjas que sólo rezan... para qué
sirven?"... dan ganas de contestar -mal-
que sólo verlas, sólo saber que ellas están, nos alegra y nos
da fuerzas; aunque sólo fuera para eso -pero no es para eso-,
aun medido en terminos así de inmanentes,
ya serían más útiles que cualquiera de estos objetores,
por lo común tan activistas en las ideas como estériles en las obras.
-«... y entonces, por más que al "hash" lo termina bautizando el padre, lo bautiza en nombre del hijo; así que está todo bien...»
Esta frase las escuché, hace un par de horas... y de mi propia boca.
Por la dudas, me apresuro a poner en contexto: se trataba de una mera miniclase de computación (programación orientada a objetos en lenguaje Perl).
( Sólo un lenguaje de programación inventado por Larry Wall podía tener un "keyword" religioso... Y sí, ya sé que "bless" es bendecir, no bautizar; pero para el caso, la traducción no es infiel).
Unamuno, Nietzsche y Kierkegaard es el título (irresistible para mí) de un artículo Andreu Navarra Ordoño. Sabroso.
Entresaco dos textos de don Miguel, escritos hace un siglo casi:
-
...nada me angustia hoy y aquí tanto como el espectáculo de la vulgaridad triunfante e insolente.
Siempre ha habido vulgo, no cabe duda; pero se me antoja que el vulgo de otros tiempos era más respetuoso que el de estos en que vivimos, que sabía ignorar y sabía respetar a los que sabían más que él.
¡Pero este vulgo que tengo que padecer! ¡Este vulgo al que la prensa le ha hecho creer que está informado y enterado de todo! ¡Este vulgo mimado, adulado a diario! ...
..¿Lo que cuente el periódico de mañana? Lo mismo que contó el de ayer.
Y esto sí que es una pequeña vuelta o revuelta eterna, espejo de la trágica "vuelta eterna" que torturó al pobre Nietzsche – y que era un pensamiento helénico-, como el sueño es espejo de la muerte.
Pequeña vuelta o revuelta eterna que es lo que llaman algunos revolución permanente. ¿Revolución? Motín y no más, con que se entretiene y se mantiene la estupidez comunal, a la que miman los que debieran correjirla...
En parecido sentido, creo yo, decía Simone Weil que "la revolución es el opio de los pueblos"...
(eso del correjir con 'j' ... no sé si es grafía arcaica válida o error de trascripción o qué, pero quede).
1944. Tolkien recibe carta de su hijo Christopher, desde el frente de guerra, en la que, entre otras cosas, cuenta de su dolor ante las costumbres blasfematorias de sus compañeros. Tolkien alude a eso en su respuesta:
Tanto las palabras sexuales como las sagradas han dejado de tener contenido alguno, salvo el fantasma de una pasada emoción.
No quiero decir que no sea malo pronunciarlas, y por cierto resulta fatigoso, triste e indigante; pero de cualquier modo no se trata una blasfemia en el pleno sentido de la palabra...
A mi tocayo le gustó el artículo sobre Chesterton; y sobre todo, esto de Averincev:
-
Un niño que aún no ha nacido reflexiona sobre el hecho de que lo dejaran entrar al mundo, aun cuando sólo fuera por un día, permitiéndole así participar en el juego y la batalla de la vida, lo cual para él constituiría una felicidad y un honor tan inmerecidos que jamás soñaría con quejarse, por muchas dificultades que hubiera, ni con enfadarse, por muchas ofensas que recibiera...
No se trata de optimismo y de ningún modo Chesterton llamaría así a su fe. El optimista considera que todo se da para que ocurra lo mejor y vencerá en la batalla; Chesterton estructura los acentos de distinta forma: la existencia no es un bien que depende de que las cosas se den para que ocurra lo mejor, sino del hecho mismo de estar en contraposición con el no ser, e independientemente de cómo se resuelva la batalla, debemos aceptar con gratitud precisamente su riesgo, su carácter indeterminado, aleatorio e imprevisible.
Con esto, como ya se ha dicho, está vinculada la libertad de elección de la persona. Al hombre se le da una oportunidad... ¿Qué más puede pretender? La aceptación que reconoce el riesgo transforma los objetos más comunes y habituales en espléndidas piedras preciosas, como en la perspectiva del niño que no ha nacido y sueña con el milagro del nacimiento...
"Chesterton child" (como lo llamaba el Padre O'Connor) no tiene la inocencia de los niños (si ellos realmente la tienen); pero observa como un niño el mundo, para él rico en maravillas, milagros y misterio.
Justo estos días que no tengo tiempo para nada me llegan mensajes que me llevaría varios días responder como quisiera...
Eduardo A. me escribe:
-
Modernos, tradicionalistas. Progresistas, reaccionarios.
Parece que la cuestión de fondo es la de los bandos.
Si puede haber bandos, si de hecho los hay, si es bueno que haya bandos, si hay que estar en algún bando.
Y hasta parece que hay un bando de los que no tienen bando.
Sin embargo...
La historia de los bandos es vieja. Desde el Génesis arrancamos con los bandos: "yo pondré enemistad entre tu linaje y el suyo".
Y sigue.
"El que no está conmigo, está contra mí".
"Y yo le diré a unos: «venid, benditos,...»";
Vírgenes necias y prudentes, el Israel de Dios y los gentiles, David y Goliat, Sansón y los filisteos, San Miguel y Lucifer.
River y Boca.
Distingamos, distingamos: la Ciudad de Dios y la Ciudad del Hombre.
Algo hay.
Personalmente, no me gustan los bandos institucionales (e institucionalizados), pero los hay. Y no me gustan porque siempre están mezclados con la tentación de la exclusividad, en lo que la exclusividad tenga de presuntuoso.
Pero de hecho y hasta por derecho hay bandos.
Los hombres podemos trivializarlo todo hasta el infinito, sectarizar, segmentar, partir un pelo en cuatro, ignorar la unidad, excluir, incluir, separar, cortar y dividir. Nada más que por razones frívolas. Podemos hacer lo opuesto por las mismas razones: apelmazar, amuchar, empastar, y llamar a eso unidad.
Pero eso es el abuso y el exabrupto propios de nuestra naturaleza.
Hay dos clases de divisiones, creo.
Una distingue lo distinto. No parece que haya que abandonar esta división por nada del mundo. Y hasta los distintos, bajo este aspecto, pueden ser uno "bajo otro aspecto": siempre y cuando las diferencias no sean tan contradictorias que anulen de raíz la unidad. Porque allí la unidad sería indiferencia ante las distinciones. Y eso es pecado, no primera y necesariamente moral: antes que nada un pecado de antirrealismo. Amontonar no es unir.
Otra clase de división es la que divide para reinar, es voluntad de poder. La exclusión me favorece. La separación hace un nuevo ser, a mi imagen y semejanza.
Pero si hay dos clases de división, correspondientemente hay dos clases de unidad.
"Que sean uno", ut unum sint.
Y es verdad. Pero lo simple no tiene ese problema. Lo simple no tiene que ser convocado a la unidad. Lo simple es uno.
Es ante alguna diversidad donde la unidad resplandece como una delicada y necesaria obra arquitectónica.
Cuando la unidad es indiferencia ante la diversidad no es bella. Y es perversa y pervertidora.
Cuando la división es indiferencia ante la unidad de la verdad es oposición al ser. E igualmente perversa y pervertidora.
"No hay motivo para pelearse" y "no tengo nada que ver con esa gente", son dos típicas ampulosidades humanas. Son dos leyes típicamente humanas, de cuando los hombres nos ponemos tan solemnes como un patético legislador universal.
Antes, algún otro lector me había -amablemente- señalado mi prurito en pegar palos a derecha e izquierda ("yo no soy de los unos ni de los otros"). Algo de esto y de aquello habrá. Lo cierto es que el problema de los sectarismos me resulta, hoy y a mí, de lo más acuciante. No estoy seguro de ver el asunto con los mismos ojos, de todas maneras. Claro que hay formas mentirosas de escapar de los "bandos"; pero bando no es lo mismo que secta, para empezar. Para seguir, yo no veo el centro del problema en los sectarismos "institucionales"... seguimos otro día.
Me dice Alejandro, de España:
-
...creo que lo que dices sobre la blasfemia responde a dos
psicologismos falaces: uno del tipo "se están cagando en mi bandera"
(como les pille, van a ver) y otro en plan "si yo fuera Dios, me
molestaría mucho que hablaran así de mí".
Me parece más profundo lo que (parcialmente) descartas: que, como sugería Weil a propósito del ateísmo, uno dispara contra una imagen que, precisamente por ser falsa, se merece sobradamente todos los disparos. De hecho, es falsa en cuanto a que no se corresponde con lo que merece más la pena llamar Dios o lo divino (eso que los místicos dicen, creo que con veracidad, haber experimentado), pero es un retrato bastante veraz del Señor de este mundo, llámalo Demiurgo, Satán, Poder o Gravedad. Ése sí puede ser bandera de facción e imagen nuestra proyectada: y en ese sentido, toda artillería es poca.
Etcétera. (Cómoda manera de decir que no tengo tiempo para explicarme mejor).
Baste por ahora esto: tengo la convicción de que la blasfemia "usual" (la que se ve en casi todos los weblogs, por ejemplo), no es en general disculpable, no es un signo de anhelo de pureza, sino que encierra una evidentísima mala voluntad; un asco que no está dirigido contra una "falsa imagen de dios", sino contra el mismo Dios, y que destiñe sobre todo el universo. No es sólo falta de fe, sino también (y acaso: sobre todo) de esperanza y de amor.
Me apunta Ignacio un nuevo milagro atribuible a la Madre Teresa de Calcuta (con lo cual su canonización estaría a un paso): la beata ha logrado que página 12 le dedique una crónica completa de la ceremonia de ayer sin una sola frase anticlerical, sin el más mínimo palo contra ella, contra el Papa ni contra la Iglesia. Impresionante.
Una monja con una bandera argentina en la beatificación de la Madre Teresa de Calcuta, hoy en el Vaticano [foto 5 en la galería].
También salió la foto en CNN; pero difícil que Clarín o La Nación la usen (el hábito de la monja es de la rama femenina de los del Verbo Encarnado, creo...), así que pongámosla acá.
Bien.
Nos alegramos juntos.
El Clarín dice que « el Pontífice dio el último paso antes de la canonización de quien es considerada por el mundo católico como la “santa en vida”» (??). Tal vez el periodista se macheteó de esto de la BBC: "when she was alive, Mother Teresa was called "a living saint". Habría que explicarle a nuestro compatriota que la madre Teresa murió hace varios años; y que cuando uno muere, automáticamente deja de ser considerado un santo (o lo que sea) en vida.
Por su lado, la BBC, entre la cobertura dedicada al aniversario del papado de Juan Pablo II, pone un interrogatorio (quiz) sobre el Papa. La pregunta 7 dice : "Cuál es el nombre del libro del Papa sobre sexo". Y entre las posibles respuestas, la primera es: "Sexo y la ciudad Santa"; no es la correcta, como sabrán (tampoco se trata exactamente de "un libro sobre sexo", pero bueh...), aunque, seguramente, es un título que los expertos en marketing hubieran preferido.
-
Mis dos enemigos son el cansancio y el asco
(asco físico a toda clase de objetos).
Tanto uno como otro me resultan casi invencibles y, llegado el caso y en determinadas circunstancias, pueden hacerme caer muy bajo.
Tengo que vigilarme.
El pensamiento de un hombre concreto nos provoca una reacción.
Dios es el único que no nos provoca actos reflejos.