fotos del apocalisis
      
Semana del 3 de Noviembre de 2002
 


Sábado, 9 de Noviembre de 2002
 
De la amada y el amado ( 4 de 4)

Simone Weil escribió bastante sobre el papel "femenino" del alma en su relación amorosa con Dios. Van algunos fragmentos (de "Espera de Dios", "Pensamientos desordenados", carta a M. Schumann...); por estar extraídos de distintos escritos, y por dedicarse a un tema central en el pensamiento de SW, las ideas naturalmente se repiten; pero eso no molesta, espero...

    ...la virtud transformadora del dolor y la alegría son igualmente indispensables. Hay que abrir a una y otra, cuando se presentan, el centro mismo del alma, como se abre la puerta a los mensajeros del amado. ¿Qué importa al amante que el mensajero sea cortés o brutal, si le tiende un mensaje? [...]
    No estamos en condiciones de avanzar verticalmente. No podemos dar un paso hacia los cielos. Dios atraviesa el universo y viene hacia nosotros. Por encima de la infinitud del espacio y del tiempo, el amor infinitamente más infinito de Dios viene a apoderarse de nosotros. Viene a su hora. Podemos consentir en acogerlo o rechazarlo. Si permanecemos sordos, vuelve una y otra vez como un mendigo, pero, como un mendigo, un día no vuelve. Si consentimos, Dios arroja en nosotros una semilla y se va. A partir de ese momento ya no tiene otra cosa que hacer y nosotros tampoco, sino esperar. Sólo que no debemos lamentar el consentimiento acordado, el sí nupcial.
    No es tan fácil como parece, pues el crecimiento de la semilla en nosotros es doloroso. Además, por el hecho mismo de aceptar este crecimiento no podemos evitar la destrucción de aquello que lo impediría, arrancar la cizaña, cortar las malas hierbas, y desgraciadamente esas malas hierbas forman parte de nuestra carne misma, de manera que esos cuidados de jardinero constituyen una operación violenta. No obstante, la semilla, a pesar de todo, crece sola. Llega un día en que el alma pertenece a Dios, en que no sólo consiente al amor, sino que verdadera, efectivamente, ama. Entonces debe atravesar a su vez el universo para ir a Dios. [...]

    ..el esfuerzo para mirar la pureza es algo muy difícil, muy violento, pero absolutamente distinto de lo que generalmente se llama esfuerzo, acto de voluntad. Serían necesarias otras palabras para hablar de él, pero el lenguaje no las posee. El esfuerzo por el cual el alma se salva se asemeja al esfuerzo por el cual se mira, se escucha, por el cual una novia dice sí. Es un acto de atención y de consentimiento.
    Por el contrario, lo que suele llamarse voluntad es algo semejante a un esfuerzo muscular. La voluntad pertenece al nivel de la parte natural del alma. El buen ejercicio de la voluntad es sin duda una condición necesaria de la salvación, pero lejana, inferior, muy subordinada, puramente negativa. El esfuerzo muscular del campesino arranca las malas hierbas, pero sólo el sol y el agua hacen crecer el trigo. La voluntad no opera en el alma ningún bien. Los esfuerzos de la voluntad sólo tienen un lugar en el cumplimiento de las obligaciones estrictas. Siempre que no hay obligación estricta, hay que seguir ya la inclinación natural, ya la vocación, es decir el mandato de Dios. Los actos que proceden de la inclinación no son evidentemente esfuerzos de voluntad. Y en los actos de obediencia a Dios, se es pasivo; cualesquiera sean las penas que los acompañen, cualquiera sea el despliegue aparente de actividad, no se produce en el alma nada semejante al esfuerzo muscular; hay sólo espera, atención, silencio, inmovilidad, a través del sufrimiento y la alegría. [...]

    Porque la voluntad es impotente para lograr la salvación la noción de moral laica es un absurdo. Pues lo que se llama moral sólo se refiere a la voluntad, y a lo más muscular -por así decirlo- que hay en ella. La religión, por el contrario, corresponde al deseo, y el deseo es el que salva.[...]

    La metáfora de la búsqueda de Dios evoca esfuerzos de voluntad muscular. Pascal, es verdad, contribuyó a la difusión de esa metáfora. Cometió algunos errores, especialmente el de confundir en cierta medida la fe con la autosugestión [*].
    En las grandes imágenes de la mitología y del folklore, en las parábolas del Evangelio, es Dios quien busca al hombre. Quaerens me sedisti lassus. En ningún pasaje del Evangelio se trata de una búsqueda emprendida por el hombre. El hombre no da un paso si no está empujado o expresamente llamado. El papel de la futura esposa es esperar.[...]

    La búsqueda activa es dañosa, no sólo al amor, sino también a la inteligencia cuyas leyes imitan las del amor. [...]

    Cuando se trata de bien verdadero, la búsqueda lleva al error. El hombre no debe hacer otra cosa que esperar el bien y rechazar el mal. No debe hacer esfuerzo muscular sino para impedir que el mal lo mueva. En la paradoja que constituye la condición humana, la virtud auténtica en todos los planos es algo negativo, al menos en apariencia. Pero esta espera del bien y de la verdad es más intensa que toda búsqueda. La noción de gracia en oposición a la de virtud voluntaria, la de inspiración en oposición a la de trabajo intelectual o artístico, son dos nociones que, si se las comprende bien, expresan esta eficacia de la espera y el deseo. Las prácticas religiosas están íntegramente constituidas por la atención animada de deseo. Por eso ninguna moral puede reemplazarlas.[...]

    Hay una especie de virginidad del alma respecto al bien que deja de existir una vez acordado el consentimiento, como deja de existir la virginidad de una mujer tras haber cedido a un hombre. Esa mujer podrá ser infiel, adúltera, pero jamas volverá a ser virgen. Por eso tiene miedo a la hora de decir que sí. El amor triunfa sobre ese miedo.
    Para cada ser humano hay una fecha, desconocida por todos y especialmente por él mismo, pero completamente determinada, más allá de la cual el alma no puede conservar su virginidad. Si antes de ese instante, eternamente fijado, no ha consentido en ser tomada por el bien, será inmediatamente tomada, a pesar de ella, por el mal. Un hombre puede, en cualquier momento de su vida, entregarse al mal, pues se entrega en la inconsciencia y sin saber que se introduce en él una autoridad exterior; el alma bebe un narcótico antes de entregarle su virginidad. No es necesario haber dicho sí al mal para ser tomada por él. Pero el bien no toma al alma más que cuando ella dice «». Y el temor a la unión nupcial es tal que ningún alma tiene poder para decir «sí» al bien en tanto la cercanía inmediata del instante en que su suerte será eternamente fijada no le presiona de manera urgente. En unos, el instante límite puede situarse a la edad de cinco años; en otros, a la de sesenta. Por otra parte, ni antes ni después de haberlo franqueado es posible situarlo, pues esta elección instantánea y eterna no aparece sino reflejada en la duración.

[*] La referencia a Pascal es sugestiva y merece más desarrollo. Simone rechaza expresamente la frase (tan impresionante y tan celebrada) que él pone -en sus "Pensamientos"- en boca de Cristo: "No me buscarías si no me hubieras encontrado"; y se entiende por qué... Pero también resulta interesante el otro aspecto de Pascal que Simone (seguramente en conexión con lo anterior) también le incrimina: el peligro de confundir la fe con un acto de autosugestión, de anonadamiento o de obstinación intelectual. Tal vez en otro momento...

Y falta (también quedará para otro momento, esto quedó demasiado largo) reconectar todo esto con la motivación original de la miniserie, y responder las objeciones previsibles...
En primer lugar, alguien opinará que esto suena demasiado "místico"; esa opinión no me importa demasiado.... Y alguien dirá que todo esto es muy lindo y muy edificante, en el mejor de los casos, pero que propiamente no dice nada sobre la sexualidad humana (ni sobre las relaciones -en general ni en lo específicamente sexual- de los seres humanos, ni por qué 'Cristo se encarnó como varón', ni por qué Dios es "padre" y no "madre", etc) : la mente "moderna" (profana) no verá en todo esto más que una "imagen" (en el mejor de los casos, apropiada y verdadera), un símbolo que uno "encuentra" en una cosa, pero que en verdad no forma parte de esa cosa, y no dice nada sobre su esencia. Pero esto nos llevaría a temas demasiado arduos: sobre todo, a la noción (perdida en la modernidad) de las cosas que hablan -en otros planos de existencia- como símbolos ... pero quién podrá hacer entender a los modernos que un símbolo no es necesariamente algo convencional e inesencial (yo no). Veremos...

hernan     (#001360)     9/11/2002  
 
Última parte del último volumen de la trilogía de Evelyn Waugh... duele un poco pensar que, una vez terminado esto, no me quedarán más novelas de Waugh por leer.

El protagonista, Guy, cuarenta años, inglés de familia católica tradicional, nada tonto, pero con una vida "vacía" la gravedad y la inercia de "la bola de bronce que cae en el vacío"; su mujer lo dejó, hace mucho tiempo, y Guy entró en la guerra con la esperanza de encontrar una "misión", algo para vivir y morir, pero enseguida se desilusiona. Es ahora 1943, está en Italia y lo han destinado a una misión a Croacia; hace pocos meses, su ex-mujer -que tras años de casamientos y divorcios, ha quedado en la miseria y embarazada de un tonto que había sido su peluquero y después un pseudo-héroe de guerra- ha vuelto a él; y él la ha aceptado, para escándalo de todos; ahora, a punto de empezar su nueva misión de guerra, va a confesarse a una iglesia derruida:

    Guy esperó, y cuando llegó su turno se arrodilló y dijo:
    - Padre, tengo deseos de morir.
    - Ahá. ¿Cuántas veces?
    - Casi todo el tiempo.
    La oscura figura detrás de la rejilla se acercó un poco más:
    - ¿Qué fue lo que dijo que desea ?
    - Morir.
    - Ah. ¿Ha intentado suicidarse?
    - No.
    - Entonces, ¿de qué se está acusando ? En estos tiempos, es bastante común el querer morirse. Incluso puede ser una buena disposición. ¿Tal vez se acusa de desesperación?
    - No, padre: de presunción. No estoy listo para morir.
    - Eso no es pecado. Un mero escrúpulo. Haga un acto de contrición por todos los pecados de su vida pasada de los que no se haya arrepentido.
    Después de la absolución dijo:
    - ¿Ud es extranjero?
    - Sí.
    - ¿No le sobran algunos cigarrillos?
Interesante... (será que uno se siente un poco tocado...). Ganas de morir por desesperación o por presunción... (vicios opuestos). Diremos que los extremos se tocan? Mejor, acaso, que la presunción en un plano ("ya estoy listo para morir, ya cumplí con la vida; ya estoy hecho") pueda verse como desesperación en otro ("no tengo nada que hacer en este mundo; no sirvo para nada; sáquenme de acá").
En conjunto, el polo opuesto (demoníaco?) del "buen deseo" de morir: del "Muero porque no muero" de Santa Teresa.
hernan     (#001359)     9/11/2002  
 
Paseando recién por Av. Corrientes, encuentro este dato: el "Cardenal" Domínguez, cantor de tangos que ya fue mencionado por acá, canta mañana domingo en el Bar "El estaño", calle Aristóbulo del Valle 1100, a las 19:00. Gratis.
hernan     (#001358)     9/11/2002  

Viernes, 8 de Noviembre de 2002
 
    Los eclesiásticos que viven en la ignorancia y en el error son ciegos que guían a ciegos. En ellos, el sol se convierte en tinieblas y, por lo tanto, en la vida de sus subordinados, la luna se convierte en sangre; sin duda, en sangre de corrupción y de crueldad [...]
    Los laicos no encuentran en nosotros lo que deben imitar, encuentran lo que quieren perseguir. Nos persiguen con calumnias, con injurias, con daños, con invectivas, con infamias. Hasta con espadas nos persiguen [...]
    Si la luz misma es tinieblas, ¡cómo será la oscuridad! Si nosotros que hemos sido puestos en la Iglesia de Dios para iluminar a los otros fieles con nuestra vida de buenas obras, marchamos por caminos tenebrosos, ¿puede sorprender que nuestros subordinados, que no tienen conocimiento ni inteligencia, caminen en la oscuridad, a ciegas, enceguecidos aún más por nuestro ejemplo? ¿Acaso no se nos reclamará la sangre de éstos, como si hubiera sido vertida por nuestras manos? [...]
    Tenemos que aceptar el hecho de que se nos acusa, con toda justicia, de ser los culpables de que el poder secular reclame para sí los juicios de la Iglesia. En efecto, no se ejerce la autoridad eclesiástica, no se siguen los consejos de la Iglesia; en vez de apoyarse en ellos se los combate. La espada de Pedro está embotada. Sus llaves no son tenidas en cuenta...

    Balduino de Ford - siglo XII
    Del tratado sobre "La corrupción de las costumbres en el clero y en el pueblo"
    Editado en "Tratados espirituales", Padres Cistercienses, Azul, 1998.

Gracias a Ignacio por el texto.
hernan     (#001355)     8/11/2002  
 
    LA CIERVA BLANCA

    ¿De qué agreste balada de la verde Inglaterra,
    de qué lámina persa, de qué región arcana
    de las noches y días que nuestro ayer encierra,
    vino la cierva blanca que soñé esta mañana?

    Duraría un segundo. La vi cruzar el prado
    y perderse en el oro de una tarde ilusoria,
    leve criatura hecha de un poco de memoria
    y de un poco de olvido, cierva de un solo lado.

    Los númenes que rigen este curioso mundo
    me dejaron soñarte pero no ser tu dueño;
    tal vez en un recodo del porvenir profundo

    te encontraré de nuevo, cierva blanca de un sueño.
    Yo también soy un sueño fugitivo que dura
    un tiempo más que el sueño del prado y la blancura.

    J. L. Borges

Bungo me envía este curioso (para mí; como desconocido) soneto en alejandrinos de Borges (el verso 7 se separa "le-ve-cria-tu-ra-he-cha" , no ? ). Curioso el "Duraría" (forma verbal poco "académica", coloquial: equivale más o menos a "probablemente duró"); la dureza del final del 8, y por otras cosas... A los ojos de Bungo, evoca el cuento de Tolkien , "Hoja de Niggle"... sobre todo por lo del "reencuentro" al doblar el recodo, supongo (reecuentro que no sería con lo mismo, sino en otro plano de realidad...; etc).

Rectifico: Había cometido un lapsus memoriae, evocando una supuesta ocasión en que Tolkien había asisitido a una conferencia de Borges; pero Bungo -que ha leído sus cartas- se mostró asombrado, yo volví a consultar a mi memoria, y advertí que había traspapelado mis autores: El que había asistido a tal conferencia era Mircea Eliade !; nada que ver... Busco la cita... acá está:

    Morrisete me presenta a Borges -casi ciego, el rostro surcado por las arrugas, movedizo, innumerables tics-. Borges se acuerda de Le Mythe de l'Eternel Retour y a atrae mi atención sobre el hecho de que el problema fue discutido por Hume (naturalmente, Hume, hablando de átomos, se había inspirado en Lucrecio, lo que no le he dicho).
    Extraña conferencia: Borges ha hablado durante cerca de una hora de The leaves of grass, sin ninguna pausa, sin buscar una sola palabra, sin ninguna duda, muy cerca del micrófono. No he captado si había improvisado o recitado un texto aprendido de memoria. Conferencia llena de observaciones interesantes.

    Mircea Eliade. Diario. 30 de enero de 1986

Curioso -y tenaz- el lapsus...

Bungo además me aporta dos cosas interesantes:
Primero, dice que le dijeron que María Kodama dijo que

    en un viaje a Escocia un profesor fanático de Tolkien se sentó junto a Borges y le leyó el primer capítulo de El señor de los Anillos. Calculo que esto debió ocurrir entre 1977 y 1984, cuando Borges viajaba acompañado de Kodama. Aparentemente no le interesó lo suficiente ya que después de esa oportunidad no siguió leyendo o haciéndose leer el libro.

También me agrega algunas cosas sobre la relación que ve entre el poema y la concepción artística de Tolkien...

    ...lo que dice Borges (-"leve criatura hecha de un poco de memoria y de un poco de olvido "-) se parece a la descripción que hace Tolkien de sus procesos creativos (esa descripción que aparece en la contratapa de los libros, cuando habla del "humus" ...
    Y la esperanza de que en un plano superior, en el porvenir, el soñador se reencuentre con su sueño, (ahora una cierva de "dos lados"), parece ser la esperanza (un poco secreta) de Tolkien con respecto a su obra. Sobre todo su esperanza de que su mundo secundario sea agradable a los ojos de Dios.

Está muy bien.

hernan     (#001354)     8/11/2002  

Miércoles, 6 de Noviembre de 2002
 
Masticando Rosarium Virginis Mariae, la carta del mes pasado de Juan Pablo II, sobre el Rosario:
    31. La escucha y la meditación se alimentan del silencio. Es conveniente que, después de enunciar el misterio y proclamar la Palabra, esperemos unos momentos antes de iniciar la oración vocal, para fijar la atención sobre el misterio meditado. El redescubrimiento del valor del silencio es uno de los secretos para la práctica de la contemplación y la meditación. Uno de los límites de una sociedad tan condicionada por la tecnología y los medios de comunicación social es que el silencio se hace cada vez más difícil. Así como en la Liturgia se recomienda que haya momentos de silencio, en el rezo del Rosario es también oportuno hacer una breve pausa después de escuchar la Palabra de Dios...

("así como en la Liturgia" ... Bueh ! Andá a decirle eso a tantos liturgistas de por acá ! Muchos parece que tuvieran horror al silencio ... efectos de la cultura de la televisión, tal vez ? Hace poco, en misa de domingo, en el momento en que terminaba la comunión -uno de esos momentos para el recogimiento y el silencio- los chicos de la parroquia preferían guitarrear y cantar ... un temita de Víctor Heredia !; claro, eso tiene "más onda"... )

    34.... Es importante que el Gloria, culmen de la contemplación, sea bien resaltado en el Rosario. En el rezo público podría ser cantado, para dar mayor énfasis a esta perspectiva estructural y característica de toda plegaria cristiana.

    En la medida en que la meditación del misterio haya sido atenta, profunda, fortalecida –de Ave en Ave – por el amor a Cristo y a María, la glorificación trinitaria en cada decena, en vez de reducirse a una rápida conclusión, adquiere su justo tono contemplativo, como para levantar el espíritu a la altura del Paraíso y hacer revivir, de algún modo, la experiencia del Tabor, anticipación de la contemplación futura: «Bueno es estarnos aquí»

Qué lindo esto...! La verdad, ha sido lo que más me tocado... Yo tendía, sí, a rezar el Gloria como la "rápida conclusión" (terminamos una decena!).
Esto me ha obligado a ubicarme un poco ...

    5. ... El Rosario forma parte de la mejor y más reconocida tradición de la contemplación cristiana. Iniciado en Occidente, es una oración típicamente meditativa y se corresponde de algún modo con la «oración del corazón», u «oración de Jesús», surgida sobre el humus del Oriente cristiano.
    ...
    26. El Rosario propone la meditación de los misterios de Cristo con un método característico, adecuado para favorecer su asimilación. Se trata del método basado en la repetición. Esto vale ante todo para el Ave Maria, que se repite diez veces en cada misterio.
    Si consideramos superficialmente esta repetición, se podría pensar que el Rosario es una práctica árida y aburrida. En cambio, se puede hacer otra consideración sobre el rosario, si se toma como expresión del amor que no se cansa de dirigirse hacia a la persona amada con manifestaciones que, incluso parecidas en su expresión, son siempre nuevas respecto al sentimiento que las inspira.

Esa "oración de Jesús" que comenta el Papa, de tradición oriental, se basa en la repetición constante de la jaculatoria " Señor Jesús, ten piedad de mí", siguiendo -en ciertas técnicas- el ritmo de la respiración... Más información acá.
Los lectores con más formación literaria que religiosa (como uno) se preguntarán si esto es acaso lo que rezaba -o intentaba rezar- Franny, el personaje del libro de Salinger.
Y así es. Y, de paso, el librito que leía Franny, existe y se consigue por ahí, con el título de "Memorias (o relatos) de un peregrino ruso"; y no está mal.

hernan     (#001353)     6/11/2002  
 
Ciclo de cine clásico en Malbacine.
hernan     (#001352)     6/11/2002  
 
Algunas otras citas literarias sueltas que se me han cruzado, sobre el tema de la risa, (que tengo pendiente)...

    Oh, cuando oigas el alud de nieve caer desde lo alto de la montaña helada; la leona que llora en el desierto la desaparición de sus cachorros; la tempestad que llega a su destino; el condenado que muge en la prisión, la víspera de ser guillotinado; y el pulpo feroz que cuenta a las olas sus victorias sobre los nadadores y los náufragos .... dime si estas voces majestuosas no son más bellas que la risa sarcástica del hombre.

    Lautremont . Cantos de Maldoror


    - Si bien lo mira -me dijo Inaudi-, eso que llamamos "lo cómico" proviene de alguna limitación o defecto que advertimos en un ser. ¿Y qué ser manifestado está libre de alguno, en su relatividad? Sólo el Gran Principio es absolutamente dramático.
    - ¿El ángel -inquirí yo- está fuera del Gran Principio?
    - Naturalmente.
    - Luego, el ángel es cómico.
    - Lo es, en la medida exacta de sus limitaciones.
    - Señor -le advertí-, en la Edad Media lo habrían quemado por eso.
    - En la Edad Media yo estaba bien escondido -repuso Inaudi benignamente.

    Leopoldo Marechal. El banquete de Severo Arcángelo


    Salí con calma del jardín y de la ciudad. Nadie se inquietó nunca por este suceso. Y ahora vivo en el mundo, en las grandes ciudades de la costa, pero si la alegría me asalta con sus estúpidas risas, pienso que soy el único hombre que se ha matado a sí mismo y sigue viviendo.

    Papini. Dos imágenes de un estanque

Este último cuento de Papini, incluido en "El piloto ciego" tiene miga para algún otro post que escribiré alguna vez.

hernan     (#001351)     6/11/2002  
 
Ya que estamos "metabloggeando" (post autoreferenciales): ayer fue el día con más visitas (465) de la historia de este weblog ( a pesar de que Google estos días me bajó el "page ranking" , de 5 a 4 ) ... curioso.
hernan     (#001350)     6/11/2002  

Martes, 5 de Noviembre de 2002
 
Como decía Chesterton, si es natural que la Iglesia Católica sea un misterio -en el mejor sentido de la palabra- para los que creemos, no puede esperarse menos que resulte un jeroglífico para los que no creen; pero, viendo las "opiniones" de tantos sobre el tema, a uno le asaltan preguntas más básicas: no ya ¿Qué es la Iglesia? , sino ¿Qué suponen ellos que es la Iglesia ? ¿Y -sobre todo- que suponen ellos que nosotros creemos ? ¿Cómo se imaginan que funciona nuesta mente ? ¿Piensa que bromeamos, que soñamos, que somos tontos o locos o qué ?
    Parte de la dificultad proviene indudablemente de la manera extravagante en que tanta gente se ocupa de la Iglesia, con una pasión mezclada de prejuicios. Es raro ver juntas tanta ignorancia y tan poca indiferencia. Les apasiona hablar de ella, y odian oir hablar de ella. Sobre todo, parece que odiaran preguntar acerca de ella.

    Chesterton. "The Thing", 1929

Más de diez años de católico, (y años anteriores del lado hostil, mamando revista Humor, etc) ya me han curtido el cuero, pero la cosa nunca me deja de asombrar.
Leo gente adulta, intelectual y nada estúpida, que cuando empieza a despotricar contra la Iglesia muestra una ignorancia que dan ganas de llorar; cosas que uno no esperaría ni en un preadolescente que acaba de descubrir al sabio Pergolini (he escuchado hace poco que "parecería que la Iglesia se niega a aceptar el divorcio porque así mantiene una fuente de ingreso de dinero: .... los honorarios por anulaciones matrimoniales!!!").
Y no hablemos de las periodistas que escriben esas notas para contratapas de Página 12, con el tema de la "moral sexual"...

    "La Iglesia dice que [...] Y yo no entiendo cómo pueden mantener que [...] .. y me pregunto cómo compaginan eso con [...] " ....
Preguntas retóricas, en el peor sentido de la palabra: es decir, preguntas que no quieren responderse: jamás una de esas periodistas se le ocurrirá acercarse a un cura (o a un católico (mínimamente intruido) a preguntar -por ej-: "Uds dicen que el sexo es sólo para la procreación, no ? Entonces, si una ha pasado la menopausia no puede tener sexo, no ? eh ? " (esta tremebunda "aporía" la he leído por ahí).

No quieren respuestas, (ni siquiera para disentir) no quieren hacer el esfuerzo de entender cuál es el cosmos espiritual en que vive un católico (ellos, tan comprensivos y tan multiculturales).
Lo único sustancial, lo único que hay debajo de ese mal maquillaje de "razones", es el viejo odio ; tan viejo como la misma Iglesia.
Ahora bien, eso de por sí no demuestra nada, claro está; (a lo sumo demuestra la "vitalidad" de esa Iglesia cuya muerte tantos muertos han anunciado) : podría ser que el odio fuera justificado. También podría decirse (en algunos ambientes, países, épocas....) que "tales católicos tienen los ateos que se merecen".
También podría recordarse la extraordinaria frase de Newman : "Si es verdad que al fin de los tiempos el Anticristo aparecerá a los ojos de muchos como el verdadero Cristo, también Cristo (la Iglesia) aparecerá como el Anticristo".
Podríamos darle su cuota de verdad a la frase del padre Castellani : Si la Iglesia repele... no será que en verdad es repelente?.

Podrían decirse muchas cosas, y se han dicho y seguirán diciendose, hasta que Jesús vuelva.

Mientras tanto, acá estoy yo, dándole al teclado de mi PC, haciendo este "blog" que -como dicen que pasa cuando uno escribe una novela- ha tomado sus propios caminos, distintos de los imaginados; y no sé cuál será su futuro. Bueno; la pregunta que me estoy haciendo, a cuento de todo esto, es : qué hago?
Pregunta un poco retórica, también...
Veamos; yo soy un mero católico laico (más laico que la media), muy poco informado, y sin la más mínima intención apologética; me molesta y me duele como es natural cuando alguien escupe sobre la iglesia (de la que formo parte, un lado; y que es "la novia de Cristo", por otro); y tengo alguna tendencia a la discusión, pero soy terriblemente impaciente con la tontería cuando viene acompañada de soberbia (y eso, ay! es frecuentísimo). Tengo además cierto horror instintivo ante las discusiones de abogados, unidimensionales (yo tiro para acá, vos tirás para allá), me parecen un peligro para mi propia salud; no quiero defender a la iglesia como a un partido político, ni como una ideología.
Juntando estas cosas (y otras), resulta lógico que le escape a la tentación de meterme en discusiones en ambientes hostiles.

Pero también es cierto que siempre hay gente "de buena voluntad". Es cierto que hay tiempos de hablar y de callar, y que a veces es un deber "dar razón de nuestra fe".
Y es cierto que uno conoce algo de esos raros casos en que las discusiones no son cruces de palabras con tripas apretadas, sino almas que aprenden a comunicarse, a conocerse y a estimarse; y que, como el mismo G. B. Shaw le decía por carta al mismo Chesterton (dos que vivieron discutiendo) "la pasión intelectual es al fin y al cabo la pasión más arrobadora de todas".

Claro que, igual, este no es ambiente para discusiones intelectuales. Pero estoy pensando, ahora que me pasé a MovableType, si me convendrá poner alguna de estas cosas: o bien un sistema de comentarios (no me convence...pero...); o tal vez, si armo "categorías" , una que sea de ... (de qué ? "apologética" ? noo! ... "catequesis" ? hummno... ) ... digamos, posts que expongan lo que un católico piensa de esos temas que todos los de afuera creen conocer.... y que acaso a alguno le interese saber; claro que tendría que cuidarme de no caer en "refutar" posts leídos en otros weblogs ... y de tantos otros peligros.

Veremos. Se reciben (por mail, por ahora) pareceres.

hernan     (#001349)     5/11/2002  
 
El corso triste de la calle Caracas, una de las historias de Alejandro Dolina; sin ser nada del otro mundo, es de lo poquísimo interesante y honesto que hay entre los nombres de la cultura argentina actual; al menos de la que tiene una mínima "salida" en los medios ... .
(la página tiene una errata: "los desafinamos" en lugar de "los desafiamos").
hernan     (#001348)     5/11/2002  
 
El mismo Gerard comete la amable extravagancia de acordarse de Leon Bloy, en el aniversario de su muerte (2 de noviembre de 1917).
Mea culpa, por haberlo dejado pasar... A ver, pongamos algo... un fragmento de una carta (respuesta a un amigo que le había enviado un folleto con pretensiones "filosóficas" y con las habituales frases desdeñosas hacia los "simples", que Bloy cita y no para rechazarlas....):
    ....yo carezco de toda aptitud filosófica; soy de esas "felices e ingenuas naturalezas nacidas para vivir muy cómodas en la clara luz de la evidencia".
    Me basta la Revelación, y su maestro habría podido clasificarme, desdeñosamente, entre "los niños bien educados que obedecen sin discutir"". Cuando obtengo una gracia, un milagro inclusive, que he pedido en mis oraciones, no tengo ni siquiera el pensamiento de asombrarme de ello, puesto que sé que está prometido y es exacto. Cuando la práctica del Sacramento de la Eucaristía me colma de gozo y me envuelve en su luz, ¡qué inmundo renegado sería menester que surgiera en mi interior para juzgar quimérica semejante dicha!
    Dice usted: "Nada ocurre que no esté determinado". ¿Determinado por qué, por quién? Usted imagina decirlo, pero no lo dice, en absoluto. "Nada sucede sin Su Orden o Su Permiso": eso es lo que enseña el Catecismo. Esto es claro para mí, para mi espíritu infantil. Entonces, ¿qué quiere que haga con sus filósofos? Ya tengo demasiados literatos y charlatanes en mis caballerizas.
    Cuando veo que debo practicar tal o cual virtud, confesar mis culpas y hacer penitencia por ellas ¿qué necesidad tengo de saber lo que ha podido determinar esos mandamientos de la Sabiduría infinita?
    "Yo no conozco otra cosa que Jesucristo; y Jesucristo crucificado", decía San Pablo, que fue el Apóstol de las Naciones. Eso me basta. Lo demás es viento helado y polvo. ...

Curioso que, con todo su desprecio hacia la filosofía, Leon Bloy fue el que (por así decirlo) "convirtió" a Maritain (y a su esposa Raissa y a su hermana Vera), y fue el padrino de bautismo de todos ellos.

hernan     (#001347)     5/11/2002  
 
Gerard Serafin señala un informe sobre cierta "liturgia - disco "... Proviene de un simpático sitio británico The mistery worshipper que visita iglesias cristianas (protestantes y católicas), "evalúa" la misa y el entorno (desde la comodidad de los asientos hasta la calidad del sermón y la liturgia en general) y envía un reporte, según un formulario estándar. Por lo que vi, el contenido suele ser sensato y objetivo, con discretas gotas de humor, fastidio y/o alegría, según el caso (no se trata de esos cazadores de herejías e irreverencias, que están siempre buscando defectos "del mismo palo").
El que señala Gerard es éste. Corresponde a una iglesia católica de EEUU.

    ... liturgia más bien escasa de sentido sacro, con atmósfera informal. El padre tiene un estilo litúrgico interesante: Dice "El Señor esté con ustedes!" señalando a los fieles con los índices, y después los apunta hacia arriba, en un gesto más acorde con una "disco" que con una iglesia. Y cuando los fieles respondemos "Y con tu espíritu", él replica: "Muchas gracias!".

Genial. Gerard comenta algo que me pica la curiosidad: que algunos sacerdotes dicen "El Señor está con ustedes" en lugar de "El Señor esté con ustedes " (o "con vosotros"!). Por acá también he escuchado eso, algunas veces (el domingo pasado, sin ir más lejos); y suelen ser los mismos curas de onda informal, que empiezan la misa con un simpático "Buenos días!".
No estoy seguro de entender por qué; no parece ser lo mismo, no? y tampoco entiendo si estas "libertades" están autorizadas en algún lado, o qué...

Otras sección del mismo reporte:

    In a nutshell, what was the sermon about?
    We all make mistakes.

Lindo. Me recuerda esa anécdota del chico que, al volver de misa, es interrogado por su padre:

    - ¿ Venís de misa ?
    - Sí, papá.
    - ¿De qué habló el cura en el sermón?
    - Del pecado.
    - Ah ... y ¿qué dijo del pecado ?
    - Estaba en contra.
hernan     (#001346)     5/11/2002  

Lunes, 4 de Noviembre de 2002
 
Un hermoso tanguito, de Aieta y García Giménez, Alma en Pena, cantado por Gardel con guitarras (1928). Con letra. En Real Audio o Windows Media.
hernan     (#001345)     4/11/2002  
 
Estoy empezando el tercer volumen de la trilogía sobre la segunda guerra de Evelyn Waugh ("Men at arms", "Officers and Gentlemen", y "The end of the battle" ).
Me gusta mucho Waugh, y esta trilogía me parece de lo mejorcito; lástima que sea tan difícil de encontrar en castellano... ese inglés me resulta demasiado rico (además de los términos militares) como para leerlo con comodidad...
Hoy, releyendo con este motivo algunas páginas de la biografía de Selina Hastings, me reencuentro con muchas cosas interesantes... :

Graham Greene -otro escritor católico inglés contemporáno de primer nivel... pero con un estilo (literario y religioso) muy diferente- le comentaba, un poco en broma y a propósito de su "Un americano impasible" que estaba comenzando, que tal vez no le vendría mal "dejar a Dios de lado por un tiempo".... (en lo literario, se entiende). Waugh le contestó:

    Hum... yo en tu lugar no dejaría a Dios de lado... Al menos no en estos momentos. Sería como si Wodehouse dejara de lado a Jeeves en medio de la saga de Wooster...

A Diana Cooper, que le dijo algo sobre lo "pomposo" que resultaban algunos de sus personajes ( probablemente también él mismo ...) contestó:

    Las mujeres no entienden la pomposidad. La mayoría de las veces se trata de una broma privada, una broma contra el mundo; es la última línea de defensa...

El segundo tomo de la trilogía, que terminé de mal-leer ayer, contiene -entre muchas otras cosas, sobre el fondo oscuro habitual- el personaje inolvidable del comandante cabo Ludovico: un tipo muy raro, desequilibrado, al borde del suicidio y del crimen, y con un humor inquietante... El tipo escribía un "Diario", con "reflexiones" y anotaciones descriptivas ... como por ejemplo:

    El Mayor Hound es calvo, y tanto su rostro como su calva brillan. Por la mañana temprano, tras la afeitada, hay un brillo seco. Una hora después empieza a transpirar y hay un brillo húmedo.
    Las manos del Mayor Hound empiezan a transpirar antes que su rostro. La parte superior de su cabeza permanece siempre seca. La traspiración comienza dos pulgadas por encima de sus cejas, y no alcanza a abarcar su cabeza calva.
    Fuma con boquilla ; ¿para proteger sus dientes y sus dedos de la suciedad, o para mantener el humo lejos de sus ojos ? Frecuentemente ordena a sus subordinados vaciar su cenicero.
    El Capitán Crouchback menosprecia al Mayor Hound; pero el Coronel Blackhouse lo encuentra útil. Por mi parte, apenas soy consciente de la existencia del Mayor Hound. Es para fijarlo en mi mente que me ocupo en anotar estas observaciones.

Más tarde, Crouchback (Guy, el protagonista) lo encara:

    - Me he enterado que Ud. escribe un diario.
    Ludovico lo miró con su desconcertante mirada gris-rosada.
    - Dudo que pueda llamarse así, señor.
    - ¿Ud se da cuenta de que cualquier escrito que pueda caer en manos enemigas está sujeto a la censura?
    - Así lo he entendido siempre, señor.
    - Temo entonces que tendré que pedirle que me permita verlo.
    - Muy bien, señor. -Sacó su anotador del bolsillo- Mi máquina de escribir ha quedado con el resto del equipo, señor. No sé si le resultará legible.
    Guy leyó:

      "El capitán Crouchback tiene gravedad. Es como la bola de bronce, que cae en el vacío no más rápido que una pluma"

    -¿Eso es todo lo que ha escrito?
    -Sí, señor; desde que abandonamos el campamento.
    - Ya veo... Bueno, no creo que eso pueda comprometer nuestra seguridad. Lo que me pregunto es cómo se supone que yo debo tomar eso.
    - No estaba destinado a ser leído por Ud., señor.
    - En realidad, nunca he terminado de creer esa teoría sobre las plumas en el vacío.
    - No, señor. Suena totalmente antinatural. Yo lo usé en un sentido meramente figurado.

hernan     (#001344)     4/11/2002  
 
Grace me manda un ensayo muy interesante de Baudelaire sobre la risa, que desconocía. Va por ahora un fragmento:
    ... El sabio sólo ríe temblando. De qué labios colmados de autoridad, de qué pluma perfectamente ortodoxa ha caído esta extraña y sobrecogedora máxima? Nos viene del rey filósofo de Judea? Hay que atribuirsela a Joseph de Maistre, ese soldado animado del Espíritu Santo? Tengo un vago recuerdo de haberla leído en uno de sus libros, pero dada como cita, sin duda. Su severidad de pensamiento y de estilo se acomoda a la santidad majestuosa de Bossuet; pero el giro elíptico del pensamiento y su fineza quintaesenciada me inclinarían más bien a atribuirle el honor a Boudaloue, el implacable sicólogo cristiano. Esta máxima singular no deja de presentarse a mi espíritu desde que concebí el proyecto de este artículo y he querido liberarme de ella desde el comienzo.
    Analicemos, en efecto, esta curiosa proposición:
    El Sabio, es decir, el que está animado por el espíritu del Señor, el que posee la práctica del formulario divino, no ríe no se abandona a la risa, sino temblando. El Sabio tiembla de haber reído; el Sabio teme la risa, como teme los espectáculos mundanos y la concupiscencia. Se detiene al borde de la risa, como al borde de la tentación. Según el Sabio, hay, pues, cierta contradicción secreta entre su carácter de sabio y el carácter primordial de la risa.
    En efecto, para desflorar sólo de pasada recuerdos más que solemnes, haré notar - cosa que corrobora perfectamente el carácter oficialmente cristiano de esta máxima - que el Sabio por excelencia, el Verbo Encarnado, no rió jamás. A los ojos de Aquel que lo sabe todo y que todo lo puede, lo cómico no existe. Y, sin embargo, el Verbo Encarnado conoció la cólera y hasta conoció las lágrimas.

    De modo que retengamos bien esto: en primer lugar, tenemos un autor - un cristiano, sin duda - que considera que el Sabio se detiene mucho antes de permitirse reír, como si debiera quedarle por ello no sé qué malestar y qué inquietud, y en segundo lugar, que lo cómico desaparece desde el punto de vista de la ciencia y del poder absolutos. Ahora bien, invirtiendo ambas proposiciones, resultaría de ello que la risa es generalmente patrimonio de los locos, y que implica siempre mayor o menor suma de ignorancia y flaqueza.
    No quiero yo embarcarme, aventureramente, sobre la mar teológica, para lo cual no estaría sin duda munido de brújula ni de suficientes velas; me contento con indicar al lector, señalándoselos con el dedo, esos singulares horizontes.

    Cierto es, si queremos colocarnos en el punto de vista del espíritu ortodoxo, que la risa humana está íntimamente ligada al accidente de una antigua caída, de una degradación física y moral. La risa y el dolor se expresan por medio de los órganos en que residen el comando y la ciencia del bien o del mal: los ojos y la boca. En el paraíso terrestre (ya se lo suponga pasado o futuro, recuerdo o profecía, como los teólogos o como los socialistas), en el paraíso terrenal, es decír, en el ambiente en que parecíale al hombre que todas las cosas creadas eran buenas, la alegría no se manifestaba por medio de la risa. Como ninguna pena lo afligía, su semblante era sencillo y liso, y la risa que agita ahora a las naciones no deformaba los rasgos de su rostro. La risa y las lágrimas no pueden aparecer en el paraíso de delicias. Ambas son por igual las hijas de la pena, y han sobrevenido porque al enervado cuerpo del hombre le faltaban fuerzas para reprimirlas. Desde el punto de vista de mi filósofo cristiano, la risa de sus labios es signo de tan gran miseria como el llanto de sus ojos...

También Lautremont -menos aristócrata en el estilo y en el pensamiento que el gran Baudelaire- decía algunas cosas nada risueñas sobre la risa, pienso ahora... Veremos si la seguimos con el tema.

hernan     (#001343)     4/11/2002  
 
Poca actividad este fin de semana, estoy tomando confianza con el MT. Aprovecho para despedirme de Blogger, agradeciendo los servicios prestados.
También aprovecho para despedirme de mi anterior proveedor de hosting (doteasy) que (por el mismo precio de Blogger) me dio un buen servicio.
hernan     (#001342)     4/11/2002