“Cumplir”

Nuestras vidas están jalonadas de proyectos abortados y de decisiones mal mantenidas, notas de la debilidad y de la inconstancia humanas. El Dios omnipotente y fiel, en cambio, no se da por satisfecho con obras no acabadas: la Biblia entera da testimonio del cumplimiento de sus designios.

Cumplir dice más que hacer: los términos traducidos por esta palabra evocan la idea de plenitud (hebr. malé; gr. plerun), o de acabamiento (hebr. kalah; gr. telein) y de perfección (hebr. tamm; gr. teleyun). Se cumple, o remata, una obra comenzada 1Re 7,22 Act 14,26, es decir, se la lleva a término. Se cumple una palabra, una orden o una promesa: la palabra es como un molde hueco, en el que debe verterse la realidad; es la primera etapa de una actividad, que debe proseguirse y alcanzar su fin.

1. Palabra de Dios y ley.

La palabra de Dios, más que ninguna otra, tiende a cumplirse: «La palabra que sale de mi boca no vuelve a mí vacía» Is 55,11. Dios «no habla en vano» Ez 6,10. Su ley, sus órdenes exigen obediencia Ex 20 y finalmente la obtendrán Dt 4,30s 30,6ss Ez 36,27.

2. Profecías.

Las profecías divinas, tarde o temprano se realizan: «Ha tiempo predije... de improviso obré, y todo se ha cumplido» Is 48,3 Zac 1,6 Ez 12,21-28. El cumplimiento es la marca de Dios, que garantiza la vocación de un profeta y la autenticidad de su mensaje Dt 18,22. El AT afirma más de una vez que de hecho tal acontecimiento se ha producido «para cumplir la palabra de Yahveh» transmitida por un profeta. De esta manera se presenta la conservación del linaje de David y la construcción del templo 1Re 8,24, la marcha a la cautividad y el retorno para la reconstrucción del templo 2Par 36,21ss Esd 1,1s. Estas realizaciones pasadas son prenda de los cumplimientos futuros.

3. Los tiempos se cumplen.

El cumplimiento, por muy repentino que sea a veces, no se produce al azar, sino «a su tiempo» Lc 1,20, al término de una especie de gestación. Para que se realice una palabra es preciso que «se cumpla su tiempo» (p.c., Jer 25,12), y para que se realice el entero designio de Dios será preciso que llegue la plenitud de los tiempos Ef 1,10 Gal 4,4 Mc 1,15.

NT: «SE HA CONSUMADO»

En efecto, el tiempo por excelencia del cumplimiento es el del NT. Los evangelistas, sobre todo Mateo, se aplican a convencernos de ello.

1. Profecías.

La fórmula «para que se cumpla lo que había sido dicho por...» se halla diez veces en Mt, en el caso de la concepción virginal y de la huida a Egipto, de la curación de los enfermos, de la enseñanza en parábolas, de la entrada triunfal en Jerusalén, de los denarios de Judas... Fórmulas análogas se encuentran en los otros evangelios. Estas observaciones de detalle tienen por objetivo hacernos comprender que todo el AT estaba orientado hacia la revelación de Jesús; los cumplimientos que en él se subrayaban no eran sino una lenta preparación para la plena realización del designio de Dios en la existencia terrena de Jesús.

En esta misma existencia no todos los cumplimientos se sitúan al mismo nivel. Uno de ellos, y sólo uno, se designa como una «consumación»: la muerte de Jesús en la cruz. En la fórmula de Jn 19,28 «para que se cumpliese la Escritura», el verbo teleyum reemplaza al habitual plerun, y el contexto insiste mediante la repetición del «se ha consúmado» 19,30. Lc no emplea este último verbo sino en relación con la pasión Lc 12,50 18,31 22,37, y según la Epístola a los Hebreos Jesús se cumplió, se llevó a término por su pasión Heb 2,10 5,8s.

Así pues, todos los cumplimientos de la historia sagrada están orientados hacia la venida de Cristo, y en la vida de Cristo todos los cumplimientos de la Escritura culminan en su sacrificio; así fue como «en él todas las promesas de Dios tuvieron su sí» 2Cor 1,20.

2. La ley.

La palabra de Dios no es sólo promesa, sino también exigencia. En el sermón de la montaña, hablando Jesús de la ley proclama que no vino para «abolir, sino para cumplir» Mt 5,17.

El contexto nos da a entender que Jesús, lejos de suprimir la ley mosaica, profundiza sus preceptos: extiende la exigencia hasta a la intención y al deseo secreto. Pero sobre todo renueva la ley, la hace «perfecta» Sant 1,25, revelando plenamente su exigencia central, que da la clave de todas las otras, el mandamiento del amor. Allí se encuentran la ley y los profetas, resumidos y elevados a su perfección Mt 7,12 22,40 p.

Por lo demás Jesús: para «cumplir la ley», no se contenta con promulgar su mandamiento; él mismo, al que «conviene cumplir toda justicia» Mt 3,15, realiza en su persona y en la de sus creyentes todo lo que exige: su sacrificio es la culminación del amor Jn 15,13, como también es su fuente; Cristo, «llegado a su cumplimiento» o consumación Heb 5,9, por el mismo hecho «consumó (o perfeccionó) a los santificados» Heb 10,14 Jn 17,4.23.

Semejante cumplimiento de la antigua ley puede presentarse sin paradoja como su abrogación. Cuando llega lo que es perfecto, halla fin lo que es parcial 1Cor 13,10. Tal es el punto de vista de san Pablo. Por una parte, la caridad que resume la ley, la domina y la informa, suprimiendo de hecho la esclavización a las prescripciones. «El que ama al otro ha cumplido la ley» Rom 13,8 Rom 13,10 Gal 5,14. Por otra parte, el espíritu legalista queda minado por su base; el hombre no puede pretender forjarse su perfección cumpliendo la ley. «Para que la justicia de la ley se- cumpliera en nosotros» fue necesario que Dios enviara a su Hijo Rom 8,3s y que por su Hijo recibiéramos el Espíritu. Por esta razón «no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia» Rom 6,15.

La realización de obras es requerida por el dinamismo mismo de la gracia Col 1,10s. En las obras se cumple o consuma la fe Sant 2,22 Gal 5,6, y asimismo el amor de Dios 1Jn 2,5 4,12. Pero estas realizaciones se sitúan en los antípodas del legalismo combatido por Pablo: no se trata ya de un andamiaje humano, sino de una fecundidad divina Gal 5,22s Jn 15,5.

3. Fin de los tiempos.

La obra consumada en la cruz de Cristo se despliega de esta manera en el tiempo hasta que venga «el fin del mundo» Mt 24,3 p anunciado por el AT y por el NT (día del Señor), que será la manifestación plenaria del cumplimiento del designio de Dios en Cristo 1Cor 15,23s.

hjg.com.ar - Última actualización: 14-junio-2009
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