"Cuando os persiguieren en una ciudad, huid a otra. Porque os digo, en verdad, que no habréis acabado de instruir todas las ciudades, antes de que llegue el Hijo del hombre". (v. 23)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,1
Después de haberles hecho las terribles profecías de lo que había de acontecer después de su crucifixión, de su resurrección y de su ascensión, les conduce a otros pensamientos más dulces; porque no les mandó el que fueran con arrogancia a la persecución, sino que huyeran de ella. Por eso les dice: "Y cuando os persiguieren, huid"; usa este lenguaje condescendiente porque estaban ellos aún al principio de su conversión.
San Jerónimo
Todo esto se refiere a aquel tiempo en que los Apóstoles eran enviados a predicar; por eso les dijo con toda propiedad: "No vayáis por el camino de los gentiles". Porque no debían tener miedo a la persecución, pero sí debían evitarla. Es precisamente lo que hicieron los primeros fieles, cuando se levantó en Jerusalén la persecución contra ellos; en seguida se dispersaron por toda Judea ( Hch 8) y de esta manera la persecución vino a ser la escuela del Evangelio.
San Agustín, contra Fausto, 22, 39
La razón de por qué el Salvador les manda huir y dio El mismo primero el ejemplo, no es porque fuera incapaz de defenderlos, sino para enseñarles la debilidad humana y para que no se atrevieran a tentar a Dios en cosas que ellos podían y era conveniente que evitaran.
San Agustín, de civitate Dei, 1, 22
Pudo muy bien haberles aconsejado que se valiesen de sus manos, para no caer en las manos de sus perseguidores. Pero esto ni lo mandó ni lo aconsejó, porque quiso que no dejaran esta vida de esa manera aquellos a quienes prometió que El mismo iría a prepararles la mansión eterna y es bien claro, que, a pesar de los muchos ejemplos que puedan oponer los que no conocen a Dios, esto no es lícito a los que creen en un solo Dios verdadero.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,1
A fin de que no se pueda decir: ¿A qué viene esto, si cuando nos persiguen nos vamos a otro país y de éste nos arrojan también?, el Señor desvanece esta creencia, diciéndoles: "En verdad os digo, que no habréis recorrido todas las ciudades de Israel, hasta que llegue el Hijo del hombre". Es decir, no llegaréis antes que yo cuando venga por vosotros, aun cuando recorráis toda la Palestina.
Rábano
O bien les predice, que no todas las ciudades de Israel habrán adoptado la fe que ellos predicaban, antes de la resurrección del Señor y de que les sea permitido predicar el Evangelio en todo el mundo.
San Hilario, in Matthaeum, 10
O de otro modo: les aconseja huir de ciudad en ciudad, porque la predicación de su palabra pasó huyendo de Judea a Grecia y diseminada por todas las ciudades de Grecia por diferentes persecuciones de los Apóstoles, se detiene al fin en todas las naciones. Mas, a fin de hacer ver que todas las naciones, convertidas al Evangelio por las palabras de los Apóstoles, lo mismo que todo el resto de Israel, no debían la fe que tenían más que a su venida, dice: "Vosotros no recorreréis todas las ciudades"; es decir, después de la plenitud de las naciones, lo que quedare de Israel para completar el número de los Santos, vendrá a reunirse a la Iglesia en la futura venida de la resurrección de Cristo.
San Agustín, epístola 228
Hagan, pues, los servidores de Cristo lo que El les ha mandado, o les ha permitido: así como El huyó a Egipto, huyan también ellos de ciudad en ciudad, especialmente cuando sea buscado alguno de ellos por los perseguidores. Pero no abandonen la Iglesia aquellos que no son buscados, sino que permanezcan al frente de ella, a fin de dar el alimento a aquellos que no podrían vivir sin ellos. Y cuando fuere el peligro común a todos (a los obispos, a los clérigos y a los laicos), los que necesitan de los otros no sean abandonados por los que les pueden ayudar, o refúgiense todos reunidos en sitios seguros, sin que sean abandonados los que tienen precisión de permanecer, de aquellos que deben atender a sus necesidades espirituales, a fin de vivir todos reunidos, o de sufrir todos reunidos los tormentos que el Padre de familia les enviare.
Remigio
Debe tenerse presente, que así como el precepto de no huir en las persecuciones comprende especialmente a los Apóstoles y a los hombres fuertes que les sucedan, así también el permiso de huir fue conveniente a aquellos que estaban débiles en la fe, con los cuales tuvo mucha condescendencia el piadoso Maestro, no sea que al ofrecerse con gusto al martirio, una vez puestos en los tormentos, abjuraran de la fe. Mejor es huir que negar. Y aun cuando los que huyen no dan muestras de esa constancia de la fe perfecta, sin embargo, en la misma huida tienen su mérito; porque dan a entender con la huida, que están preparados a abandonar todas las cosas por Cristo. Y algunos, si no se les hubiera dado el permiso de huir, hubieran dicho que ellos eran declarados indignos de la gloria del reino celestial.
San Jerónimo
Podemos nosotros decir en sentido espiritual: Cuando fuéremos perseguidos en una ciudad (esto es, en un libro, o en un pasaje de las Escrituras), huyamos a otras ciudades (esto es, a otros pasajes); porque aunque fuere disputador el perseguidor, el auxilio del Señor nos vendrá antes de que los contrarios alcancen la victoria.