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He leído en un periódico, hace unos días, que alguien se había dirigido al
«Centre d'informations» recientemente creado en París, para pedir
una fotografía de Atila.
No sé si es cierto.
Y de repente me siento irritado y dispuesto a reaccionar contra la
ironía risueña que exhibía el autor del artículo.
¿Por qué la ignorancia de los
acontecimientos históricos o de la cronología nos parece tan grave? Es un signo -un
síntoma de nuestra época-: ya no podemos ignorar la Historia porque pretendemos ser
exclusivamente su obra.
De ahí toda nuestra educación escolar o extra-escolar. Tiene
cada vez más en cuenta la Historia o la cronología.
Esto me hace pensar en otras culturas, en la cultura hindú por ejemplo (hablo aquí,
por supuesto, de la cultura tradicional): casi nadie conoce el siglo -ni siquiera
aproximativamente «la época»- en que vivieron los grandes personajes históricos.
Esta indiferencia por la cronología es general y
tiene un sentido profundamente filosófico.
La educación se hace en dos planos -los únicos planos teóricamente válidos para la
India-: La metafísica (es decir, la liberación) y la tradición. El joven aprende dos
cosas esenciales: si su educación está orientada hacia la metafísica, estudia el ser y
el no ser, la ilusión y la libertad, etc. Si permanece en el mundo, la educación le
revela la tradición: que tampoco se encuentra obsesionada por la cronología y la
historia.
El joven o la joven aprenden a andar, a saludar, a comer, a hablar, a rezar,
etc. La joven india conoce mejor al hombre, la sexualidad y el matrimonio que la joven
occidental, incluso cuando a esta última la abrazaron desde los
diez años y conoció el amor físico a los catorce o quince.
La educación tradicional india revela el sentido de todos esos innumerables
gestos y comportamientos que constituyen la vida civil y personal.
¿En qué medida la mujer que
ha aprendido quién es Atila y sabe en qué siglo vivió es superior
a la joven india que sabe comportarse
ante su familia y ante los extranjeros,
que sabe lo que significa el amor y la sexualidad,
que sabe cómo hay que mirar el cielo, las aguas, la tierra, cómo
cortar flores, cómo dirigirse a los árboles y tantas otras cosas
¿Quién está mejor informado y de manera más esencial sobre el ser sobre el hombre?
Del Diario de Mircea Eliade
4 de noviembre de 1952
Murió José María Gironella, escritor español (catalán) autor de la trilogía sobre la Guerra Civil, (bestseller, el primer tomo nomás vendió seis millones de copias). Yo leí los dos primeros tomos de la trilogía: Los cipreses creen en Dios, y Un millón de muertos, y me parecieron muy bien. Recomendado para cualquiera que guste -como yo- de las novelas largas (esos dos tomos cubren más de 1600 páginas...) y le interese el tema...
Por cierto, el tipo fue escupido desde la derecha franquista en su momento, y desde la izquierda progresista después (y ahora). Buen síntoma -anque de ningún modo suficiente- dada la posición "ecuménica" en que trata de ponerse... (entendida la palabra en el buen sentido: como el esfuerzo de limpiarse de pasiones partidarias-carnales para discernir el bien; no como centrismos vergonzantes y tibios).
Dice una de esas frases que 'Todos, de cuando en cuando decimos alguna estupidez; lo grave es decirla con énfasis'.
Si a eso le restamos la disculpa de lo repentino, si sabemos que una frase fue pensada y repensada, para que la recojan y difundan los medios periodísticos... la cosa es más grave.
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“Es como el cuento de Cenicienta, pero democrático."
De Elisa Carrió, sobre la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva a la presidencia de Brasil
No es la primera vez que recibo alguna elogio sobre el weblog... matizado con la salvedad de que (parafraseando) "sacando los posts sobre religión, me gusta".
Se agradece mucho, desde ya...
Ahora... me temo que eso no es muy diferente a decir "Me gusta Shakira, salvo cuando canta".... no ? (espero que no)...
Hoy es el cumpleaños de Tolkien; la noticia salió en todas partes, desde el weblog de Amy hasta nuestro prestigioso matutino La Nación.... Por qué ? Por la película, en buena parte, pero también porque se da el hecho curioso de que son (serían) 111 años ... y esa es justamente la edad que cumplía Bilbo al comienzo de la historia. (La Nación hasta metió una foto de Bilbo , con un epígrafe alusivo... pero la pifiaron, porque se trataba de Elijah Wood - Frodo ... ya la arreglaron).
Tengo un cariño y una admiración enorme
por Tolkien y su obra. Leí el Señor de los Anillos
en mi adolescencia (conocido a través de una
revista "Humor y Juegos"...); pero poco después
(entre 18 y 22 años, digamos) me metí (o caí)
en un mundo
literario-filosófico-moderno-ateo
(Schopenhauer, Sartre, Cortázar...) más bien
depresivo y muy poco hobbítico ... entre otras cosas.
Cuestión que en aquel entonces no tenía mucho aprecio
por Tolkien: literatura de segunda.
A los 25, ya en otro mundo, un amigo literato y católico
que acababa de conocer, me hizo -previa examinación
de mi precario y accidentado curriculum libresco-
un par de recomendaciones :
"Vos tendrías que leer
a dos escritores: Lewis y Tolkien".
"¿Tolkien?", pregunté yo, asombrado ... "¿cuál
Tolkien, el del Señor de los Anillos?"
"Sí.. lo leíste ?"
"Sí... pero hace mucho... y no creí que valiera gran cosa..."
Mi amigo me animó a releerlo, asegurándome -sin más explicaciones-
que se trataba de una de las obras católicas más grandes del siglo XX. Yo asentí con un poco de escepticismo.
Y lo releí desconfiado ...
temía que se tratara de leer en clave ,
y siempre me repelieron esas cosas... pero no se trataba
de eso. No se trataba de alegorías, ni de
mensajes ocultos, por suerte.
No más oculto que el mensaje de la belleza de los lirios del campo, al menos.
Me terminé de enamorar de Tolkien con el Silmarillion,
Hoja de Niggle, y las Cartas.
Hoy, en plena moda tolkieniana, me da un poco
un poco de incomodidad hablar de Tolkien en el tono
en que yo quiero hablar... uno no quiere parecerse
a esos proselitistas que ensucian todo lo que tocan.
Igual, nunca este weblog se ha caracterizado por
cuidarse mucho por no desagradar... así que, a pesar
de eso, hablo y seguiremos hablando..
Vayan por ahora unos links, católicos, del sitio e-cristians.net, que me hace llegar Pablo Ginés, de la Asociación Tolkien Española, con quien nos conocimos hace unos años en esas listas de correo...
- Tolkien y cristianismo, Carlos Márquez
- El Señor de los Teólogos, P. Ginés
- Las Dos Torres y la esperanza P. Ginés.
Pregunta a los lectores del blog: ¿hay algún interesado por ahí en solicitar autorización para la celebración de la misa de acuerdo con el Misal Romano de 1962 (la misa "tridentina", bah) al Arzobispado de Buenos Aires? Tengo entendido que ya se ha hecho y con resultados adversos, pero agradeceré las respuestas que me envíen sobre este tema.
Cismáticos, cripto-cismáticos, impugnadores del Concilio Vaticano II y del "Novus Ordo Missae", buscapleitos y furibundos de toda laya abstenerse, por favor. Gracias.
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...
Ahora bien, llegó el rumor al campamento en Hithlum de la marcha de
Fingolfin y de sus seguidores, que habían cruzado el Hielo Crujiente; y todo el
mundo estaba entonces asombrado por la llegada de la Luna.
Pero cuando las huestes de Fingolfin entraron en Mithrim, el Sol se levantó flameante en el oeste; y Fingolfin desplegó los estandartes azules y plateados, e hizo sonar los cuernos, y las flores se abrieron delante de él mientras marchaba, y las edades de las estrellas habían concluido.
J. R. R. Tolkien
El Silmarillion
Desde los siglos de los siglos, pero más en estos siglos, muchos de las clases sociales vecinas a la intelligentzia (desarraigados, cínicos, sofisticados) han despreciado las fiestas.
- Odio las fiestas ... No me gustan ... No sé qué sentido tienen ... Son un embole ...
Basta con recorrer weblogs.
Y en estos tiempos y lugares que esa sofisticación
está masificada; y -como decía Nietzsche- no resulta
fácil encontrar quienes se alegran de las fiestas.
Ni del ocio. La palabra "domingo"
no evoca más que el vacío, algo así como la muerte.
Si no hay "diversión" (en la acepción de "distracción"...
que bien puede proveer el mismo trabajo), viene
la angustia de no saber qué hacer con el tiempo.
No descubro nada; y no puedo cargar las tintas contra esta sociedad moderna y su "ineptitud para el ocio"; yo también formo parte de esa sociedad, y -por eso y/o otras cosas- no soy de los que disfrutan demasiado de las fiestas; yo soy tan desarraigado como la mayoría.
Qué es lo que me repele, entonces ? Creo que esto:
Que el eterno despreciador se planta en la pose
del consumidor. Parece que un vendedor
vino a ofrecerle el producto "Fiesta",
y el comprador lo mira, lo prueba, no lo encuentra
satisfactorio... y le baja el pulgar.
En el mejor de los casos, no lo critica objetivamente
no dice "Es malo"; se limita a un "A mí no me sirve, gracias".
Imagen del desarraigo. Y es fácil imaginar
la sorna con que recibiría esta respuesta:
-Imbécil. No te estoy vendiendo nada: te estoy dando algo que hice -y sigo haciendo- con infinito esfuerzo y dificultades, te estoy dando el oxígeno que te dan las plantas; y vos estás obligado a recibirlo por triple motivo: porque necesitás de ese alimento social tanto como de otro; porque la salud del alma se muestra y se ejerce en la gratitud; y porque tu misma aceptación es parte de la misma obra, que alimenta a todos. Parásito.
Todo esto no mueve un pelo al moderno individualista,
esclavo de placeres y fantasías insatisfechas,
divorciado de la sociedad y del cosmos.
Agradecer ? A quién ? Y por qué ? Vamos!
Hablo de las fiestas, pero no hablo sólo -ni principalmente-
de las fiestas. Las pequeñas tradiciones y convenciones,
las artificiosidades precarias que toda cultura forja
para edificar un espacio social, un orden para tejer
lazos y hacernos las cosas un poco menos difíciles,
para tenernos piedad a nosotros mismos, hombres
caídos que "no sabemos cómo comportarnos"....
siempre tentados a la destrucción y a la desesperación.
Por poner un ejemplo trivial: es típico del
adolescente (y hay tantos adolescentes cuarentones hoy!)
el burlarse de las convenciones sociales, y denunciar
su sinsentido. Leí algo una vez, creo que sobre
las usanzas fúnebres, de la obediencia
a unas formas rígidas (el velatorio, el 'pésame');
el adolescente se resiste a esas formas, y las
considera un repetición muerta de gestos que
alguna vez acaso tuvieron sentido, pero que hoy
sólo son una especie de superstición
hacia el pasado.
Algo de eso hay, a veces, no digo que no;
y otras veces hay motivos prácticos, más o menos ocultos,
más o menos vigentes, (en el ejemplo del velatorio,
la necesidad de asegurarse de que el muerto estuviera
bien muerto).
Pero sacando una cosa y otra, hay un
sentido más profundo y general, y no menos práctico:
tener una serie de actos sociales prefijados a realizar,
ayuda a sobrellevar el dolor, porque en esos
momentos en que se ha roto "el curso cotidiano de las cosas",
el peso de tener que decidir "cómo comportarse" sería motivo
de angustia; el dolor -y el afecto- se refleja mejor
(dentro de nuesta miseria) en esos humildes ritos
que acordamos en realizar, y que terminan siendo menos
artificiosos -e infinitamente más livianos- que una
espontaneidad ilusoria.
En todo caso: si una fiesta, o una convención social cualquiera
nos parece arbitraria y muerta ... acaso lo sea
(aunque a los desarraigados no nos cabe juzgarlo);
pero entonces, no se trata de destruir cosas
muertas, sino de crear nuevas cosas vivas.
Y pasando de lo muy particular, a lo muy general: ni siquiera se trata de tu sociedad: se trata de tu relación con el universo, de tu aceptación de lo dado y -yendo al extremo... del cual ya hablaremos otra vez- de reconocer que somos "criaturas" (cosas creadas por un Creador).
Leía en algún lado (algún weblog, creo) la queja
de uno que, sin objetar a las fiestas en sí,
objetaba su fijeza, su obligatoriedad; por qué
me tienen que decir cuándo tengo que festejar ?
Todo un símbolo.
Y me gusta como anti-imagen de la "obediencia"
de los lirios del campo y los pájaros del cielo...
Otro podría decir: no es que no me guste la primavera,
lo que me revienta es siempre venga en septiembre;
no es que me moleste ser argentino, lo que me molesta
es que yo no lo elegí ser ... no es que me moleste
vivir en este siglo, lo que me jode es que simplemente
me tocó ... no es que me moleste este universo,
es que me ha sido dado a la fuerza ...
no es que me moleste mi existencia, es que no me hice
yo mismo...
(en inglés) Un par de recomendaciones:
A partir de un post muy interesante de El viejo oligarca sobre el revival pagano (religión "Wica") allá en el norte, la adoración de la naturaleza, y el lugar del cristianismo en todo el asunto (empezando por la típica 'objeción' de la fecha de la Navidad, como una especie de 'usurpación' de la Iglesia al paganismo, ...etc)... a partir de ahí, digo, Will tira un post también muy interesante (y celebrado), describiendo su camino de acercamiento al catolicismo.
Will es otro catecúmeno (a punto de ser recibido formalmente en la Iglesia) y su weblog se llama Misterium crucis.
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«Los hobbits denominaron a esta tierra la Comarca [...]
y allí, en ese placentero rincón del mundo llevaron
una vida bien ordenada y dieron cada vez menos importancia
al mundo exterior, donde se movían unas cosas oscuras,
hasta llegar a pensar que la paz y la abundancia eran la
norma en la Tierra Media, y el derecho de todo pueblo
sensato.
Olvidaron o ignoraron lo poco que habian sabido de los Guardianes y de los trabajos de quienes hicieron posible la larga paz de la Comarca.
De hecho estaban protegidos, pero no lo recordaban»
(J. R. R. Tolkien - El Señor de los Anillos - tomo I)
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Otro vino gritando contra la injusticia y la calumnia.
-No busques que comprendan tus actos.
No los comprenderán jamás y no hay injusticia en
esto. Pues la justicia persigue una quimera que contiene su propio contrario.
Mis capitanes en el desierto son nobles.
Los has visto, nobles y pobres, aquejados por la sed. Duermen, enroscados sobre la arena en la gran noche del imperio. Alertas y
disponibles y prontos a armarse al menor ruido. Esos han respondido al deseo de mi
padre: "Que se levanten los que estén prontos a morir luego de liar su fortuna, sobre
el hombro, los dispuestos, los que sean leales en el combate y generosos de sí. Alzaos,
os entregaré las llaves del imperio.".
Y ellos vigilan el imperio como arcángeles.
Nobles de una manera diferente a la nobleza de los criados de
mis ministros o a la de
los ministros mismos.
Mas he aquí que cuando se les llama a la ciudad, pasan a segundo
plano en los banquetes, y se agitan en las antecámaras y se quejan -ellos que son
realmente grandes- de verse así reducidos a la servidumbre y humillados.
Amargo destino, dicen, del que no es apreciado...
Y yo les respondo: Amargo destino de aquel
que es comprendido y que es llevado en triunfo y agradecido y honrado y enriquecido;
del que pronto se llena con una pretensión vulgar, y trueca
sus noches estrelladas por mercaderías.
En verdad, antes era más rico que los otros, y más noble y más maravilloso.
¿Y por qué aquel que reinaba en su soledad ha de someterse a la opinión de los sedentarios?
El viejo carpintero halla en el pulido de su plancha la recompensa de su trabajo.
El otro
en la calidad del silencio en el desierto.
Está hecho para ser olvidado una vez que ha
entrado en él. Y si sufre, es que no era lo bastante puro.
Porque te lo aseguro: el imperio está fundado sobre el valor de los hombres.
Pedazo de imperio es él; y parte del tronco del árbol.
Protejo a los que son nobles; protección que es injusticia.
No te
indignes a causa de las palabras. Esos pescados azules de largas estofas,
son feos cuando los
extiendes sobre la ribera, y es injusto que sean feos.
Pero la falta proviene de ti:
estaban hechos para el relumbramiento submarino.
Eran bellos donde cesa la ribera.
Y los capitanes de las arenas también son bellos solamente donde muere
la carretera de las ciudades, la oferta de los mercaderes y la vanidad.
Porque no hay vanidad en el desierto.
A. Saint-Exupery
Ciudadela - XXXVIII
ARBIL es una revista española que se edita en Internet; catolicismo, sociedad y política, con ese tonillo afín a la derecha española , la bandera de la hispanidad y esas cosas; en las antípodas del pensamiento oficial de hoy, claro está... (sin que eso sea necesario ni suficiente para estar en la justa).
Estos, a mi ver, son un poco más presentables y más matizadores que lo que suele ser este tipo de gente.. a mi ver. Igual, no llega a gustarme, hablando en general. Los articulistas, por otro lado, son muy variados en calidad.
La pongo acá, nomás, con la leve esperanza de que tantísimos compatriotas que viven en sus agujeros ideológicos[*], los que han sido entrenados por la propaganda docente de estas décadas para reaccionar adecuadamente ante expresiones como "civilización occidental y cristiana", "defensa de la familia", "tradición y patria", etc... y que se contentan con tener a Infobae como el-medio-fascista-derechista-malo-caca aprendan a sospechar que el mundo del pensamiento es más grande de lo que creen...
(Igual, como dicen que decía Unamuno: yo no estoy con los unos ni con los otros...)
Como curiosidad: en el número de este mes, hay un artículo que resume la historia del peronismo en Argentina, visto desde allá; legible.
Está el típico (y un poco embolante... sea o no verdadero) editorial contra los ataques a la Iglesia, palos a la derecha liberal y a la izquierda, ensayos sobre nacionalismos y patriotismos ... y un artículo que le pega palos al idolatrado Fray Bartolomé de las Casas (no puedo tomar partido en favor o en contra; pero por un lado, es cierto que la fama del dominico es sospechosa; pero por el otro, el artículo es tontamente panfletario).
[*] Todo preso debe tratar de escaparse. Lo triste -como notaba Chesterton- es cuando el preso se conforma con vivir en una cárcel lo suficientemente grande, de manera de no ver los muros de su calabozo y hacerse la ilusión de que está libre)...