Y estando El aún hablando, he aquí que llegó Judas, uno de los doce, y con él una grande tropa de gente armada de espadas y palos, que habían enviado los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos del pueblo. Y el que lo entregó les dio la señal diciendo: "El que yo besare, el mismo es, prendedlo". Y se llegó luego a Jesús, y dijo: "Dios te guarde, Maestro". Y lo besó. Y Jesús le dijo: "¿Amigo, a qué has venido?" Al mismo tiempo llegaron, y echaron mano de Jesús, y le prendieron. (vv. 47-50)
Glosa
Como queda dicho arriba, que el Señor se presentaba espontáneamente a sus perseguidores, el Evangelista explica a continuación el modo cómo fue detenido por ellos. Así dice: "Estando aun El hablando, he aquí que uno".
Remigio
Uno ciertamente por el número, no por la dignidad; dijo esto para demostrar la inhumanidad del crimen de aquél que de Apóstol se había convertido en traidor. "Y con él una grande turba con espadas y palos". Para manifestar el Evangelista que era la envidia la causa de la prisión, añade: "Enviados por los príncipes de los sacerdotes y ancianos del pueblo".
Orígenes
Puede alguno decir que por ser muchos los creyentes en Jesús, fueron también muchos los que se reunieron contra El, temerosos de que la multitud de los primeros se lo arrebatasen de las manos. Yo creo que también hubo otra causa, porque como creían que solía echar los demonios en nombre de Beelzebub, se imaginaban que se les escaparía por arte diabólico. Muchos son también ahora los que se arman contra Jesús con las espadas espirituales de la herejía. "Y el que lo entregó, les dio la señal, diciendo: Al que bese", etc. Digno es de investigarse ¿cómo siendo Jesús conocido de todos los habitantes de la Judea, les dio esta señal como si no le conociesen? Pero sabemos por tradición, que no sólo usaba de dos formas (a saber, una según la cual todos lo veían; y otra como se transfiguró delante de sus discípulos en el monte); sino que también se mostraba a cada uno según merecía, como está escrito sucedía con el maná, que tenía el sabor según el uso que de él se hacía; y el Verbo de Dios no a todos se muestra del mismo modo. Por estas transfiguraciones necesitaban una señal.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom.83,2
Por tanto, les dio la señal, porque habiendo sido detenido muchas veces por los mismos, pasaba sin que le conociesen; como habría sucedido entonces si hubiera querido.
Sigue: "Y acercándose apresuradamente a Jesús, dijo: Dios te guarde, Maestro. Y lo besó".
Rábano
Recibió el Señor el beso del traidor, no para enseñarnos a fingir, sino para que se vea que no huye de la traición.
Orígenes, in Matthaeum, 35
Pero si alguno pregunta por qué Judas entregó a Jesús por medio de un beso, diré, que según algunos, porque quiso guardar esta muestra de respeto a su Maestro, no atreviéndose a lanzarse sobre El. Y según otros, hizo esto temiendo que si se presentaba como enemigo descubierto, daría motivo a que se desapareciera. Y yo juzgo que todos los traidores a la verdad usan del beso, fingiendo amarla. Todos los herejes (como Judas) dicen a Jesús: Maestro. Pero Jesús mansamente responde. Por lo que sigue: "Y le dijo Jesús: Amigo, ¿a qué has venido?" Dícele, pues, amigo, vituperando su falsedad. Ciertamente no hallamos en las Escrituras a ninguno de los buenos llamado así; pero sí al malo se le dice: "Amigo, ¿cómo entraste aquí?" ( Mt 22,11); "Amigo, no te hago agravio" ( Mt 20,13).
San Agustín, in sermone de Passione
Pero dice: ¿A qué has venido? como si dijera: Abrazas y vendes; sé por qué vienes. Te finges amigo, siendo traidor.
Remigio
Amigo, ¿a qué viniste? Haz lo que has de hacer. "Entonces se acercaron y echaron mano de Jesús, y le prendieron", esto es, cuando El lo permitió; porque muchas veces lo habían intentado y no pudieron.
Rábano
¡Alégrate, cristiano! porque en el tráfico de tus enemigos, venciste tú, pues lo que vendió Judas, y los judíos compraron, tú lo adquiriste.