"¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos. Y decís: Si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas. Y así dais testimonio a vosotros mismos, de que sois hijos de aquéllos que mataron a los profetas". (vv. 29-31)
San Jerónimo
Con este silogismo tan oportuno los reprende como hijos de homicidas, mientras ellos, viviendo en opinión de bondad y de gloria, edifican en el pueblo sepulcros para los profetas, a quienes mataron sus mayores. Y esto es lo que dice: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! que edificáis los sepulcros de los profetas", etc.
Orígenes, homilia 26 in Matthaeum
No parece que reprende con bastante oportunidad a aquellos que levantan sepulcros a los profetas, porque hacían esto, sin duda, con algún fin laudable: ¿cómo es que se hicieron dignos de aquella repulsa?
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 74,1
No los reprende porque edifican sepulcros, sino que vitupera la intención con que los edificaban, porque no los levantaban para honrar la memoria de aquéllos que fueron muertos, sino arrogándose la vanagloria de las muertes de aquéllos, y temiendo no sea que andando el tiempo, una vez destruidos aquellos sepulcros, desaparezca la memoria de tanto atrevimiento.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 45
Y como decían entre sí: si obramos bien con los pobres, no serán muchos los que los vean y sólo podrán ver esto por un corto tiempo, ¿no será mejor levantar mausoleos que todos puedan ver, no sólo en la época actual, sino también en el porvenir? Oh, necedad humana, ¿de qué te aprovecha este recuerdo después de tu muerte, si eres atormentado donde estás y alabado donde no estás? Cuando Dios castiga a los judíos enseña a los cristianos, porque si hubiese hablado sólo para aquéllos, únicamente hubiese hablado y no se hubiese escrito. Pero todo esto se dijo para aquéllos y se escribió para éstos. Por lo tanto, si se levantan edificios santos con buenos fines, podrá decirse que se aumenta el número de las buenas obras. Pero si se hace con otros fines, habrá espíritu de vanagloria. No se alegran los mártires cuando son honrados por el dinero, de cuya privación lloran los pobres. Siempre los judíos fueron imitadores de las costumbres de sus antepasados y desdeñosos; y aun más, perseguidores de sus contemporáneos. Y no pudiendo resistir las increpaciones de sus profetas, los perseguían y los mataban. Y después, cuando les nacían hijos, los hacían partícipes de los pecados de sus padres. Y luego, como arrepintiéndose de la muerte de los inocentes profetas, levantaban mausoleos a su memoria. Pero a la vez perseguían y mataban a los profetas de sus tiempos que reprendían sus pecados. Y por eso añade: "Y decís: si hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas".
San Jerónimo
Esto, si no lo decían con las palabras, lo decían con las obras, en el mero hecho de edificar mausoleos a la memoria de los muertos, con lujo y ostentación.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 45
Lo que pensaban en su corazón, demostraban con sus obras. El Señor expone aquí las costumbres de todos los hombres malos, porque uno comprende en seguida la culpa de otro, pero con dificultad comprende la suya. Un hombre es imparcial en causa ajena pero se perturba en la propia. Todos podemos ser fácilmente jueces rectos en causa de otro, pero siempre es verdaderamente juez y sabio el que puede juzgarse a sí mismo.
Prosigue: "Y así dais testimonio a vosotros mismos de que sois hijos de aquéllos que mataron a los profetas".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 74,1
¿Cómo puede llamarse hijo de un homicida a aquél que no participa del modo de pensar de su padre? Desde luego se comprende que de ninguna manera. Con lo que se da a conocer que el que insinúa esto, aunque de una manera embozada, se asemeja en la malicia.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 45
Las costumbres de los padres son un indicio de lo que serán los hijos, porque si el padre es bueno y la madre mala, o al contrario, los hijos imitarán ya al padre ya a la madre. Pero si los dos fuesen iguales, puede suceder alguna vez que salgan malos hijos de buenos padres, o lo contrario, aunque rara vez. Así sucede esto, como cuando nace un hombre fuera de la ley de la naturaleza, o teniendo seis dedos, o careciendo de ojos.
Orígenes, homilia 26 in Matthaeum
En los dichos de los profetas la narración que está conforme con la historia es el cuerpo y su sentido espiritual es el alma. Además, las letras y los libros de las Sagradas Escrituras, son los sepulcros. Los que únicamente cultivan la historia cuidan de los cuerpos de los profetas, porque son venerados en sus escritos a manera de un cadáver en su sepulcro. Y se llaman fariseos, esto es, cortados, porque separaban el alma del cuerpo de los profetas.