Inmediatamente obligó a sus discípulos a subir en la barca para que pasasen antes que El al otro lado del lago, hacia Betsaida, mientras El despedía al pueblo. Así que les despidió retiróse a orar en el monte. Venida la noche, la barca estaba en medio del mar, y El solo en tierra. Desde donde viéndolos remar con gran furia (por cuanto el viento les era contrario) a eso de la cuarta vela de la noche vino hacia ellos caminando sobre el mar, e hizo ademán de pasar adelante. Mas ellos, como le vieron caminar sobre el mar, pensaron que era algún fantasma, y levantaron el grito; porque todos le vieron y se asustaron. Pero Jesús les habló luego, y dijo: "Buen ánimo; soy yo: no tenéis que temer". Y se metió con ellos en la barca, y cesó el viento. Y más se pasmaban en su interior pues que no habían hecho reflexión sobre el milagro de los panes; porque su corazón estaba aún ofuscado. (vv. 45-52)
Glosa
Con el milagro de los panes muestra el Señor que es el autor de todas las cosas; andando sobre las aguas nos hace ver que su cuerpo estaba libre del peso de todo pecado, y, calmando los vientos y sosegando la furia de las olas, que domina sobre los elementos. Por esto dice: "Inmediatamente obligó", etc.
Pseudo - Crisóstomo
Despidió al pueblo con su bendición y después de curar algunos, obligó, pues, a sus discípulos, porque no les era fácil separarse de El, ya por su extremado afecto hacia El, ya porque dudaban de cómo vendría hasta ellos.
Beda, in Marcum, 2, 27
Mas se dirá con razón cómo es que San Marcos refiere que, verificado el milagro de los panes, fueron los discípulos atravesando el mar a Betsaida, siendo así que parece decir que fue en el mismo Betsaida donde se realizó el milagro. Pero podemos entender que San Lucas dijo: "En el desierto", que es Betsaida, para designar, no el interior de la misma ciudad, sino los lugares desiertos pertenecientes a ella; y San Marcos dice: "Para que pasasen antes que El hacia Betsaida", en donde está dicha ciudad.
"Así que les despidió".
Pseudo - Crisóstomo
En este pasaje hay que considerar a Cristo sólo en cuanto a hombre. El nos enseña con esto a ser asiduos en la oración.
Teofilacto
Despedida la gente sube a orar, porque la oración exige reposo y silencio.
Beda, in Marcum, 2,28
No todo el que ora sube al monte, sino sólo el que ora bien y busca a Dios orando. El que en la oración pide riquezas, honores mundanos, o la muerte de su enemigo, quedándose en lo más bajo hace viles las preces que dirige a Dios. San Juan nos declara porqué el Señor despidiendo al pueblo subió a orar al monte, diciendo: "Por lo cual, conociendo Jesús que habían de venir para llevársele por fuerza, y levantarle por rey, huyóse El solo otra vez al monte" ( Jn 6,15).
"Venida la noche -prosigue- la barca estaba en medio del mar", etc.
Teofilacto
Permitió el Señor que peligrasen sus discípulos para que sufriesen en algo, y no los asistió en seguida, sino que los dejó en el peligro toda la noche, a fin de enseñarles a esperar con paciencia, y de que no se habituasen a recibir socorro inmediato en sus tribulaciones. "Y viéndolos remar con gran fatiga", etc.
Pseudo - Crisóstomo
La Sagrada Escritura divide la noche en cuatro vigilias, y a cada una de éstas en tres horas: la cuarta es la que sigue a las nueve, esto es, las diez o la hora siguiente.
"E hizo ademán de pasar adelante".
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,47
¿Cómo pudieron entenderlo así, sino porque iba en sentido contrario? Quería El pasarles como si fueran extraños, puesto que no le reconocían juzgándole un fantasma. "Mas ellos, como le vieron caminar sobre el mar, pensaron que era algún fantasma", etc.
Teofilacto
Es de observar que cuando debía Cristo remediar los peligros que los amenazaban, les causa mayor temor, pero al punto los animó con su voz. "Pero Jesús -dice- les habló luego, y dijo: Buen ánimo, soy yo; no tenéis que temer".
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, hom.50
En el instante, pues, le conocieron por la voz y cesó su temor.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2, 47
¿Por qué había de querer pasar adelante, confirmándoles así en su temor, sino para venir en su auxilio después de que gritando se manifestaron aterrados?
Beda, in Marcum, 2, 28
Teodoro Faraditano, obispo en otro tiempo, escribió que el Señor, según la carne no tenía peso específico, y que así había andado sobre el mar; pero la fe católica afirma lo contrario, como dice Dionisio
Pseudo - Dionisio, de diuinis nominibus, 2
: Ignoramos cómo sin mojarse los pies y teniendo peso natural anduvo sobre la sustancia húmeda e inconsistente.
Teofilacto
Con su entrada en la barca calmó el Señor después la tempestad: "Y se metió -dice- con ellos en la barca, y cesó al instante el viento". Gran milagro es ciertamente que el Señor ande sobre el mar; pero la tempestad y el viento contrario lo hicieron mayor todavía. Los apóstoles, pues, que no habían comprendido bien el poder de Cristo en el milagro de los cinco panes, ahora le conocen perfectamente en el milagro del mar. "Con lo cual -prosigue- quedaron mucho más asombrados; y es que no habían hecho reflexión", etc.
Beda, in Marcum, 2, 28
Admiraban en verdad los discípulos, aún carnales, la grandeza de tanta virtud, y no podían sin embargo, conocer todavía en El la verdad de la majestad divina. "Porque su corazón estaba aún ofuscado".
En sentido místico, el trabajo de los discípulos remando y el viento contrario señalan los trabajos de la santa Iglesia, la cual entre las olas del siglo enemigo y el aliento de los espíritus inmundos se esfuerza por llegar al descanso de la patria celestial. Con razón, pues, se dice que la barca estaba en medio del mar, y El sólo en tierra, porque nunca ha sido afligida la Iglesia con tanta persecución de los gentiles; de modo que no parecía sino que su Redentor la había abandonado del todo. Pero ve el Señor a los suyos luchar en el mar, y para que no desfallezcan en las tribulaciones, los fortifica con una mirada de su misericordia, y algunas veces los libra del peligro de un modo manifiesto. Llega a ellos a la cuarta vigilia, al aproximarse el día, porque cuando el hombre eleva su espíritu a la luz del auxilio superior, encuentra allí al Señor, y amainan los peligros de las tentaciones.
Pseudo - Crisóstomo
O bien la primera vigilia es hasta el diluvio, la segunda hasta Moisés, la tercera hasta la venida del Señor y la cuarta cuando vino y habló a sus discípulos.
Beda, in Marcum, 2, 28
Muchas veces parece que el piadoso Cielo ha abandonado a los fieles que se hallan en tribulación; de modo que se podría juzgar que Jesús quiso pasar adelante de los discípulos que luchaban con el mar. Y aun hay herejes que juzgan que el Señor era un fantasma, y que no tomó de la Virgen carne verdadera.
Pseudo - Jerónimo
"Y les dijo: Buen ánimo; soy yo", porque le veremos tal como es. Cesó el viento y la tempestad al sentarse Jesús en la barca, para imperar en ella, como en la Iglesia universal.
Beda, in Marcum, 2, 28
Al punto que está en cualquier corazón por gracia de su amor, cesan las luchas promovidas por las pasiones, el mundo y los espíritus malignos.