En seguida comenzó a hablarles por parábolas. "Un hombre, dijo, plantó una viña, y la ciñó con cercado, y cavando hizo en ella un lagar, y fabricó una torre, y arrendóla a ciertos labradores, y marchóse lejos de su tierra. A su tiempo despachó un criado a los renteros para cobrar (lo que debían darle) del fruto de la viña. Mas ellos, agarrándole, le apalearon, y le despacharon con las manos vacías. Segunda vez les mandó otro criado, y a éste también le descalabraron, cargándole de oprobios. Tercera vez envió a otro, al cual mataron. Tras éste otros muchos; y de ellos, a unos les hirieron y a otros les quitaron la vida. En fin, a un hijo único que tenía, y a quien amaba tiernamente, se lo envió también el último, diciendo: Respetarán a lo menos al hijo mío. Pero los viñadores (al verle venir) se dijeron unos a otros: Este es el heredero: venid, matémosle, y será nuestra la heredad. Y asiendo de él, le mataron, arrojándole antes fuera de la viña. ¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? ¿Vendrá y perderá aquellos renteros, y arrendará la viña a otros? ¿No habéis leído este lugar de la escritura? La piedra que desecharon los que edificaban vino a ser la principal piedra del ángulo: el Señor es el que hizo eso, y estamos viendo con nuestros ojos tal maravilla". En la hora maquinaban cómo prenderle; porque bien conocieron que a ellos había enderezado la parábola; mas temieron al pueblo, y (así) dejándole, se marcharon. (vv. 1-12)
Glosa
Después que con su sabia pregunta el Señor hizo enmudecer a los que pretendían tentarle, les evidencia su malicia en una parábola. "En seguida comenzó a hablarles por parábolas. Un hombre, dijo, plantó una viña".
Pseudo-Jerónimo
Es a Dios Padre a quien llama hombre por un afecto humano; la viña es la casa de Israel; la cerca son los ángeles que la guardan; la ley, el lagar; la torre, el templo; y los labradores, los sacerdotes.
Beda, in Marcum 3,42
O bien, el cerco es el muro de la ciudad, el lagar es el altar, o aquellos lagos de los que toman su nombre tres salmos.
Teofilacto
O la cerca es la ley, que prohibía a los judíos mezclarse con los extranjeros.
"Y marchóse lejos de su tierra".
Beda
No por cambiar de lugar, sino más bien se aleja de la viña por dejar a los labradores que trabajen con más libertad. A su tiempo despachó a un criado para cobrar a los labradores lo que debían darle del fruto de la viña.
Pseudo-Jerónimo
Los criados enviados son los profetas y el fruto de la viña: la obediencia. De los profetas, unos fueron azotados, otros heridos y otros muertos. "Mas ellos, agarrándole, prosigue, le apalearon y le despacharon con las manos vacías".
Beda
El criado que fue primero representa al legislador Moisés. A éste le despidieron sin darle nada después de golpearle, porque: "estando después en los campamentos, se atrevieron contra Moisés" ( Sal 105,16). "Segunda vez les envió otro criado, y a éste también le descalabraron, cargándole de oprobios": éste representa al rey David y a los demás salmistas. Y le hirieron en la cabeza, llenándole de afrentas, porque, no apreciando los versos de los salmistas, rechazaron al mismo David, diciendo: ¿Qué tenemos de común con David? "Tercera vez, prosigue, envió a otro, al cual mataron", etc ( 1Re 12,16). En este tercer criado y en sus compañeros debemos considerar al conjunto de los profetas, porque ¿acaso hubo algún profeta que no fuera perseguido? ( Mt 23). En este triple orden de siervos debemos comprender la figura de todos los que han enseñado bajo la ley, según dice el Señor en otro lugar: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la ley, en los profetas y los salmos" ( Lc 24,44).
Teofilacto
O de otro modo: por este primer siervo se ha de entender a los profetas que vivieron hacia el tiempo de Elías, puesto que Miqueas fue abofeteado por el pseudoprofeta Sedecías ( 1Re 22). Por el segundo siervo, a quien hirieron en la cabeza, esto es, al que injuriaron, hemos de entender a los profetas del tiempo de Oseas e Isaías; y por el tercero, a los profetas del tiempo de Daniel y Ezequiel.
"En fin, a un hijo único que tenía, y a quien amaba tiernamente".
Pseudo-Jerónimo
Es su hijo queridísimo y único. Por eso dijo como una ironía las palabras: "Respetarán a lo menos al hijo mío".
Beda
O bien: no demuestra ignorar lo que sucederá, cuando dice que a lo menos respetarán a su hijo, pero se expresa en estos términos, porque deja que el hombre obre libremente.
Teofilacto
No ignorando lo que había de suceder, habla así manifestando lo que era noble y conveniente que hiciese.
"Pero los viñadores se dijeron unos a otros: Este es el heredero: venid, matémosle", etc.
Beda
De este modo prueba el Señor que los príncipes de los judíos crucificaron al Hijo de Dios, no por ignorancia, sino por envidia, conociendo que El era de quien se dijo: "Te daré en herencia las naciones" ( Sal 2,8). Y matándole se proponían apropiarse de su herencia los malos labradores. Del mismo modo, crucificándole, los judíos tratarían de extinguir su fe, de suplantar su justicia con su ley y de hacer suyas las naciones.
"Y asiendo de él, le mataron, y le echaron fuera de la viña".
Teofilacto
Es decir, fuera de Jerusalén; y en efecto, fue crucificado el Señor fuera de la ciudad.
Pseudo-Jerónimo
O bien: le arrojaron fuera de la viña, esto es, fuera del pueblo diciendo: "Eres Samaritano, y estás endemoniado" ( Jn 8,48). O bien, porque en cuanto pudieron, echándole fuera de sus fronteras, le entregaron para la fe de las naciones.
"¿Qué hará, pues, el dueño de la viña? ¿Vendrá y perderá aquellos inquilinos", etc.
San Agustín, de consensu evangelistorum, 2,70
San Mateo (21,41) añade que los judíos dijeron: "Hará que esta gente tan mala perezca miserablemente". Esta respuesta no la menciona San Marcos como dada por ellos, sino por el Señor quien, por así decirlo, se contestó a sí mismo inmediatamente después de su pregunta. Pero se puede entender también fácilmente que fueron los judíos los que contestaron, aunque no se interpuso la frase ellos respondieron o dijeron. Pero es preferible atribuir esta respuesta al Señor, porque, expresando la verdad, quedaba así confirmada por El, quien es la verdad misma.
Teofilacto
El Señor de la viña es el Padre del Hijo crucificado y el mismo Hijo crucificado, el cual perderá a los labradores, los entregará a los romanos y arrendará la viña a otros, esto es, a los Apóstoles. Recorramos sus Hechos y veremos tres mil (2,41) y en seguida cinco mil (4,4) creyentes que rindieron fruto al Señor.
Pseudo-Jerónimo
O bien: da la viña a otros, es decir, a los que vienen del oriente, del occidente, del sur y del norte, y que se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de Dios.
Beda
Confirmó en seguida con el testimonio de un profeta que ésta era una disposición divina, añadiendo: "¿No habéis leído este lugar de la Escritura? La piedra que desecharon los que edificaban vino a ser la principal piedra del ángulo" 1, etc. Es como si dijera: ¿Cómo había de cumplirse esta profecía, si Cristo, arrojado y muerto por vosotros, no hubiera sido entregado por la predicación a los gentiles, para unir con El como piedra angular a los dos pueblos, y de uno y otro edificar para sí una sola ciudad fiel y un solo templo? A los mismos maestros de la sinagoga, a los que antes llamó inquilinos, los llama ahora los que edifican, porque los que trabajan para que, como la viña, diese frutos de vida dicho pueblo, son los mismos también a quienes se prescribe que le edifiquen y adornen una casa que llegue a ser digna de ser habitada por Dios.
Teofilacto
La piedra que desecharon los doctores ha formado el vértice del ángulo, es decir, la cabeza de la Iglesia, que es el ángulo que une a los judíos y los gentiles, formado por Dios y admirable a los ojos de nosotros los fieles, puesto que los infieles niegan los milagros. Y ciertamente que es admirable la Iglesia, como formada por milagros, cooperando el Señor con los Apóstoles y confirmando su doctrina con los milagros que la acompañaban ( Mc 16). Esto es lo que se dice en las palabras: "Formado por Dios y admirable a los ojos de nosotros los fieles".
Pseudo-Jerónimo
O de otro modo: esta piedra rechazada, que forma el ángulo, es la figura del que en la cena une el pan con el cordero, el Antiguo Testamento que acaba con el Nuevo que empieza, y que es admirable a nuestros ojos como el topacio.
Beda
Los príncipes de los sacerdotes muestran que era verdad lo que había dicho el Señor, como se ve por lo que sigue: "En la hora maquinaban cómo prenderle", puesto que El es el heredero. El Señor dice que su injusta muerte había de ser escarmentada por su Padre. En sentido moral, pues, todo fiel a quien se ha conferido el misterio del bautismo, queda obligado a trabajar en la viña. Pero, ultraja y echa fuera al siervo enviado cuando menosprecia la palabra oída o, lo que es peor, reniega de ella. Y, en cuanto de él depende, mata al heredero enviado al último porque escarnece al Hijo de Dios. Eliminado el mal agricultor, da Dios a otro la viña junto con el don de la gracia, que fue despreciada por el soberbio y que enriquece al humilde. Ahora, en cuanto a que por temor a la multitud se contengan los príncipes de los sacerdotes que buscaban el modo de prender a Jesús, todos los días se ve en la Iglesia que el que es hermano sólo de nombre no ama la fe de la Iglesia, ni su unidad ni su paz, y se avergüenza de impugnarla o teme hacerlo, a causa de la multitud de buenos hermanos que con él habitan en ella.
Notas
1. Ver Sal 118,22; Is 28,18.