Y los judíos le dijeron: "¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?" Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo, que antes que Abraham fuese, yo soy". Tomaron entonces piedras para tirárselas: mas Jesús se escondió y salió del templo. (vv. 57-59)
San Gregorio, in Evang. hom. 18
Como los pensamientos de los judíos eran carnales, cuando oían las palabras de Jesucristo, no levantaban los ojos de la carne, porque no veían en El otra cosa que sólo la edad de la carne. Por esto sigue el Evangelista: "Y los judíos le dijeron: ¿aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?" Como diciendo: "muchos años han pasado desde que murió Abraham; ¿y cómo vio tu día?" Pues entendían esto en sentido material.
Teofilacto
El Salvador tenía entonces treinta y tres años, ¿por qué no dijeron, pues, aún no tienes cuarenta años, sino que dijeron cincuenta? Esta pregunta es inútil. Sencillamente porque dijeron lo que se les ocurrió. Pero la contestan algunos diciendo que dijeron cincuenta en reverencia del año quincuagésimo, a que llamaban del jubileo. En este año daban la libertad a los cautivos y cedían las posesiones que habían comprado ( Lev 26; Núm 23).
San Gregorio, ut sup
El Salvador consiguió con su bondad, levantar aquellos de las miras humanas a la contemplación de la divinidad. Por esto sigue: "Jesús les dijo: en verdad, en verdad os digo, que antes que Abraham fuese, yo soy". Antes es el tiempo pasado, soy es el tiempo presente. Pero la divinidad no tiene tiempo pasado ni futuro sino que siempre es. Por esto no dijo antes que Abraham yo fui, sino que dijo "antes que Abraham fuese yo soy", de acuerdo con aquellas palabras del Exodo: "Yo soy el que soy" ( Ex 3,14). Luego, antes y después de Abraham existió también, pero pudo acercarse por la manifestación de su presencia, y pudo retirarse por el curso de su vida.
San Agustín, in Joannem, tract. 43
Y por lo mismo que Abraham era criatura no dijo: "antes que Abraham fuese", sino: "antes que Abraham fuese hecho". Ni tampoco dijo: "yo he sido hecho, porque "en el principio existía el Verbo" ( Jn 1,1).
San Gregorio, ut sup
Mas como las imaginaciones de los infieles no podían comprender estas palabras de eternidad, se propusieron abrumar a Aquél a quien no podían entender. Por esto sigue: "Tomaron entonces piedras para tirárselas".
San Agustín, ut sup
¿A dónde iba a recurrir la dureza de ellos, sino a sus semejantes (esto es, a las piedras)?
Teofilacto
Y después que el Señor había concluído de enseñarles todo lo que afectaba a su persona, los judíos le arrojan piedras, pero los abandona como aquéllos que no admiten corrección. Por esto sigue el Evangelista: "Mas Jesús se escondió y se salió del templo". No se escondió en un ángulo del templo como temiendo, ni huyendo se entró en alguna choza, ni se ocultó a la espalda del muro, o a la sombra de alguna columna, sino que en virtud de su gran poder se hizo invisible para los que le tendían asechanzas, y salió por en medio de ellos.
San Gregorio, ut sup
Si hubiera querido ejercer el poder de su divinidad, los hubiese envuelto en sus propios golpes con el mandato tácito de su voluntad, o los hubiese sujetado a las penas de una muerte repentina; mas el que había venido a sufrir no quería juzgar.
San Agustín, ut sup
Debía más bien enseñar la paciencia que ejercitar el poder.
Alcuino
Y por esto huyó, porque aún no había llegado la hora de su pasión, y porque El no había elegido esta clase de muerte.
San Agustín, ut sup
Luego, como hombre huyó de las piedras, pero ¡ay de aquéllos, de cuyos corazones de piedra huye el Señor!
Beda
En sentido místico, cuando alguno se detiene en los malos pensamientos, arroja sobre Jesús tantas piedras cuantos son aquéllos pensamientos. Por tanto, en cuanto le corresponde, si pasa al delirio de la pasión, mata a Jesús.
San Gregorio, ut sup
¿Y qué dio a entender el Señor escondiéndose, sino que su misma verdad se esconde de aquellos que desprecian sus preceptos? Y la verdad huye de aquella alma a quien no encuentra humilde. ¿Y qué nos da a conocer con este ejemplo, sino que también debemos retirarnos humildemente ante la furia de los soberbios, aunque podamos resistir?