Llevan, pues, a Jesús desde casa de Caifás al Pretorio, y era por la mañana; y ellos no entraron en el Pretorio por no contaminarse y poder comer la Pascua. Pilatos, pues, salió fuera a ellos, y dijo: "¿Qué acusación traéis contra este hombre?" Respondieron, y le dijeron: "Si éste no fuera malhechor, no te lo hubiéramos entregado". Pilatos les dijo entonces: "Tomadle allá vosotros, y juzgadle según vuestra Ley". Y los judíos le dijeron: "No nos es lícito a nosotros matar a alguno". Para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, señalando de qué muerte había de morir. (vv. 28-32)
San Agustín, in Ioannem, tract., 114
Vuelve el Evangelista al punto de su narración donde había quedado, cuando explicó la negación de Pedro, y dice: "Conducen, pues, a Jesús desde casa de Caifás al Pretorio". Ya había dicho que había sido enviado a Caifás desde casa de Anás, compañero y suegro suyo; pero ¿por qué de casa de Caifás es llevado al Pretorio, que no es más que la residencia del procónsul Pilato?
Beda
Se llama Pretorio el tribunal del Pretor; y los pretores se llaman prefectos o preceptores, porque imponen sus preceptos a los ciudadanos.
San Agustín, ut supra
O por alguna causa urgente, Caifás se había trasladado de la casa de Anás (a donde ambos habían acudido para oír al Salvador) al Pretorio del procurador Pilato, dejando a su suegro el cuidado de oír a Jesús. O bien Pilato había constituido su tribunal en la casa de Caifás, por ser suficientemente espaciosa para habitar su dueño y separadamente el juez.
San Agustín, De cons. evang. 3, 7
Sin embargo, desde el principio era conducido al mismo Caifás, a quien al fin fue llevado como reo convicto, pues ya antes había opinado Caifás que Jesús debía morir, y que sin demora fuese entregado a Pilato para que le condenara a muerte. Sigue: "Era, pues, de mañana".
Crisóstomo, in Ioannem, hom. 82
Es llevado a Caifás antes del canto del gallo, y a Pilato entrada la mañana; con lo que demuestra el Evangelista que en todo el intermedio de la madrugada fue Jesús interrogado por Caifás sin conseguir nada, y por esto le remitió a Pilato. Pero dejando para los otros Evangelistas los demás detalles, pasa adelante. Sigue, pues: "Y ellos no entraron en el Pretorio".
San Agustín, in Ioannem, tract., 114
Esto es, en aquella parte de la casa de Caifás que Pilato ocupaba 1. Por qué no entraron lo expresa a continuación: "Para no contaminarse, a fin de comer la Pascua".
Crisóstomo, ut supra
Porque era entonces cuando los judíos celebraban la Pascua. Pero Jesús la había anticipado un día, reservando su muerte para que se realizara en el sexto día de la semana, que era cuando se celebraba la antigua Pascua. O bien tomando por Pascua todos los días de la festividad.
San Agustín, ut supra
Porque habían empezado los días de los ázimos, en los cuales no podían entrar en la habitación de un extranjero sin contaminarse.
Alcuino
Se llamaba Pascua propiamente el día en que el cordero era sacrificado, en la tarde del día catorce de la luna, y los siete días siguientes se denominaban de los ázimos, durante los cuales no podía tenerse en las casas nada fermentado. Pero el día de la Pascua se cuenta entre los ázimos, según San Mateo ( Mt 26,17). En el día primero de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: "¿Dónde quieres que te preparemos la comida de Pascua?" Los días de los ázimos se llamaban Pascua, como en este pasaje: "Para que comieran la Pascua", porque la Pascua no era en el día del sacrificio del cordero, que se sacrificaba el día catorce por la tarde, sino una gran solemnidad que se celebraba el día quince, después de comer la Pascua 2. Este es, en efecto, el día catorce de la luna, en el que el Señor, así como los demás judíos, celebró la Pascua, y en el día quince, cuando se celebraba la gran solemnidad, fue crucificado. Pero el día catorce de la luna empezó su inmolación desde que fue aprehendido en el huerto.
San Agustín, ut supra
¡Oh impía ceguedad! ¡Temían contaminarse en el Pretorio de un juez extranjero, y no hacían escrúpulo de verter la sangre de un hermano inocente! Pues que el acto de matar al Señor, autor de la vida, no debe atribuirse a su conciencia, sino a ignorancia.
Teofilacto
Pero Pilato, aunque procediendo benignamente, sale al fin. Sigue: "Salió, pues, Pilato al encuentro de ellos", etcétera.
Beda
Era costumbre de los judíos entregar atado al juez a aquel que juzgaban reo de muerte, para que, viéndolo atado, entendiera que era condenado a muerte.
Crisóstomo, ut supra
Pero Pilato, aunque le vio atado y llevado en toda forma, no consideró esto como prueba irrecusable o indudable de la acusación, sino que preguntó así: "Y les dijo: ¿De qué tenéis que acusar a este hombre?" Con esta pregunta da a comprender lo improcedente que sería concederles el suplicio en virtud de un juicio que ellos habían usurpado. Pero ellos, rehusando sostener directamente la acusación, se evaden alegando ciertas conjeturas. Por lo que sigue: "Respondieron y dijeron: "Si no fuera malhechor", etc.
San Agustín, ut supra
Pregúntese y que respondan los libertados de los espíritus inmundos, los enfermos curados, los leprosos limpiados, sordos oyendo, mudos hablando, ciegos viendo, muertos resucitados y, lo que es más que todo, ignorante hecho sabio, si Jesús es malhechor; pero esto lo decían porque ya lo había anunciado el profeta: "Ellos me volvían mal por bien" ( Sal 34,12).
San Agustín, De cons. evang. 3, 8
Pero veamos si esto es contrario a lo que dice San Lucas, que le acusaron de ciertos crímenes. Dice: "Empezaron a acusarle diciendo: Hemos hallado a éste sublevando nuestra nación, y prohibiendo dar tributo al César, y proclamando que El es el Cristo-Rey" ( Lc 26,2). Pero, según San Juan, por el contrario, aparecen los judíos como no queriendo declarar los crímenes, para que sometiéndose Pilato a la autoridad de ellos, desistiese de averiguar qué era lo que le imputaban, y le considerase reo por el solo hecho de haber merecido ser entregado por ellos. Pero debemos entender que se dijo esto y lo otro que San Lucas contó, pues cada uno citó muchas preguntas y respuestas, según les pareció suficiente para su relato; porque el mismo San Juan dice ciertas cosas que fueron objetadas y que veremos en su lugar. Sigue: "Díceles, pues, Pilato: Tomadle, pues, vosotros", etc.
Teofilacto
Como si dijera: Por cuanto vosotros exigís sentencia de condenación con una arrogancia como si nunca hubierais pecado, juzgadlo vosotros y condenadle; yo de ningún modo juzgaré así como juez.
Alcuino
Como si dijera: Vosotros, que tenéis vuestra legislación, sabéis qué ley juzga tales delitos. Obrad según sabéis que es justo.
Sigue: "Dijeron, pues, los judíos: A nosotros no nos es lícito matar a alguno".
San Agustín, in Ioannem, tract., 114
Pero la Ley ¿no mandó que no se perdonara a ningún malhechor, principalmente de los seductores en materia de religión? Pero se ha de entender que si ellos dijeron que no les era lícito matar a alguno, fue por la santidad de la fiesta que ya habían empezado a celebrar. ¿De tal manera os ha hecho perder el juicio la malicia, que os creéis limpios de la sangre inocente y la entregáis a otro para que la derrame?
Crisóstomo, in Ioannem, hom. 82
O bien ellos no le condenaban a muerte por haber perdido gran parte de su poder con la sujeción a la dominación romana. O de otro modo: él había dicho: "Vosotros juzgadle según vuestra Ley", cuando ellos afirmaban que el crimen de Jesús no era según la ley judía; pues decían así: "A nosotros no nos es lícito"; pues no pecó, según nuestra ley, sino que su crimen es público porque se llama Rey. También porque deseaban crucificarle para difamarle con este género de muerte, pues no les era permitido crucificar, sino que mataban de otro modo, como lo demuestra el haber apedreado a San Esteban. Y por esto añade: "Para que se cumpliese la palabra de Jesús", etc., por cuanto a los judíos no les era permitido crucificar. O dice esto el Evangelista porque no debía ser crucificado sólo por ellos, sino que también por los gentiles.
San Agustín, ut supra
Así se lee en San Marcos donde dice: "He aquí que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los Príncipes de los sacerdotes y a los escribas, y le entregarán a los gentiles" ( Mc 10,33). Pilato, pues, era romano, y le habían enviado los romanos de procurador a Judea. Para que se cumpliese, pues, la palabra de Jesús, esto es, la de ser entregado a los gentiles para que le matasen, no quisieron los judíos aceptar el permiso de juzgarle, diciendo: "A nosotros no nos es lícito matar a alguno".
Notas
1. El pretorio designa la residencia del gobernador romano de una provincia. Cuando el procurador romano atendía asuntos públicos en Jerusalén ocupaba, según parece, el palacio de Herodes. Allí estaría el pretorio. El palacio de Caifás dista unos 300 metros del palacio de Herodes.
2. El día 14 del mes de Nisán se realizaba el sacrificio del cordero, que era consumido en las primeras horas del día 15. Este día era propiamente el de la pascua, y comenzaba con él la fiesta de los ácimos, que duraba 7 días.