"Esto os he dicho para que no os escandalicéis. Os echarán de las sinagogas: mas viene la hora en que cualquiera que os mate, pensará que hace servicio a Dios. Y os harán esto, porque no conocieron al Padre ni a mí. Mas esto os he dicho, para que cuando viniese la hora, os acordéis de ello, y que yo os lo dije. No os dije estas cosas al principio porque estaba con vosotros". (vv. 1-4)
San Agustín,
in Ioannem, tract. 93
Después de haberles prometido el Espíritu Santo, cuya operación los convertiría en testigos, añadió: "Esto os he dicho para que no os escandalicéis". Cuando la caridad de Dios es infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado (
Rom 5,5), nace mucha paz en los que aman la ley de Dios (
Sal 118,165), para que en ellos no haya escándalo. Después, declarando lo que habrían de padecer, dijo: "Os echarán de las sinagogas".
Crisóstomo,
in Ioannem, hom. 77
Ya habían dispuesto que si alguno confesaba a Cristo fuese expulsado de la sinagoga.
San Agustín,
ut supra
¿Qué daño les resultaba a los Apóstoles de que los expulsaran de las sinagogas, si ellos las habían de dejar aunque nadie los despidiera? Esto quiso decir que los judíos no recibirían a Cristo, de quien los Apóstoles no se habían de separar. Porque como no había otro pueblo de Dios sino el que era de la estirpe de Abraham, si éste hubiera reconocido a Cristo no hubieran existido por un lado Iglesias de Cristo y por otro sinagogas de los judíos. Y por cuanto no creyeron, ¿qué restaba sino que los que permanecían alejados de Cristo, echaran de la sinagoga a los que no dejaron a Cristo? Después de decirles esto, añadió: "Pero se acerca la hora en que cualquiera que os mate, crea que presta un servicio a Dios". Cuyas palabras profirió como en sentido de consuelo para aquellos que serían expulsados de las sinagogas. ¿Acaso la separación de las sinagogas, había de ser causa de tanto sentimiento que prefirieran morir antes que vivir separados de los judíos? Lejos la idea de que así se consternasen los que no buscaban la gloria humana, sino la de Dios. He aquí el sentido de estas palabras: Ellos os echarán de las sinagogas, pero no temáis la soledad, porque separados de la comunión de ellos reuniréis tan gran número de creyentes en mi nombre, que temerosos ellos de que quede desierto su templo y abandonados los sacramentos y todo lo de la antigua Ley, os maten creyendo prestar un servicio a Dios, llevados de celo indiscreto por la gloria de Dios y no según la sabiduría. Esto debemos entender que fue dicho por los judíos de quienes ya había dicho "Os echarán de las sinagogas". Si bien los testigos, esto es, los mártires de Cristo, fueron muertos por los gentiles, no creyeron éstos, sin embargo, que ofrecían un homenaje a Dios, sino a sus dioses falsos. Pero los judíos cuando matan a los predicadores de Cristo, creen prestar un homenaje a Dios, juzgando que los que se convierten a Cristo apostatan del Dios de Israel. Estos, pues, poseídos del fanatismo, no guiados por la sabiduría, mataban a los creyentes, pensando hacer un servicio a Dios.
Crisóstomo,
ut supra
Después procura consolarles, diciendo: "Esto harán con vosotros, porque no conocieron al Padre ni a mí"; como si dijera: Basta para vuestro consuelo el saber que padecéis esto por mí y por mi Padre.
San Agustín,
ut supra
Para que estos males no cogieran su ánimo desprevenido y de improviso, pues aunque habían de pasar pronto podrían ser causa de desaliento, continuó diciendo para prevenirles: "Os he dicho esto, para que, cuando llegare la hora de ellos", etc.: la hora de ellos tenebrosa y nocturna. Pero la noche de los judíos, separada del día, no oscureció el de los cristianos.
Crisóstomo,
in Ioannem, ut supra
También predijo esto por otro motivo, a saber, para que no dijeran que no había previsto el porvenir. Y esto significan las palabras "Acordaos que os lo dije", y no pudieran alegar que sólo les había anunciado lo que podía halagarles. Y porque no lo había dicho desde el principio, les da esta razón: "Esto no lo dije desde el principio, porque estaba con vosotros". Estabais bajo mi protección y podíais preguntarme cuanto quisierais, y sostenía yo toda la lucha, por lo que era superfluo el deciros esto al principio, y si lo callé no es porque me fuera desconocido.
San Agustín,
in Ioannem, tract. 94
Pero hay otros tres evangelistas que refieren que esto lo predijo antes de la cena, concluida la cual dijo esto, como atestigua San Juan. Tal vez se resuelva esta cuestión con decir que aquéllos refieren que esto lo dijo próximo a la pasión, no al principio cuando estaba con ellos. Pero San Mateo afirma que, no sólo cercano a la pasión, sino que desde el principio había dicho esto. ¿Qué quieren decir, pues, estas palabras, "Esto desde el principio no lo dije", etc., sino lo que aquí dice del Espíritu Santo, que ha de venir sobre ellos, y ha de dar testimonio de los trabajos que han de padecer? Esto, desde el principio, no lo dijo porque estaba con ellos y los consolaba con su presencia. Habiéndose, pues, de ausentar, era conveniente que dijera que vendría Aquel (el Paráclito) que, difundiendo en sus corazones el Espíritu de caridad, predicarían con confianza la palabra de Dios.
Crisóstomo,
ut supra
Les predijo también que padecerían toda clase de aflicciones, pero no añadió que su muerte sería considerada como culto tributado a Dios, que era lo que más podía aterrarles; o bien porque había dicho antes lo que les harían sufrir los gentiles, añadió aquí lo que harían los judíos.